martes, 31 de agosto de 2010

¿A quién tiene miedo Rajoy?

Después de un par de semanas en las que el tema de la posible candidatura de Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado parecía haber sido trasladada al 'congelador', una entrevista del líder nacional del partido concedida durante sus vacaciones de verano a los colegas de 'El Faro de Vigo' parece haber reactivado la ilusión aparentemente dormida de los partidarios del ex presidente del Gobierno. Y no es que hasta la fecha las manifestaciones de Rajoy sobre tan 'espinoso' asunto se hayan caracterizado por la claridad; más bien al contrario.
No se trata de enfriar los ánimos de los 'casquistas', pero la entrevista en cuestión tampoco es que, con respecto al tema que nos ocupa, sea un bombazo. En primer lugar están las lisonjas y alabanzas a las cualidades y virtudes políticas de Cascos. Esto ya lo había hecho él mismo antes y, antes del parón de agosto, se acumulaban las pronunciadas por destacadas figuras nacionales y autonómicas del Partido Popular. O sea, que en esto, todo sigue donde estaba: "Yes muy buenu, chavalón". No voy a dar la lista, que sería muy larga, aunque en las últimas horas se han añadido a los apoyos a la figura de Cascos para el Principado Jaime Mayor Oreja y el presidente castellano-leonés, Juan Vicente Herrera. Eso sí, todos -estos y los anteriores, salvo la impetuosa Esperanza Aguirre- con la lección bien aprendida de que se puede llegar hasta el elogio más entusiasta, pero siempre con la coletilla -Génova dixit- de que es su opinión y corresponde a sus compañeros asturianos y, finalmente, a la dirección nacional, tomar la decisión

Sin embargo, la brasa que ha encendido de nuevo los ímpetus de los partidarios del ex ministro de Fomento ha sido una frase, simplemente una frase, aunque de lectura a priori bastante significativa. No la tengo delante pero sería algo así como: vamos a ver si Cascos quiere ser candidato, y si es así hablaremos para acabaroptando por el mejor para el partido. Ya no aparece por delante la opinión de los mandamases del PP en Asturias, sino el partido. Esto, que debería ser en circunstancias normales más que suficiente para pensar que la decisión está al caer y que sería favorable al ex compañero de Consejo de Ministros del líder popular, en el caso de Rajoy a muchos nos sigue creando ciertas dudas. Porque, vamos a ver, ¿qué razones objetivas hay para que el asunto esté a estas alturas sin resolver, sobre todo cuando hace un par de meses todos los elementos, incluidos los ahora contrarios, empujaban en la misma dirección?

La pregunta que habría que hacerse es a qué le tiene miedo Rajoy, ¿a 'mojarse?, ¿a desairar a media docena de sus principales representantes en Asturias? ¿o al propio Cascos? Desde luego, lo que no cuela es que a estas alturas se siga hablando de calendarios y fechas que sucesivamente se van retrasando. Hasta ahora se jugaba con el hecho de que no todas las candidaturas autonómicas para mayo de 2011 estaban resueltas, pero este argumento se ha disuelto como un azucarillo en el agua cuando, 'gürteles' aparte, ya se ha confirmado, con apoyo físico incluido, que el señor Camps va a repetir como aspirante a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, y en las últimas horas la otra 'gran incógnita' la ha despejado el propio presidente nacional con su apoyo a un tal Cervera para Navarra. ¿Queda alguien más? Ya no. Solamente Asturias.

A estas alturas no veo razón objetiva alguna para seguir aplazando con evasivas, frases de doble sentido o susceptibles de interpretaciones varias el cierre de los carteles para las autonómicas del año que viene, y para ello hay que decir de una vez por todas quién va a ser el del Principado. El señor Rajoy debería de dejar ya de hacerse el 'gallego' -y que me perdonen los ciudadanos de la vecina comunidad, a la que aprecio, como saben quienes me conocen, con un cariño especial que me lleva año tras año a sus tierras, por utilizar este estereotipo manido que se ha convertido, pese a su erronea utilización con carácter de generalidad, en un estándar lingüístico- y decidir, sobre todo si, como se encarga de recordar siempre, es él quien tiene la última palabra. Dejar pasar el tiempo sin dar una solución -sea la de Cascos o cualquier otra- no está haciendo más que daño a su propio partido, y si no al tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario