martes, 30 de noviembre de 2010

Gabino se hace ventrílocuo

La larguísima y por el momento interminable saga de la conflictiva elección del candidato del PP a la Presidencia del Principado en las autonómicas del año próximo tiene, como toda historia, algunos picos álgidos y otros momentos de aparente calma chicha salpicada por algunas declaraciones que, en los últimos tiempos parecían haber bajado el tono de la provocación.

Las últimas salidas a la opinión pública de Gabino de Lorenzo e Isabel Pérez-Espinosa, sin mostrar arrepentimiento alguno o cambio en su estrategia de imponer a la segunda para el cartel electoral asturiano, parecían dar a entender que los tirones de orejas de Génova habían surtido su efecto y, cuando menos, dejaban la batalla dentro de las más elementales normas de la mínima cortesía y respeto exigibles. "Dejar ya de liarla todavía más", parecía ser el mensaje que les llegaba desde el entorno de Mariano Rajoy.

Resulta difícil que a un personaje de la prepotencia del regidor ovetense se le calle sin más y, aún reconociendo las advertencias de Madrid y recurriendo a ese peculiar sentido del humor que solamente entienden él mismo y sus acólitos, en su recientes comparecencias con la prensa delante no había vuelto a cargar las tintas, limitándose a asegurar que ya sabe "quién" va a ser el candidato, si bien luego atribuyó tal aseveración a una corazonada. Todo muy al 'estilo Gabino' pero esta vez sin descalificaciones explícitas. Por su parte, su pupila, menos dada al chascarrillo y más silenciosa -de momento se limita a estar en todos los actos públicos para dar esa ansiada sensación de candidata sin candidatura- se ha remitido -como no debería haber sido nunca de otra manera- a la decisión última de la dirección nacional, dando a entender que sea ésta la que sea será aceptada.

El problema es que al veterano alcalde de la capital no hay quien le apee de la burra y, ante las insistentes collejas de Génova, ha sustituido su silencio por la designación de un vocero, un responsable de comunicación del partido a nivel regional del que hasta ahora muchos desconocíamos su existencia, pero que cual animal enjaulado al que se le ha abierto la puerta del toril, ha salido en estampida, ha relevado a su 'promotor' en el lanzamiento de las más feroces andanadas y ha soltado la lengua a pacer con un estilo que casi ha dejado en buen lugar a sus jefes de filas en los momentos más encarnizados de su guerra a muerte contra Cascos. ¿Quién es este Joaquín Fernández?, se preguntan muchos militantes del propio PP. Un personaje que aparece de repente para decir que el ex vicepresidente del Gobierno no será candidato, que renueva la etapa de insultos y se permite calificar de reuniones "clandestinas" -publicitada muchos días antes- aquellas que como la que Cascos celebró el pasado fin de semana con diez de los doce alcaldes que tienen en Asturias los populares, a los que tildo de desleales, no representativos -si ya no lo son para el PP asturiano ni quienes le mantienen la antorcha de gobernar municipios (cada vez menos si la cosa sigue como hasta ahora)- y otras lindezas que ahora no recuerdo.

El señor Joaquín Fernández tiene todas las características de ser uno de esos simpáticos muñecos con los que los ventrílocuos se permiten decir con 'voz ajena' sus más ácidas opiniones. Gabino mueve la marioneta y despelleja, aunque con el tono impostado, a todos los que no van por el camino que él marca. Así 'respeta' las órdenes de la dirección nacional sin renunciar por ello a mostrar una vez más, como hiciera con tantos y tantos dirigentes del partido en esta región, empezando por el inexistente presidente regional, últimamente mudo, salvo para rechazar que él pueda ser una tercera vía o alternativa (¿pero, de verdad, el señor Ovidio Sánchez se puede creer que alguien se lo pida en serio?), muestra -digo- que no está dispuesto a plegarse a reglamentos o estatutos. A fin de cuentas, ese estilo monarquico absolutista y de fuerte componente personalista es el que le ha caracterizado hasta la fecha y también ha entrado en una edad -la de los "sexagenarios"- en la que ya va a resultar casi imposible cambiarle. Como a su actual enemigo Cascos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Valdano calienta los postpartidos

Pese a los conflictivos acontecimientos posteriores al pitido final del partido que el pasado fin de semana enfrentó en El Molinón a Sporting y Real Madrid, todo parecía indicar que, pese al poderoso influjo de la prensa deportiva llamada nacional, empeñada en mantener encendida la llama de la polémica, el cruce de declaraciones entre los entrenadores de ambos equipos estaba llamado a diluirse apagado por otros nuevos asuntos de interés deportivo.

