viernes, 4 de abril de 2014

El PIB y la Armada Invencible

Aproveché esta mañana una visita personal a Oviedo para retomar contacto con el que se supone debe ser el escenario de la más genuina expresión de la acción política en Asturias, la Junta general del Principado. Y, por esas casualidades de la vida, coincidió en que accedí al salón de sesiones cuando el pleno abordaba esa cita mensual que corresponde a las preguntas que los grupos parlamentarios dirigen directamente al presidente de la comunidad autónoma.

A priori, la mecánica establecida para tramitar este tipo de iniciativas no da demasiado juego para el debate, ya que a la formulación estricta de cada pregunta de la oposición, el máximo mandatario autonómico responde -no Javier Fernández, sino todos- con expresiones más breves si cabe, cuando no con un monosílabo como "sí" o "no". Es una técnica recurrida por todos los presidentes de todos los signos, ya que le garantiza que su adversario tiene que echar toda la carne en el asador en su siguiente intervención para dejarle a él el último turno y la palabra final sin posibilidad de una nueva contrarréplica.

Si bien el debate se muestra renuente en este tipo de sesiones, la de ayer resultó especialmente interesante por las expresiones utilizadas y por dejar bien patente la nueva correlación de fuerzas existente en la Cámara.

Vaya por delante que el presidente del Principado regresó ayer a la actividad parlamentaria pletórico, si nos atenemos a su discurso. De ello dan fe todas las redes sociales con esa frase que dio la impresión de sorprenderle a él mismo después de haberla pronunciado: "Pactaría con el diablo con tal de mantener inversiones y servicios". Así se expresó ante las acusaciones del portavoz de Izquierda Unida de haberse echado en brazos del Partido Popular por el acuerdo alcanzado para sacar adelante los créditos extraordinarios que tratarán de paliar la prórroga presupuestaria. Inmediatamente, como si hubiera caído del caballo, se dirigió a la portavoz de los populares, Mercedes Fernández, para aclarar que no se refería a ella como si fuera el mismísimo Belcebú, y lo remató afirmando que éste, según los expertos en la materia, "es más cumplidor que algunos partidos políticos".

No fue la única página de ese nuevo texto que prometen escribir a dos manos en Asturias los dos grandes partidos nacionales. Si el presidente de Foro Asturias, tras unirse a la felicitación de los otros grupos por la recuperación de Javier Fernández, había ironizado sobre la relación entre una mejor salud y una mayor presencia parlamentaria de éste, la líder de los populares, a la que Cascos no había mencionado, aprovechó para lanzarle un puyazo al afirmar que si la salud se midiera por la presencia en el Parlamento, a "alguno" no le iría nada bien. Más claro, el agua.

Esta 'sintonía' entre socialistas y populares también está teniendo su efecto en la beligerancia de los otros grupos parlamentarios. Si UPyD, por boca de su único diputado, Ignacio Prendes, no pierde ocasión para afear la "pasividad" del Ejecutivo autonómico y, más concretamente, de su presidente, Izqierda Unida ha hecho de aquella amenaza de "frayar" a Javier Fernández una seña de identidad y no deja de fustigar su comportamiento con una actitud a ratos muy belicosa.

Mientras, el presidente asturiano, superados sus problemas cardiovasculares, parece sentirse bastante seguro con ese colchón que los populares le garantizan, por mucho que su Gobierno y Mercedes Fernández y los suyos se afanen en separar economía del resto. Ese colchón, o que el obligado reposo, aunque corto, le ha sentado bien porque se mostró esta mañana más suelto de lo habitual y algo más agresivo en sus contestaciones a sus dos antiguos socios.

Vamos, que la "Grösse Koalition" a la que me refería no hace tanto tiempo parece servida en el ámbito político asturiano. Ni siquiera cuando le tocó rebatir una pregunta de Mercedes Fernández sobre los recientes datos del crecimiento del PIB asturiano, claramente negativos -así lo tuvo que reconocer- llegó Javier Fernández a cargar, como hubiera hecho hace unos meses, contra el Gobierno de Mariano Rajoy y repartió algunas décimas de ese dato negativo entre el Ejecutivo de los populares y elementos naturales como los sucesivos temporales que han azotado Asturias en lo que va de año. A ellos responsabilizó de "unas décimas" menos en la cifra final del PIB regional por su repercusión en la producción de las distintas formas de energía. Como un moderno Felipe II, por un momento el mandatario asturiano pareció parafrasear aquello de "yo no mandé a mis barcos a luchar contra los elementos".

1 comentario:

  1. Claro síntoma de la atonía y astenia de nuestro "parlamentín", cuando lo más "relevante" de las sesiones transita por la senda de los reproches, los pellizcos de monja y extrañas alusiones a pactos con el diablo.

    Deplorable imagen.

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