miércoles, 22 de julio de 2009

Cascos, de entrada no

La carestía informativa del estío es un mal al que todos los profesionales nos hemos tenido que enfrentar cada año. En el que ahora estamos, el 'caso Gürtel' acapara la atención nacional, pero en el ámbito asturiano transitamos con bostezos por el aburrido páramo de la financiación autonómica, un asunto que, pese a su repercusión económica en la marcha de la comunidad, retrae hasta al más entusiasta de los lectores.
No es de extrañar por ello que los queridos compañeros de 'La Nueva España', periódico líder del ámbito regional, hayan buscado y rebuscado hasta dar con un tema que garantiza la atención del lector, máxime en estos meses de sequía informativa. El tema tiene nombre y apellidos -Francisco Álvarez-Cascos-, alguien que es siempre garantía de enganche con la política asturiana.
La vuelta de Cascos a la política -regional o nacional- es referencia periódica en cualquier ambiente relacionado con esa actividad. Sin embargo, ese retorno, negado por activa y por pasiva por el interesado, ha tenido hasta ahora un mínimo margen de credibilidad. De pronto, los calores del verano han devuelto a los titulares por enésima vez la opción de la mejor alternativa de la derecha asturiana para arrebatar el poder autonómico a la izquierda en el Principado.
¿Baraja Cascos ese retorno? Lo haría ¿bajo qué condiciones? ¿Desea la direción nacional esa opción? ¿Espera por ella el equipo que lidera Ovidio Sánchez en el PP asturiano?. la respuesta primera es negativa a todas esas preguntas.
Vayamos por partes. Aunque en esto de la política no pondría una mano en el fuego absolutamente por nadie después de tantos años de experiencia con ese colectivo 'profesional', pienso que en los planes del veterano político asturiano no entra aterrizar de nuevo en el terreno de juego, y mucho menos en el asturiano. Así lo ha afirmado en las escasas comparecencias públicas y en múltiples manifestaciones de ámbito más reducido, cuando no privado. Dicen sus más fieles allegados en esta región que, en las escasas ocasiones en las que se ha referido a esa vuelta, largamente solicitada por esos mismos seguidores incondiconales, ha sido categórico al afirmar que "tendrían que barrerme y limpiarme la casa de ariba a abajo". En qué se traduce esta frase. Pues en que el problema ya no es sólo si Ovidio Sánchez deja la presidencia regional -más difícil desde que Rajoy le dejó fuera del parlamento Europeo-, sino en que con él desaparezca el equipo de colaboradores incondiconales del que a modo de 'guardia de corps' se ha rodeado el incombustible político popular. A la 'operación limpieza' no podría ser ajena tampoco la dirección local de Gijón del PP, con su presidenta, Pilar Fernández Pardo, al frente, cuya presencia fue el motivo argumental para que el ex vicepresidente del Gobierno trasladase su ficha de militante a Madrid. Aunque con matices, tampoco podría supervivir en ese hipotético marco, el todopoderoso líder ovetense y alcalde de la capital, Gabino de Lorenzo, acostumbrado con los años a controlarlo todo y nada proclive a ceder ese protagonismo en la sombra que le lleva a ser el verdadero artífice de las últimas decisiones en el ámbito del partido en Asturias.
¿Todos barridos de un plumazo? Ni con un seguro de victoria bajo el brazo iba a aceptar estas condiciones Mariano Rajoy, siempre dado a dar tiempo al tiempo y aplazar hasta el límite las decisiones conflictivas. Y si no que se lo pregunten a los imputados en el 'Gürtel'. Sin el borrón y cuenta nueva tampoco iba a aceptar cualquier otro escenario el propio Cascos. En definitiva, un escenario sin apenas un ligero atisbo para el punto de encuentro.
Que Cascos se deje querer es posible, pero de ahí a estar preparando el retorno a la política asturiana falta, a día de hoy, un trecho inmenso. Otra cosa bien distinta es que su gente de confianza en la región hayan encontrada -vaya usted a saber dónde- un resquicio para convertir en opción viable sus deseos, reiteradamente expresados a lo largo de los últimos años sin resultado alguno.
Cascos es un animal político y no ha dejado nunca de estar en ese territorio, pero una cosa es soltar de cuando en cuando un aldabonazo en la primera tribuna que se le brinda y otra bien distinta olvidar que, con todo su bagaje y su reconocimiento en Asturias -las más de las veces con mayor intensidad fuera que dentro de su partido-, pueda desembarcar en plan conquistador en Oviedo dejando en sus flancos los cadáveres políticos de todos los que que verían en su regreso una opción segura de pasar a la reserva.
En fin, que -como decía antes- en esto de la política no se puede decir nunca jamás, pero que, con las condiciones actuales del PP tanto en Madrid como en Asturias, no parece que nada haya cambiado para que alguien con capacidad para hacerlo extienda la alfombra roja para recibir al hijo pródigo en su hogar de origen.
Con el más absoluto respeto para los compañeros del rotativo ovetense que día tras día se esfuerzan en encontar nuevas aristas a la información para prolongar en el tiempo la atención de la política regional, a día de hoy más bien parece que la 'opción Cascos' para arrebatar el poder a los socialistas en Asturias parece responder más bien a lo que se ha dado vulgarmente en llamar "una serpiente de verano" alimentada por esa media docena de nombres que mantienen viva la llama del ex ministro de Fomento en el Principado que a una alternativa real para enfrentarse en 2011 al candidato socialista. Pero de quién puede ser éste y de lo que se avecina en el seno de la FSA a medida que se acerque la cita electoral hablaré otro día. Seguiremos en contacto.

1 comentario:

  1. Lo que tienen las serpientes de verano es que casi siempre se ahogan sin agua, pero tampoco tendríamos que olvidar que la espera nunca es eterna. A lo mejor de tanto dejarse querer al final nadie le quiere. Méritos ha hecho para ello

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