Sin embargo, hace algunas horas hemos sabido que el Comité Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte ha planteado a la Federación Española de Fútbol la conveniencia de adoptar las medidas disciplinarias "oportunas" contra ambos técnicos.

Conocida la nota, le ha faltado tiempo a ese gran 'filósofo' de voz pausada y cálida que es Jorge Valdano para poner el grito en el cielo ante la comparación entre lo que él denomina "una declaración con argumentos" -que el equipo gijonés regaló su partido frente al Barça en el Camp Nou, en reiterada opinión de José Mourinho- y "unas descalificaciones que sobrepasan el límite" -la respuesta de Manuel Preciado en la que tachó de "canalla" y "mal compañero" al entenador del Real Madrid por lanzarle tales acusaciones-, para culminar su salida a la palestra solicitando un castigo para el técnico cántabro y desvinculando al portugués de toda provocación o falta de señorío.

Todo apunta a que la iniciativa del órgano nacional aludido, reunido en el Consejo Superior de Deportes, podría tener respuesta de la FEF y probablemente en breve. Vaticinaba días atrás que la cosa no se iba a quedar en nada y que, como pasa casi siempre, el pequeño es quien paga el pato en todas las ocasiones. Seguro que la docta plática argumental del 'filósofo' madridista impresiona a los órganos federativos mucho más que las 'toscas' y 'aldeanas' palabras de Preciado. Ojalá me equivoque pero, de producirse algún tipo de sanción, pueden apostar sobre seguro de qué lado cae y las "hostias" van para el técnico rojiblanco y, en el caso más extremo y para salvar la cara, al malencarado Mourinho se le impone un 'castigo' simbólico. Y si no al tiempo.

La bragueta de la vida social y política

A estas alturas de la vida y con los años que uno tiene encima ya no dipone de tiempo para mogigaterías. Pero una cosa es la 'S' y otra la 'X', como cabalmente se distinguió en los productos del primer cine de la transición, y con lo que uno no puede es con el hecho de que la zafiedad y el discurso soez se estén instalando peligrosamente en la vida social y política española.

En este aspecto, la palma se la llevan las cadenas de televisión que en ese más difícil todavía en que han convertido el logro de audiencias han abierto la puerta a un 'todo vale' con tal de lograr el escándalo. El ejemplo más reciente y también el más despreciable probablemente lo ha protagonizado estos días Telemadrid, donde un contertulio -esta palabra amenaza con convertirse en sinónimo de indeseable, y que me perdonen quienes mantienen unos principios éticos mínimos-, un fenómeno de nombre Salvador Sostres -cazado fuera de antena, eso sí- se ha permitido alardear de sus preferencias sexuales por las jovencitas de 18 ó 19 años porque "no huelen a ácido úrico" y son "dulces como lionesas de crema y con curvas que rebotan". Son dos muestras de la catadura del personaje en cuestión, que añadió en el mismo plató -donde había estudiantes de tres colegios- otras perlas que me resisto a reproducir. No hay que olvidar que dentro del mismo entorno no hace mucho Fernando Sánchez-Drago se hizo 'famoso' por alardear de sus experiencias con chicas muy jóvenes, a las que aprovechó para adornar con calificativos vergonzantes.

Pero si de la televisión y sus nuevos 'estilos' cazaaudiencias ya no nos sorprende casi nada, lo preocupante es que este asentamiento de la glorificacición de la bragueta se esté convirtiendo en 'la mano que mece a la sociedad', parafraseando el título de una conocida película. A este recurso al sexo se ha sumado también la política, con un historial de sobra conocido por la mayoría, pero que parece intensificarse a medida que la 'cosa pública' se tensiona y se encona. Viene esto a cuento porque todavía no salgo de mi asombro tras visionar a través de internet un vídeo promocional electoral de los socialistas catalanes en el que, bajo el lema 'votar da gusto', convierten la práctica del sufragio en algo tan placentero que origina en la joven que protagoniza las imágenes un orgasmo en toda regla, con gestos y sonidos guturales incluidos, fruto del 'privilegio' de introducir en una urba la papeleta de los socialistas catalanes, metidos estos días de lleno en la contienda autonómica. En este caso, ya no se trata tan sólo de una zafiedad machista incomprensible -podría haber sido un tío, ¿no?-, porque más que indignación provoca una tremenda vergüenza ajena y deja en evidencia tanto a quienes lo han pagado como a los supuestos profesionales de la publicidad que lo han plasmado en imágenes.

No creo necesario recordar, por otra parte, que no hace tantos días el alcalde de Valladolid, del PP, tuvo una intervención vergonzante con palabras impropias, ya no de un cargo público, sino de un hombre cabal, a propósito de la actual ministra de Sanidad, Leire Pajín. Una 'machada' que viene a unirse a un largo historial que -como decía- está en la mente de la mayoría.

