Los compañeros de 'La Nueva España' se hacían eco en su edición en papel de ayer de un duro comunicado presuntamente firmado -y, al menos por el momento, no hay razón para dudar de su autenticidad- por cuatro de las principales juntas locales -Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres- y la cúpula del Partido Popular de Asturias en contra de la candidatura de Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado en las autonómicas del año próximo. La citada nota, al parecer, no lleva autoría personal, pero desde Génova se han encargado de darle fé de vida al colocar tras cada organismo popular firmante el nombre y apellidos del máximo responsable o, en su caso, uno de los integrantes más relevantes del equipo correspondiente.
Han pasado ya unas cuantas horas desde que se hizo público el comunicado y el tiempo permite la posibilidad de afrontar una serie de reflexiones al hilo de un cambio tan radical en dirigentes que hace escasas semanas se deshacían en elogios hacia la figura del ex vicepresidente el Gobierno y que defendían públicamente su efigie como la más segura para los carteles electorales de 2011.
1.-La primera y más evidente, al hilo de la propia redacción de la nota, es que a algunos de los principales dirigentes regionales del PP, otrora reacios al retorno del polémico político, se les han "hinchado los co..." por las draconianas condiciones que supuestamente habría ido incorporando Cascos a la aceptación de su retorno. Vamos, que ya sólo le faltaba imponer la exigencia de entrar por el Huerna bajo palio, condición reservada, en el caso de los políticos, a los grandes 'caudillos'.
2.- Otro punto a resaltar en este giro copernicano vendría marcado por el irreductible silencio del personaje en cuestión, pese a que los iniciales obstáculos a su retorno se habían ido salvando con alguna que otra cesión por parte de quienes, en el fondo, nunca estuvieron a favor del mismo. El tiempo corre muy deprisa, y si bien es cierto que objetivamente no parece haber prisa alguna, la falta de seguridad de contar con el candidato estimado "ganador", acortaba el tiempo de reacción de los responsables regionales para buscar una alternativa, casi siempre "de segundo plato", poco recomendable desde el punto de vista de la imagen.
3.- El mutismo absoluto de Cascos ha permitido la existencia de un considerable 'ruido' de sus incondicionales -y algunos no tanto- que han transmitido la opinión de que el ex ministro venía a barrer a todo aquello que se moviera, dentro de la gran mayoría dirigente, a todos los niveles, que no estaban en su 'grupo'. En este punto, su silencio ha sido absolutamente contraproducente, cuando un simple "nadie habla por mí, ya lo haré yo" hubiera servido para tranquilizar a tantos espíritus intranquilos sin por ello anunciar sus intenciones últimas. Ser 'consentidor' le ha hecho un flaco favor.
4.- Salvo que los responsables últimos del comunicado de rechazo a la candidatura de Cascos desautorizaran el papel -cosa harto improbable-, las posibilidades del veterano político de convertirse finalmente en el aspirante conservador a disputar el Gobierno regional al socialista Javier Fernández se han visto reducidas a mínimos. Todo lo anterior ha llevado al ex vicepresidente a meterse en un lodazal del que tiene difícil salida a estas alturas: El PP de Asturias -los que mandan, que son los que cuentan de verdad en Madrid- ya no le quiere.
5.- El comunicado de las agrupaciones más relevantes y de la cúpula regional ha proporcionado a Rajoy, Cospedal y compañía la carta que les faltaba para no dar entrada a las peligrosas 'baronías' del partido a un 'incontrolado', un apoyo que esperaban desde hace tiempo y que hasta la fecha se les había negado.
Hasta aquí, los pros que podrían sustentar la provisional victoria de los enemigos de Cascos. Pero también hay que centrar el punto de mira en el otro lado de las trincheras.
6.- Para empezar, pobres de esos enemigos que consideren que, aun con su ayuda, han conseguido acabar con Cascos. Muy al contrario, la nueva estrategia ha creado un escenario de batalla hasta ahora impensado y que es, precisamente, en el que mejor se desenvuelve el avezado político, superviviente de tantas y tan duras batallas mucho más complicadas. En el 'cuerpo a cuerpo' es precisamente donde él mejor se faja y la declaración de guerra va, con toda probabilidad, a despertar de su sopor a la fiera que, como todos sabemos, lleva dentro.
