sábado, 24 de julio de 2010

'Round' para los 'casquistas'

Hace pocas horas que ha finalizado en las instalaciones gijonesas de La Llorea el acto, fiesta, concentración, homenaje o como se quiera llamar, pensado y desarrollado para lograr con una presencia lo más masiva posible el apoyo a la candidatura de Francisco Álvarez-Cascos para la Presidencia del Principado en las elecciones del año que viene, un objetivo que ya ha pasado por toda clase de vicisitudes y cambios radicales y que ahora se encuentra en uno de esos momentos que, objetivamente, hay que calificar de malos.
La convocatoria de ayer -me consta- surgió con unas metas relativamente humildes, aunque no faltas de ambición, y la realidad se ha encargado de premiar el infatigable entusiasmo de los 'casquistas'. Reunir a millar y medio de personas hoy en día no es misión nada fácil; sin embargo, los incondicionales del ex ministro lo lograron, superando sus más optimistas previsiones, y lo hicieron no sólo sacando de sus cuevas a los antiguos dirigentes y militantes destacados de la etapa asturiana de Cascos, sino con una heterogenea y variopinta representación de la sociedad local -con alguna testimonial presencia de fuera de la villa- ajena a la movilización estrictamente partidaria. Se dieron cita en La Llorea antiguos representantes institucionales y militantes de base, mucha gente sin carné confesa, unidos por un objetivo muy específico, su apuesta por una persona; mayores y jóvenes, grandes optimistas y prudentes pesimistas, electores ansiosos de un cambio. En fin, un grupo a considerar tanto cuantitativa como cualitativamente.
Un hecho especialmente relevante del acto de ayer fue la ausencia de referencia alguna a adversarios internos, tanto en el manifiesto leído por el pintor Ricardo Díaz de Orosia como en las consignas y proclamas, limitadas a un repetido "Cascos, presidente". Había un cierto temor entre los organizadores de que este último aspecto pudiera escapárseles de las manos en medio de tal gentío. Sin embargo, ni esto les salió mal. Y todo ello el mismo día en que se sabía que el principal adversario en Asturias en estos momentos del ex vicepresidente del Gobierno, el actual alcalde ovetense, Gabino de Lorenzo, hacía llegar al buzón de todos y cada uno de los militantes de la agrupación que preside un escrito con su firma que recoge su justificación del veto a la persona que hasta hace poco era su opción "galáctica" indiscutible. Nada nuevo, en realidad, en ese escueto escrito que no le hubiéramos escuchado o leído en días anteriores, pero sí una muestra de que ¿su? decisión está tomada y que no tiene vuelta atrás.
El acto de ayer en La Llorea ha constituido un éxito para los 'casquistas', un primer 'round' cuyo resultado se reflejaba en la cara de satisfacción de unos y en la euforia mal contenida de otros. Cierto que el combate es a muchos asaltos y que, en estos momentos los defensores de Cascos tienen pérdido el pugilato a los puntos con claridad. Sin embargo, logros como el de ayer les permiten mantenerse erguidos y con ganas de seguir adelante, recordando que, aunque parezca remota, la posibilidad de un k. o. sigue presente. Por el momento, confían en el 'punch' de su líder, que todavía no ha mostrado en lo que va de pelea su catálogo de golpes. Y en esa línea, todas las miradas, las ilusiones,... están puestas en el acto de l próximo uno de agosto en Valencia de Don Juan, escenario en el que nadie duda de que el irreductible fajador va a pasar por fin al ataque y va a mostrar todas sus habilidades. Ya nadie pone en cuestión que ese día, sin tapujos, como suele hacer en los últimos tiempos, aunque el marco sea de carácter institucional, Cascos va a lanzar sus mamporros a derecha e izquierda. Entretanto, y para calentar motores, los principales promotores de su plataforma ya tienen prevista una cita similar a la de ayer en Gijón para el próximo viernes en Villaviciosa. El objetivo es que, al margen de las maniobras regionales, llegue a Madrid la voz de muchos asturianos, militantes del PP y gentes sin carné, que reclaman lo que se les prometió y ahora exigen que se cumpla. La frase de ayer -la única si se quiere con un contenido más beligerante- fue "que Madrid se entere de que Gijón sí quiere a Cascos". De ella seguramente habrán tomado nota los 'espías' en La Llorea de la actual dirección local del partido, baluarte en la región con De Lorenzo de la operación de acoso y derribo a la hipotética candidatura de Cascos.

viernes, 23 de julio de 2010

Una efemeride sin brillo

Como es fácil que muchos ni se hayan enterado, dejo constancia en esta tribuna que ayer el Partido Socialista Obrero Español celebró los diez años del acceso a su Secretaría General de José Luis Rodríguez Zapatero. Una efeméride de estas características es fácil que en otras circunstancias hubiera tenido el carácter de evento y que sus correligionarios hubieran realizado un amplio despliegue de medios y propagandístico capaz de aburrir con cifras y datos, imágenes icónicas, listados de logros y éxitos, etcétera. Pero no ha sido así. La celebración se ha concentrado en un simple vídeo, eso sí, presidido por la exégesis y la elevación a los altares de uno de las más destacados dirigentes de esa fuerza política durante el periodo democrático. Un vídeo y casi nada más. Escaso brillo para tan especial fecha.
No sé si a otros sí, pero a mí no me ha sorprendido en absoluto. No están los tiempos entre los socialistas para las celebraciones. La figura principal de la efeméride, por mucho que sus incodicionales empeñen sus últimos alientos en auparle, se encuentra en franco declive. Y ya no se trata de su aceptación entre la ciudadanía -que las encuestas se encargan de rubricar y que ni el propio interesado niega en sus últimas intervenciones-; tampoco tiene que ver, ni mucho menos, con los méritos de sus principales adversarios, que en muchos casos brillan por su ausencia.
Lo más relevante, a mi entender, viene de las manifestaciones y comentarios de los propios socialistas, que, salvo casos recalcitrantes, ya han dejado de refugiarse en Aznar y sus gobiernos, e incluso en la crisis galopante que nadie niega. El desánimo se ha instalado en el partido del Gobierno y son muchos quienes lo personifican en su presidente. Hágase un repaso por los periódicos digitales y en las entradas de los lectores en algunos tan poco sospechosos de estar en la oposición, como 'El País' o 'Público', especialmente este último. Negación de la crisis para luego afrontarla tarde, reacción a la misma sin una línea concreta, renuncia progresiva a las políticas sociales que marcaron los programas de las dos últimas consultas electorales ganadas por el PSOE, pérdida subsiguiente, día a día, del discurso de la izquierda, adopción de medidas más propias de la derecha (todavía menos discurso), recurso a las cargas fiscales y a la pérdida de ayudas para las clases medias y más desfavorecidas, ello simultaneado con la construcción de un muro de protección alrededor de los económicamente poderosos (ayudas incluidas), formación de equipos que sucesivamente van trasluciendo en la ciudadanía menor credibilidad, unas líneas de gestión dubitativas y cambiantes incapaces de transmitir a la sociedad el necesario sosiego para abordar el verdadero meollo de la recesión; en fin, un largo rosario de actuaciones que han ido restando credibilidad a un proyecto y, sobre todo, a la persona encargada de pilotarlo.
Sólo así se explica que un personaje como Rajoy esté llevando al PP a una más que probable victoria por la que ese partido y sus actuales responsables han hecho más bien poco o casi nada. Y esto no lo digo yo; lo hacen los propios socialistas que, en muchos casos, se plantean ya el fin de un ciclo y la necesidad de empezar a preparar el camino para otro nuevo, que -aceptan resignadamente- pasa por la oposición en el futuro inmediato. Son muchos de ellos los que creen que Zapatero no debe seguir, que el cambio es imprescindible, aunque surgen las dudas sobre quién o quiénes pueden tomar el relevo, especialmente después de que el actual mandatario haya 'remozado' el Ejecutivo y los órganos de dirección del partido con más buena voluntad que acierto, apartando a la mayor parte de la 'vieja guardia' del PSOE y colocando a 'jóvenes cachorros' a los que le viene grande el sillón de ministro.
En estas circunstancias, a nadie le puede extrañar que ayer los socialistas no hayan tirado voladores. Un vídeo, una palmada en la espalda y a seguir intentando salvar los muebles, si es que a estas alturas de la legislatura todavía es posible. Seguir pensando eternamente en los nacionalistas no va a salir siempre bien. De suyo, cada día esa relación, por muy bien que conozcamos las cambiantes estrategias puntuales de los 'mercaderes' políticos catalanes o vascos, se muestra más deteriorida y quien ayer cumplía esa efeméride de diez años al frente de los destinos del socialismo español está cada vez más solo. Fuera, por supuesto, pero también dentro.

jueves, 22 de julio de 2010

Contraataque

Estaba cantado y algunos ya lo habíamos advertido. La operación, que cuanto más conocida se antoja más chapucera, montada para construir un muro insalvable para el retorno de Francisco Álvarez-Cascos a la política asturiana (si es que él así lo deseara) tenía que tener una respuesta y ayer se plasmó en un nuevo escrito en el que diez de los doce alcaldes del PP en el Principado (faltan Gabino de Lorenzo y su incondicional colega de Llanera) y los máximos responsables de 27 juntas locales ratifican su apoyo a la candidatura del ex ministro para las autonómicas del año próximo y piden al presidente nacional, Mariano Rajoy, una reunión de la junta directiva de los populares asturianos para abordar de una vez por todas en los organismos competentes, y no con firmas y apoyos personales que bordean la legalidad que establecen reglamento y estatutos del partido, un tema del máximo calado y que ha llegado a convertirse en la polémica a la vez más rocambolesca y relevante del actual momento político asturiano.
