Aunque parezca un contrasentido con lo afirmado ayer mismo es esta tribuna, viy a referirme hoy al recurrido tema de la financiación, pero no la autonómica, cerrada dios sabe de qué manera -esperemos dos o tres años para escuchar los requerimientos de los gobiernos de tal o cual comunidad, y si no al tiempo-, sino de la local.
Tras conseguir el acuerdo de ese ente ornamental que llaman Consejo de Política Fiscal y Financiera para pacificar a los catalanes -de momento, porque con esos miles de millones no van a ceder ni un ápice en su reivindicación sobre el techo máximo de su estatuto-, sobre todo, y al resto de comunidades ricas y amagar con 'propinas' para las pobres, el todopoderoso vicepresidente Chaves se ha reunido con los legítimos representantes de los municipios, la FEMP, y más o menos les ha venido a decir lo de 'vuelva usted mañana', que se esperen al año que viene (si dios y la economía quieren) y que para entonces 'hablamos'.
Resulta cuando menos curioso que se hayan realizado todos los esfuerzos para responder a las siempre insatisfechas autonomías al '¿cuándo es lo mío?' y a los ayuntamientos, las instituciones que están más cerca del ciudadano de forma real, se les exija que esperen. Y resulta más chocante aún que, problemas de liquidez aparte, se fije no antes del medio plazo la resolución de los problemas financieros de las corporaciones locales cuando, como todo el mundo sabe, pagan religiosamente un buen número de las facturas que deberían abonar las administraciones autonómicas.
Capítulo aparte merece el hecho de que sea precisamente el Gobierno socialista de Asturias el que se muestre más reticente a esa segunda descentralización. 'La mía está más o menos resuelta, así que el que venga detrás que arrée', parecen decir los mismos que durante casi dos años han esgrimido sus necesidades y han peleado -con mucha educación, es verdad- para sustentar una administración que luego se llama a andana cuando llega la hora de mirar hacia atrás y ver a los que tienen tantos o más argumentos para decirles a ellos que los municipios también tienen su 'agujero' y que merecen el derecho a reclamar lo mismo que sus mayores de la administración autonómica. Y esa dudosa primacía a la hora de ser rácanos no se la atribuye a Areces y a los suyos el Partido Popular -recurso fácil en política para justificar lo cierto y también todo lo demás-; no, lo hace el presidente de los munícipes, Pedro Castro, socialista de pro y poco sospechoso de hacer el juego al primer partido de la oposición.
En lo que a Asturias se refiere, el presidente de Federación Asturiana de Concejos, Juan Fernández Pereiro, regidor de Valdés, ha entonado un '¡vaya por dios!, lo cual no es moco de pavo si de tiene en cuenta que desde que preside a los alcaldes de la región apenas ha dicho esta boca es mía. ¡Cómo echamos algunos de menos a su antecesor, Hugo Alfonso Morán, el anterior alcalde de Lena, siempre en la paestra para defender los derechos de los consistorios que representaba. Y no es que el citado fuera precisamente un clavo en el zapato de la Federación Socialista Asturiana, ¡que va! Pero sí es cierto que, al menos mediáticamente sabía cuál era su función y no tenía pelos en la lengua a la hora de plantear las legítimas reivindicaciones municipales. Al final, su protagonismo se ha premiado con uno de esos métodos tan nuestros de darle una patada hacia arriba y colocarle en la comisión ejecutiva federal del partido.
Ahora ya saben los ayuntamientos que les toca esperar y que, por el momento, da igual que entonen el 'so' que el 'arre'. Eso sí, mientras obtienen una tardía respuesta a su '¿cuándo es lo mío?' tendrán que seguir pagando al Principado muchos de esos servicios más elementales para el ciudadano mientras el Ejecutivo autonómico hará presentaciones para reivindicar su supremacía nacional a la hora de ponerse las medallas en la prestación de servicios sociales. ¿Cómo los de la ley de dependencia? Pero de eso ya hablaré otro día. Seguiremos en contacto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario