viernes, 2 de mayo de 2014

Algo huele a podrido....

Una cosa es alcanzar unos acuerdos puntuales para 'salvar' las finanzas asturianas y otra bien diferente mostrar obscenamente todas las cartas sobre la mesa. Y esta segunda opción es la que han elegido en Asturias los denominados grandes partidos nacionales. PSOE y PP han iniciado una campaña en la que se juegan mucho más que unos escaños en Estrasburgo, toda vez que ambos han convertido la consulta electoral en un laboratorio de sus posibilidades futuras en frentes territoriales más restringidos.

De la espoleta ha tirado el actual eurodiputado popular Salvador Garriga, quien ha hecho una encendida llamada al electorado para que voten a su partido... o a los socialistas. Vamos, aquello de apelar al "voto útil" porque -dice- ambos grupos son los únicos que pueden "defender" los intereses de Asturias en la Unión Europea.

Algo huele a podrido en la política asturiana, podría decirse parafraseando la inmortal obra de William Shakespeare, cuando dos enemigos irreconciliables, incapaces de entenderse históricamente en lo mínimo ni en los momentos álgidos a la hora de afrontar los verdaderos problemas de esta comunidad se nos muestran ahora capaces de echarse mutuamente un capote a la hora de someterse a la voluntad popular de sus ciudadanos.

Se diría que ambos le han visto las orejas al lobo en forma de cifras demoscópicas y, aunque siempre queda el recurso a aquello de que las encuestas se equivocan, han preferido nadar en el mismo sentido y guardarse mútuamente la ropa en un angustiado intento de salvaguardar los privilegios repartidos equitativamente que les viene regalando el comunmente llamado bipartidismo. Es como si los dos grandes matones de una escuela primaria hubieran percibido que, aunque no tan agresivos, el resto de compañeros podrían unirse llegado el momento para acabar con su reinado de opresión.

Las palabras de Garriga resultan ofensivas a los oídos de cualquier demócrata, al excluir a todo el resto del arco político de ese 'nido de amor' que comparten hace años, aunque hayan aireado siempre sus problemas de pareja con más voz que convencimiento.

La situación resulta más ofensiva si se tiene en cuenta quién es la persona que formula tales aberraciones. Para defender Asturias, dice el eurodiptado con vocación de conservar su escaño de oro. ¿Para defenderla como lo ha hecho hasta ahora este señor? Sabemos muy poco de su actividad parlamentaria y lo poco que sabemos tiene más que ver con las conferencias de prensa para dar titulares que con una efectividad real. Se trata, hay que decirlo ya, de uno de esos cuneros que se creen más asturianos que nadie por el simple hecho de haber nacido en este territorio. En realidad, su biograía política habla más bien de un 'paracaidista' que ha utilizado sistemáticamente el Principado como plataforma para su ascenso o permanencia en cargios representativos con una más que estimable remuneración. Si es para seguir defendiendo nuestros intereses como hasta ahora mejor sería que se dedicara a otra cosa.

Del 'candidato' asturiano del Partido Socialista no puedo hablar porque ni su nombre conozco, pero mucho me temo que si ha conseguido billete para Bruselas no es por su arrojo y convicción, sino por ser una buena oveja en el redil de Alfredo Pérez Rubalcaba.

A estas alturas todos sabemos que tener un paisano en la lista europea tiene más de relumbrón que de capacidad efectiva en una presunta lucha por los intereses de su cuna geográfica. Aceptado eso, no estaría de más que estos 'afortunados' ganadores de la lotería política se abstuviera de hacer recomendaciones al electorado. Yo, al menos, suelo poneme en el extremo opuesto de lo que pueda ofrecerse como 'pienso' para mayoría silenciosas. Yo, señores candidatos, sí soy de los que creen que millones de moscas pueden equivocarse....

1 comentario:

  1. Absolutamente de acuerdo en que la propuesta de ese pretencioso y taimado "salvador" resulta obscena, además de ser profundamente antidemocrática. Fiede que apesta (perdón por la redundancia). Ojalá se quede fuera, el tal Garriga. Para mí un voto útil es depositar la confianza en cualquier otro partido, ajeno a estos dos que nos han arrastrado al pozo de la miseria y se muestran incapaces para sacarnos de él. Deben escucharse otras voces en Europa, distintas de las de los grupos popular y socialista. No nos ha ido demasiado bien con ellos. Merece la pena tentar otras alternativas.

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