Desde que el pasado 15 de marzo millares de personas en toda España consolidaron en la calle su cabreo hacia la clase política y hacia otros estamentos de la sociedad responsables directos de la agobiante situación en la que nos encontramos, han sido prácticamente todos los representantes de partidos grandes y pequeños los que se han apropiado vergonzosamente de su voz arrogándose la representación de los indignados. Todavía a día de hoy, estando como estamos en plena campaña electoral, los líderes y adláteres de esas fuerzas políticas siguen reclamando para su lado la titularidad de del 15-M.
Esta actitud resulta mucho más molesta todavía si se tiene en cuenta que esas mismas personas manifiestan verbalmente cada día su adhesión a los principios del movimiento ciudadano mientras, por otro lado, sus hechos desmienten radicalmente tal representación. El último hito de esta manifiesta hipocresía fue la decisión tomada ayer mismo por la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados de gastarse 498.000 euros en 400 iPad para los futuros parlamentarios que representarán en la Cámara a los españoles (¿...?) a partir del día 20 de noviembre próximo. Las tabletas sustituirán a los 'viejos' portatiles de los que disponen cada uno de los diputados en un afán de darles las máximas facilidades para 'servir' a los ciudadanos. Vamos, un regalo "necesario" para el cumplimiento con la 'res publica'.
Noticias como ésta no hacen sino alimentar el fuego y la ira que anidan en el corazón de millones de paisanos. Dispendios como el mencionado invitan a recomendarles a sus señorías que rechacen el regalo 'envenenado' y con esos magníficos sueldos que perciben, si tan necesarios son esos aparatos para su labor, se los compren personalmente, que para eso cobran. Y en última instancia existen entidades financieras que se lo regalarán con la única condición de domiciliar su nómina, lo mismo que a cualquier hijo de vecino.
Parece obvio que tal cantidad de euros resulta insignificante frente a las tremendas necesidades que afronta la economía nacional, pero tampoco cabe duda que hacer esta clase de ostentaciones en épocas de vacas flacas resulta realmente indignante. El conflicto se agrava si se tiene en cuenta que los grandes partidos políticos, los mismos que tomaron ayer el citado acuerdo, llevan semanas gastando a manos llenas en una encubierta campaña electoral que, al menos legalmente, no ha empezado. Claro que lo único que se les exige es que no pidan todavía el voto. Lo demás está todo permitido.
En fin que ya a nadie pueden engañar los que predican desde el púlpito de sus poltronas la comprensión hacia los cabreados y no solamente se niegan a rebajarse ni uno solo de sus cuantiosos privilegios, sino que hacen alarde de un impúdico sentido del derroche. O, dicho de otra manera, que no pueden ser la voz de los indignados aquellos que, lejos de arrepentise de sus vicios incontrolados, los alimentan copiosamente y hacen alarde de ellos: los causantes de la indignación, los indignantes, no pueden ser jamás, de ninguna manera, la voz de los indignados. Sería un contrasentido absurdo.
viernes, 28 de octubre de 2011
lunes, 24 de octubre de 2011
Golpe de estado democrático
Era algo que se veía venir. Tan sólo fue cuestión de tiempo. Un Gobierno con los apoyos parlamentarios que tiene el de Francisco Álvarez-Cascos y con las inquinas personales que despierta en "los de enfrente" y en "los de al lado" tenía que verse en la situación en la que en estos momentos se encuentra más pronto que tarde. Y, muy especialmente, ahora que, aunque no oficialmente, estamos en plena campaña y el enemigo a batir es Foro Asturias y, de forma muy singular, su presidente.
No por esperado resulta menos curioso, de todas formas, ver hoy embarcados en la misma empresa, animados por un objetivo común, a Fernando Lastra (PSOE), Isabel Pérez Espinosa (PP) y Jesús Iglesias (IU) dispuestos, cual si de una alianza contra el terrorismo se tratara, a salvar la patria astur de la dictadura del casquismo. Algunos han visto en la actual situación una ocasión de oro para tirarse al cuello del enemigo y las palabras democracia, separación de poderes o excepcionalidad (¿estado de excepción?) se acumulan en sus bocan en esa especie de ejército de salvación que ha tenido la virtud de unir a aquellos que en muchísimos años han sido incapaces de ponerse de acuerdo en las cuestiones más elementales y de sentido común.
Sus argumentos, objetivamente, pueden ser intachables y las palabras lo corroboran. Sin embargo, la TPA, o el sector público regional, son en este caso una mera excusa para llegar al "agrupémonos todos" en que se ha convertido esta batalla de netos tintes electoralistas. Sorprende, muy especialmente, ver a la portavoz de los populares enrolada en el 'barco pirata' dispuesta a participar activamente en el abordaje; esa, la representante del partido que se opuso en su momento a la creación de la radio y televisión autonómicas y que se mantuvo un año, para expresar ese rechazo, negándose a ocupar sus puestos en el consejo de administración del ente. ¿Estará Rajoy informado de esta maniobra? De ser así, ¿de verdad se cree que su partido será beneficiario de tal estrategia? Lo cierto es que la unión contra natura que se ha ido fraguando no tendrá con toda seguridad otro beneficiario en las urnas que el propio Cascos. Y si no al tiempo.
De salir adelante, como es de prever, la proposición de ley presentada por PSOE, PP e IU la situación que se va a crear será inédita en la historia de nuestra autonomía. De alguna forma, se puede decir que los asturianos vamos a contar, desde ya, con un Gobierno tutelado, entendiendo por tal, un ejecutivo sin capacidad para actuar, con las manos atadas, incapaz de llevar adelante las políticas con las que se comprometieron ante los asturianos el pasado mes de mayo. De alguna forma, dada la gravedad institucional de la situación, podría decirse que estamos ante una forma de golpe de estado; democrático, eso sí, pero golpe de estado a fin de cuentas, algo con lo que ideológicamente nadie puede estar de acuerdo.
Si, efectivamente, Cascos y su equipo se han pasado y están poniendo en riesgo la situación y el futuro de Asturias, es responsabilidad de los tres partidos de la oposición plantear la vía adecuada para resolver el problema. Y esa vía no puede ser otra que la de la moción de censura. Si el escenario es de excepcionalidad y tan grave como plantean los tres grupos, las leyes les ofrecen esa herramienta para devolver las cosas a su sitio. Claro que eso implica ponerse de acuerdo en un candidato y en un programa para sacar a Foro del Gobierno del Principado, y eso es algo que, al menos a dos de los tres, no les interesa para nada, y mucho menos en este preciso momento.