O alguien pone coto a toda esta suciedad o muy pronto la ya ganada mala fama de los colectivos aludidos va a rozar los límites del desprestigio más absoluto. ¡Señores, un poco de educación -aunque no sea Educación para la Ciudadanía- y mantengan la bragueta y la boca cerradas!

La bragueta de la vida social y política

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El olvidado papel de Espinosa

Enfrascados como estamos todos los profesionales del periodismo en tratar de adivinar una salida para el enconado enfrentamiento interno en el PP asturiano a propósito de la candidatura para la Presidencia del Principado en 2011, quizá se nos haya pasado por alto -centrándonos en los que cortan el bacalao- el rol que les ha tocado jugar a cada uno de los hipotéticos candidatos. O quizá sería mejor decir el de uno de esos dos candidatos, puesto que el otro, Francisco Álvarez-Cascos, ha entado siempre presente en comentarios y especulaciones por su dilatada e importante trayectoria política y por el peso específico que ha representado en el PP de Asturias durante muchos años, y también en ese mimo partido en el ámbito nacional.

A lo que me gustaría referirme hoy es al papel que le ha tocado jugar en esta cruenta batalla a la teórica candidata -tanto ella como su oponente, a día de hoy lo son, teóricos, y no sólo por no estar formalmente designados- oficialista. Isabel Pérez Espinosa, edil del Ayuntamiento de Oviedo y miembro destacado del equipo de Gabino de Lorenzo, ha sido lanzada por éste al ruedo en su empeño por frenar la aquella "ola" del 'casquismo' arrollador. Otra cosa bien diferente y que muy pocos están en condiciones de refrendar es lo que piensa la propia interesada de esta guerra a muerte.

Para empezar, habría que recordar que la ahora concejal ovetense es un producto de la cantera gijonesa del partido y que en esta villa dio sus primeros pasos en la política. Dicen que el ser humano no es de donde nace, sino de donde pace, y Pérez Espinosa está ahora directamente ligada a la política municipal ovetense, lo que combina con el desempeño de cargos de responsabilidad en la dirección regional del partido. Sin embargo, dicen quienes conocen a la candidata oficialista que el protagonismo que se le ha asignado no es precisamente el que ella hubiera elegido para estos momentos. Para empezar, como decía, es una canterana de un PP gijonés que giraba en torno a la figura de Cascos y ella misma, aún a estas alturas, sigue siendo -sin decirlo en público, claro- una ferviente defensora de la figura política del ex vicepresidente del Gobierno con Aznar, por el que nunca ha ocultado su admiración.

Ocurre que en esto de la política hoy estás y mañana, no. Y que para quien quiere seguir en esta 'profesión' muchas veces no le queda más remedio que renunciar a remar en contra de la marea y dejarse llevar por la misma. Espinosa está inmersa en esa marea asturiana interna de su partido y, al margen de que a nadie le amargue un dulce - ser aspirante a presidir la comunidad-, tampoco le han dejado demasiadas opciones de renunciar a ocupar la cabecera de los títulos de crédito de esta película 'gore' en que se ha convertido el proceso de designación del cartel electoral autonómico. Es verdad que siempre queda la opción de la renuncia, pero eso, en los tiempos que corren, es impensable incluso para las mentes más despiertas, salvo que no te importe bajarte del tren en marcha y empezar una nueva etapa en seguna o tercera línea.

En definitiva, que no creo que Isabel Pérez Espinosa, con un ganada fama de trabajadora incansable y con el credo de la unidad como bandera, hubiera deseado llegar al protagonismo de aspirante a ser cartel electoral de su partido precisamente en estos momentos. Máxime si se tiene en cuenta que, para lograr su objetivo, debería enfrentarse -insisto en que se trata sólo de hipótesis porque ni ella ni el ex ministro de Fomento son a día de hoy ni siquiera candidatos alternativos; son las opciones barajadas por los bandos enfrentados- a un peso pesado de la talla de Cascos quien, además, como más arriba comentaba, ha sido y probablemente siga siendo para ella un modelo a seguir.

Complica mucho más el conflicto personal el hecho de tener que prepararse para librar la batalla ya no sólo contra el veterano político popular, sino contra su "fantasma", ya que, si a ella ningún órgano del partido la ha nombrado candidata, sí cuenta al menos con el apoyo explícito a su nombre del regidor ovetense y numerosos dirigentes regionales, aunque en muchos casos sea a nivel particular, mientras que la alternativa del ex vicepresidente no pasa hasta la fecha de una suposición, más o menos fundada, pero suposición, y ni él ni nadie de quienes desde Madrid podrían proponerle han traducido en una propuesta formal que su nombre como el encargado de intentar devolver al PP el Gobierno del Principado. Es más, a día de hoy, ni algunos de los más fervientes defensores de Cascos son capaces de asegurar que éste quiera o pueda ser el líder electoral de los populares asturianos el año próximo.

martes, 16 de noviembre de 2010

Migajas para los pobres

Como suele suceder a la hora de las componendas presupuestarias, el Gobierno se ha sacado de la chistera, a última hora, la nada despreciable cantidad de 765 millones de euros con los que tapar algunos de los múltiples huecos que el recorte de las Cuentas del Estado para 2011 había originado. No van a arreglar los costurones en la inversión para el próximo ejercicio económico, pero menos da una piedra.

