viernes, 25 de septiembre de 2015

Para este viaje....

Para este viaje no hacían falta alforjas. Me viene a la memoria esta conocida expresión después de haber leído las informaciones sobre la primera ronda de negociaciones entre las actuales fuerzas políticas que configuran el Parlamento asturiano para abordar la reforma de la ley que regula las elecciones autonómicas en el Principado. Las dificultades que se manifestaron a propósito de los sucesivos encuentros en la pasada legislatura se han puesto de manifiesto en ésta a las primeras de cambio. No hace falta recordar que la reducción a una de las tres circunscripciones electorales actuales fue el caballo de batalla de unos larguísimos encuentros que acabaron, finalmente, en un fracaso absoluto.

Cierto que la composición actual de la Junta General del Principado complica aún más el logro de acuerdos en asuntos como el citado que, por unas razones o por otras, enfrentan a los partidos políticos. Sin embargo, sorprende que a las primeras de cambio Izquierda Unida y Ciudadanos -que ha tomado el testigo y el ponente de Unión, Progreso y Democracia del mandato anterior- hayan claudicado tan rápido en pro del "entendimiento".

Porque, si es así, ¿qué razón tuvieron unos y otros -prescindo de las nuevas siglas- para romper en 2013 un acuerdo de legislatura y poner en riesgo real la estabilidad del Gobierno autónomo presidido por Javier Fernández? ¿No estaba claro entonces, como ahora, que el mandatario socialista no estaba dispuesto a seguir adelante si sus "socios" insistían en mantener una iniciativa que en todo momento se manifestó bajo la sospecha de los intereses en las urnas de cada cual?

La cruda realidad indica que los grupos políticos muestran cualquier cosa en sus actuaciones y posicionamientos menos coherencia. Desde luego que don Gaspar Llamazares ha hecho honor a su fama "posibilista", muy especialmente desde que recuperó el estatus de 'socio preferente' de los socialistas, algo que nos devuelve a aquellos tiempos no tan lejanos en los que la coalición ponía 'el dinero y la cama'. "Aquí estamos para lo que haga falta", parecen decir los de la coalición cada vez que la Federación Socialista Asturiana no encuentra apoyos en otro 'dormitorio'.

¿Y qué decir de Ciudadanos? Su diputado agitador de la pasada legislatura -aunque con otra 'chaqueta'- se ha visto diluido en la nueva formación a la que pertenece, y aún más con la presencia de otros grupos más relevantes en la Cámara. Los órdagos de su único voto de entonces se han difuminado en los tres sufragios actuales.

Se dirá que no hay nada que hacer cuando socialistas y populares -además de Foro- tienen apoyos suficientes para impedir que se de la vuelta a un aspecto tan relevante de una ley como aquel que les facilita una mayor representación institucional -las tres circunscripciones-. La reserva de diez escaños para repartir entre los restos de las dos alas y el centro territorial no deja de ser un parche que, con toda seguridad, los 'mayoritarios' ya habrán estudiado que no les va a perjudicar esencialmente.

Pues nada. Renunciemos a las banderas y a los objetivos y pasemos a otra cosa, argumentan entre dientes los adalides de la reforma electoral. Pero, ¿qué les hace pensar que la abdicación de este momento en favor del "entendimiento" va a facilitar que los defensores de la actual redacción se muestren proclives al desbloqueo de listas, a las primarias obligatorias o tantas otras cosas que en la mayor parte de los casos no interesan a unos u a otros? Al final, todo invita a pensar en que las 'negociaciones' van a ser largas, más que el proyecto de la variante de Pajares. Más que eso, me atrevería a decir que acabarán languideciendo hasta terminar en un nuevo fracaso. El lema grabado a fuego por los socialistas a la entrada de la sala de reuniones sobre la irrenunciabilidad de unas mayorías amplias para el resultado final es la mejor garantía para Javier Fernández y los suyos de que estarán mejor si nada cambia. Ya funcionó hace más de dos años y nada hace pensar que no vuelva a hacerlo.

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