Por cierto, resultan llamativas las palabras de algunos de los promotores de la iniciativa conjunta de la oposición que asignan a la misma el camino para obligar al Ejecutivo a respetar las mayorías. A algunos de ellos les invitaría a repasar los diarios de sesiones de las legislaturas que presidieron don Vicente Álvarez Areces, don Pedro de Silva, don Juan Luis Rodríguez-Vigil o don Sergio Marqués sin una mayoría parlamentaria. Encontrarán montones de mociones, proposiciones y toda clase de iniciativas en las que el Parlamento exigió a aquellos mandatarios y a sus gobiernos el cumplimiento de la voz mayoritaria de la Cámara. Y ya fuera de dicho diario oficial, las prácticamente mismas veces que los respectivos se pasaron esa voz por los cataplines. Eso sí, sin que nadie se molestase en salvar a la patria.
No por esperado resulta menos curioso, de todas formas, ver hoy embarcados en la misma empresa, animados por un objetivo común, a Fernando Lastra (PSOE), Isabel Pérez Espinosa (PP) y Jesús Iglesias (IU) dispuestos, cual si de una alianza contra el terrorismo se tratara, a salvar la patria astur de la dictadura del casquismo. Algunos han visto en la actual situación una ocasión de oro para tirarse al cuello del enemigo y las palabras democracia, separación de poderes o excepcionalidad (¿estado de excepción?) se acumulan en sus bocan en esa especie de ejército de salvación que ha tenido la virtud de unir a aquellos que en muchísimos años han sido incapaces de ponerse de acuerdo en las cuestiones más elementales y de sentido común.
Sus argumentos, objetivamente, pueden ser intachables y las palabras lo corroboran. Sin embargo, la TPA, o el sector público regional, son en este caso una mera excusa para llegar al "agrupémonos todos" en que se ha convertido esta batalla de netos tintes electoralistas. Sorprende, muy especialmente, ver a la portavoz de los populares enrolada en el 'barco pirata' dispuesta a participar activamente en el abordaje; esa, la representante del partido que se opuso en su momento a la creación de la radio y televisión autonómicas y que se mantuvo un año, para expresar ese rechazo, negándose a ocupar sus puestos en el consejo de administración del ente. ¿Estará Rajoy informado de esta maniobra? De ser así, ¿de verdad se cree que su partido será beneficiario de tal estrategia? Lo cierto es que la unión contra natura que se ha ido fraguando no tendrá con toda seguridad otro beneficiario en las urnas que el propio Cascos. Y si no al tiempo.
De salir adelante, como es de prever, la proposición de ley presentada por PSOE, PP e IU la situación que se va a crear será inédita en la historia de nuestra autonomía. De alguna forma, se puede decir que los asturianos vamos a contar, desde ya, con un Gobierno tutelado, entendiendo por tal, un ejecutivo sin capacidad para actuar, con las manos atadas, incapaz de llevar adelante las políticas con las que se comprometieron ante los asturianos el pasado mes de mayo. De alguna forma, dada la gravedad institucional de la situación, podría decirse que estamos ante una forma de golpe de estado; democrático, eso sí, pero golpe de estado a fin de cuentas, algo con lo que ideológicamente nadie puede estar de acuerdo.
Si, efectivamente, Cascos y su equipo se han pasado y están poniendo en riesgo la situación y el futuro de Asturias, es responsabilidad de los tres partidos de la oposición plantear la vía adecuada para resolver el problema. Y esa vía no puede ser otra que la de la moción de censura. Si el escenario es de excepcionalidad y tan grave como plantean los tres grupos, las leyes les ofrecen esa herramienta para devolver las cosas a su sitio. Claro que eso implica ponerse de acuerdo en un candidato y en un programa para sacar a Foro del Gobierno del Principado, y eso es algo que, al menos a dos de los tres, no les interesa para nada, y mucho menos en este preciso momento.
Por cierto, resultan llamativas las palabras de algunos de los promotores de la iniciativa conjunta de la oposición que asignan a la misma el camino para obligar al Ejecutivo a respetar las mayorías. A algunos de ellos les invitaría a repasar los diarios de sesiones de las legislaturas que presidieron don Vicente Álvarez Areces, don Pedro de Silva, don Juan Luis Rodríguez-Vigil o don Sergio Marqués sin una mayoría parlamentaria. Encontrarán montones de mociones, proposiciones y toda clase de iniciativas en las que el Parlamento exigió a aquellos mandatarios y a sus gobiernos el cumplimiento de la voz mayoritaria de la Cámara. Y ya fuera de dicho diario oficial, las prácticamente mismas veces que los respectivos se pasaron esa voz por los cataplines. Eso sí, sin que nadie se molestase en salvar a la patria.
domingo, 16 de octubre de 2011
El equipo de Rubalcaba da patadas
La publicación simultánea, hoy, en los dos periódicos nacionales de mayor tirada de sendos sondeos muy favorables al Partido Popular vienen a ratificar lo que ya todo el mundo da por hecho (aunque los partidos hay que jugarlos): la victoria contundente de Mariano Rajoy en las elecciones del 20-N. El diario 'El País' da a los populares una horquilla entre 185 y 190 escaños, cifra que 'El Mundo' eleva hasta los 196. En ambos casos se trata de una holgada mayoría absoluta con la que el PP no precisaría siquiera de apoyos externos a sus propios diputados para gobernar en España los próximos cuatro años con comodidad. La otra cara de la moneda es la del Partido Socialista, que obtendría -según el primer rotativo- nada más que entre 115 y 120 representantes en la Cámara Baja, cifra parecida a la que le concede el diario de PedroJota, 117.