La preocupación empieza cuando comprobamos que, en el reparto de esa partida, a este pequeño y olvidado territorio le corresponden 2,2 millones, mientras que a los que 'vendieron' la fuerza de sus votos para no empujar al Ejecutivo hacia unas posibles elecciones anticipadas, vascos y canarios, se llevan el botín de 126 y 25,8 millones, respectivamente. No conozco con precisión cuáles eran las "prioridades" del equipo de Zapatero en esas otras comunidades, pero sí perfectamente las anunciadas para el Principado, aunque luego su relevancia en el escalafón de preponderancia del Gobierno se hayan visto notablemente relegadas en forma de retrasos que en otros territorios no parecen discurrir al mismo ritmo.

La bofetada cuantitativa de esta 'propina' presupuestaria en lo que Asturias se refiere ha obligado nuevamente a salir al paso al candidato socialista a la Presidencia del Principado -hasta ahora solía hacerlo el 'pregonero' Trevín, obligado por su papel a leer los bandos de sus superiores de Madrid- para recordar que, si se suman las inversiones previstas en el anteproyecto y ese pequeño suplemento, Asturias será la segunda comunidad mejor tratada por las Cuentas estatales en 2011. A este tipo de afirmaciones estamos acostumbrados por estas tierras, aunque luego veamos como las grandes infraestructuras del transporte se desarrollen a dos velociadades, la alta, en otras comunidades, y la lenta y la de los periódicos aplazamientos, en el Principado.

Javier Fernández, como buen economista sabe muy bien manejar las cifras y, como especialista, conoce que los números -aunque suelan asociarse con la precisión inapelable de las en otros tiempos llamadas ciencias exactas- son tan manipulables como las ideas o los conceptos. Y si no que se lo pregunten a quienes han provocado, manejado y, finalmente, se han beneficiado de la crisis económica, cargando las culpas y, especialmente, los sacrificios, sobre los más débiles.

Y hablando de sacrificios no puedo dejar de lado las palabras que ayer pronunció el flamante nuevo ministro de Trabajo, reclamando a los jubilados una parte importante de los mismos; sí a esas mismas personas que han dedicado toda una vida laboral a cotizar para que la economía del país se mantuviera en los niveles de desarrollo acordes con su posición en el mercado internacional. ¡Y decían que el tal Valeriano Gómez era un hombre de UGT, que estaba contra la reforma laboral y que era el puente para restablecer una paz social hecha añicos por el Ejecutivo de Zapatero! Si nos atenemos a sus todavía escasas comparecencias públicas y declaración de intenciones mucho nos tememos que la única solución que este señor va a dejar a la sociedad civil que no tiene cargos o prebendas institucionales o económicas es olvidarse de los puentes e intentar vadear el río, que por cierto baja revuelto y peligroso. ¡Aviados vamos con 'rebeldes' como este señor!

Acuerdo, ¿qué acuerdo?

Uno ya está demasiado acostumbrado a escuchar de boca de los cargos políticos relevantes frases insustanciales y por ello no puede sorprendernos leer cada día una o dos más. Cierto que en muchas ocasiones esos responsables de partidos o instituciones se ven en la obligación de responder algo ante la insistencia de los colegas de la prensa, aunque la pregunta sea un día tras otro prácticamente la misma. Sin embargo, en muchas ocasiones, mal que nos pese a los profesionales, sería mucho mejor el típico "no hay novedades" que buscar una alternativa que, objetivamente hablando, no responde a planteamientos acordes con la realidad.

A los dirigentes nacionales del PP les reclaman jornada tras jornada, allá donde van, quién va a ser el candidato del partido a la Presidencia del Principado o cuándo se va a saber. No mucho más. Siempre lo mismo. Las respuestas suelen ser generalmente también las mismas y podrían resumirse muy sucintamente en el citado "no hay novedades". Pero hay ocasiones en que a algunos de esos dirigentes el momento les coge con el pie cambiando y se saltan el guión para, sin aportar nada nuevo, ponerse en evidencia con auténticos sinsentidos.