7.- Es más que probable que a esta hora el ex ministro ya haya recogido el guante y se disponga a jugar 'otro' partido, y éste ya no va a ser el de Alemania, sino el de Holanda. Si hasta ahora le pedían que se mojara y dijera que quiere presentarse, pueden tener por seguro que a partir de este momento va a hacerlo. Y si las cosas se ponen feas, nadie puede descartar que, cuál moderno Sansón, el ex vicepresidente del Gobierno derrumbe las columnas del templo organizativo llevándose al abismo consigo a una larga retahila de políticos asturianos de su partido, muchos de aquellos a los que desde hace tiempo hubiera deseado retirar del mapa. Él, por desgracia para sus adversarios internos, es el que menos tiene que perder, puesto que ahora ya no tiene nada. Aunque ello significara partir por la mitad el PP, no es de descartar cuando se trata de alguien con su carácter que se siente agredido de frente.
8.- Lejos de debilitar su imagen popular, la iniciativa contraria a su regreso va a hacer crecer como flores las plataformas de apoyo, las recogidas de firmas y podrían convertir un homenaje popular a priori fuera de lugar en una manifestación mucho más multitudinaria de lo que inicialmente podría haberse estimado. En suma, que si las cúpulas se retraen, seguramente su actitud servirá para movilizar a las bases, durante muchos meses clamando por el 'deseado', cuando se den cuenta que les han 'birlado' a su líder.
9.- Por lo que a Madrid se refiere, ya queda dicho que el equipo dirigente de Génova puede sentirse reforzado para frenar a tan incómodo compañero. Sin embargo, no hay que olvidar que Cascos cuenta con el apoyo incondicional de relevantes 'barones' , dirigentes y ex dirigentes de peso en el partido que, muy prabablemente, en cuanto el interesado dé la señal de salida, se van a movilizar para presionar al líder nacional. Esperanza Aguirre, Núñez Feijoo, Juan Vicente Herrera, Manuel Fraga, Javier Arenas,..., son sólo algunos de los nombres que ya han expresado su apoyo incondicional y es previsible que estos no se retracten. Y, sobre todo, por si a alguno no lo tiene en el recuerdo, aunque se haya hablado poco de su peso en este asunto, que nadie se olvide del más importante protagonista a la hora de las auténticas influencias internas en el partido, y éste no es otro que el ex presidente José María Aznar.
10.- En el aspecto regional, si la batalla se plantea, como es previsible, el equipo encargado de echar abajo la hipotética candidatura de Cascos serán para muchos los malos, pero no hay guión que a un grupo de este calibre no le ponga un rostro principal, y éste va a a ser, sin lugar a dudas, el de la presidenta local de Gijón, Pilar Fernández Pardo, la única que nunca ha ocultado su rechazo radical al regreso de su enemigo y que tendrá que asumir ese rol de "la mala entre los malos", un papel que a buen seguro le podría pasar factura en las urnas si volviera a presentarse como aspirante a alcaldesa de Gijón. Muchos serían los votos de militantes y simpatizantes que se irían al limbo antes que apoyarla.
Valga este a modo de decálogo improvisado de reflexiones, que se pueden compartir o no, pero que -creo- todas son merecedoras de tenerse en cuenta en estos momentos y en los que están por venir, para entrar en un tema que en días venideros nos dará muchos motivos para continuar hablando y escribiendo.
Eso sí, no puedo cerrar este comentario sin imaginar cómo deben estar tocando palmas con las orejas en las sedes socialistas de la calle de Santa Teresa y de Suárez de la Riva. Al margen del hasta ahora "Cascos sí o Cascos no", los dos principales "handicaps" del candidato de la FSA, Javier Fernández -su escaso conocimiento popular y la necesidad de cargar con el peso de la crisis económica que deviene de una etapa de gestión de un Gobierno del PSOE-, se quedan en nada ante el 'regalo' inesperado de un oponente principal, ahora por delante en todas las encuestas, que salvo que un milagro le remedie, ha pasado de ser un grupo más o menos unido y 'vencedor' a un PP claramente dividido y con todos los signos de ser aspirante a cosechar una nueva derrota en Asturias. De confirmarse estas sospechas, volverían a aparecer los síntomas de una derecha con claras tendencias suicidas y partidaria de la autoinmolación.
Análisis francamente bueno de una situación complicada y abracadabrante. No me extraña que los dirigentes del PP de Asturias rechacen que una persona como Cascos quiera ser su candidato: Cascos representa exactamente lo contrario de este manicomio en el que se ha convertido la sede del PP. Cualquier persona cabal debería alejarse de ellos y, en el caso de Cascos, nos haría un gran favor a los asturianos si les planta cara y se lleva por delante a esta tropa de irresponsables.
ResponderEliminarDiscrepo de una cosa en su análisis. No acabo de ver el papel definitivo que pueda jugar Aznar en este asunto y, con sinceridad, no me parece que Cascos sea de los que tenga que recurrir al "primo de Zumosol". En realidad Cascos es ese, el "primo de Zumosol"; bien que lo saben Aznar, Rajoy y demás, incluidos los suicidas del PP asturiano.