A medida que se acerca la cita con las urnas sondeos y tendencias no hace sino acrecentar esa sensación de que el pescado está, en esta ocasión, todo vendido y que el que en su momento se llamó 'efecto Rubalcaba' no ha tenido ninguna o casi ninguna influencia en el descalabro de los socialistas. Pero, como decía, el partido hay que jugarlo y los dirigentes del PSOE, mientras buscan en el cajón de los recuerdos alguna pócima mágica o remedio para apartar de ellos el caliz de la amargura, se afanan en encontrar un camino, una luz, una señal, que les indique la forma de sobrellevar una situación inimaginable hace solamente unos pocos años.
Y ya que estamos utilizando símiles balompédicos, hay que decir que en esta contienda Alfredo Pérez Rubalcaba y los suyos se están comportando como esos futbolistas marrulleros que, una vez que comprueban que el partido se les escapa y que pueden perder por goleada hacen de la desesperación su causa y empiezan a dar patadas al contrario en una afán desordenado de parar la 'mareona' que se les viene encima. Desde que el candidato del PSOE empezó su campaña no para de lanzar balones a cualquier parte con promesas y más promesas de iniciativas y políticas que durante su todavía muy cercano puesto de vicepresidente con Zapatero ni siquiera apuntó. Su ansia de desmarcarse del todavía presidente del Gobierno y de su pesada carga electoral le empuja a cambiar cada día de chaqueta, cuando no llegar al permanente insulto (las patadas a las que antes me refería). Y, por si acaso, siempre queda el ya infrautilizado "que viene el lobo", entendiendo por tal al PP, que "va a acabar con todos los servicios públicos", con la educación, con la sanidad, con los servicios sociales, cuya propiedad va a malvender a sus amiguetes capitalistas. En fin, no me voy a extender con un cuento que ya está en el conocimiento de todos los españoles.
Los recursos utilizados hasta ahora, el cuento del lobo incluido, no parece haber influido en el criterio de los españoles de dar la vuelta a la tortilla en las Cortes Generales y en el Gobierno, como muestran los sucesivos sondeos. Ya sólo 1ueda algo de un mes y la dirección del Partido Socialista se aferra como a un clavo ardiendo a una hipotética 'rendición' de ETA, el último cartucho para obrar el milagro. Sería deseable que esa noticia se produjera, pero mucho me temo que, primero, tendría que ser creíble y, en todo caso, nunca con la contundencia necesaria para desviar la atención de los votantes de la situación económica y, muy especialmente del desempleo. Tal y como van las cosas, el españolito de a pie está más preocupado por tener trabajo y un salario que llevar a casa que por el terrorismo, a pesar de la importancia que tendría acabr con él.
Por tanto, y a la espera de ese milagro, es más que probable que Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo tengan que arrastrarse por esos pueblos y campos de España durante el próximo mes hasta la confirmación de su más que presumible derrota. Luego, sin duda, vendrá la noche de los cuchillos largos.
A medida que se acerca la cita con las urnas sondeos y tendencias no hace sino acrecentar esa sensación de que el pescado está, en esta ocasión, todo vendido y que el que en su momento se llamó 'efecto Rubalcaba' no ha tenido ninguna o casi ninguna influencia en el descalabro de los socialistas. Pero, como decía, el partido hay que jugarlo y los dirigentes del PSOE, mientras buscan en el cajón de los recuerdos alguna pócima mágica o remedio para apartar de ellos el caliz de la amargura, se afanan en encontrar un camino, una luz, una señal, que les indique la forma de sobrellevar una situación inimaginable hace solamente unos pocos años.
Y ya que estamos utilizando símiles balompédicos, hay que decir que en esta contienda Alfredo Pérez Rubalcaba y los suyos se están comportando como esos futbolistas marrulleros que, una vez que comprueban que el partido se les escapa y que pueden perder por goleada hacen de la desesperación su causa y empiezan a dar patadas al contrario en una afán desordenado de parar la 'mareona' que se les viene encima. Desde que el candidato del PSOE empezó su campaña no para de lanzar balones a cualquier parte con promesas y más promesas de iniciativas y políticas que durante su todavía muy cercano puesto de vicepresidente con Zapatero ni siquiera apuntó. Su ansia de desmarcarse del todavía presidente del Gobierno y de su pesada carga electoral le empuja a cambiar cada día de chaqueta, cuando no llegar al permanente insulto (las patadas a las que antes me refería). Y, por si acaso, siempre queda el ya infrautilizado "que viene el lobo", entendiendo por tal al PP, que "va a acabar con todos los servicios públicos", con la educación, con la sanidad, con los servicios sociales, cuya propiedad va a malvender a sus amiguetes capitalistas. En fin, no me voy a extender con un cuento que ya está en el conocimiento de todos los españoles.
Los recursos utilizados hasta ahora, el cuento del lobo incluido, no parece haber influido en el criterio de los españoles de dar la vuelta a la tortilla en las Cortes Generales y en el Gobierno, como muestran los sucesivos sondeos. Ya sólo 1ueda algo de un mes y la dirección del Partido Socialista se aferra como a un clavo ardiendo a una hipotética 'rendición' de ETA, el último cartucho para obrar el milagro. Sería deseable que esa noticia se produjera, pero mucho me temo que, primero, tendría que ser creíble y, en todo caso, nunca con la contundencia necesaria para desviar la atención de los votantes de la situación económica y, muy especialmente del desempleo. Tal y como van las cosas, el españolito de a pie está más preocupado por tener trabajo y un salario que llevar a casa que por el terrorismo, a pesar de la importancia que tendría acabr con él.
Por tanto, y a la espera de ese milagro, es más que probable que Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo tengan que arrastrarse por esos pueblos y campos de España durante el próximo mes hasta la confirmación de su más que presumible derrota. Luego, sin duda, vendrá la noche de los cuchillos largos.