La última en caer en esta práctica ha sido la 'número dos' de la cúpula nacional popular, quien muy 'ocurrentemente', para quitarse de encima a los demandantes de información, ha soltado una frase que en sí misma no tendría mayor trascendencia si no fuera por los antecedentes que se han venido sucediendo hasta la fecha. María Dolores de Cospedal dijo ayer textualmente que, de momento, no hay acuerdo entre la dirección nacional que ella representa y el PP asturiano. Una frase aparentemente normal, pero que no deja de ser, en estos momentos, una perogrullada de tomo y lomo. Que no hay acuerdo ya lo sabemos todos, pero también sabemos que ni ahora ni más adelanta puede haberlo. Y ello gracias, en principio, a las dos partes en litigio entre los populares asturianos, pero, sobre todo, a la indecisión de la dirección nacional del partido que permite que el tiempo transcurra y un cuerpo 'gangrenado' irremisiblemente se pudra sin intentar algún tipo de intervención, a estas alturas ya necesariamente traumática, que ponga fin al 'sufrimiento' del cuerpo electoral de los conservadores.

No tengo muy claro si realmente la actitud de Rajoy y los suyos responde a una candidez infantil o a un desinterés que lo fía todo a un imposible milagro donde los hoy contrincantes irreductibles se vean tocados por una gracia divina y, tras una conversión digna de las Sagradas Escrituras se abracen en un beatífico acuerdo conciliador. Ni una ni otra actitud son de recibo.

El único acuerdo posible a estas alturas está o bien en lo que peyorativamente podríamos denominar "bajada de pantalones" de Génova ante el grupo dominante regional aglutinado en torno a Gabino de Lorenzo, dando entrada a quien ya está actuando como candidata sin pasar por ningún órgano oficial, o bien un "pucherazo" de la misma dirección nacional imponiendo al candidato a priori natural pero rechazado frontalmente por el regidor ovetense y sus acólitos. A una de estas dos soluciones va a tener que recurrir el dubitativo líder conservador, siempre con el consiguiente desangramiento interno de su organización en Asturias, un estado que ya no admite vuelta atrás y que se emponzoña cada día que pasa.

No es de extrañar que a estas alturas sólo en una cosa coincidan los dos frentes en combate del PP asturiano: el convencimiento de que el candidato ya tendría que estar designado y es que, en las actuales circunstancias, el tiempo corre en contra de cualquiera de los dos. Y mientras tanto, la efigie con barbas sigue guardando silencio y aplazando 'sine die' una decisión sobre la que, en definitiva, tiene la última responsabilidad. Y 'tragos' como éste van en el sueldo, señor Rajoy.

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿De quién es la culpa?

Vaya por delante que no apruebo los términos en los que el entrenador del Sporting, Manuel Preciado, se ha dirigido en la rueda de prensa de hoy a su 'colega' del Real Madrid, José Mourinho. No los apruebo, aunque los comparto al cien por cien, pero yo no soy representante cualificado de una entidad, aunque sea deportiva.

El técnico cántabro no se caracteriza precisamente por la polémica y la arenga guerrera nada más que en aquello que se refiere a 'empujar' a su equipo para que lo dé todo en el campo esté enfrente quien esté. Para quienes sigan la marcha habitual de las competiciones oficiales sabrán que Preciado es siempre el primero no ya en dar la mano, sino en ofrecer un efusivo abrazo al entrenador rival, o que muchas veces sale al campo a saludar a los jugadores del equipo contrario. Lo de hoy es posiblemente un calentón con tintes de excepcionalidad, al que le han sobrado adjetivos, pero hay ocasiones en que los niveles de comprensión hacia estas explosiones deben ser más amplios que aquellos con los que han recibido sus palabras buena parte de los representantes de la mal llamada prensa nacional, muy especialmente la deportiva.
"Preciado borroka", previsiones de que el domingo le van a llover botellas a Casillas en El Molinón o que Cristiano Ronaldo va a parar las bengalas con el pecho, por poner algún ejemplo. Cosas como estas calientan tanto o más el partido y eleven su nivel de riesgo mucho más que hablar de la "caldera" en la que se puede convertir el estadio gijonés esta próxima jornada liguera.

