La lamentable gestión que, en su condición de presidenta regional, ha venido practicando Mercedes Fernández en la organización local gijonesa -donde nació a la política, y creció para ocupar puestos más relevantes allende la Venta del Jamón, tuvo hace apenas minutos el estrambote a un desafinado soneto que se remonta al mismo momento en que la 'lideresa' decidió borrar al 'pilipardismo', hasta ese momento preponderante en el partido.
Del seguimiento de los que ha sido el congreso (¿...?) local de los populares uno llega a la conclusión de que la celebración de dicho cónclave nunca estuvo en la cabeza de 'Cherines' y su equipo. Es frecuente que este tipo de convocatorias de cualquier partido agudicen tensiones y solivianten algunos ánimos, pero de ahí a llegar al 'pucherazo' y la algarada hay un gran trecho.
Éramos muchos los que pensábamos que la dirección regional había ido retrasando continuadamente la celebración de esta cita a la espera del momento oportuno para convertirla en un trámite que arrojara el resultado deseado con independencia del proceso. Diecinueve meses de interinidad de una comisión gestora son demasiados incluso para los inseguros. Finalmente, aprovechando los coletazos del verano, se planteó una fecha -la de hoy- y las "reglas" de un proceso en el que, antes incluso de cualquier aspecto orgánico, se entronizó a un candidato oficial. Un aspirante apoyado por el 'aparato' y todos sus resortes de poder al que, ¡oh cielos!, le surgió un adversario. No pasa nada, parecían decirse los oficialistas. Al 'rebelde' le ponemos el hándicap muy elevado y no llega ni a la salida. Muchos también lo creíamos así, y así lo manfestamos públicamente. Pero héteme aquí que el alternativo rompió todos los pronósticos y alcanzó los 500 avales establecidos como barrera para poder competir.
De por medio, saltó a la opinión pública una sentencia condenatoria por consumo de heroína del hombre de 'Cherines', algo que no debería ser admisible en ningún partido político pero que choca aún más en el imaginario usual de los conservadores. Puede que estos hechos, de un pasado no tan alejado, pusieran nerviosos a los impulsores de la candidatura de David González Medina. O puede que no. El caso es que lo que aparentaba hace una semana un trámite pasajero se convirtió en un conflicto interno y arrojó las primeras dudas sobre la viabilidad de la operación montada desde Oviedo.
Y así llegamos a la cita de hoy mismo, con un final bochornoso más propio de regímenes totalitarios de los países de la órbita de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. De nada valieron los más de quinientos avales del candidato alternativo, invalidados en casi un cincuenta por ciento por una mesa formada sin la participación de buena parte de la militancia que acudía a participar en el cónclave. "Tongo", "Pucherazo" y otros términos similares corearon el hilarante epílogo de la cita conservadora. Tiempo habrá para analizar la multitud de presuntas irregularidades cometidas por el aparato popular en esta fecha señalada de su historia reciente. Todo apunta a que podría ser un auténtico manual de las malas prácticas democráticas. Nos quedamos fundamentalmente, por el momento, con que los hechos acaecidos plantean algo más que dudas.
Para los que tenemos algo de memoria habría que remontarse a aquel otro congreso, éste socialista, que en 1987 contribuyó a descabalgar a quién había sido alcalde por el partido durante los dos primeros mandatos democráticos, José Manuel Palacio, para dar entrada a Vicente Álvarez Areces. Una operación calculada, que recibió el nombre de "jaula" dejó en evidencia a los socialistas de la villa y estableció las pautas de lo que nunca debería de ser una cita de este calibre.
Desde las últimas elecciones locales, el PP de Gijón ha ido dando tumbos hasta entrar en una espiral de despropósitos que ha tenido su rúbrica hace pocas horas. No serán estos los mejores avales para presentarse ante la ciudadanía para un partido al que sus propias encuestas internas muestran una permanente caída que podría llevarles a quedarse en una formación testimonial. Lo de hoy ha sido ese estrambote satírico de una poesía sin métrica ni argumento.
Una sátira de muy mal gusto, aderezada gratuitamente de procacidad y obscenidades. Dieron por bueno el incumplimiento de sus propios estatutos (al más puro estilo "gabinazo"), posponiendo esta cita hasta el límite, para darse tiempo para pergeñar un pucherazo impresentable y cobrarse (doña Mercedes) antiguas cuitas personales. Todo un ejercicio de "transparencia", "democracia" y "limpieza". Sólo espero que este dislate suponga la expulsión, esta sí, democrática, de toda esta estofa que prostituye la política y desprestigia las instituciones.
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