Y, también a propósito de los comicios del 20 de noviembre, no me resisto a resaltar el papel que en esa tragedia ha decidido asumir el candidato socialista por Asturias. Antonio Trevín se ha autoinvestido con un rol antitético de lo que correspondería al género, el de humorista. Tras la astracanada de días atrás, utilizando también símiles futbolísticos, a la hora de asimilar al "amigo Rubalcaba" con la calidad y el estilo de una mezcla entre Messi y Ronaldo, hoy mismo nos ha dedicado otra perla al mostrar su "preocupación" por el retraso de las obras de infraestructura en Asturias y se ha dirigido al moribundo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para exigirle que gobierne hasta el último día. Él, que precisamente ha sido el pregonero de todos y cada uno de esos retrasos y que no ha tenido empacho en desbordarnos con una baile de fechas nunca cumplidas para esas mismas obras. Tendría gracia si no fuera por la importancia que las mismas tienen para Asturias. Claro que parece ser que otra de las consignas dadas desde Madrid a todos sus candidatos es la de la amnesia absoluta. Nadie recuerda nada del pasado más inmediato.
sábado, 15 de octubre de 2011
Rajoy le hace el trabajo sucio a Cascos
Allá en las postrimerías del pasado año, Mariano Rajoy y Francisco Álvarez-Cascos emprendieron una partida que, como todo el mundo sabe, acabó en ruptura. La razón principal fue el envite que el asturiano hizo al gallego, un órdago a la grande que tenía como objetivo "barrer" literalmente a la dirección regional del partido en Asturias a cambio de contar con el mejor cartel electoral para las autonómicas de mayo en el Principado. Como era de esperar, el líder nacional no aceptó las condiciones y llegó la quiebra entre dos viejos compañeros en los gobiernos de José María Aznar.
Pero, lo que tiene el paso del tiempo, la cita adelantada con las urnas para las legislativas ha propiciado que, poco a poco, aunque con mano firme, el presidente nacional de los populares haya iniciado la que parece ser la concreción de aquellas exigencias de Cascos y, como no podía ser de otra manera, la 'Operación escoba' ha comenzado a través de las listas del 20-N.
La primera medida fue colocar a Mercedes Fernández, en otro tiempo incondicional del actual presidente del Principado y enemiga de sus enemigos, por mucho que las circunstancias puedan disfrazarlo. Tras esa designación, ya con bastón de mando en plaza, 'Cherines' se encargó de situar en las candidaturas para el Congreso y para el Senado a dos ex concejalas de Gijón en su etapa municipalista, Ángeles Fernández Ahuja y Laura Sampedro, en la primera gran batalla para dejar totalmente aislados a sus adversarios internos en Gijón, Pilar Fernández Pardo y su equipo. Parecía que la 'renovación' -de personas, que no generacional- iba a quedar por el momento ahí, aunque todo el mundo da por hecho que la fulgurante reaparición de Mercedes Fernández augura un próximo relevo en la dirección del PP asturiano.
Sin embargo, el comité electoral nacional ha sido el instrumento en la meditada estrategia de Rajoy para el Principado y, por sorpresa, ha decidido, con la autoridad que le dan los estatutos del partido, situar en la candidatura para el Senado a otro viejo amigo de Cascos y veterano en mil lides de los populares, Isidro Fernández Rozada, en detrimento de Ramón Artime. Por mucho que se trate de enmascarar como una medida habitual dentro del partido, la dirección asturiana ha vuelto a quedarse 'con el culo al aire'.
Se había hablado de que Fernández Rozada podría ser el próximo delegado del Gobierno, tras el periodo de interinidad en el cargo del socialista Francisco González Zapico, y a ello se atribuía su silencio tras verse excluido de la listas para las Cortes Españolas. Sin embargo, todo parece indicar que, sin entrar en las perspectivas de futuro, al veterano político de las cuencas le habían dado pasaporte sus propios compañeros de casa. Rajoy se ha encargado de devolver las cosas a su sitio y, de paso, ha lanzado lo que parece ser una aviso para navegantes a la actual dirección de su partido en Asturias. Se ha abierto la veda y, tras las elecciones, será cuestión de tiempo el que los sueños del Cascos todavía militante del PP se hagan realidad, aunque, eso sí, sin mancharse las manos. Pilar Fernández Campo ya ha aceptado su defenestración y si yo fuera Ovidio Sánchez o Gabino de Lorenzo empezaría a poner mis barbas a remojar. Y que no se descuiden los Aréstegui, Goñi o Espinosa, porque podrían ir en el 'pack'. En definitiva, como bautizó su inspirador, un auténtico 'barrido de la casa'.
Mientras tanto, la elección de Mercedes Fernández e Isidro Fernández Rozada (a algún lector de esta tribuna le sonarán estos nombres citados hace ya muchas semanas) para 'prestigiar' las listas del PP en Asturias aventura la que, a medio plazo, podría ser otra profecía cumplida, la progresiva aproximación entre el partido Popular y Foro Asturias (la UPN del Principado) para, en un futuro más o menos lejano, llegar a la colaboración y, ¿quién sabe?, hasta una hipotetica fusión en una única organización política. Eso sí, como algunos la han definido, esta operación tendría el carécter de un "aterrizaje suave", o sea, pausada y sin estridencias.
Pero, lo que tiene el paso del tiempo, la cita adelantada con las urnas para las legislativas ha propiciado que, poco a poco, aunque con mano firme, el presidente nacional de los populares haya iniciado la que parece ser la concreción de aquellas exigencias de Cascos y, como no podía ser de otra manera, la 'Operación escoba' ha comenzado a través de las listas del 20-N.
La primera medida fue colocar a Mercedes Fernández, en otro tiempo incondicional del actual presidente del Principado y enemiga de sus enemigos, por mucho que las circunstancias puedan disfrazarlo. Tras esa designación, ya con bastón de mando en plaza, 'Cherines' se encargó de situar en las candidaturas para el Congreso y para el Senado a dos ex concejalas de Gijón en su etapa municipalista, Ángeles Fernández Ahuja y Laura Sampedro, en la primera gran batalla para dejar totalmente aislados a sus adversarios internos en Gijón, Pilar Fernández Pardo y su equipo. Parecía que la 'renovación' -de personas, que no generacional- iba a quedar por el momento ahí, aunque todo el mundo da por hecho que la fulgurante reaparición de Mercedes Fernández augura un próximo relevo en la dirección del PP asturiano.
Sin embargo, el comité electoral nacional ha sido el instrumento en la meditada estrategia de Rajoy para el Principado y, por sorpresa, ha decidido, con la autoridad que le dan los estatutos del partido, situar en la candidatura para el Senado a otro viejo amigo de Cascos y veterano en mil lides de los populares, Isidro Fernández Rozada, en detrimento de Ramón Artime. Por mucho que se trate de enmascarar como una medida habitual dentro del partido, la dirección asturiana ha vuelto a quedarse 'con el culo al aire'.
