Hace algunas semanas, a finales del mes pasado, ya me adelantaba a pronosticar que éste de setiembre iba a ser movidito desde el punto de vista de la política local. No hacía falta ir a estudiar a Salamanca para vislumbrar que la mayoría de los partidos y coaliciones engrasarían sus maquinarias respectivas para afrontar un periodo que tiene como meta la cita con las urnas del año próximo. Pero antes, era preciso poner al día el esqueleto organizativo de cada una de esas fuerzas políticas como paso previo a embocar los comicios de 2015.
Ha sido estar unas semanas fuera de ambiente, tanto física como informativamente, y volver para encontrarme con que los vaticinios se han cumplido. Y con creces. Las principales organizaciones políticas del ámbito local no solamente han calentado motores sino que podría decirse que se encuentran ya con todas las marchas revolucionadas.
El primero en salir a pista ha sido el PSOE que, tras asumir como general el proceso de primarias, ha lanzado al ruedo para renovar su dirección en Gijón a José María Pérez, joven y veterano a la vez, buen conocedor del ámbito municipal y 'formado' durante los últimos tres años y pico en el parlamentarismo regional a la sombra protectora de los Javier Fernández, Fernando Lastra o Jesús Gutiérrrez. Ahora, retorna como candidato oficialista y, por tanto, con amplias posibilidades de ser el sucesor del 'malogrado' Santiago Martínez Argüelles.
Enfrente tendrá al incombustible José Antonio Garmón, siempre con la confianza intacta en sus posibilidades de cambiar los hábitos y costumbres establecidos durante años. Por el camino parece que se ha quedado la presumible candidatura arecista. Quizás Tini se dio cuenta esta vez de que su prestigio entre los compañeros y camaradas está bajo mínimos, tanto si es para tratar de volver a la primera fila como para actuar por persona interpuesta.
Solamente pasaron horas entre el anuncio del socialista 'Josechu' de que daba ese paso al frente y el sorpresivo anuncio de que el Partido Popular convocaba, al fin, para octubre el congreso local tantas veces postergado. Y digo sorpresivo pese a la evidencia de que el cónclave se había hecho imprescindible, por el momento elegido por la lideresa regional para anunciarlo. Tan obvio había sido meses antes que ya nos habíamos acostumbrado a pensar que la cita no iba a llegar nunca. Incluso se llegó a pensar en que la organización local podía llegar a las elecciones con una gestora que acumulaba hasta ahora diecinueve meses de interinidad.
Es de suponer que la convocatoria llegó cuando Mercedes Fernández resolvió el sudoku de encontrar un candidato a su medida. Los sucesivos retrasos solamente podían justificarse en el encaje de las piezas que pudieran evitar sorpresas (no es el Partido Popular proclive a tener alternativas a los designios de sus dirigentes). Y la elección recayó sobre David González Medina, líder de Nuevas Generaciones en el ámbito local, un sobre sorpresa como aquellos que comprábamos en las ferias y en cuyo interior nunca sabías lo que te podía tocar.
Pero fue anunciar 'Cherines' la convocatoria del congreso local, y colocar sobre el tapete el nombre del joven Medina, cuando de detrás de las columnas apareció un Ignacio Riestra no demasiado conocido pero con años de militancia a sus espaldas (incluso fue secretario general) para reclamar el derecho de los militantes a participar en 'la fiesta'. Todo apunta a que el candidato alternativo será el Garmón de los populares, incluso con más dificultades para recabar el número de avales precisos para concurrir en el proceso.
No va a la zaga de socialistas y populares Izquierda Unida. Tras el guirigay de la pasada primavera, con la salida alborotada de Jorge Espina y Libertad González de sus cargos en la organización y en el ayuntamiento, el necesario proceso de recuperación interna se inició con el anuncio del coordinador local de que se presentaría de nuevo a la reelección. Pero Marcos Muñiz, señalado por los 'rebeldes' como responsable de la crisis interna, también se ha encontrado a las primeras de cambio con un adversario en la figura de Faustino Sabio. El presidente de la Confederación de Padres de Alumnos no oculta que está en la onda de los mencionados dimisionarios y ya tira con bala contra su rival interno, lo que garantiza prácticamente que la crisis está lejos de ser superada.
Y así van las cosas, de dos en dos, algo inusual en la política de los últimos años, más proclive a contar con un candidato único como símbolo de la cohesión interna partidaria. Claro que esa vieja costumbre estaba asociada más a liderazgos que a participación, práctica que ahora se considera arcaica y caduca. A cambio, aparecen nombres y rostros prácticamente desconocidos incluso para las militancias, siguiendo la moda impuesta por Pedro Sánchez en el PSOE federal. ¿O sería mejor aludir al 'efecto Podemos'? Sin lugar a dudas, la formación de Pablo Iglesias ha sido, al menos en este aspecto, el gran revulsivo de los partidos tradicionales. Incluso ha llegado a unificar todos sus discursos, por mucho que se vendan con tal o cual vitola.
Por cierto que de los 'anticasta' no podemos ni hablar por el momento, ya que todavía se encuentran en el proceso de decisión sobre su concurrencia a las urnas en los comicios locales. Pasado el efecto inicial de su éxito en las europeas, Podemos parece haber encarrilado el camino de los otros partidos para diseñar sus estrategias. De las proclamas se ha pasado a los cálculos. Una cosa es predicar y otra bien diferente dar trigo.
Me he permitido pasar por alto al partido que actualmente gobierna en el municipio. Ya expuse hace tiempo que Foro tiene en Carmen Moriyón -¿quien lo iba a decir hace tres años largos?- su activo incuestionable y seguirá marcando los destinos de los 'casquistas' en la villa de Jovellanos.
¡Partidos al borde de un ataque de nervios!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Marcelino. La irrupción de Podemos ha provocado la repentina (y en algunos casos furibunda) reacción de los partidos tradicionales: exacerbadamente crítica en casos como el PP y el PSOE, y bastante más amable y complaciente en el caso de IU.
A ver cómo resuelven los de Podemos su concurrencia de cara a las municipales.