A estas alturas de la película ya es generalmente conocido (el que no quiera enterarse peor para él) que quién coció directamente la pócima envenenada no es otra que la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal (Mariano, ¿dónde estás?) y para hacerla llegar a sus destinatarios se buscó como muñidor a Gabino de Lorenzo, aquel que mueve todos los hilos de las múltiples marionetas que han salido a esta especie de escenario del Teatro Negro de Praga configurado para abortar el optimismo creciente del 'casquismo'. Ésta y no otra es la única explicación de ese para muchos todavía incomprensible giro de 180 grados del propio regidor ovetense; del presidente regional, Ovidio Sánchez, y de los otros adláteres de las grandes juntas locales que transformaron sorpresivamente en 48 horas a su favorito, a su 'galáctico', a su 'ganador' en persona 'non grata' y paradigma de la desunión.
Aunque el protagonista principal de toda esta kafkiana historia siga sin decir esta boca es mía (lo que antes para algunos, incluido este humilde 'blogero', era un error, el silencio, se ha convertido por la evolución de los hechos en una poker de ases), el hacha de guerra ya ha sido desenterrada y, frente a los pronunciamientos unipersonales o de reducidos equipos no refrendados por los órganos competentes a los que representan (la última apotación ha sido la del secretario general de Nuevas Generaciones y los responsables de varias agrupaciones territoriales de los jóvenes populares, en contra del posicionamiento de su presidente regional), han aparecido otros pronunciamientos también personales y de los responsables de otros equipos. Estos últimos son más numéricamente hablando, aunque los responsables del 'aparatik' se han apresurado a mostrar sus conocimientos de las matemáticas y ya han aportado una lista de los porcentajes que representan esas 27 juntas locales frente a las cuatro grandes cuyos dirigentes apoyaron el escrito contra la candidatura de Cascos, porcentaje evidentemente mucho menor. Y ya metidos en faena han acompañado ese dato con algunos otros también sustentados en guarismos según los cuales quienes se les oponen no representan realmente gran cosa.
Como en política hay mucha más gente de letras, habrá que recordar a los calculistas que, aunque en la matemática elemental dos y dos son cuatro, a medida que uno se adentra en la complejidad de una disciplina realmente 'infernal', descubre que en política las tautologías son poco habituales y que los resultados parciales pueden tener a veces más relevancia que el total. Y digo esto porque, aunque De Lorenzo controle con mano de hierro su organización de la capital, ¿alguien puede estar seguro de que la militancia ovetense está al cien por cien en su misma línea? ¿Y qué decir de la organización gijonesa? ¿Acaso Fernández Pardo podría decir en este momento que la militancia la sigue masivamente o también aquí se podrían tratar de hacer números y encontrarse con un escenario bastante diferente? Parecidos argumentos se podrían aplicar a la agrupación avilesina, dividida desde hace muchos meses, o a la mierense. Con respecto a la junta directiva regional, cuya reunión ahora reclaman los firmantes del hasta ahora último documento de esta historia que se promete interminable, Ovidio Sánchez y los suyos tampoco creo que, al margen de su legitimidad actual lograda mediante la victoria en un congreso, se atrevan a sentirse líderes incuestionables de una amplia mayoría de las bases del partido. Por tanto, de numeritos mejor no hablamos. Eso lo van a decidir los militantes -depositarios últimos de la voluntad del partido- uno a uno con su voto; si se les permite, en un proceso abierto de elección de candidato y, en caso contrario, en mayo de 2011, al depositar su papeleta en las urnas, aquí sí, ya sin ninguna presión externa, condicionante, miedo o amenaza.
Comentaba al principio que el duro 'latigazo' de la pasada semana al 'casquismo' había empezado solamente a tener respuesta. ¿Es una casualidad que haya sido ayer? Parece que no y más bien habría que situarla en la antesala del acto que hoy va a reunir en La Llorea, en Gijón, a los defensores de la candidatura de Cascos. El nuevo escrito en defensa de las opciones del ex ministro son un aliciente para acrecentar la presencia en la citada convocatoria, llámese homenaje, plataforma o como se quiera. El de hoy va a ser sólo el primer 'tour de force' y un importante indicador de por dónde pueden ir los tiros y la lectura de unos y otros será seguramente bien diferente.
Pero esto es sólo el principio. Aunque no sea en su tierra, se me antoja que el primer 'round' real va a tener por escenario las leonesas tierras de Valencia de Don Juan, dentro de unos días. Éste sí que es un homenaje específico, pero de cuántos y, sobre todo, de quiénes asistan van a poder extraerse conclusiones más específicas. Especialmente porque en ese marco sí va a estar el interesado y va a hablar. Si antes algún compañero periodista no consigue una entrevista o declaraciones de Cascos -cosa que me permito dudar- su intervención -como antes en algunas de sus últimas apariciones públicas- sí que va a marcar un punto y aparte en esta ya incuestionable guerra suicida en la que se ha embarcado el PP asturiano. Conociendo su estilo, habrá que coger un buen lugar en el recinto para sortear los dardos que en esta ocasión no van a ser hacia uno o dos de sus todavía compañeros de partido. Habra leña para todos, o para casi todos. ¡Qué alguno se vaya preparando!