Se había hablado de que Fernández Rozada podría ser el próximo delegado del Gobierno, tras el periodo de interinidad en el cargo del socialista Francisco González Zapico, y a ello se atribuía su silencio tras verse excluido de la listas para las Cortes Españolas. Sin embargo, todo parece indicar que, sin entrar en las perspectivas de futuro, al veterano político de las cuencas le habían dado pasaporte sus propios compañeros de casa. Rajoy se ha encargado de devolver las cosas a su sitio y, de paso, ha lanzado lo que parece ser una aviso para navegantes a la actual dirección de su partido en Asturias. Se ha abierto la veda y, tras las elecciones, será cuestión de tiempo el que los sueños del Cascos todavía militante del PP se hagan realidad, aunque, eso sí, sin mancharse las manos. Pilar Fernández Campo ya ha aceptado su defenestración y si yo fuera Ovidio Sánchez o Gabino de Lorenzo empezaría a poner mis barbas a remojar. Y que no se descuiden los Aréstegui, Goñi o Espinosa, porque podrían ir en el 'pack'. En definitiva, como bautizó su inspirador, un auténtico 'barrido de la casa'.
Mientras tanto, la elección de Mercedes Fernández e Isidro Fernández Rozada (a algún lector de esta tribuna le sonarán estos nombres citados hace ya muchas semanas) para 'prestigiar' las listas del PP en Asturias aventura la que, a medio plazo, podría ser otra profecía cumplida, la progresiva aproximación entre el partido Popular y Foro Asturias (la UPN del Principado) para, en un futuro más o menos lejano, llegar a la colaboración y, ¿quién sabe?, hasta una hipotetica fusión en una única organización política. Eso sí, como algunos la han definido, esta operación tendría el carécter de un "aterrizaje suave", o sea, pausada y sin estridencias.
viernes, 14 de octubre de 2011
Es lo que hay
Esta tarde por fin se dio a conocer el secreto mejor guardado de las elecciones legislativas del 20-N en Asturias: la composición de las listas de Foro para el Congreso y para el Senado. Se habían guardado mucho Cascos y sus más íntimos colaboradores de que no trascendieran esas candidaturas, lo cual, de paso, ponía algo nerviosos a sus adversarios de los partidos mayoritarios, ansiosos ya de saber con quien iban a medir sus armas en las próximas semanas.
Y aunque no en lo que respecta a los nombres, bien podría decirse que no ha habido sorpresas, el presidente del Principado, fiel hasta el cansancio a su línea maestra sobre los perfiles de sus representantes, ha recurrido, como ya hiciera en las autonómicas y municipales y en la composición de su equipo de gobierno, a personas escasamente conocidas en el mundo de la política asturiana, "gente de Foro". Eso sí, para el cartel electoral ha designado al hasta ahora portavoz de su partido en la Junta General, Enrique Álvarez Sostres, algo más curtido que sus compañeros, acerbo acrecentado en los todavía pocos meses de labor parlamentaria. Y para el Senado también ha recurrido a uno de los 'veteranos', en este caso en Gijón, Miguel Ángel Conde. Ambos son, relativamente y dentro de la línea de Foro Asturias, carteles electorales conocidos, aunque en ningún caso puedan competir con la veteranía de sus rivales socialistas, populares o de Izquierda Unida.
Probablemente se argumentará que, con la decisión de hoy, Cascos persevera en un estilo impuesto desde que empezó la andadura de su nuevo partido, y podría decirse que globalmente es así, aunque no se haya podido resistir a ceder en esa miaja de protagonismo que muchas veces exigen los números uno. Es el modesto peaje de unos comicios que se deciden también en Asturias pero que, globalmente, se leen en clave nacional. Algunos se preguntarán si el partido que ha logrado el Gobierno del Principado no tenía algún nombre de relumbrón para la cita del 20-N. Y no andarán muy descaminados. Otros se ratificarán es que el estilo de 'nuevos políticos' impuesto por el otrora vicepresidente del Gobierno español es el que se impone en la composición de las listas. Tampoco van por el camino equivocado. En cualquier caso, otros pensamos que lo decidido hoy por la dirección de Foro Asturias tiene como trasfondo la ausencia en el joven partido de cuadros con experiencia. Vamos que Cascos ha recurrido "a lo que hay". Y de paso mantiene a su actual formación política como un grupo estructurado exclusivamente en torno a su omnipresente figura. Genio y figura.
Y aunque no en lo que respecta a los nombres, bien podría decirse que no ha habido sorpresas, el presidente del Principado, fiel hasta el cansancio a su línea maestra sobre los perfiles de sus representantes, ha recurrido, como ya hiciera en las autonómicas y municipales y en la composición de su equipo de gobierno, a personas escasamente conocidas en el mundo de la política asturiana, "gente de Foro". Eso sí, para el cartel electoral ha designado al hasta ahora portavoz de su partido en la Junta General, Enrique Álvarez Sostres, algo más curtido que sus compañeros, acerbo acrecentado en los todavía pocos meses de labor parlamentaria. Y para el Senado también ha recurrido a uno de los 'veteranos', en este caso en Gijón, Miguel Ángel Conde. Ambos son, relativamente y dentro de la línea de Foro Asturias, carteles electorales conocidos, aunque en ningún caso puedan competir con la veteranía de sus rivales socialistas, populares o de Izquierda Unida.