Y si la prensa madrileña (del Madrid) actúa de esta manera, ¿qué decir del origen de toda esta polémica que ha focalizado el día en lo deportivo? En el principio era Mourinho, quien desde su segunda llegada a la Liga española (por si a alguno se le olvida que fue un 'segundón' de relleno hace algunos años en el Barça) ha logrado atraer sobre sí toda la atención de los colegas periodistas. El portugués es polémico, es mediático, y además, suele ser un "faltón". A base de pequeñas pinceladas ha ido salpicando sus manifestaciones públicas desde que llegó a la 'Casa Blanca' de permanentes chinitas, cuando no alguna pedrada, fundamentalmente hacia el eterno rival de los que ahora le pagan, el club catalán. En lo que al Sporting se refiere, si ya en los primeros compases de la temporada osó acusarle de regalar el partido a los barcelonistas en el Camp Nou por alinear a unos cuantos futbolistas no habituales en el equipo, anoche volvió a la carga y un asunto que casi estaba olvidado sirvió para hacer saltar al entrenador de su próximo rival. ¿Otra provocación en el más puro estilo del portugués? Probablemente. Si algunos pensamos así hay que convenir que quien calienta el partido -que él vera, por cierto, desde un privilegiado palco por haber mandado hace unas pocas horas al colegiado de turno literalmente "a la mierda"- no es otro que Mourinho.

Si el técnico sportinguista decidió poner a determinados jugadores de su plantilla sobre el césped del Camp Nou fue obviamente por una estrategia muy específica, lo que vulgarmente llamaríamos reservar al material 'de primera' para su verdadera liga, que empezaba siete días después. Esto, para Mourinho, es regalarle el partido al Barça, equipo al que, por cierto, poco tiempo después tildó de jugar siempre con once frente a diez del contrario (evidente mala leche y provocación calculada). En cambio cuando su equipo saca a los que podríamos llamar reservas, si es que en un club tan millonario se puede denominar así a algún miembro de su plantilla, la palabra cambia y se trata de "rotaciones" para dar minutos a los poco habituales. Nada de extrañar esta manipulación de la terminología en un entorno en el que aparece como cabeza visible asiduamente Jorge Valdano, quien cuando colgó las botas y se hizo técnico tuvo el impagable mérito de introducir la filosofía en el fútbol. Valdano creo escuela -Floro, Lillo,...- y lo que antes era un vocabulario elemental y al alcance de todos empezó a 'intelectualizarse' hasta llegar a nuestros días con frases y vocablos que se repiten en todos los comentaristas aunque muchos de ellos no los entiendan con excesiva precisión, aunque, eso sí, saben que están colocados en su lugar exacto -el libro de Jorge 'dixit'-.

Dicen sus defensores que ya sabemos cómo es el técnico del Real, que su carácter es bien conocido y que la polémica le ha perseguido allá por donde ha pasado porque su temperamento es uno determinado y no lo puede cambiar. Capone tenía también su personalidad y delinquía con absoluta normalidad, lo que no impidió que acabara con sus huesos en la cárcel, y a uno en más de una ocasión le apeteció de forma apremiante mandar a tomar por el culo al jefe en el trabajo, aunque no por ello lo hizo. Seguro que Lotina, Garrido, Portugal o Emery, por citar solamente algunos nombres, tienen también carácter y en muchas ocasiones les apetece mostrarlo, aunque normalmente se lo guardan para sí. Mourinho no, porque para eso viene cargado de títulos y tiene el ceño fruncido de los pistoleros más estereotipados del "western" clásico.

Las palabras de Preciado, como era de esperar, no han caído en saco roto y al equipo técnico y directivo del señor Florentino le ha faltado tiempo para pedir "respeto" al entrenador gijonés. Yo creo que, aunque Preciado no haya estado afortunado en las expresiones públicas (pensar puede pensar lo que quiera, y sus razones tiene), los dirigentes de la 'Casa Blanca' deberían de empezar por pedir idéntica actitud a su propio empleado, líder en las palabras y los gestos inapropiados durante su larga y exitosa carrera.

Seguro que si el domingo se produce algún incidente relevante en El Molinón todos los tiros van a ir sobre el cántabro, para el que se pedirán sanciones, y condenas a muerte si es preciso, pero nunca para quien tira la piedra o enciende la mecha. ¿Alguien tiene dudas de quién será el malo de la película pase lo que pase?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¡Con compañeros como estos...!

A nadie puede sorprender a estas alturas que se ponga en evidencia con una declaración de un personaje público el escaso peso político que en los últimos años Asturias tiene en Madrid. Esta coletilla la venimos oyendo desde tiempos inmemoriales, en muchas ocasiones justificado o apoyado en valores numéricos que se utilizan para restar importancia cuantitativa a un pequeño territorio de algo más de un millón de habitantes. Sin embargo, la constatación de un hecho, la falta de influencia en todo lo que tiene que ver con la política que se hace desde Madrid, no significa lo mismo según la persona que lo exponga o el momento en el que lo haga.

