miércoles, 19 de septiembre de 2012

El baile de los tapados

Está claro que el Partido Popular asturiano no gana para sobresaltos. Cuando parecía que la larga mano de Rajoy había logrado imponer el consenso en torno a Mercedes Fernández como plataforma para iniciar la ansiada recuperación, la cruda realidad ha puesto una vez más de manifiesto que los personalismos que durante muchos años han enquistado la vida interna e institucional del que hasta hace algo más de un año ha sido el único partido de la derecha asturiana han vuelto a aflorar con motivo de la cercana celebración de un congreso de la organización.

La primera ¿sorpresa? fue la aparición de una candidatura alternativa a 'Cherines' encabezada por Manuel Pecharromán. El edil gijonés, veterano en la militancia aunque sin un historial de primera fila, parece obvio que es -dicho sea con todo el respeto del mundo- el 'tapado' de la organización que preside Pilar Fernández Pardo. Ésta y su equipo son conscientes desde hace tiempo de que en el PP asturiano ya nadie les va a regalar absolutamente nada, desde aquellos compases previos al anterior cónclave nacional en los que la 'lideresa' local jugó con cartas cambiadas las bazas de Ovidio Sánchez y de Juan Morales. De entonces acá, su caída en desgracia tuvo plasmación directa en su ausencia de las listas populares para las últimas elecciones al Congreso y al Senado. Después, su apoyo a la candidatura de Carmén Moriyón, la candidata de Cascos a la Alcaldía de Gijón, y el posterior apoyo del grupo municipal popular a la gestión de Foro en el mismo, no hicieron más que alejar si cabe las posibilidades de 'recuperación' política de 'Pilipardo'.

No es pues aventurado intuir que el paso al frente dado por Pecharromán es la jugada del equipo de dirección local para tratar de contar con alguna baza, por remota que pueda parecer, con la que negociar la posibilidad de no verse sometido al 'barrido'.

Más sorprendente aún ha sido la aparición de una 'tercera vía' presidida por Alejandro Arias, asociado directamente a la anterior candidata autonómica popular, Isabel Pérez Espinosa, y por tanto al actual delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo.

Tampoco aquí se presenta como una conjetura sin fundamento apostar por que Arias -también con el mismo respeto que el anterior- es el 'tapado' del anterior alcalde de Oviedo, incomodo en su retiro de oro de la plaza de España, incapaz de maniobrar para poner y quitar a su antojo como ha hecho durante tantos años.

Desde esta tribuna ya había apuntado hace algunas semanas que De Lorenzo no se iba a quedar parado ante la cita congresual. Entonces, recogía los crecientes rumores que apuntaban a una apuesta directa por su sustituto en el Consistorio de la capital. Sin embargo, Agustín Iglesias Caunedo se encuentra actualmente muy cómodo en su nueva responsabilidad y su nueva imagen como para batir el cobre con nadie en estos momentos.

El "guirigay", como gusta denominar Mercedes Fernández, se complica todavía más si tenemos en cuenta las posiciones desde las que llegan a esta cita los principales protagonistas de la trama. Fernández Pardo parte en 'fuera de juego' precisamente por haber apoyado al partido de Cascos, quien fue su enemigo irreconciliable durante los años anteriores. 'Su' candidato, Pecharromán, fue considerado durante un tiempo el 'hombre'' de Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo en el grupo municipal gijonés, desde los inicios de la díscola actitud de su jefe de filas local hacia Oviedo, hasta el extremo de crear una cierta angustia el día de la constitución de la Corporación Municipal de la villa de Jovellanos, cuando más de uno aseguró que rompería la disciplina de voto a instancias de las directrices impuestas desde la dirección regional.

No conozco a Alejandro Arias, pero sí a sus mentores. De Lorenzo apostó el pasado año por una persona de su confianza, Isabel Pérez Espinosa, para hacerse con la Presidencia del Principado, justo cuando reapareció en el panorama regional la figura de Cascos. La experiencia, como todo el mundo recuerda, fue un fiasco -a De Lorenzo suelen aparecérsele cuando juega fuerte, y para muestra apelamos a su catastrófico resultada cuando decidió ponerse al frente de la lista de su partido para el Congreso de los Diputados-. Ahora trata de convencer a sus compañeros de que sigue siendo EL y de que quienes le dieran por amortizado están muy equivocados.

Por lo que a 'Cherines' se refiere, podría decirse de alguna manera que también es la 'tapada' -aunque ahora ya no tanto- de la dirección nacional. Fue reclamada por Rajoy para poner freno a Cascos, la misma persona a la que estuvo políticamente ligada durante tantos años y que nunca negó fuera su mentor principal. Lo curioso es que su adversaria en este momento vaya a ser precisamente Fernández Pardo, tradicionalmente enfrentada con el ex vicepresidente del Gobierno. Papeles cambiados. El recurso de Génova a ella como solución para todos los problemas en Asturias empieza a preocupar a algunos de sus compañeros.

En definitiva, que el cierre de heridas que Rajoy parecía haber logrado en su organización en el Principado está lejos de ser realidad. Pese a los deseos de algunos, el "guirigay" está servido.

2 comentarios:

  1. Mas que guirigay yo lo llamaria falta de democracia interna.

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  2. Y para hacer bien patente esa carencia, doña Mercedes ha presentado hoy, rodeada de añejos carcamales, más de mil avales arduamente peleados; como para avasallar a esos "desleales" que reclaman cuestiones tan peregrinas como renovación, o abrir el partido a los militantes. Donde esté el sistema dedocrático...

    raitanucu

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