lunes, 19 de julio de 2010

Dividir, al adversario

Ya han pasado unos días desde que un escrito supuestamente avalado por las agrupaciones del PP de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres, a las que se añadía la cúpula regional del partido y la dirección de Nuevas Generaciones, dio un vuelco al escenario que habían 'construido' los conservadores del Principado con vistas a las elecciones autonómicas del año próximo: el apoyo a la vuelta de Francisco Álvarez-Cascos como cartel electoral. Desde entonces han pasado muchas cosas, algunas particularmente graves, y el panorama se ha ido aclarando lo suficiente como para reflexionar con más calma sobre ese giro de ciento ochenta grados que en cuestión de horas dieron los mismos que pocos días antes se referían al ex ministro de Fomento como "galáctico", "el candidato idóneo" y demás lindezas.
Repito que la nueva situación va tomando ya perfiles menos difusos que los de aquella sorpresiva jornada del comunicado de rechazo. El grupito promotor, inicialmente diluido en los colectivos a los que representan orgánicamente, ya ha ido saliendo con sus nombres y apellidos y asumiendo la responsabilidad de la decisión. Cosa distinta es que las razones aducidas hayan podido convencer más allá de a sus pequeñas y respectivas cortes de 'sibwana'.
Parece diáfano que el director de esa nueva orquesta es el alcalde de Oviedo y máximo responsable de la agrupación de los populares en la capital. Otros, como el presidente regional, Ovidio Sánchez, de viaje por Israel (nada raro pillarle siempre lejos de donde se está jugando la pelota), se ha amparado en la firma de su hombre de confianza y secretario general, Fernando Goñi, y la presidenta local de Gijón, Pilar Fernández Pardo, que no está practicando la actividad con la que Marco Polo se hizo famoso, haya hecho lo propio con su mano derecha, Luis Crego. El líder avilesino, Fernando Arestegui, sí ha dado la cara, aunque sus razonamientos contra la candidatura de Cascos tienen tan poco poder de convicción como las de Gabino de Lorenzo.
Lo más curioso del caso es que la base sobre la que se sustentan esos razonamientos es la de que el ex vicepresidente del Gobierno provoca división en el partido. Es aceptable -ya lo he escrito en otras ocasiones- que por omisión se pueda atribuir a Cascos una cierta responsabilidad en esa supuesta división, alimentada -se dice- por sus incondicionales, aunque a algunos de los que se citan no se les conoce relación alguna con el protagonista. En cualquier caso, él no ha dicho esta boca es mía (y repetirlo ya empieza a ser cansino).
Hasta que se produjo el escrito en cuestión los atisbos de división eran un supuesto con más o menos argumentos creíbles. Lo que sí parece claro es que es el 'papelito' el que, éste sí con total claridad, ha partido al PP asturiano en dos mitades, al retirar de las claras aspiraciones de las bases a la persona que los mismos dirigentes 'encumbraron' -todos sabemos que más bien de mala gana y sin convicción alguna- ante aquella 'marea' creciente que se inició hace meses y que, al margen de simpatías o antipatías, había cuajado en 'mareona', precisamente apoyada por los mismos que ahora se empeñan en ponerle un insalvable dique de contención.
Si el 'Bob el silencioso' que preside Génova y algunos de sus más directos colaboradores no lo remedian, la división ya es un hecho de más que improbable marcha atrás y el tiempo se encargará de repartir cuotas de responsabilidad en el desastre que puede llevar al PP, mayoritario en las encuestas, a darse uno de esos batacazos de campeonato, Y si no que se lo pregunten a decenas de militantes, algunos de ellos con responsabilidades institucionales, que están dispuestos a 'cargarse' esa otra "candidatura de unidad" en las urnas, y no sólo no votándola, aunque sean sus siglas, sino recurriendo a tachar a uno de los muchos 'activos' alternativos que De Lorenzo dice tener para poner encima el nombre de Cascos. Eso tiene un nombe, voto nulo, y se contabiliza en los recuentos. Podría ser que acabe por ser un dato significativo de los comicios de 2011, dado que todo lo que no sean unos cuantos votos y pasen a contarse por miles tendrían una lectura política clara del conflicto.
No voy a entrar ahora en hechos tan antidemocráticos como que los dirigentes de las agrupaciones firmantes no hayan convocado a sus juntas directivas, ni en que el comité electoral se haya pronunciado sin siquiera reunirse, o sea de forma irregular, según su propio reglamento y las normas que rigen la vida del partido. Eso forma parte de la 'operación de acoso y derribo' y quizá algún día sepamos exactamente por qué se produce el giro copernicano en la opinión de esas personas y si la dirección nacional tiene algo o mucho que ver en el proceso.
Lo único que ha quedado trasparente es que esa iniciativa ha sido la que de verdad ha concebido una división de alcance insospechado.
Recuerdo que el propio Cascos, hace algo más de un año, ante un reducido auditorio de ámbito universitario, además de 'rajar' de María Dolores de Cospedal y otros ex compañeros ahora en la dirección, apeló a una frase del Conde de Romanones -que tuvo amplio eco en la prensa nacional- para establecer las cuatro reglas que, a su juicio, deben presidir el funcionamiento de un partido: "sumar lo más, restar lo menos, multiplicar prudentemente y dividir al adversario". Es posible que él mismo no haya respetado del todo esta sabia máxima, pero, desde luego, los que la han hecho saltar en pedazos son don Gabino de Lorenzo y la corte de dirigentes que se mueven a su toque de corneta. Todos sabíamos que él era quien realmente mandaba y manda en el PP asturiano, pero esta vez es posible que se haya pasado de la raya en su absolutismo. Escudar una hipotética clara derrota -especialmente en estos momentos en que el votante abandona a los socialistas- en el protagonismo de un candidato que posiblemente pueda llegar a no pasar de virtual, va a ser difícil de explicar, máxime por un personaje que la única vez que intentó salir de su feudo municipal ovetense -en el que es el rey incuestionable- se pegó el gran batacazo en las generales de hace tres años.
Decía el otro día que el papel protagonista del 'malo' de la película le iba a quedar a Fernández Pardo. Pues bien, en su endiosamiento, ni ese rol le ha querido dejar Gabino, que se lo reserva para él. Y ya, en el colmo de su estilo característico, se permite afirmar que habrá un candidato de consenso, pero que en ese proceso específico él se va a retirar a un claro segundo o tercer plano y lo dejará en manos de los "órganos" del partido. Y nosotros, que nos chupamos el deco, vamos y nos lo creemos...

