miércoles, 28 de mayo de 2014

El reto de Podemos

Superado ya el 'estado emocional' de las primeras horas posteriores a la consulta electoral del pasado domingo, si algo parece haber quedado claro tras el recuento es que esa cita ha tenido un protagonista principal y lleva por nombre Podemos. De la lectura pausada de la actualidad en estos dos últimos días, parece claro que los titulares sobre el fin del bipartidismo han dejado su lugar a la presencia un tanto sorpresiva en la vida institucional de ese grupo 'utópico', desestructurado, un poco misterioso que se agrupa en torno a la imagen de ese joven comunicador con aspecto de "perroflauta", por utilizar el término ladinamente amasado por la derecha convencional.

Y hablo de protagonismo sobresaliente porque no hay más que leer las páginas de los periódicos o escuchar las noticias en radio y televisión para apreciar que este partido sin partido se ha convertido en cesto de ilusiones para una parte de la ciudadanía y blanco perfecto de las diatribas de sus sorprendidos rivales, para otra.

Tantos elogios amasa la nueva formación como insultos y descalificaciones. Los primeros, denotan la necesidad del votante de hallar una alternativa a una estructura anquilosada donde cada cual se reparte su parte del pastel; los grandes, las mejores porciones, pero también los considerados pequeños, conformes con la escueta ración que les corresponde en la mesa de esa "grande bouffe" europea.

Al margen de los dardos que apuntan a una estrategia oportunista, a la improvisación, los ataques a Podemos parecen centrados en su líder, ese Pablo Iglesias bis que se ha presentado a los comicios 'limpio de polvo y paja' pero al que sus enemigos -que son muchos- han rastreado cual si del más puro estilo estadounidense se tratara y desempolvan cada día frases y actitudes que comprometen sus teóricos postulados.

Sicario de los regímenes dictatoriales de América Latina, mentor de políticas irrealizable en la práctica, glosador de antiguos líderes nacionales hoy desgastados por la realidad. Todo encaja en ese 'press book' que circula por la redacciones de los medios informativos y llena las redes sociales, las mismas que la joven formación ha sabido usar con maestría para suplir su inicial falta de medios tradicionales.

Podemos ha ganado el primer reto: montar una candidatura electoral en cuatro meses (salvando distancias ideológicas y territoriales, ¿no le recuerda a nadie la irrupción de Foro Asturias Ciudadanos en 2011?) y lograr unos resultados espectaculares, creo que inesperados hasta para su propia gente. Ahora viene el segundo, más difícil aún, que no es otro que configurar una estructura de partido que le permita optar a refrendar sus cifras el año próximo, en las municipales y autonómicas, y meses después, en las legislativas españolas. Son millares de candidatos territoriales y locales, cientos de listas que hay que rellenar. Y la pregunta es ¿con quién? A la bisoña formación no han parado de salirle novias desde que se conocieron sus números de la noche dominical. Podemos es en este momento el cesto perfecto para los oportunistas, los 'profesionales' de la política, los que se han ido quedando sin silla en los últimos años. Este es el verdadero reto de Pablo Iglesias bis y los suyos y para afrontarlo deberá emplear algo más que su imagen de 'progre'.

Los primeros en darse cuenta de la necesidad de establecer unas relaciones prematrimoniales (no sé si todavía se siguen llamando así porque estas cosas han cambiado mucho desde que yo era joven) han sido los chicos de Izquierda Unida, hasta ahora displicentes con esa especie de apéndice con pretensiones de superarles por la izquierda (empresa fácil, por otra parte). Los responsables de la coalición son conscientes de que una parte de esos votos cosechados por la plataforma electoral podrían haber agrandado sus buenos resultados particulares. Ahora, constatado el reparto, se afanan por sumar sus apoyos con los de estos insospechados 'hermanos de sangre'.

Vendrán más. 'Parados' de la cosa pública, pequeñas formaciones residuales de esa "izquierda radical" en la que se ha encasillado a Pablo Iglesias bis y los que le han acompañado en su particular travesía del desierto, desclasados sin etiqueta. En ese proceso estará el verdadero reto de Podemos.

1 comentario:

  1. Lo que no admite discusión es que la espectacular irrupción de esta formación ha revolucionado el panorama (político, mediático y social) del país, promoviendo análisis, apoyos o críticas, imprescindibles para escapar de este ambiente viciado (yo diría envenenado), sobrado de atonía y resignación. Bienvenido sea este revulsivo.

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