Probablemente se argumentará que, con la decisión de hoy, Cascos persevera en un estilo impuesto desde que empezó la andadura de su nuevo partido, y podría decirse que globalmente es así, aunque no se haya podido resistir a ceder en esa miaja de protagonismo que muchas veces exigen los números uno. Es el modesto peaje de unos comicios que se deciden también en Asturias pero que, globalmente, se leen en clave nacional. Algunos se preguntarán si el partido que ha logrado el Gobierno del Principado no tenía algún nombre de relumbrón para la cita del 20-N. Y no andarán muy descaminados. Otros se ratificarán es que el estilo de 'nuevos políticos' impuesto por el otrora vicepresidente del Gobierno español es el que se impone en la composición de las listas. Tampoco van por el camino equivocado. En cualquier caso, otros pensamos que lo decidido hoy por la dirección de Foro Asturias tiene como trasfondo la ausencia en el joven partido de cuadros con experiencia. Vamos que Cascos ha recurrido "a lo que hay". Y de paso mantiene a su actual formación política como un grupo estructurado exclusivamente en torno a su omnipresente figura. Genio y figura.
miércoles, 12 de octubre de 2011
Bofetada a Fernández Pardo
Cuando el comite electoral del PP asturiano formalice hoy la propuesta de candidaturas para las elecciones del mes próximo se habrá consolidado algo que no por previsto deja de ser traumático para la actual dirección de los populares de Gijón: la defenestración por la vía de la exclusión de la presidenta local. En su edición de hoy, 'La Nueva España' adelanta prácticamente en su totalidad la composición de dichas candidaturas -y no parece que haya razón alguna para desconfiar de la veracidad de dicha información de primera mano- y entre los nombres no aparece en momento alguno el de Pilar Fernández Pardo, ni para el Congreso de los Diputados ni para el Senado. Por contra, la propuesta para la Cámara Alta incluye el nombre de Laura Sampedro, antigua edil del PP gijonés que se fue dando un portazo precisamente por sus desencuentros con la hoy líder del partido en la villa de Jovellanos. No aparece tampoco el nombre de Juan Carlos Santos, que según todas las informaciones figuraba como propuesta del grupo de 'Pilipardo' para el Senado, y ello a pesar de contar con la clara oposición interna que hizo que hace algo menos de cuatro años también el mismo nombre fuera retirado a última hora por el mencionado comité electoral.
La lista para la Cámara Baja, en la que Fernández Pardo ocupó la segunda plaza en 2008, tampoco recogerá su nombre en esta ocasión, situando a Ovidio Sánchez, Carmen Maniega y José Avelino Sánchez tras Mercedes Fernández, elegida cabeza de cartel directamente por Génova. A ella le corresponde precisamente la 'cuota' gijonesa de la candidatura del PP.
Ni que decir tiene que la confirmación de estas listas ratificará de una forma fehaciente la caída en desgracia de la presidenta local gijonesa después de sus múltiples desafecciones con la dirección nacional en la que, si en otros tiempos pudo tener poderosos valedores, encuentra en estos momentos el mayor de los vacíos. Su ausencia y la elección, en contra de sus criterios, de Mercedes Fernández y Laura Sampedro para representar a la organización gijonesa en los comicios, constituyen toda una bofetada en las aspiraciones actuales y en las perspectivas de futuro de la todavía líder gijonesa del Partido Popular. Como ilustra un buen amigo y buen conocedor del partido y utilizando símiles fílmicos, podría decirse que Fernández Pardo ha pasado de "Cuando fuimos reyes" (en 2008) a "El ídolo de barro" (en 2011).
La lista para la Cámara Baja, en la que Fernández Pardo ocupó la segunda plaza en 2008, tampoco recogerá su nombre en esta ocasión, situando a Ovidio Sánchez, Carmen Maniega y José Avelino Sánchez tras Mercedes Fernández, elegida cabeza de cartel directamente por Génova. A ella le corresponde precisamente la 'cuota' gijonesa de la candidatura del PP.
Ni que decir tiene que la confirmación de estas listas ratificará de una forma fehaciente la caída en desgracia de la presidenta local gijonesa después de sus múltiples desafecciones con la dirección nacional en la que, si en otros tiempos pudo tener poderosos valedores, encuentra en estos momentos el mayor de los vacíos. Su ausencia y la elección, en contra de sus criterios, de Mercedes Fernández y Laura Sampedro para representar a la organización gijonesa en los comicios, constituyen toda una bofetada en las aspiraciones actuales y en las perspectivas de futuro de la todavía líder gijonesa del Partido Popular. Como ilustra un buen amigo y buen conocedor del partido y utilizando símiles fílmicos, podría decirse que Fernández Pardo ha pasado de "Cuando fuimos reyes" (en 2008) a "El ídolo de barro" (en 2011).
domingo, 9 de octubre de 2011
Quien tiene un amigo...
Leo entre sorprendido y carcajeante que Antonio Trevín, en una entrevista concedida a Europa Press, ha afirmado que ve a Rubalcaba como una mezcla entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Los que le conocemos desde hace tiempo sabemos que este veterano político socialista asturiano no se ha caracterizado en su larga y exitosa carrera precisamente por el ingenio. Más bien al contrario, su flexibilidad con respecto a los vientos cambiantes le han hecho ser un superviviente nato que ha dejado salir por su boca los mensajes que le rebotaba en cada momento el 'gran hermano' correspondiente. Precisamente a sus declaraciones como delegado del Gobierno, cargo que todavía ocupa, me he referido en varias ocasiones en este tribuna. Unas declaraciones que le han traicionado la mayor parte de las veces al no tener ningún empacho en poner fechas a las principales obras de infraestructuras que están pendientes en esta región, incluso después de entrar en el periodo de crisis -la primero negada y la posteriormente reconocida-. Sus pronósticos, como todo el mundo sabe, son menos exactos que los de este periodista cuando se pone a hacer quinielas.
Ahora, convertido ya en cartel electoral de su partido para el 20-N en Asturias, Trevín ha hecho esa frasecita, utilizando el fútbol como simil, para halagar al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Ahorro a cualquier posible lector la extensión en la explicación del paralelismo que él ve entre los dos 'cracks' del fútbol español y el ex vicepresidente del Ejecutivo español por lo oportunista y chabacano. Más bien habría que centrarse en la necesidad que muestra un candidato sin carisma alguno y más quemado que la pipa de un piel roja de ahuyentar las miradas de su persona y centrarlas en el referente nacional (a fin de cuentas en esa clave se supone que socialistas y populares pretenden reconducir al votante). Por otra parte, no hay que olvidar que la presencia del ex alcalde de Llanes al frente de la lista asturiana para el Congreso de los Diputados es una apuesta personal de Rubalcaba, toda vez que ambos mantienen una estrecha relación desde hace varios años. Y ya se sabe que quien tiene un amigo...