jueves, 15 de julio de 2010

Reflexiones sobre el giro en el 'caso Cascos'

Los compañeros de 'La Nueva España' se hacían eco en su edición en papel de ayer de un duro comunicado presuntamente firmado -y, al menos por el momento, no hay razón para dudar de su autenticidad- por cuatro de las principales juntas locales -Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres- y la cúpula del Partido Popular de Asturias en contra de la candidatura de Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado en las autonómicas del año próximo. La citada nota, al parecer, no lleva autoría personal, pero desde Génova se han encargado de darle fé de vida al colocar tras cada organismo popular firmante el nombre y apellidos del máximo responsable o, en su caso, uno de los integrantes más relevantes del equipo correspondiente.
Han pasado ya unas cuantas horas desde que se hizo público el comunicado y el tiempo permite la posibilidad de afrontar una serie de reflexiones al hilo de un cambio tan radical en dirigentes que hace escasas semanas se deshacían en elogios hacia la figura del ex vicepresidente el Gobierno y que defendían públicamente su efigie como la más segura para los carteles electorales de 2011.
1.-La primera y más evidente, al hilo de la propia redacción de la nota, es que a algunos de los principales dirigentes regionales del PP, otrora reacios al retorno del polémico político, se les han "hinchado los co..." por las draconianas condiciones que supuestamente habría ido incorporando Cascos a la aceptación de su retorno. Vamos, que ya sólo le faltaba imponer la exigencia de entrar por el Huerna bajo palio, condición reservada, en el caso de los políticos, a los grandes 'caudillos'.
2.- Otro punto a resaltar en este giro copernicano vendría marcado por el irreductible silencio del personaje en cuestión, pese a que los iniciales obstáculos a su retorno se habían ido salvando con alguna que otra cesión por parte de quienes, en el fondo, nunca estuvieron a favor del mismo. El tiempo corre muy deprisa, y si bien es cierto que objetivamente no parece haber prisa alguna, la falta de seguridad de contar con el candidato estimado "ganador", acortaba el tiempo de reacción de los responsables regionales para buscar una alternativa, casi siempre "de segundo plato", poco recomendable desde el punto de vista de la imagen.
3.- El mutismo absoluto de Cascos ha permitido la existencia de un considerable 'ruido' de sus incondicionales -y algunos no tanto- que han transmitido la opinión de que el ex ministro venía a barrer a todo aquello que se moviera, dentro de la gran mayoría dirigente, a todos los niveles, que no estaban en su 'grupo'. En este punto, su silencio ha sido absolutamente contraproducente, cuando un simple "nadie habla por mí, ya lo haré yo" hubiera servido para tranquilizar a tantos espíritus intranquilos sin por ello anunciar sus intenciones últimas. Ser 'consentidor' le ha hecho un flaco favor.
4.- Salvo que los responsables últimos del comunicado de rechazo a la candidatura de Cascos desautorizaran el papel -cosa harto improbable-, las posibilidades del veterano político de convertirse finalmente en el aspirante conservador a disputar el Gobierno regional al socialista Javier Fernández se han visto reducidas a mínimos. Todo lo anterior ha llevado al ex vicepresidente a meterse en un lodazal del que tiene difícil salida a estas alturas: El PP de Asturias -los que mandan, que son los que cuentan de verdad en Madrid- ya no le quiere.
5.- El comunicado de las agrupaciones más relevantes y de la cúpula regional ha proporcionado a Rajoy, Cospedal y compañía la carta que les faltaba para no dar entrada a las peligrosas 'baronías' del partido a un 'incontrolado', un apoyo que esperaban desde hace tiempo y que hasta la fecha se les había negado.
Hasta aquí, los pros que podrían sustentar la provisional victoria de los enemigos de Cascos. Pero también hay que centrar el punto de mira en el otro lado de las trincheras.
6.- Para empezar, pobres de esos enemigos que consideren que, aun con su ayuda, han conseguido acabar con Cascos. Muy al contrario, la nueva estrategia ha creado un escenario de batalla hasta ahora impensado y que es, precisamente, en el que mejor se desenvuelve el avezado político, superviviente de tantas y tan duras batallas mucho más complicadas. En el 'cuerpo a cuerpo' es precisamente donde él mejor se faja y la declaración de guerra va, con toda probabilidad, a despertar de su sopor a la fiera que, como todos sabemos, lleva dentro.
7.- Es más que probable que a esta hora el ex ministro ya haya recogido el guante y se disponga a jugar 'otro' partido, y éste ya no va a ser el de Alemania, sino el de Holanda. Si hasta ahora le pedían que se mojara y dijera que quiere presentarse, pueden tener por seguro que a partir de este momento va a hacerlo. Y si las cosas se ponen feas, nadie puede descartar que, cuál moderno Sansón, el ex vicepresidente del Gobierno derrumbe las columnas del templo organizativo llevándose al abismo consigo a una larga retahila de políticos asturianos de su partido, muchos de aquellos a los que desde hace tiempo hubiera deseado retirar del mapa. Él, por desgracia para sus adversarios internos, es el que menos tiene que perder, puesto que ahora ya no tiene nada. Aunque ello significara partir por la mitad el PP, no es de descartar cuando se trata de alguien con su carácter que se siente agredido de frente.
8.- Lejos de debilitar su imagen popular, la iniciativa contraria a su regreso va a hacer crecer como flores las plataformas de apoyo, las recogidas de firmas y podrían convertir un homenaje popular a priori fuera de lugar en una manifestación mucho más multitudinaria de lo que inicialmente podría haberse estimado. En suma, que si las cúpulas se retraen, seguramente su actitud servirá para movilizar a las bases, durante muchos meses clamando por el 'deseado', cuando se den cuenta que les han 'birlado' a su líder.
9.- Por lo que a Madrid se refiere, ya queda dicho que el equipo dirigente de Génova puede sentirse reforzado para frenar a tan incómodo compañero. Sin embargo, no hay que olvidar que Cascos cuenta con el apoyo incondicional de relevantes 'barones' , dirigentes y ex dirigentes de peso en el partido que, muy prabablemente, en cuanto el interesado dé la señal de salida, se van a movilizar para presionar al líder nacional. Esperanza Aguirre, Núñez Feijoo, Juan Vicente Herrera, Manuel Fraga, Javier Arenas,..., son sólo algunos de los nombres que ya han expresado su apoyo incondicional y es previsible que estos no se retracten. Y, sobre todo, por si a alguno no lo tiene en el recuerdo, aunque se haya hablado poco de su peso en este asunto, que nadie se olvide del más importante protagonista a la hora de las auténticas influencias internas en el partido, y éste no es otro que el ex presidente José María Aznar.
10.- En el aspecto regional, si la batalla se plantea, como es previsible, el equipo encargado de echar abajo la hipotética candidatura de Cascos serán para muchos los malos, pero no hay guión que a un grupo de este calibre no le ponga un rostro principal, y éste va a a ser, sin lugar a dudas, el de la presidenta local de Gijón, Pilar Fernández Pardo, la única que nunca ha ocultado su rechazo radical al regreso de su enemigo y que tendrá que asumir ese rol de "la mala entre los malos", un papel que a buen seguro le podría pasar factura en las urnas si volviera a presentarse como aspirante a alcaldesa de Gijón. Muchos serían los votos de militantes y simpatizantes que se irían al limbo antes que apoyarla.
Valga este a modo de decálogo improvisado de reflexiones, que se pueden compartir o no, pero que -creo- todas son merecedoras de tenerse en cuenta en estos momentos y en los que están por venir, para entrar en un tema que en días venideros nos dará muchos motivos para continuar hablando y escribiendo.
Eso sí, no puedo cerrar este comentario sin imaginar cómo deben estar tocando palmas con las orejas en las sedes socialistas de la calle de Santa Teresa y de Suárez de la Riva. Al margen del hasta ahora "Cascos sí o Cascos no", los dos principales "handicaps" del candidato de la FSA, Javier Fernández -su escaso conocimiento popular y la necesidad de cargar con el peso de la crisis económica que deviene de una etapa de gestión de un Gobierno del PSOE-, se quedan en nada ante el 'regalo' inesperado de un oponente principal, ahora por delante en todas las encuestas, que salvo que un milagro le remedie, ha pasado de ser un grupo más o menos unido y 'vencedor' a un PP claramente dividido y con todos los signos de ser aspirante a cosechar una nueva derrota en Asturias. De confirmarse estas sospechas, volverían a aparecer los síntomas de una derecha con claras tendencias suicidas y partidaria de la autoinmolación.

