Si algo es incuestionable en el discurso a través del cual el presidente del Principado ha anunciado elecciones autonómicas anticipadas para el 25 de marzo es que esta comunidad había llegado a un punto de no retorno en lo que se refiere a gobernabilidad. Dicho más claramente, que aquí no podía gobernar su propio Ejecutivo ni el conglomerado antinatural en el que en estos últimos meses se ha convertido la oposición.
Parece obvio asegurar que unas elecciones anticipadas no pueden ser nunca deseables, pero también es evidente que una situación de ingobernabilidad como la que estábamos sufriendo los asturianos no es asumible a medio o largo plazo.
Se puede decir que una región puede ser gobernada con un presupuesto prorrogado. Y es cierto, como lo demuestran ejemplos anteriores. Pero también resulta irrefutable que gestionar una situación tan delicada como la actual, con unas cuentas elaboradas y aprobadas -como resaltó varias veces Cascos- por dos partidos de la izquierda, no dan mucha opción a la operatividad, sin contar la merma real de los recursos si nos atenemos el crecimiento de los costes de los servicios más elementales.
Así las cosas, con un Gobierno que se quedaba maniatado cada vez que trataba de llevar al Parlamento una iniciativa, con una oposición unida en el acoso y derribo al enemigo mortal cada día más dispuesta a decir "no" antes de escuchar cualquier propuesta, la realidad solamente apuntaba a un único camino, que es éste de las elecciones anticipadas.
El recurso a la cuestión de confianza, contemplado en la ley como una opción institucional más, no debe llamarnos a engaño; solamente conllevaría un retraso en la medida adoptada ayer. Pensar que Cascos pudiera ganarla es absurdo, visto el elenco de protagonistas de esta historia, y una vez perdida la única solución, entonces sí, sería la la cita con las urnas, mientras que en el camino se habría perdido un tiempo que a estas alturas se antoja de oro, aunque sea de unas semanas o un mes.
Situados ya en el nuevo escenario, la apuesta de Cascos no por prácticamente obligada deja de ser muy arriesgada para su partido y lo que representa. A priori, la opción más probable es que los resultados del 25 de marzo próximo no difieran básicamente de los registrados en mayo del pasado año, lo que situaría a Asturias en un nuevo marco de incertidumbre. Desde luego, al margen de algunos comentarios apresurados, no creo que nadie pueda pensar a estas alturas que el PP asturiano tenga opciones de ganar los comicios, ni siquiera con la mayoría minoritaria que obtuvo entonces FAC. Es posible que a los dirigentes populares se les pasara por la cabeza que Cascos no tenía pelotas para convocar elecciones. Mal asunto si conocen tan mal a su ex compañero. Desde luego, machadas al margen, no es ninguna locura asegurar que es el PP el que más tiene que perder en este envite. Algunas encuestas apresuradas -aunque sólo sean eso, encuestas- aventuran una ajustada mayoría absoluta de Foro. Desde luego, yo no me considero tan osado como para sumarme a tal resultado.
Los que sí es posible que se estén frotando las manos son los socialistas. De la imagen de desunión de los dos partidos de la derecha son los que mejores réditos pueden lograr. Sin embargo, su estrecha alianza con el PP para derribar a Cascos y los suyos, si los rivales la aprovechan bien en la campaña, serán un peso difícil de solventar. No hay que olvidar que el peso decisivo de tal contubernio en la situación actual va a ser la 'hoja de ruta' de Foro en la inmediata campaña.
Y no me gustaría dejar de lado, aunque pueda parecer precipitado, un aspecto relevante de la cita con las urnas de marzo próximo, quiénes van a ser los cabezas de cartel. Nadie duda de que Foro ira a por todas con su único e incuestionable líder, Francisco Álvarez-Cascos. No está tan claro lo de los dos partidos de la opocición con mayor número de diputados. En principio, lo lógico es que algo menos de un año después fueran las mismas caras de 2011, pero un abúlico Javier Fernández siempre a punto de bajarse del tren y una permanentemente destemplada Isabel Pérez Espinosa, que no ha logrado en este tiempo su graduación parlamentaria, podrían dar paso a un relevo con algo más de gancho. Fernando Lastra o Hugo Alfonso Morán parecen los recambios más probables en los primeros, mientras que entre los populares la nómina con crédito es cada vez más reducida y podrían seguir tirando de Mercedes Fernández. Por el lado de Izquierda Unida, Jesús Iglesias había anunciado su retirada, aunque fuera de las labores de dirección de la coalición y podría hacerla extensiva a esta otra responsabilidad.
Decía antes que lo más lógico sería que el día 25 de marzo confirmase la actual correlación de fuerzas. Sin embargo, el órdago de Cascos, números aparte, tendría su premio si su partido es capaz de superar los 16 diputados, aunque sea con uno o dos más, y que sus dos principales rivales se quedasen como están o perdieran algún escaño. Si Foro araña presencia en la Junta General al PP e IU se aprovecha de un PSOE dividido en su búsqueda de un nuevo salvador en el ámbito nacional para mejorar aunque sea ligeramente su resultado, Foro habrá ganado las elecciones. Porque después les va a ser muy difícil a sus adversarios volver a montar la misma pinza que ha llevado al Principado a unas elecciones anticipadas.
Creo que es lo mejor que podia pasar, empezar desde cero y que dios reparta suerte. Lo malo es que puede que gobiernen los mismos inutiles anteriores o los que hundieron Valencia o Madrid.
ResponderEliminar¡Que dios nos coja cofesados¡¡
La trayectoria de Alvarez-Cascos a lo largo de muchísimos años le acredita como un excelente negociador político y, alcanzados los acuerdos, un fiel cumplidor de la palabra dada. Hay muestras de ello en asuntos de gran calado y con interlocutores del más variado espectro que lo han reconocido públicamente.
ResponderEliminarEn el caso de Asturias, todos los intentos de diálogo y negociación emprendidos por Cascos desde el 22 de Mayo de 2011 (hay constancia escrita) fueron baldíos como producto de la posición obstruccionista de los representantes del Partido Popular. Ha sido imposible alcanzar acuerdos porque PP y PSOE mantienen en Asturias un pacto cuyos frutos pueden verse en la elección de la Mesa del Parlamento (Goñi es presidente con el apoyo socialista) o, más recientemente, el respaldo socialista a la enmienda a la totalidad del PP sobre el presupuesto elaborado por el gobierno de FORO para 2012.
Así las cosas, la decisión de Cascos convocando nuevas elecciones le hace grande porque antepone la Democracia y los intereses de Asturias a los suyos y a los de su partido. Gran decisión y gran ejemplo.