Ahora, convertido ya en cartel electoral de su partido para el 20-N en Asturias, Trevín ha hecho esa frasecita, utilizando el fútbol como simil, para halagar al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Ahorro a cualquier posible lector la extensión en la explicación del paralelismo que él ve entre los dos 'cracks' del fútbol español y el ex vicepresidente del Ejecutivo español por lo oportunista y chabacano. Más bien habría que centrarse en la necesidad que muestra un candidato sin carisma alguno y más quemado que la pipa de un piel roja de ahuyentar las miradas de su persona y centrarlas en el referente nacional (a fin de cuentas en esa clave se supone que socialistas y populares pretenden reconducir al votante). Por otra parte, no hay que olvidar que la presencia del ex alcalde de Llanes al frente de la lista asturiana para el Congreso de los Diputados es una apuesta personal de Rubalcaba, toda vez que ambos mantienen una estrecha relación desde hace varios años. Y ya se sabe que quien tiene un amigo...
jueves, 6 de octubre de 2011
Número dos: alto riesgo
Mientras observo la foto de una sonriente Mercedes Fernández tras el barbado rostro de Mariano Rajoy en la convención en la que el líder del PP presentó ayer en tierras andaluzas los carteles electorales de su partido para el 20-N no puedo evitar preguntarme, como cientos de asturianos, quiénes serán las personas que acompañarán a la todavía síndica de cuentas en las listas de los populares. Superadas las especulaciones del número uno, empiezan ahora las quinielas para el resto de los primeros puestos de la candidatura, y mientras se barajan los nombres de Isidro Fernández Rozada -lleva muchos años pero, a fin de cuentas, fue el cartel de hace tres años y pico- o de Ovidio Sánchez -que ya no sabe cómo mendigar un 'puestín'- lo verdaderamente relevante es calcular qué posibilidades reales tienen esas personas que acompañarán a 'Cherines' en las candidaturas para las legislativas de noviembre.
Aunque en el lenguaje oficial de los populares no entra la palabra derrota, lo cierto es que en voz baja se admite que las previsiones no son precisamente favorables a sus intereses políticos y, si bien se reconoce que la cifra de cuatro escaños de 2008 en el Congreso es inalcanzable, no se quiere ni oir hablar de lo que muchos plantean seriamente como peor escenario para el PP regional, que no es otra cosa que la consecución de un solo diputado, que sería precisamente la citada Mercedes Fernández. Así las cosas, sólo los que tienen seguro que tendrán 'algo' tras la presunta victoria por mayoría de Rajoy o los desesperados se arriesgan a jugársela para estar en las listas. Por lo que al Senado se refiere tampoco el horizonte parece muy halagüeño, ya que los populares no parece que puedan superar la condición de tercera fuerza política en el Principado, algo que, a pesar de las listas abiertas, según la experiencia les dejaría fuera de la Cámara Alta.
En esta tesitura, lo que parece claro es que el único dispuesto a intentarlo como sea es el citado presidente regional, que ve como le van pasando por delante los trenes y que podría quedarse fuera de juego total en las postrimerías del año. Si primero se postuló para encabezar la lista para el Congreso, la decisión de Génova de colocar en ese puesto a 'Cherines' fue recibido con un obediente "magnífica candidata" por Ovidio Sánchez. ¡No vaya a ser que luego me quede sin nada! Lo que no parece acabar de entender el veterano político popular es que en Madrid no quieren desde hace tiempo saber nada de él, que no quieren verle ni en pintura, y que nadie va a mover un dedo en su favor por mucho que se 'arrastre'.
Otra a la que tampoco parece que le vayan muy bien las cosas es a la líder del PP gijonés. Su presencia en las listas, al menos en lo que a puestos con posibilidades se refiere, se da por descartada, toda vez que tiene puesta desde Génova desde hace tiempo la cruz de los apestados. Los coqueteos de Pilar Fernández Pardo en el último congreso regional, en el que sólo a última hora decidió apoyar a Ovidio Sánchez como presidente; los permanentes conflictos que han presidido la vida del partido en la villa en sus años de mandato, o el más reciente apoyo a la candidata de Foro Asturias para la Alcaldía de Gijón, en contra de las directrices del partido, la han situado en una posición incómoda en la que únicamente le queda como aval su feudo local, y ello por el momento.
Por otra parte, la designación de Mercedes Fernández como cartel electoral del PP en Asturias ha significado otro duro golpe para sus intereses, como lo demuestra su negativa a apoyar a dicha candidata en el comité electoral, por mucho que ahora vengan ella y su equipo de confianza con acatamientos de las decisiones superiores. No hay que olvidar, además, que fueron Pardo y los suyos los que estuvieron a punto de crear una crisis de alcance inimaginable en la organización asturiana del partido cuando hace unos años lanzaron toda una campaña orquestada de descredito tendente a impedir que 'Cherines' fuera la candidata del PP a ocupar una plaza en la Sindicatura de Cuentas del Principado. La ahora candidata seguro que lo tendrá bien presente, como tampoco olvidará, seguramente, las declaraciones realizadas por una triunfante Fernández Pardo tras el congreso local de 2003 que afirmó taxativamente que "la gran perderora" de ese cónclave era Mercedes Fernández. Seguro que son muchos compañeros, la interesada incluida, los que no lo han olvidado y a 'Pili Pe' la nueva situación de su adversaria interna no le resulta precisamente favorable ya que tendrá que verla sentada al lado de los líderes nacionales y regionales dentro de unos días, mientras que su puesto será de escasa o nula relevancia.
En fin, que las cosas no andan muy boyantes en el seno de los populares del Principado, y con estos mimbres y las perspectivas electorales cualquiera podría ser uno de los ocupantes de esas plazas que nadie duda en calificar de "alto riesgo", número dos incluido, por la inseguridad de tener una concreción en las urnas.
Por cierto, mientras Foro deshoja la margarita antes de dar a conocer su candidato, el último que queda de las fuerzas políticas con aspiraciones reales de tener escaño en el Congreso, me voy a atrever a aventurar un pronóstico -nada más que eso- en función de una serie de variables y parámetros actuales. En la parte alta de la tabla se situaría Foro, con tres escaños -el mensaje de austeridad de Cascos, con independencia de que unos se lo quieran creer y otros no, está calando en la sociedad asturiana más que las críticas de sus adversarios y sus números podrían ser incluso mejores que los de mayo-, mientras que en la parte baja estaría Izquierda Unida -el 'efecto Llamazares' se verá reforzado por el prestigio acumulado por su número tres, Roberto Sánchez Ramos, aunque él no pueda ocupar plaza en el Congreso-, con un diputado. En el centro quedan cuatro escaños que se repartirían PSOE y PP, ya sea con un empate a dos, o con un tres uno favorable a los chicos de Rubalcaba en Asturias, el peor de los escenarios que contemplan los populares.
