sábado, 3 de agosto de 2013

'Mister Tranquilidad' se apunta a la bronca

Por una vez y sin que sirva de precedente, 'Mister Tranquilidad' se ha alistado en la bronca. Eso sí, asegurándose de que no iba a tener respuesta de todos aquellos a los que sus dardos apuntaron. El marco fue el acto oficial de inauguración de la Feria de Muestras de Asturias y en su discurso, el que cerraba el programa, Javier Fernández aprovechó para descalificar a todos, por arriba y por abajo de su plataforma autonómica, en un reparto de responsabilidades de las que sólo quedaba excluido su ejecutivo y su partido.

Tenía suficiente motivo en lo que respecta al Gobierno de Madrid. El reparto asimétrico del déficit, que premia a las comunidades derrochadoras y poco amigas de respetar los márgenes legales y castiga a las cumplidoras -como Asturias- daba margen suficiente para los ataques. Cosa distinta es la hipotética conveniencia de utilizar la tribuna de la Feria para estos menesteres. Como luego le recordaron algunos, ¿no está el Parlamento para eso? Claro que el actual presidente del Principado tiene tanta aversión a la Cámara como su homólogo del Ejecutivo de la nación.

Y si por arriba Rajoy aprieta, por 'las alcantarillas' también molesta ese Ayuntamiento de Gijón -auténtica espina clavada en las entrañas del PSOE- que clama por lo que considera "justo" para sus planes de empleo y que la Administración del señor Fernández le niega. La culpa de cualquiera menos mía. Los malos son otros.

Pero si de negativo puede calificarse el 'trilerismo' de aprovecharse de la convicción de que no vas a dar ninguna opción de réplica, o la extemporaneidad de un parlamento ajeno al escenario en el que se produjo, lo peor de todo ha sido el lenguaje utilizado por el presidente del Principado al referirse a los gobernantes municipales de Foro Asturias en Gijón, a los que, aparte de otras lindezas, calificó peyorativamente de "payasos" por oponerse a su reparto de fondos para combatir el desempleo -¿como Rajoy y el déficit?-. Ni que decir tiene que este tipo de expresiones en un acto institucional y no de partido están fuera de lugar; mucho más si las pronuncia el máximo mandatario en la comunidad. Harían muy bien Carmen Moriyón y sus ediles en no entrar a este trapo, convencidos de que tal comportamiento denosta mucho más a quien lo pone en práctica que a aquellos a los que va dirigido.

Confieso que me ha sorprendido la actitud del presidente del Principado, inusual en su larga trayectoria de cargos políticos e institucionales. Solamente se me ocurre que el nerviosismo le haya podido esta vez; un nerviosismo provocado por la inestabilidad que acosa a su Gobierno, en precaria minoría, sobre todo desde que Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia han empezado a mostrarle que los cheques en blanco ya no los dan a nadie y que el previsible fracaso de la reforma electoral o el bochornoso espectáculo del cambio de cromos en la 'revisión' de los sueldos de los diputados le colocan desnudo -creo que le gusta el término al señor Fernández- frente a un debate presupuestario que, con el paso del tiempo, se antoja cada momento que pasa más difícil para los objetivos de su Gobiernmo y de él mismo.

1 comentario:

  1. Tambien yo me he sorprendido. Muy mal tienen que irle las cosas al Presidente para perder los papeles de ese modo. Hasta tal punto los ha perdido, que sus invectivas se le vuelven cual bumeranes. Ha sido verdaderamente lamentable.

    raitanucu

    ResponderEliminar