Días atrás, un buen amigo me hacía reflexionar sobre la cantidad de personajes "providenciales" que en su historia reciente acumula esta región hasta el extremo de contar con nómina suficiente como para exportar.
El más reciente, que no el último, caso es el del presidente de la Federación Asturiana de Empresarios, quien, tras dieciocho años al frente de la organización patronal, ha originado una fenomenal crisis en la misma con el único objetivo de perpetuarse algún tiempo más. Es cierto que en estos más de tres lustros Severino García Vigón ha sido un referente incontestable para sus compañeros hasta el extremo de no contar con oposición alguna en las sucesivas renovaciones que le han mantenido al frente de la FADE. Y en ese tiempo, mientras desarrollaba su gestión, las mismas personas que ahora han considerado llegado el momento de sustituirle han ido alimentando su ego hasta el extremo de crear un verdadero 'monstruo'. Uno de sus más directos colaboradores en todos estos años, Ovidio de la Roza, ahora fuera del equipo de confianza de García Vigón, no ha tenido empacho en afirmar que éste era un "invento" suyo.
En ese trayecto se produce un hecho relevante cual es la entronización del propio García Vigón como presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, una 'fortaleza' que, ahora que vienen mal dadas, ha servido al actualmente cuestionado líder de la federación de empresas y asociaciones sectoriales de Asturias de pilar en el que apoyarse firmemente en su objetivo de conservar el puesto al frente de la misma. Ese proyecto no fue tanto de García Vigón como de aquellos que le han venido apoyando desde los inicios, que veían en el control de la institución cameral un elemento imprescindible para dominar todo el territorio empresarial del Principado.
Pero como nada es eterno, una buena parte de la organización empresarial consideró que las cosas, hasta aquí bien, pero había que proceder a una renovación que empezaba por la cabeza visible. La operación la facilitó la presentación de una querella por presunto fraude fiscal contra el 'líder' de la patronal. No corren tiempos ahora para tolerar la 'contaminación' legal de los dirigentes de partidos y asociaciones, especialmente en las organizaciones empresariales españolas tras la experiencia del anterior máximo dirigente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Pero, ya queda dicho, éste proceso judicial en marcha ha sido solamente el detonante, aunque la polvora ya estaba colocada desde meses antes, por no hablar de un periodo algo más amplio.
En este escenario, Severino García Vigón ha jugado muy mal sus cartas y ha gestionado pesimamente una crisis de la que él se ha convertido ya en protagonista indiscutible. Hasta el extremo de haber colocado a la organización que todavía preside en una situación de difícil punto de retorno y causándole, en cualquier caso, un daño irreparable.
García Vigón ha visto venir la marea y ha optado por defenderse como gato panza arriba, empezando por engañar a sus más directos colaboradores a quienes, ante la posición mayoritaria del comité ejecutivo de que se fuera, aseguró el pasado mes de abril su intención de dimitir en la reunión de la junta directiva del pasado 5 del presente mes de junio. Ellos le creyeron, pero él consiguió ganar tiempo para mover sus hilos, movilizar a sus hombres de confianza en la sombra y preparar una bandera para su defensa, esta última la del apoyo de los 'pequeños' frente a los 'grandes', una división que nunca antes se había manejado en la gestión de la FADE.
Ahora, como dije, el daño ya está causado y el riesgo de fractura está más próximo que nunca anteriormente. La asamblea que la federación va a celebrar el próximo día 28 promete ser el campo de batalla definitivo y el tumulto, por desgracia, está casi asegurado. Será entonces el momento de comprobar "ponderadamente" los apoyos de uno del "providenciales" de esta región.
Sarna con gusto no pica. Matias for president.
ResponderEliminarY por eso la heterodoxia no está bien vista en Asturias.
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