sábado, 3 de enero de 2015

Podemos ya está aquí

¡Señoras y señores! ¡La estrella invitada especial ya está sobre el escenario! La maniobra de acoplamiento al sistema (con mayúscula) de la nave espacial 'de la última esperanza de la humanidad' se ha completado con éxito y todo está dispuesto para que empiece el espectáculo. Podemos ya está aquí y ha llegado para quedarse. No es el ángel del señor que anuncia una nueva era antes de volver a evaporarse. Ni siquiera el mesías, aunque a algunos su líder pueda parecérselo, que adviene para inmolarse por nosotros antes de regresar al Padre. Es corpóreo, tiene nervio y músculo; es humano y ha logrado transmutar su espiritualidad para ser de este mundo.

El nuevo partido ya es tal. Durante los últimos días ha completado el proceso de elección de sus órganos de dirección y ha puesto rostros y nombres a un movimiento que hasta la fecha daba más la sensación de ser un icono con millones de feligreses y un reino que no es de este mundo.

A raíz de su advenimiento y del concurso en los comicios europeos pasados fuimos bastantes los que dijimos que por aquel entonces se había iniciado la verdadera aventura de un creciente asamblearismo con cara. No voy a decir que fuera fácil, pero sacar tan suculentos resultados a la primera de cambio no era precisamente la prueba de fuego. No. La verdadera era, y ha sido, la travesía desde aquellos alegres balbuceos hasta la conversión en una organización política integrable en el sistema de la denostada democracia española.

Por mucho que los mecanismos se hayan mostrado muchos más acordes con la participación y presencia del español de a pie que los habituales, Podemos ya se ha convertido en un eslabón más de la cadena partidaria y, a medida que pasa el tiempo, se antoja más posibilista y más dispuesto a renunciar a sus esencias para poder participar en la fiesta. El citado proceso de elección de los consejos ciudadanos municipales ya ha generado los primeros rasguños -de momento, al menos, sólo eso- y ha rubricado que, lejos de lo que pudiera imaginarse en un principio, se trata de una organización política férreamente estructurada por la presencia de un líder nacional y una guardia de corps entrenada para mantener el control del gallinero.

El siguiente paso, otro inconveniente importante, llegará de la mano de las elecciones locales y autonómicas -sobre todo las primeras- de mayo próximo. Todo parece indicar que los nuevos órganos de dirección territoriales van a hacer de puente entre los temores mal disimulados de Pablo Iglesias y los suyos -que tienen todos los ojos puestos en las legislativas de finales de este mismo año- y los entusiasmos de las bases populares que han hecho progresar la inicial plataforma ciudadana. La dirección recela de apostar todo al rojo en unos comicios como los locales que siempre se han mostrado como una cita con personalidad diferenciada y sin muchas concomitancias con el resto de las llamadas a las urnas. Pero el tapete ya está extendido sobre la mesa y los titubeos se pagan. Habra que jugar y ver qué es lo que pasa. Me consta que ni los más optimistas de los dirigentes de la nueva organización se creen las actuales previsiones. Hablarles de las encuestas, en privado, es como mentarles la bicha.

Lo que parece evidente es que de aquí a un año se habrá completado un movimiento que el tiempo dirá si , como algunos predicen, representará la verdadera revolución del sistema político español o, como otros pronostican, será un vendaval huracanado que atravesará la península para perderse en el Mediterráneo.

Nota: Una observación para aquellos que a diario se preguntan por las características que hacen que el partido de Pablo Iglesias consiga en Asturias, desde la cita europea hasta estos últimos días de proceso interno, las mejores cifras de apoyo o de participación. A mi modesto entender habría que encuadrar esos resultados numéricos en la presencia estructuradora en sus filas de dos organizaciones sindicales que han tenido un peso específico muy especial en la historia de la canalización del descontento en este territorio. Me refiero a la Corriente Sindical de Izquierda -fundamental en el sector industrial- y al Sindicato Unitario y Autónomo de los Trabajadores de la Enseñanza de Asturias (SUATEA) -en el ámbito educativo-. Ambos, como sindicatos consolidados, constituyen dos sólidos pilares en el edificio de Podemos en el Principado.

1 comentario:

  1. Lo que no admite discusión es que este fenómeno (me refiero a la corriente de este movimiento social) ha hecho removerse inquietos, en sus recalentados asientos, a los aletargados ocupantes de esta partitocracia decadente, muy especialmente a los agentes del bipartidismo ventajista y excluyente, máximos responsables de la degradación de nuestro perfectible sistema democrático.

    Las locales y autonómicas supondrán el pistoletazo de salida. Luego, la carrera pondrá en evidencia la estrategia, fuerza, resistencia, recursos y posibilidades de triunfo de unos y otros; aunque todo ello no represente más que un ensayo para la gran carrera final.

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