Andan hoy los diarios digitales algo revueltos con una información que no por conocida deja de ser indignante en los tiempos que corren. Se trata de la confirmación del encargo al pintor Antonio López de un retrato de Francisco Álvarez-Cascos para la galería de 'ex' del Ministerio de Fomento.
Y no es que este tipo de adquisición sea atípica, ya que responde a una costumbre que afecta tanto a los diferentes departamentos del Ejecutivo como a las dos cámaras legislativas.. Lo que resulta escandaloso es el importe del cuadro, que supera los 190.000 euros con la inclusión del correspondiente IVA.
El actual Gobierno, a una pregunta del indesmayable Antonio Trevín -sí, el mismo de la heroíca imagen esgrimiento una lámpara minera en el Congreso- se cubre las espaldas resaltando que el contrato con el pintor madrileño lo firmó el anterior ministro del ramo, el socialista José Blanco; que es costumbre que el retratado elija a quien la va a 'inmortalizar', y que, por el momento, no se ha pagado nada porque el artista vivo español que, según creo, mantiene el récord en las subastas internacionales no ha entregado aún la obra.
También se hace notar que la pintura que tiene como protagonista al anterior presidente del Principado supone un fuerte desembolso, incluso si se compara con el anterior -triste- récord, el del último ex presidente del Congreso de los Diputados, el socialista José Bono, encargado a Bernardo Torrens con un coste de 82.600 euros.
En fin, que aquí el que no corre vuela. Cual si de jóvenes pijos se tratara con sus prendas de marca, nuestros políticos se disputan la firma de nuestros más reconocidos artistas para que dejen constancia para la posteridad, con su paleta de colores, del paso por la vida pública de éste o aquél personaje. Y todo ello dentro de la más absoluta normalidad más allá del escándalo farisaico, ora de unos ora de otros.
Que de tales costumbres se hagan leyes debería llenar de vergüenza a sus protagonistas e invitarles a abandonar su pavoneo en medio de esta feria de las vanidades en que se ha convertido la alta política.
Una muestra de la prepotencia y arrogancia de este político enmascarado, que ha dejado a Asturias prostrada, por su vanidad y engaños a los que creímos en su honestidad.
ResponderEliminarQue gran antiasturiano y que gran manipulador de la buena fe del electorado!
A ver si tiene la hombría de quedarse en Asturias y aguantar el chaparrón que él colaboró a formar!
Otro desengañado de Cascos!
claro, el chaparrón que él colaboró a formar, y todos los años anteriores de gobiernos socialistas qué fueron días de vino y rosas ?
ResponderEliminarEsto ya se filtró durante la época de las elecciones en Asturias, pero no se le otorgó la importancia debida... no me sorprende en absoluto teniendo en cuenta que se considera un líder y un claro ejemplo del buen asturiano que ha pasado por la "capi del reino". Todo lo que ha hecho, ha sido para impresionar al Gobierno Central y en realidad, lo que ha demostrado es su palurdez...
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