sábado, 10 de julio de 2010

Ruidos sobre el futuro de Areces

Comentaba ayer que el anuncio de la retirada de Vicente Álvarez Areces iba a dar lugar a múltiples especulaciones y éstas ya han empezado a circular por la clase política asturiana. No es este el momento idóneo para hacerse eco de todo lo que pulula por los mentideros del Principado, pero me voy a arriesgar -a fin de cuentas un blogg no es la página de un periódico y permite a su responsable emitir opiniones, hacerse eco de rumores o transmitir lo que se comenta en los que desde siempre hemos llamado en la profesión periodística círculos bien informados- y hacer de transmisor de lo que una de éstas me ha hecho llegar.
Quede claro que se trata de una información no contrastada, que bien podría ser un bulo intencionadamente lanzado desde círculos malintencionados, pero la fuente que me hace llegar sus pormenores se mueve en un ambiente influyente dentro de lo que es la política asturiana. Si todo se queda en nada, a fin de cuentas, su reflejo en esta tribuna siempre permitirá a algún seguidor anónimo descalificar a quien se permite hacerse eco de esa hipótesis. Como advertía, las condiciones de un blogg pueden permitir que este periodista en la reserva transmita lo que le cuentan sin que por ello deba dar fé de vida de lo que escribe.
Decía que me cuentan esas 'fuentes bien informadas' que el futuro de Areces se está despejando ya en las más altas intancias de su partido. En concreto, los pormenores habrían formado parte de una reunión en Madrid del propio actual mandatario asturiano y de quien hoy en día es el auténtico hombre fuerte del Partido Socialista Obrero Español, José Blanco. En ese encuentro, el escenario futuro de Tini tendría la figura de una embajada -se ha hablado de esta posibilidad, entre otras, en más de una ocasión- y la solicitada por el veterano político asturiano sería la de Buenos Aires, algo a lo que 'Pepiño' planteó resistencia. Por contra. éste le habría ofrecido la posibilidad de estudiar idéntica responsabilidad en La Habana, un entorno político que Areces conoce a la perfección a través de sus múltiples viajes a la capital del país caribeño.
De llegar a un acuerdo, Tini sería nombrado para el cargo a la vuelta del verano, en uno de los primeros consejos de ministros del nuevo curso político, lo que abriría la puerta a un periodo de transición presidencial en el Principado al secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, que combinaría la opción de ejercitarse en la gestión institucional con la necesidad de darse a conocer a esos millares de asturianos que en las encuestas admiten no tener un idea clara de quién es el futuro candidato del partido hasta ahora mayoritario.
¿Rumor? ¿Especulación? ¿Ruidos de fondo intencionados? Posiblemente. El que suscribe, como se lo contaron se lo cuenta.

jueves, 8 de julio de 2010

Tini tira la toalla

Escribía hace unos días un 'post' bajo el epígrafe "Tini no se rinde". Hoy, el actual presidente del Principado, el tres veces elegido alcalde de Gijón y otras tantas presidente del Principado parece haber agotado sus municiones y ha anunciado formalmente que tira la toalla. El escenario, bastante comprensible, la lectura de un amplio comunicado y el rechazo a cualquier tipo de preguntas (hasta en eso, y salvando las evidentes distancias, existe un paralelismo con el elegido por su más conspicuo enemigo político, Francisco Álvarez-Cascos, hace unos seis años).
Que a Vicente Álvarez Areces su partido le había puesto fecha de caducidad era generalmente conocido, tan conocido como que no es de esas personas que renuncia con facilidad. A pesar de que desde Moncloa y Ferraz hace muchos meses que se señaló a Javier Fernández como nuevo cartel electoral asturiano del PSOE (voceros ha tenido en este tiempo que se han encargado de advertirlo), el todavía máximo mandatario del Principado ha puesto en ese mismo periodo toda su larga experiencia en la 'cosa pública' y ha utilizado todos los recursos a su alcance para dejar claro que su voluntad no pasaba por abandonar aún. Además, reforzaban esas armas propias la posible candidatura por el PP de Francisco Álvarez-Cascos y el reconocido carácter dubitativo de la persona designada por su partido para relevarle.
Quizá por todo ello, la lectura del amplio comunicado que ayer leyó Areces ha pillado a más de uno por sorpresa. El guión estaba escrito, pero su traslado a la pantalla no parecía reunir todavía las condiciones para ponerlo en práctica.
Dada la comprensible voluntad del interesado de no aceptar por el momento que se le pregunten por todos esos detalles que una legión de periodistas hubieran deseado conocer, los días venideros, superada la relativa sorpresa de la declaración de renuncia a volver a presentarse, van a ser pródigos en rumores y especulaciones, unidos a referencias obligadas -estas ya reales- para acceder a las claves de por qué en este preciso momento. Por ahora tendremos que conformarnos con esos seis folios en los que, como es lógico, el presidente autonómico actual ha puesto sobre la mesa sus "valores", los logros de su gestión en estos ocho años largos, los cambios de Asturias, las políticas diferenciadas, etcétera; o sea un discurso no por lógico en este caso conocido hasta la saciedad en cualquiera de sus intervenciones públicas, ya sea en Oviedo o en China, en Madrid o en Tombuctú.
Sin embargo, y asumiendo el riesgo de tener que construir algo sin apenas materiales, me voy a centrar en dos detalles del escrito presidencial que me resultan especialmente significativos y que se prestan a interpretar elementos relevantes en la decisión. En primer lugar, Areces se ha referido al hablar de su gestión y la de sus equipos a "una buena dosis de generosidad", que, a renglón seguido, él mismo se quiere atribuir en este preciso y presuntamente doloroso momento. Generosidad, ¿en qué concretamente? ¿Quizá en esa acción de arrojar la toalla y no plantear una posible batalla (aunque él se encargó siempre de asegurar que la candidatura no iba a representar ningún problema para la FSA, algunos llegaron a hablar hasta de primarias) hasta el final? Parece obvio que el veterano político no ha sido nunca, ni es, un 'barón' incordiante para su partido ni uno de esos líderes que obligan a los dirigentes nacionales a mirar siempre por el rabillo del ojo por si acaso las reivindicaciones venidas "de provincias" se les podían salir de control. Tampoco en esta ocasión era previsible ese escenario, aunque -como queda dicho- Areces tenía su particular bagaje y sus propios voceros, que han llevado a que en los últimos días hasta en la dirección federal se hablase de que cualquier decisión sobre el cartel electoral asturiano tenía que estar hablada y contar con la opinión del actual mandatario. Podría decirse quizá que su generosidad, eso sí reivindicada, pasa por una retirada pactada y silenciosa (convenimos por supuesto en que no hay que preocuparse por su futuro, en que no se va a ir para casa y en que su partido ya le tiene algo reservado, ya sea ministerio, empresa pública o legación diplomática, que eso da igual en este momento).
El segundo aspecto del escrito que ayer leyó pausadamente Areces que me ha llamado la atención es su frase de "poner en valor más que nunca los intereses generales de Asturias por encima de otras legítimas aspiraciones individuales o de grupo". Y me centro en este párrafo no en sí mismo, sino ligándolo a la expresa voluntad de trabajar a tope hasta el último día y poner todo el empeño en el logro de los grandes objetivos fijados para esta legislatura, aún con el importante hándicap de una situación económica general poco favorale de esa meta (vease la no por esperada decepcionante relación de recortes y aplazamientos anunciada por el ministro de Fomento, José Blanco, el día anterior en territorio asturiano). Pretendo decir con esto que es posible que, tras sus palabras específicas, Areces esté transmitiendo que, desligado de cualquier lucha por mantenerse en el cargo, centrado en completar su mandato institucional y sin campos de batalla externos que pudieran dispersar sus esfuerzos de ese objetivo, pudiera aparecer un presidente volcado en poner ante los asturianos a su gobierno un broche final que le equiparara a aquellos potentes 'barones' -Ibarra, Bono, Chaves,...- de otros tiempos socialistas. No en vano el asturiano pertenece al selecto grupo de los dos mandatarios autonómicos más veteranos del partido en este momento. Pero que a nadie confunda esta reflexión. Ya ha expresado mi convencimiento de que Tini nunca ha sido un 'tocapelotas' del partido y no va a cambiar a estas alturas, pero sí es cierto que los próximos meses le van a dar una libertad de movimientos de los que hasta ahora no disponía por estructura orgánica y carácter .
Y para terminar por donde empecé, y dejando a un lado las interpretaciones para ceñirnos a los hechos, ¿a nadie se le ha ocurrido pensar que Areces presenta públicamente su renuncia al día siguiente de que hiciera lo propio el actual presidente de Aragón, Marcelino Iglesias? ¿Recuerdan que en estos últimos días toda la prensa comentaba que las dos únicas incógnitas por terminar de despejar desde Ferraz a la hora de afrontar las candidaturas autonómicas para 2011 eran, precisamente, las de Asturias y Aragón? Para esto no hace falta ser analista. Desde la Ejecutiva federal los nombres de Areces e Iglesias estaban fuera desde hace tiempo y, ante la presencia diaria en los medios de comunicación de este asunto, que tanto molesta a la clase política que se ventile en público, una simple llamada de Zapatero ha cerrado esa página de un plumazo. Los dos interesados se retiran a la vez, y luego ya hablaremos. Y eso es precisamente lo que haremos en los próximos días sobre este asunto. Y mucho.

