Habemus Gobierno. La noticia, esperada, empezó a circular durante la mañana de ayer en foros y redes sociales bastante antes de que los protagonistas del acuerdo cerrado entre Federación Socialista Asturiana, por un lado, y Unión, Progreso y Democracia, por otro, lo hicieran público.
La primera impresión generalizada, aunque cada cual tenga en esta u aquella urna su corazoncito, fue la de alivio al conocer que el pacto firmado por Javier Fernández y Nacho Prendes va a poner fin al largo periodo de incertidumbre con el que se ha visto castigada Asturias en los últimos meses. Podría decirse que, de alguna maneras, eran millares los asturianos que querían un Ejecutivo, "sea el que sea".
Era en este sentido el día de ayer para muchos 'no adscritos' una jornada de satisfacción. El fantasma de un alargamiento de los procesos políticos y judiciales, de la intervención económica de las huestes de Montoro, de una nueva cita electoral incluso, se desvanecía al fin para dar paso a un Ejecutivo presidido por el candidato y líder socialista.
Aunque esperado, el anuncio del acuerdo a dos bandas entre socialistas y 'magentas' no forzó ayer la reacción del resto de fuerzas políticas con representación en la Junta General, que se han reservado para hoy. Con ello cedieron voluntaria o involutariamente todo el protagonismo a UPyD que no dudó en apostar por la presencia estelar en Asturias de su presidenta nacional, Rosa Díez para el gran momento de gloria de la todavía joven formación. Quizá por eso prácticamente todos los análisis hasta el momento han tomado como referencia la comparecencia pública de los líderes de la misma, que han tenido la oportunidad de apuntarse un tanto como garantes casi únicos del logro de un "Gobierno estable" a partir de la semana que viene.
Sin embargo, amén del resultado final, que en las circunstancia actuales era deseable, los argumentos del partido magenta han quedado en entredicho cuando se ha tenido la oportunidad de conocer el alcance de los compromisos 'arrancados' a los socialistas. Si una semana antes era irrenunciable y les obligaba a romper las negociaciones la circunscripción electoral única, ahora el estudio de posibles fórmulas tendentes a mejorar la proporcionalidad solventa la papeleta y facilita un pacto siete día atrás imposible. Sirva este apartado como ejemplo de lo que significa ir de acuerdo de máximos a aceptación de mínimos. Porque este aspecto de la ley electoral, junto con los demás reclamados por UPyD, se remitén a una comisión de todos los grupos que lo estudiará en cuanto se reactive la vida parlamentaria.
A estas alturas de la película ya todos sabemos el reiterado dicho de que "cuando no quieres que algo se solucione, crea una comisión". Como esa otra de investigación de las irregularidades del 'caso Marea'. ¿Cuántas comisiones de investigación jalonan la historia de la autonomía patria y cuántas han servido para algo más que para marear la perdiz. Porque en definitiva a ese se reducen la mayor parte de los compromisos recogidos ayer en el pacto de legislatura: crear comisiones, "abrir la reflexión a...". Mucho me temo que o bien el PSOE 'se la ha metido doblada' a los de Rosa o éstos han renunciado a sus exigencias en aras de no asumir su verdadera responsabilidad, la de los principios inquebrantables con los que se pasearon por este largo proceso.
¿Será, como muchos aventuraban ayer, que la amenaza del ministro de Hacienda surtió el efecto amedrentador precisamente en las huestes del partido magenta. Desde luego, su 'lideresa' no sudó ayer en poner en el frontispicio de su intervención en el Reconquista que, con su actitud, "ahora ya nadie tiene coartada para intervenir Asturias? Triste hipótesis, de ser cierta, que sólo nos podrían aclarar los propios interesados, si quisieran.
Por lo demás, el estribillo de un "Gobierno estable" que ayer pasearon en procesión Rosa y Nacho, no por deseado deja de estar en cuestión con la vista puesta en el futuro. No lo va a tener fácil Javier Fernández para conjugar toda la serie de variables con las que tendrá que conjugar su labor de gobierno. Primero, lograr convertir en aleación coadyuvante de esa gestión la que todavía es una mezcla entre IU y UPyD. Aunque suponemos informados a los dirigentes de la coalición de los pasos dados por Fernández, ¿a nadie se le ha ocurrido pensar que PSOE mas UPyD no son nada sin los votos de Jesús Iglesias? Porque, vamos a ver, si la mesa debe tener tres patas para ser estable, en algún momento deberá escenificarse ese acuerdo a tres bandas. Dicho de otro modo, que el candidato socialista tendrá que invitar a salir en algún momento a sus dos novias. Dos parejas que, por otra parte, participan de acuerdos diferentes, aunque no contradictorios. Por un lado, uno de investidura con la coalición de izquierdas; por otro, uno más amplio, de legislatura, con los de Prendes y Díez.
Supongo que el futuro presidente del Principado, si es que no lo sabe ya, se estará preguntando si IU va a estar en su Ejecutivo o no, algo que han descartado los de UPyD, y en cómo llevarlos al huerto de manera que pueda evitarse sobresaltos de una fuerza afín que no está comprometida con puestos en el Gabinete.
Con respecto a los 'magentas', es cierto que sus dirigentes se afanaron ayer en mostrar su firme compromiso para tres años, pero tal periodo es muy largo y suponemos que el papel firmado ayer no es -como suele decirse- un 'cheque en blanco' a los socialistas, por lo que el presumible incumplimiento del mismo podría habilitarles para romperlo antes de finalizar su periodo de vigencia.
En definitiva, es más que presumible que Javier Fernández tenga que gobernar al día con sus 17 diputados -uno más de los que tenía Foro en el primer año de legislatura- y un Ejecutivo monocolor. Además de que las fuerzas afines puedan no ser totalmente seguras, el futuro presidente va a tener que lidiar con una oposición guerra -nada que ver con la que 'disfrutó' Areces-, especialmente si Cascos cumple su promesa de no tirar la toalla y mntener su escaño en la Junta General. Un veterano político asturiano comentaba ayer si para Javier sería mejor tener a su antecesor en el Gobierno que dirigiendo la oposición, donde todos sabemos que el ex ministro de Fomento se mueve como pez en el agua, que es el medio natural para desarrollar su 'ferocidad'. Esta condición, por cierto, tampoco le será favorable para el PP, obligado a competir con él para hacerse con el liderazgo de la oposición al Gobierno socialista.
Admitamos que el anuncio de que Asturias tendrá en los próximos días un presidente y un Ejecutivo hay que recibirlo como una buena noticia capaz de desatascar las tuberías de una comunidad depauperada y olvidada de dios desde hace tiempo. Pero que nadie se llame a engaño. Se ha solucionado un problema, un grave problema, pero por delante quedan otros muchos por resolver y para ello va a hacer falta algo más que un papel de compromisos vagos e imprecisos y el logro de 23 votos para una investidura.
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