Como estaba previsto los socialistas se han adelantado a sus adversarios en las elecciones legislativas del 20-N y esta noche hicieron oficial lo que ya estaba en boca de todos. Antonio Trevín, el 'amiguísimo' llanisco, se ha impuesto sin oposición a Vicente Álvarez Areces y será el cartel electoral de la Federación Socialista Asturiana, según estaba predeterminado. Los arecistas han tirado la toalla ante una decisión que se escapaba a cualquier posibilidad de enmienda y han aceptado para su líder ser el cabeza de lista al Senado -esta expresión tan utilizada no deja de tener su gracia cuando todo el mundo sabe que las candidaturas a la Cámara Alta se hacen por orden alfabético, circunstancia que en la práctica tiene unas consecuencias directas-, ya que 'Tini' tiene la suerte de contar con un primer apellido que empieza por 'A', condición que le da amplias posibilidades de 'calentar asiento' en Madrid durante los próximos cuatro años si su partido, en contra de los vaticinios de su cada día más formal que real líder regional -casi tan evanescente como el Ovidio Sánchez del PP con el paso del tiempo-, no fuera el más votado en la cita de noviembre.
Lo del incombustible Trevín estaba más que cantado, pero su designación deja en los socialistas asturianos algunos daños colaterales que exceden de la figura de Areces. El denominado "cambio de ciclo" en el PSOE, con la llegada de Rubalcaba al control absoluto de la organización, ha echado a la cuneta a más de un 'zapaterista', concepto en franca decadencia, como es la del anterior cartel electoral, Álvaro Cuesta, a quien por mucho que traten de convencernos de que ha renunciado a presentarse, nadie va a obviar que ha recibido la patada correspondiente de Ferraz, como está ocurriendo con los que todavía quedaban en ejercicio del equipo base que llevó al leonés a la secretaría general del PSOE, primero, y a la Presidencia del Gobierno español, después. Ello sin olvidar a otro histórico de la Cámara Alta cual es José Antonio Alonso, ahora desplazado para abrir hueco a la enorme 'personalidad' del anterior presidente del Principado.
En fin, como ocurre siempre, estos procesos implican algunas heridas, sobre todo en unos momentos en los que la cotización de los socialistas está a la baja. Como muestra, el hecho de que en todo momento se han vendido como candidatos, aparte de Trevín, a Maria Luisa Carcedo y Mariví Monteserín. El cuarto iba siempre de coletilla improvisada en un ejemplo patente de que la FSA ya firma lograr tres de los cuatro diputados que últimamente tenía. La aparición en el escenario de Foro Asturias, amén de introducir una variable en la ecuación electoral que complica la solución del ejercicio, lleva a cosas como estas, aunque formalmente se diga que la apuesta socialista es repetir como el partido más votado.
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