martes, 6 de julio de 2010

¡Qué viva FEVE!

El de ayer fue un día de satisfacción para los gijoneses. Han hecho falta varios años para que el colectivo de potenciales usuarios numéricamente más relevante de los servicios de Parque Principado hayan tenido la oportunidad de acceder a ese macrocentro c0mercial sin necesidad de utilizar el vehículo propio como única alternativa a la absurda opción de ir hasta Oviedo en servicio de transporte regular para acceder mediante transporte público capitalino hasta el centro de ocio-comercial más relevante de Asturias.
Los gijoneses siempre nos hemos preguntado la razón por la que, con el paso del tiempo, las citadas posibilidades -no las más racionales precisamente- eran las únicas de llegar a las prestaciones del gran centro comercial de Siero. Ni Renfe, ni ALSA, ni cualquier otra empresa de transporte público en la comunidad ha sido capaz hasta el momento de dar una alternativa a los residentes en la villa de Jovellanos de poder disponer de los servicios de Parque Principado. Consultados los potenciales usuarios, nunca nadie me ha sabido explicar con razonamientos lógicos que una línea de bus, de que una parada de ferrocarril -no siendo la que pasaba por un trasbordo en El Berrón- impedía el normal acceso de los gijoneses al gran centro comercial de la zona central de Asturias. En este punto sería importante acompañar a esta incomprensible situación el cómputo de clientes pertenecientes al municipio de Gijón que los negocios asentados en el el citado centro comercial tienen -del que muchos de esas firmas disponen mediante la solicitud del código postal a la hora de la compra-.
El caso es que los residentes en la capital de la Costa Verde hemos tenido siempre un importante hándicap a la hora de 'disfrutar' de las ventajas de contar entre nuestras opciones de compra con un centro comercial como Parque Principado.
Desde ayer, FEVE, dentro de su campaña de remodelación de líneas y recomposición de servicios, ha incluido en su servicios regulares entre Gijón y Oviedo, y viceversa, una hasta ahora inexistente parada en las inmediaciones de ese gran centro comercial. Desde luego, se trata de un tanto que anotarle a la compañía ferroviaria de vía estrecha y que espero que le reporte un notable incremento de clientes, dado que su competitividad en tiempos con respecto a su hermana mayor, Renfe, resiste perfectamente la comparación. Así, las cosas, hay que gritar un 'bien' por una compañía que, como antes hizo la citada hermana mayor, empieza a tener ideas para ponerse al día y ganar mercado. ¡Qué viva FEVE!

jueves, 1 de julio de 2010

Los tres obstáculos de Javier Fernández

Mientras el PP asturiano mantiene, muy a pesar de una gran mayoría, dirigentes incluidos, el asunto de la candidatura autonómica de Francisco Álvarez-Cascos para el año próximo en una especie de "paro clínico" que exaspera a más de uno (no hace falta volver a repetir el pulso que actualmente mantienen el propio ex vicepresidente y la dirección nacional del partido, con Rajoy al frente, para ver quién tiene que dar el paso definitivo), entretanto -digo- los socialistas asturianos perseveran en su habitual estilo 'de libro' de no dar ni una sola pista sobre quién será su cartel electoral para esos comicios. Aquí, los plazos funcionan férreamentey, aunque en conversaciones privadas sus dirigentes mantienen que es el nombre de Javier Fernández por el que Ferraz ha mostrado sus simpatías -y ya sabemos lo que esto significa en un partido de los grandes-, los acontecimientos aconsejan mantener la prudencia y esperar, toda vez que no se considera baladí quién van a tener enfrente.
Digo que la apuesta socialista, inicialmente, esta hecha y que el secretario general de la Federación Socialista Asturiana es la carta con la que actualmente juegan sus compañeros. Sin embargo, no son uno ni dos de los que bien le conocen los que manifiestan en privado que con "Javier nunca se sabe".
En esta tesitura, y a la espera de que los calendarios oficiales resuelvan las dudas, quizá sería bueno analizar la trayectoria política reciente del presumible candidato y rememorar algunas pinceladas que podrían servir para que cada cuál haga su análisis particular libremente. Por ejemplo, remontémonos a hace algo menos de cuatro años. Entonces no parecían existir dudas sobre la apuesta segura por una nueva oportunidad para Vicente Álvarez Areces, sobre todo sabiendo a ciencia cierta que frente a él iba a tener a la misma persona a la que ya había derrotado en dos ocasiones anteriores, Ovidio Sánchez. Lo que posiblemente algunos no tengan tan presente en la memoria a estas alturas es que la gran polémica de entonces en las filas del socialismo asturiano se centraba en si Javier Fernández entraba en la lista autonómica -hasta ese momento su labor se reservaba a la órganica del partido- y si abandonaba la política institucional el más veterano de sus representantes hasta entonces, el líder del SOMA, José Ángel Fernández Villa. Recuerdo que estas dos incógnitas hicieron correr mucha tinta y un cruce de quinielas en la que había quien apostaba a favor y en contra de ambas posibilidades. Finalmente, Fernández se incorporó a la lista electoral y lo hizo como número dos, lo que dio lugar a multitud de especulaciones sobre el hecho de que el paso dado por el secretario general de la FSA tenía como objetivo preparar el relevo de Areces, incluso en algunos casos apuntando a que ese cambio se produciría antes de acabar la presente legislatura. Sería conveniente recordar también que la aceptación del líder de los socialistas asturianos no se produjo normalmente, sino con un clarísimo "empujón" de la dirección nacional del partido -"apremiar" fue la palabra que entonces se utilizó-, conocedora de las dudas que el personaje suele plantearse a la hora de asumir nuevas responsabilidades (de suyo, gente muy relevante de Ferraz hubiera deseado que el paso fuera más intenso y ocupase ya en esa ocasión la cabecera de cartel) y que, de dejarlo solamente en sus manos, quizá se hubiera quedado en Santa Teresa mucho más satisfecho.
El paso de Javier Fernández a la política institucional no solamente no sirvió para su promoción como futuro candidato -uno de los objetivos de aquella medida-, sino que puede decirse que ha pasado prácticamente desapercibida. Se podrá decir que su trayecto silencioso por la Junta General es una inteligente maniobra para no quitar protagonismo al presidente del Ejecutivo, de su mismo partido. Sin embargo, otros pensamos que el secretario general nunca se ha sentido parlamentario y que en estos tres años largos no ha hecho nada por enfocar su supuesta futura opción a optar a la Presidencia regional.
Me he permitido recordar estos detalles porque es más que posible que Fernández sea el candidato para 2011 de la dirección nacional, pero, una vez más, él se lo esté pensando y en esta ocasión precise algo más que un "empujón".
Al margen de los condicionantes derivados de su propio carácter, habría que analizar el entorno en el que, aquí, en Asturias, se desarrollaría su carrera hacia el cartel electoral del año próximo. Se ha hablado mucho de los problemas que Cascos tenía -y en algunos casos todavía tiene- dentro de su propio partido para ser el aspirante del PP a la Presidencia del Principado, pero a las dificultades internas no es ajeno tampoco el líder socialista.
Tres son los problemas que yo veo -al margen de las dudas personales- para que Fernández dé el salto cualitativo y afronte una responsabilidad que siempre ha tratado de evitar. Por un lado, está la necesidad de conocer a su rival. Si, efectivamente, fuera Cascos, las posibilidades de alcanzar el Gobierno, con o sin Izquierda Unida, no estarían tan claras y el veterano socialista no está para perder unos comicios cuando se presenta por vez primera y ser jefe de la oposición después de haber sobrepasado los sesenta.
En segundo lugar, habría que tener en cuenta -ya lo he repetido en varias ocasiones- que Areces no parece dispuesto a tirar la toalla a la primera y renunciar a la posibilidad de un cuarto mandato y, aunque siempre sería sin que corriera la sangre, ni mínimamente, está dispuesto a aprovechar todas las incertidumbres que acompañan a su compañero y "en ello está trabajando"; su estrategia podría decirse que es preparar el terreno para estar en la "pole" y bien pertrechado cuando llegue el momento.
El tercero de los elementos a tener en cuenta tiene que ver con lo que antes comentaba que ocurrió hace algo más de tres años: la exclusión de Fernández Villa de la última lista, una salida que se vendió como "pactada", pero que sus seguidores se encargaron de aclarar que habría sido "impuesta". Lo cierto es que el veterano líder sindical es un hombre de trayectoria rectilínea y, aunque el tiempo se haya encargado de mermar sus fuerzas físicas y políticas (la reducción de su poder sindical por los sucesivos recortes en la minería y de su poder político por la pérdida númerica de efectivos en sus feudos de las cuencas), todavía sigue marcando pautas y manteniendo un peso específico interno cualitativo superior a ese control cuantitativo al que me refería. Todavía en la última edición del homenaje anual en Mieres a Manuel Llaneza lanzó un avieso aviso para navegantes, por si alguno pensaba que su apoyo a Fernández era incondicional y decisivo. Dicho de otra manera, que Villa no suele olvidar y tanto a nivel de partido como en el citado plano institucional tiene en el bolsillo trasero guardada una factura que puede pasarle a Fernández en cualquier momento.
Así las cosas, mientras en la mayoría de las autonomías -calendarios y 'hojas de ruta' oficiales aparte- PP y PSOE tienen sus carteles electorales prácticamente decididos, en el Principado vamos a mantener la incertidumbre unas semanas o unos meses más. En esto también somos diferentes.