miércoles, 14 de agosto de 2013

Complicidad o ignorancia

Había al inicio de la semana una cierta expectación por conocer cuál iba a ser la actitud de Francisco Álvarez-Cascos en su comparecencia judicial de ayer, en calidad de testigo, en el proceso por la presunta financiación ilegal del Partido Popular en los últimos años, entre ellos, parte de los que él ocupó la Secretaría General. La circunstancia de que cualquier presunta implicación en la misma del ahora líder de Foro Asturias habría prescrito penalmente abría las puertas a la especulación sobre una posible venganza suya contra su ex partido, el mismo que ahora le disputa a muerte en el Principado el espacio electoral y el mismo que tiene actualmente al frente a quien fuera antiguamente su compañero en la dirección popular y hoy -si a sus declaraciones nos atenemos- es uno de sus principales enemigos políticos.

Pero con Cascos no saltó la sorpresa y no se salió del guión escrito desde la calle de Génova, aunque es de suponer que no le hayan pasado previamente un ejemplar, por mucho que a unos y a otro les vaya bastante en este envite. El ex secretario general negó la mayor, la existencia de una contabilidad B cuando él controlaba el partido, y también las menores: no hay sobresueldos si son retribuciones por el trabajo desarrollado y todo fue declarado legalmente en su momento.

Como también ayer Javier Arenas y hoy mismo María Dolores de Cospedal, el político asturiano echó balones fuera hacia la parcela del ex tesorero del PP Luis Bárcenas al establecer la inexistencia de cualquier "relación jerárquica" entre ambos departamentos, Secretaría General y Tesorería. A fin de cuentas, el ínclito ya está en la cárcel y parece más que difícil que pueda librarse de ella. Contra los tres  están los papeles y la palabra de un "delincuente". Al menos ese es el texto del citado guión hasta estos momentos.

Tanto Cascos como sus sucesores en la Secretaría General del PP han insistido en esa idea madre de la falta de relación entre su departamento y la persona de la dirección encargada de las finanzas del partido. Y aunque legítimo, resulta un argumento difícil de asumir. Muy especialmente en la persona que mereció el apelativo de general secretario por la mano de hierro con que gobernó el Partido Popular durante los años de su crecimiento y confirmación. Resulta poco creíble que una organización "normal", en palabras del hoy líder de Foro, funcione con la organización por un lado y las finanzas por otro. Entre otras cosas, porque la gestión de una organización del tamaño de un partido como el PP exige el apoyo de un soporte económico sólido. Y es que hay que considerar que los chanchullos, los legales y los ilegales, atribuidos a Luis Bárcenas son de tal calibre que no es imaginable que la cúpula de la dirección a la que pertenecía no supiera nada de lo que estaba pasando. Si el consentimiento implica complicidad en el delito, la ignorancia conlleva ineptitud. Y ninguna de las dos es buena para quienes han tenido o tienen las más altas responsabilidades de la vida pública.

Claro que en estos momentos estamos asistiendo, dentro de la judicialización creciente de la vida pública española, a una constante cual es la ignorancia de lo que pasa al lado mismo de sus protagonistas. Esposas que no saben de dónde salen los millones de sus maridos, directivos empresariales o bancarios que se embolsaban cantidades astronómicas sin conocer muy bien en concepto de qué, o compañeros de militancia a cuyo alrededor se 'robaba' sin cuento aunque ignoraban tales actividades.

En fin, que por mucho que la oposición o la propia justicia insista, es de prever que todo este escándalo de sobres, de pagos en 'B', de sobresueldos y demás acabará en nada en lo que a los dirigentes políticos se refiere. Más allá de la condena al citado Bárcenas y del convencimiento generalizado de la ciudadanía de que estamos ante un flagrante caso de financiación ilegal y de aprovechamiento de la misma por parte de personas muy concretas, en unos meses el caso se cerrará sin una lista de culpables, como ya ocurriera hace muchos años con un proceso similar, en este caso para el Partido Socialista Obrero Español, el conocido como 'caso Filesa'.

El único consuelo para los que no aceptan este final de la película es que, como ocurrió entonces con los socialistas, en este caso sea a los populares a los que la ciudadanía pase factura en las urnas.

1 comentario:

  1. Pudiera ser. Pero seguro que a estos les perdonan el IVA. ¿Apostamos?

    raitanucu

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