Hace un par de días el encargado de recordar tan triste lastre fue el secretario general de la UGT asturiana, y lo hizo casualmente pocas horas después de un importante cónclave de los socialistas asturianos que contó con el respaldo de la presencia física del nuevo ministro de Trabajo. Sean intencionadas o no, el caso es que las palabras de Justo Rodríguez Braga -vuelvo a recordar que repetidas hasta la saciedad- llegan en un momento muy especial, precisamente cuando los socialistas asturianos han cerrado el proceso de relevo para retirar a Álvarez Areces e intentar seguir gobernando en el Principado ahora bajo la batuta de Javier Fernández.

La advertencia del líder ugetista, miembro mientras no se demuestre lo contrario de la en tiempos pasados llamada "gran familia socialista", han causado malestar en el seno de las filas de la FSA, precisamente porque suenan a advertencia. No es la primera vez que los sindicatos -UGT incluida- han reclamado a los mandatarios autonómicos un mayor ímpetu y más contundencia en la defensa de los intereses de la región, especialmente en momentos en los que -como recordaba hace unos días- el reparto de las inversiones se ha convertido en moneda de cambio para lograr los votos necesarios para una mayoría estable en el Parlamento de la región.

Preocupa -digo- entre los dirigentes de la ovetense calle de Santa Teresa que Rodríguez Braga constate un hecho evidente -como ha molestado, y mucho, a nivel nacional, la larga e interesante entrevista que el diario 'El País' publicaba el pasado domingo con Felipe González-. Sin embargo, no parece haber causado ningún estrago especial -al menos de boca para fuera- que un día después de tan silenciada aunque evidente polémica el ministro de Fomento, que se ha ganado a pulso el rol de ser uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis cada vez que visita esta tierra -aunque sea para que le revisen la vista- haya lanzado el enésimo anuncio de retraso en algunas de las principales infraestructuras del transporte en Asturias. Ahora serán para 2013 tanto la variante de Pajares como algunos importantes tramos pendientes de la autovía del Cantábrico. ¿Dónde quedaron aquelas solemnes declaraciones de hace tan solo unos meses de que ésta última figuraba dentro del selecto grupo de 'alta prioridad' para el Gobierno de la nación?

Se ha publicitado en los últimos años que a los dirigentes nacionales del PP no les importa especialmente Asturias, y han dado en más de una ocasión motivos suficientes para ratificarlo. Pero esa misma categoría se les puede aplicar a los máximos responsables socialistas, con el agravante de que ellos gobiernan la nación y, por tanto, tienen en sus manos la capacidad de decidir las políticas y las inversiones en todos los territorios del Estado. O muy bien ven el panorama en esta región para las autonómicas del año que viene, apoyados en el permanente y encarnizado desangramiento interno de sus rivales del PP, o es que tampoco ellos dan un duro por el terruño.

Desde luego, flaco favor le están haciendo sus compañeros de Madrid al flamante nuevo candidato de la FSA, empeñado como está en labrarse una imagen y trasladar la sensación global de que aquí se ha acabado una etapa para dar paso a otra nueva y de signo diferente. Con renovados retrasos en las inversiones relevantes; con el plan del carbón paralizado en la Audiencia, fruto de la complacencia de los políticos 'de la izquierda' con la gran patronal, en este caso con las eléctricas, con preocupantes previsiones de ingresos a la baja,..., con un panorama, en fin, bastante desolador, el bagaje que le dejan a Fernández no es buen pertrecho para enfrentarse a las urnas. Claro que siempre les quedará cargar contra el PP y sus líos internos y a ello se está aplicando especialmente el candidato socialista hasta el extremo de convertirlo casi en objetivo único. Ante la ausencia de activos propios, agarrémonos como tabla de salvación a los pasivos ajenos, parece ser la máxima de la tecnologizada nueva campaña del líder de la FSA. ¡Con compañeros como estos...!, se dirá para sí.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El mercadeo de la democracia

Un Gobierno elegido democráticamente tiene la obligación de sacar adelante la gestión del país y para ello es exigencia indispensable, si no dispone de mayoría absoluta, que busque los apoyos necesarios en el arco parlamentario para poder ejercer su responsabilidad. De esta circunstancia ha dado muestras la reciente historia de España y nadie, más allá de los berrinches partidistas, puede oponer razones de peso para oponerse a esta práctica política.

Sin embargo, la democracia no son sólo números y los últimos equipos de Zapatero están transmitiendo a la ciudadanía la sensación de que el fin justifica los medios y prima el objetivo de perpetuarse sobre las más elementales principios de la democracia. Cualquier Ejecutivo de la nación tiene como principal meta para desarrollar su gestión la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. A fin de cuentas el dinero es el que permite desarrollar políticas y sin él todos los principios no son más que papel mojado. Zapatero, como sus antecesores, conoce bien esta máxima y para ello, aunque dentro de la más estricta legalidad, rozó los límites del sistema democrático para 'comprar' los apoyos necesarios -vascos y canarios- para sacar adelante las cuentas del Estado para 2011. Para ello no dudo -una vez más- en renunciar a principios básicos e ideológicos del programa socialista y romper la caja única de la Seguridad Social -que como Pedro había negado hasta tres veces, o más- y en retocar números de unos presupuestos de crisis para beneficiar a esas comunidades cuyos partidos nacionalistas estaban dispuestos a taparse las narices y ayudar al Ejecutivo socialista; a cambio 'recogerían' los frutos en forma de prebendas e inversiones de dudosa objetividad frente al principio de la igualdad de todos los territorios del Estado español.

