viernes, 20 de diciembre de 2013

Los mimbres y el cesto

Con un argumento previamente cerrado, el pleno de la Junta General del Principado ha dedicado esta mañana a salpimentar la prórroga presupuestaria con la escritura de un guión plagado de frases y justificaciones en las que el reparto de la responsabilidad se distribuyó, como era previsible, por barrios. Podría hablarse incluso de un ajuste de cuentas entre las tres fuerzas políticas que han sustentado al Ejecutivo durante el último año y medio, las mismas que hace doce meses encontraron un punto de encuentro para aprobar las vigentes Cuentas. Los que fueron socios preferentes del Gobierno de Javier Fernández, al pasar factura del rechazo de éste a aprobar una reforma de la normativa electoral que sí contaba con los 23 votos incapaces de alcanzar hoy. IU y UPyD no hicieron alusión a este antecedente, pero sí lo hizo el ayer portavoz del grupo socialista, José María Pérez, quien cerró el turno de intervenciones con acusaciones directas a ecocomunistas y magentas, a los que achacó recurrir a la mentira para enmascarar sus verdaderas intenciones de ejecutar en sede parlamentaria su particular "vendetta". Dio la sensación de que el grupo mayoritario había decidido reservar sus diatribas para el momento en el que los tiempos se agotaban y cualquier esperanza de cambio de orientación del voto se confirmaba imposible. Surgió entonces el debate subterráneo, donde se combinaron la abortada reforma electoral con la intervención de líderes nacionales, para finalizar culpando a los dos ex socios de gobierno de "abofetear" en la práctica a los asturianos en la cara del Ejecutivo autonómico.

El principal argumento del partido gobernante, el de la similitud del proyecto presupuestario presentado hace días con el vigente, fue desactivado por IU y UPyD, que rechazaron tal comparación para reafirmar, aunque por vías diferentes, la clara condición de mejorables de las Cuentas planteadas por Javier Fernández. Si el portavoz magenta aludió a las condiciones especiales que concurrían en el debate de hace un año, el de la coalición de izquierda apeló a la falta de voluntad política para eludir las doctrinas liberales en la configuración del proyecto. Coincidieron, eso sí, Ignacio Prendes y Ángel González en la importancia para fijar sus posiciones del incumplimiento de los compromisos plasmados en el vigente Presupuesto, base para la desconfianza en su continuidad.

De nada valieron las intervenciones de una nerviosa consejera de Hacienda. Dolores Carcedo trató de apelar al realismo de las cifras para desmontar las acusaciones de sus antiguos socios, a la vez que defendió la idoneidad del proyecto elaborado por su departamento según el marco económico en que habrá que gestionarlo. Vino a decir, aunque no con esas palabras, que el escenario actual hace inviable cualquier otro presupuesto, lo que refrendaría el rechazo de su grupo político a cualquiera de las ofertas recibidas desde la oposición en el corto trámite parlamentario.

"Con estos mimbres no se pueda hacer un cesto", aseguró la representante del Gobierno en alusión a los contrapuestos planteamientos recibidos, especialmente, en materia de política fiscal. Lo que no mencionó Carcedo es que un año antes esos mismos mimbres lograron combinarse para elaborar el 'paxu' de los Presupuestos autonómicos del presente ejercicio.

Y si el principal argumento desde la bancada socialista para responsabilizar a UPyD e IU del fracaso de las negociaciones de este invierno fue el de la voluntad inconfesa de imponer el criterio de minorías al conjunto de la Cámara (reforma electoral), fueron otros los que se encargaron de poner al equipo de Javier Fernández ante el espejo de una minoría (17 votos) pretendiendo, sin concesiones,  sacar adelante un proyecto como el presupuestario frente al rechazo de una mayoría del Parlamento (28 sufragios).

Rotos los puentes con sus antiguos socios, el grupo que sustenta al Ejecutivo tampoco aceptó la vía extraordinaria que se vislumbró en las últimas semanas. La oferta de la portavoz del Partido Popular, Mercedes Fernández, para reconducir el debate y apostar por una prórroga de mes y medio, "en lugar de una de doce meses", mereció el rechazo inmediato de los socialistas. Las exigencias de bajada de impuestos y reducción drástica del sector público son elementos insalvables al entender del grupo mayoritario.

Así las cosas, el Principado se instala en la prórroga presupuestaria, ese escenario maldito al que sus portavoces se encargaron de dar forma en el último mes. De desdramatizar esa situación se encargaron los representantes de todos y cada uno de los grupos de la oposición. Incluso, abandonada toda esperanza de encuentro, la propia Dolores Carcedo anunció que el PSOE perseverará en sus principios de gestión y como un McArthur autóctono "volverá" a la Cámara con el recurso, cuantas veces haga falta, al crédito extraordinario, para el que reclamará el apoyo de los mimbres que sean precisos en cada momento para completar el cesto.

1 comentario:

  1. Valoro como se merece la pasión con la que la Consejera de Hacienda argumentó "sus" presupuestos, apelando al realismo de las cifras. Diría más: lo ha hecho de forma brillante. Pero...

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    cesto
    1. m. Cesta grande y más alta que ancha, formada a veces con mimbres, tiras de caña o varas de sauce sin pulir. (DRAE)
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    Lo que quiero plantear con esta cita es que la Consejera, lejos de tratar de consensuar la sustitución o renovación del viejo cesto, al gusto de la mayoría, ha pretendido imponer "su" cesto (el que a ella le gusta) haciendo oídos sordos a otras preferencias: "o este nuevo cesto (muy similar al anterior), o el mismo viejo cesto".

    Unos presupuestos realistas, según la perspectiva (o intereses) del PSOE, no presupone que no sean factibles otros modelos de presupuestos también realistas (el mimbre, la caña o el sauce; la altura y el ancho, ¿recuerdan?). Aquí es cuando entran en juego la voluntad política, por un lado, y la responsabilidad de gobierno como grupo mayoritario, por el otro. Pero si no se dispone de mayoría suficiente, lo razonable y responsable es buscar el acuerdo con una mínima dosis de flexibilidad, algo de lo que el PSOE había decidido prescindir con anterioridad y que escenificó más recientemente en los prolegómenos de la sesión parlamentaria.

    La consecuencia de tal actuación, la prevista y anunciada por todo el mundo.

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