Los socialistas gijoneses han hecho público hace pocas horas el grueso de la lista electoral que presentarán al Ayuntamiento local el 22 de mayo. Sus máximos responsables la han presentado como una candidatura de renovación, lo cual podría ser aceptado a priori si se piensa que entre los 14 primeros nombres -los que configurarían la mayoría absoluta- hay nada menos que siete novedades , empezando, como ya es sabido desde hace tiempo, por el cabeza de lista, Santiago Martínez Argüelles, que aspira a relevar tras doce años al frente de la corporación local a Paz Fernández Felgueroso.
Al margen del cartel electoral, quizá lo más llamativo de la la lista previa -deberá ser ratificada en días posteriores por el comité municipal y la asamblea local del PSOE gijonés- haya que buscarlo en distintas vertientes: la aparición de las caras nuevas no hacen sino confirmar que el equilibrio de 'familias' sigue funcionando y que donde se va un representante de alguna de ellas aparezca otro -léase, por poner un ejemplo fácil, la retirada de Tino Venturo (más dedicado al agro que a la mina en sus años institucionales) por el actual secretario del SOMA en la localidad (aunque ya no existe siquiera Mina La Camocha). El importante cuarto puesto de Carmen Veiga podría ser visto, de alguna manera como el relevo de Felgueroso, su principal valedora en los últimos mandatos; el ex dirigente de Juventudes Javier Barrio 'Chesco' pone la cuota de las nuevas generaciones, y Francisco Blanco, 'Patxi' es el hombre del candidato a regidor para llevar el área económica (curiosamente aparece en el número once, el mismo que Martínez Argüellles ocupó hace cuatro años). La presencia de Carmen Moreno -ex del CDS en el Consistorio hace varios lustros- es quizá la nota más exótica de participación sin pasar por la militancia en el proyecto, aunque ya estuviera en el mismo hace bastante tiempo.
De lo dicho hasta ahora se puede colegir que, si bien la renovación de caras es importante, los cambios son más de fisonomía que de equilibrios de fuerzas internas, que prácticamente se mantienen y dan opción a hablar de continuidad sin caer en el radicalismo.
De las continuidades, quizá la nota más llamativa sea la de José María Pérez, un hombre polivalente y con ambiciones superiores -aunque hace tiempo arrumbadas- , cuya salida se daba como probable. Por contra, es de resaltar la ausencia de la vuelta al tajo de Ivan Álvarez Raja, a quien se incluía entre los fijos, aunque quizá su presunto reciente conflicto con la justicia haya apartado a última hora de las máximas responsabilidades institucionales previsibles. También resalta el relevante puesto de Justo Vilabrille, quinto en la lista, hombre que al amparo de UGT ha sabido buscarse desde hace años un futuro seguro en la política profesional.
Otro dato llamativo en una primera revisión a vuelapluma de la candidatura de los socialistas gijoneses es la 'radicalización' de la paridad, sustituyendo el dos mujeres por cada tres hombres (por bloques de cinco) para dar entrada a la lista 'cremallera' en la que a un candidato del género masculino da continuidad otro del femenino, en una igualdad total hasta ahora sólo lograda en casos muy precisos desde que se aprobase la ley básica nacional.
Dejo para el final una de las afirmaciones realizadas ayer por los responsables de la Agrupación Municipal Socialista Gijonesa en el acto oficial de presentación de listas y que de lo escrito hasta aquí ya ha dejado abierta más de una duda para el que suscribe: el protagonismo de Martínez Argüelles en la confección del que puede ser su futuro equipo. Ejemplos ya he apuntado, y varios. Al final, el sistema partidista es el que és y el equilibrio interno de fuerzas -'familias'- es el verdadero motor del resultado final. La renovación -con perdón- no es precisamente el objetivo generalmente de los partidos políticos y sí más bien el cambio de cromos -véanse, como en anteriores ocasiones, las propuestas locales para la lista regional, José Manuel Sariego, Begoña Huergo o María José Ramos, sin olvidar a la ya diputada regional Clara Costales- y en esta ocasión no parece que las directrices vayan por diferente camino. A fin de cuentas, los rivales principales, el PP, no han hecho públicas sus listas, pero sí han apostado en manifestaciones públicas por la continuidad del equipo.
¡Ah! Casi se me olvida con tanto nombre. Tío, ¿y qué hacemos con Pedro Sanjurjo? Seguro que en las mentes preclaras de los que deciden ya hay un hueco para él en otro 'pesebre'. No va a ser él la excepción a la práctica habitual a la que nos tienen acostumbrados los partidos.
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