viernes, 13 de diciembre de 2013

Presupuestos de "máximos"

A medida que avanzan los días y se muestra en un horizonte más próximo el debate de las presumibles enmiendas de totalidad al proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Principado para 2014 los caminos para hallar un punto de encuentro entre los distintos grupos parlamentarios en ese deseado horizonte de 23 votos favorables se muestran menos factibles o transitables.

Desde el inicio de las conversaciones planteadas por el Gobierno de Javier Fernández con sus hasta entonces llamados "socios preferentes", unas conversaciones que nacieron tocadas del ala por el enfado originado en Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia tras el rechazo socialista a la reforma de la normativa electoral, las posturas no han hecho sino enconarse y quienes podrían facilitar el milagro de la matemática parlamentaria se fueron distanciando , unos más y otros menos, hasta hacer difícil de imaginar un punto de encuentro.

Ante el crecimiento de las dificultades, los socialistas no han hecho sino enrrocarse en su propuesta presupuestaria amparándose en la escasez de recursos derivada de los ya demasiados años de recesión. Las condiciones establecidas por otros grupos parlamentarios para buscar una vía de entendimiento que facilitara la aprobación de la disposición legal fueron desechadas por "inviables", algo que, al margen de la voluntad real de aceptarlas, imposibilitaba el registro del proyecto en la Junta General del Principado. La modificación de los criterios de presión fiscal al alza (de Izquierda Unida) o a la baja (del Partido Popular), más allá de su viabilidad en un escenario de 'reparto de pobreza', se vieron prácticamente imposibilitadas por la aparejada modificación del capítulo de ingresos, lo que las convertía, como algún portavoz advirtió, en auténticas enmiendas a la totalidad.

Y así estamos, con un anunciado rechazo global de UPyD a las Cuentas elaboradas por el Ejecutivo socialista; una posición similar que nadie pone en duda de Foro Asturias Ciudadanos, y desde hoy una apuesta decidida de la 'lideresa' del PP por idéntica iniciativa, diga lo que diga Gabino de Lorenzo. Parecía ésta la última tabla a la que podría llegar a aferrarse el Ejecutivo de Javier Fernández, pero también ahora se presenta frágil y perecedera. Los únicos que aún no han decidido su postura, aunque no hace mucho su diputado nacional Gaspar Llamazares formulase verbalmente tal opción, son los diputados de IU, aunque en sus declaraciones amaguen de cuando en cuando con completar el puzzle de la "irresponsabilidad".

¿Y qué ha hecho en todo este tiempo el Gobierno y el grupo que lo sustenta? Podría decirse que nada. A estas alturas de la película ya todo el mundo sabe que una negociación implica que todas las partes cedan. Pero no. Los dirigentes socialistas pintan con tonos más que sombríos el futuro escenario de prórroga y reparten culpas entre los diferentes grupos. O mi proyecto o el caos. No hay posibilidad de salida alternativa alguna.

El partido magenta fue el primero en perder su condición de "responsable", bien reseñada hasta entonces, al levantarse de la mesa en los primeros compases de la fase negociadora. Por si acaso, se atribuyeron todas las culpas a la líder nacional, Rosa Díez, sin darse cuenta de que a su diputado regional le dejaban en un incómodo papel de títere poco acorde con la pretensión de que pudiera volver en algún momento al redil. Haciendo amigos.

De Foro ni se habló porque se da por hecho que es el partido del acoso y derribo como única estrategia y en ningún momento se imaginó siquiera un acercamiento mínimo. Además sus dirigentes tenían línea de transporte asignada con frecuencias continuadas entre Oviedo y el Tribunal Constitucional y resulta difícil pillarles en la capital del Principado.

Con respecto a los dos grupos parlamentarios que han presentado propuestas para buscar un acuerdo (las ya aludidas de modificación de la política fiscal), una vez visto el resultado, se ha recurrido a la condición de "máximos" de ambas para tratar de descalificarlas y justificar su rechazo.

Repasada esta reciente historia de la política regional quizá cabría preguntarse si los socialistas están legitimados para hablar de "propuestas de máximos" de otros grupos. No es descabellado calificar como tal un proyecto elaborado en solitario y presentado tarde y con prisas a quienes podrían autorizarlo en el Parlamento, ni dejar apenas resquicios para una posible modificación de esas Cuentas o registrarlas en la Junta General en algo parecido a un blindaje que impide su modificación en aspectos sustanciales como resultado de una negociación. Una propuesta cerrada y sin voluntad de modificarla son elementos más que suficientes para hablar de posiciones de "máximos".

Con estos mimbres, Javier Fernández se ve imposibilitado de ejercitar la aritmética combinatoria en su intento de que cinco elementos tomados de dos en dos o de tres en tres puedan facilitar la solución mágica al problema de lograr 23 votos de apoyo. Él mismo se ha ido cerrando caminos y ahora sólo le queda afrontar su soledad repartiendo culpas a uno y otros por su "irresponsabilidad" para con Asturias, algo a lo que solamente él parece estar ajeno.

1 comentario:

  1. En efecto, con estos posicionamientos de máximos, la única vía que le queda a Javier Fernández para evitar la prórroga (si es que quiere evitarla realmente), es aceptar la mano tendida de su histriónico "amigo" Gabino de Lorenzo y, tras una primera sesión de 'postureo' sin consensos, retirar los presupuestos y presentar unos "nuevos", maquillados suficientemente para que el PP pueda dar su visto bueno.

    Pactar, acordar, consensuar, no es consustancialmente bueno ni malo: todo depende del fin pretendido. Y vistos los antecedentes, todos los asturianos sabemos que antes que el interés general (qué demagógica ironía) lo que se persigue es la consolidación del feudo y la prebenda.

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