No era el primer dato preocupante, pero sí el más significativo de la prioridad del Gobierno de la nación para perpetuarse a costa de lo que fuera. Se había iniciado -o mejor se explicitaba palmariamente- el inicio de un mercadeo con la democracia ajeno a sus principios fundamentales y basada exclusivamente en el elemento cuantitativo de una mayoría de votos en el Parlamento.

Este tipo de actuaciones parece haber dado pie al 'todo vale', siempre que se sorteen las líneas rojas que marca la ley, rozándolas sin traspasarlas. Solamente en este objetivo se puede explicar la más reciente maniobra del equipo de Zapatero de recurrir al veto -algo parecido al gobierno por decreto, pero en el ámbito parlamentario- para impedir una derrota en el Congreso frente a una iniciativa tendente a paralizar la congelación de las pensiones. Todos los grupos parlamentarios están en contra de tal medida y poner a prueba a los socios presupuestarios -PNV y CC- era demasiado arriesgado para el propio Ejecutivo y una exigencia excesiva para los citados nacionalistas, que quedarían con el 'culo al aire' si optaban por reforzar una vez más a Zapatero y su equipo.

El recurso al veto, aún dentro de normativas legales y reglamentos, es un escalón más en esa especie de deterioro de la imagen democrática que ya está calando en los españoles y que se puede palpar en cualquier conversación de la calle o en las civilizadas discusiones de bar. A estas alturas son mayoría los ciudadanos que mantienen la creencia de que nuestros actuales gobernantes están dispuestos a lo que sea con tal de mantenerse en la poltrona, incluso a recurrir a los mecanismos de más dudosa credibilidad de nuestro sistema democrático.

Entre tanto, como ya viene siendo habitual cuando arrecia la lluvia, el aparato 'goebbelsiano' del Ejecutivo, en la más pura esencia del maquiavelismo, busca ante las dificultades asuntos colaterales que no dejan de ser maniobras de distracción para ocupar la mente de sus gobernados en otras polémicas absurdas y estériles. No se puede considerar de otra forma, aunque a algunos les pueda parecer anecdótico, el lanzamiento de iniciativas de manifiesta tendencia de ocultación, humos que disipan la imagen real de los problemas reales, como esa noticia que ayer, de forma impropia, ocupaba espacios en las primeras páginas de algunos diarios nacionales sobre la inminente regulación por ley de la posibilidad de acabar con la primacia del apellido paterno para situar en igualdad de condiciones al materno. Si en un país con los graves problemas que tiene el nuestro una iniciativa como ésa puede disputar protagonismo a la crisis económica o al desempleo es para pensar que algo, y no baladí, va muy mal.

La posibilidad de un cambio de apellidos, de agrupación de los mismos, ya existe en estos momentos y lanzar al ruedo del 'interés' nacional una regulación legal no parece merecer otra consideración que una mera cosmética de camuflaje, máxime cuando todo parece indicar que la futura normativa tiene cabos sueltos como qué va a pasar con las madres solteras, obligadas -dicen- a contar con un segundo apellido, o cuando se baraja el azar de una moneda al aire para decidir el orden final en el caso de que la pareja discrepe respecto al mismo. Lo dicho, fuegos de artificio destinados a orientar las miradas de la ciudadanía hacia el cielo desviando el interés de los verdaderos problemas a los que se enfrenta.

Al final, el votante no es tonto -y esto nada tiene que ver con la conocida publicidad de una conocida firma- y el día a día se encarga de mantenerle con los pies en el suelo y ser consciente de por dónde le están atacando realmente sus intereses más elementales. Jugar con los márgenes que algo tan básico y relevante como es el sistema democrático representa una estrategia muy arriesgada. Item, cuando dentro de ese mismo escenario se entra en el mercadeo o en la maniobra de distracción propia de los trileros la consecuencia más grave no es ya que el grupo o grupos políticos que lo practiquen dilapiden toda su credibilidad, sino que el que la pierda sea el propio sistema democrático. A partir de este punto de inflexión las consecuencias son imprevisibles, y no solamente para quienes ejercen esas prácticas, sino para el conjunto de la sociedad.