Aunque en el lenguaje oficial de los populares no entra la palabra derrota, lo cierto es que en voz baja se admite que las previsiones no son precisamente favorables a sus intereses políticos y, si bien se reconoce que la cifra de cuatro escaños de 2008 en el Congreso es inalcanzable, no se quiere ni oir hablar de lo que muchos plantean seriamente como peor escenario para el PP regional, que no es otra cosa que la consecución de un solo diputado, que sería precisamente la citada Mercedes Fernández. Así las cosas, sólo los que tienen seguro que tendrán 'algo' tras la presunta victoria por mayoría de Rajoy o los desesperados se arriesgan a jugársela para estar en las listas. Por lo que al Senado se refiere tampoco el horizonte parece muy halagüeño, ya que los populares no parece que puedan superar la condición de tercera fuerza política en el Principado, algo que, a pesar de las listas abiertas, según la experiencia les dejaría fuera de la Cámara Alta.
En esta tesitura, lo que parece claro es que el único dispuesto a intentarlo como sea es el citado presidente regional, que ve como le van pasando por delante los trenes y que podría quedarse fuera de juego total en las postrimerías del año. Si primero se postuló para encabezar la lista para el Congreso, la decisión de Génova de colocar en ese puesto a 'Cherines' fue recibido con un obediente "magnífica candidata" por Ovidio Sánchez. ¡No vaya a ser que luego me quede sin nada! Lo que no parece acabar de entender el veterano político popular es que en Madrid no quieren desde hace tiempo saber nada de él, que no quieren verle ni en pintura, y que nadie va a mover un dedo en su favor por mucho que se 'arrastre'.
Otra a la que tampoco parece que le vayan muy bien las cosas es a la líder del PP gijonés. Su presencia en las listas, al menos en lo que a puestos con posibilidades se refiere, se da por descartada, toda vez que tiene puesta desde Génova desde hace tiempo la cruz de los apestados. Los coqueteos de Pilar Fernández Pardo en el último congreso regional, en el que sólo a última hora decidió apoyar a Ovidio Sánchez como presidente; los permanentes conflictos que han presidido la vida del partido en la villa en sus años de mandato, o el más reciente apoyo a la candidata de Foro Asturias para la Alcaldía de Gijón, en contra de las directrices del partido, la han situado en una posición incómoda en la que únicamente le queda como aval su feudo local, y ello por el momento.
Por otra parte, la designación de Mercedes Fernández como cartel electoral del PP en Asturias ha significado otro duro golpe para sus intereses, como lo demuestra su negativa a apoyar a dicha candidata en el comité electoral, por mucho que ahora vengan ella y su equipo de confianza con acatamientos de las decisiones superiores. No hay que olvidar, además, que fueron Pardo y los suyos los que estuvieron a punto de crear una crisis de alcance inimaginable en la organización asturiana del partido cuando hace unos años lanzaron toda una campaña orquestada de descredito tendente a impedir que 'Cherines' fuera la candidata del PP a ocupar una plaza en la Sindicatura de Cuentas del Principado. La ahora candidata seguro que lo tendrá bien presente, como tampoco olvidará, seguramente, las declaraciones realizadas por una triunfante Fernández Pardo tras el congreso local de 2003 que afirmó taxativamente que "la gran perderora" de ese cónclave era Mercedes Fernández. Seguro que son muchos compañeros, la interesada incluida, los que no lo han olvidado y a 'Pili Pe' la nueva situación de su adversaria interna no le resulta precisamente favorable ya que tendrá que verla sentada al lado de los líderes nacionales y regionales dentro de unos días, mientras que su puesto será de escasa o nula relevancia.
En fin, que las cosas no andan muy boyantes en el seno de los populares del Principado, y con estos mimbres y las perspectivas electorales cualquiera podría ser uno de los ocupantes de esas plazas que nadie duda en calificar de "alto riesgo", número dos incluido, por la inseguridad de tener una concreción en las urnas.
Por cierto, mientras Foro deshoja la margarita antes de dar a conocer su candidato, el último que queda de las fuerzas políticas con aspiraciones reales de tener escaño en el Congreso, me voy a atrever a aventurar un pronóstico -nada más que eso- en función de una serie de variables y parámetros actuales. En la parte alta de la tabla se situaría Foro, con tres escaños -el mensaje de austeridad de Cascos, con independencia de que unos se lo quieran creer y otros no, está calando en la sociedad asturiana más que las críticas de sus adversarios y sus números podrían ser incluso mejores que los de mayo-, mientras que en la parte baja estaría Izquierda Unida -el 'efecto Llamazares' se verá reforzado por el prestigio acumulado por su número tres, Roberto Sánchez Ramos, aunque él no pueda ocupar plaza en el Congreso-, con un diputado. En el centro quedan cuatro escaños que se repartirían PSOE y PP, ya sea con un empate a dos, o con un tres uno favorable a los chicos de Rubalcaba en Asturias, el peor de los escenarios que contemplan los populares.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Las elecciones del morbo
¿Se imaginan lo que habríamos dicho si hace solamente un año alguien nos hubiera planteado un enfrentamiento electoral entre Francisco Álvarez-Cascos y Mercedes Fernández? Pues que estaba loco. Ni en las mas febriles mentes de los analistas políticos más atrevidos habría tenido cabida tal contienda. Y sin embargo ahora está ya aquí, sobre el tapete, es una realidad. Me diran que Cascos no se va a presentar a esta cita con las urnas, pero eso es solamente cierto a medias, ya que todos sabemos que allí donde Foro Asturias interviene está su líder en cuerpo y espíritu. Por eso, la decisión del Partido Popular de elegir a la hasta ahora síndica asturiana y ex pupila política de su adversario ha cubierto los comicios del 20-N en Asturias con un manto de morbo especial: un duelo a cara de perro entre dos políticos llamdos hasta hace bien poco a entenderse por el mutuo respeto y admiración.
Se podría interpretar, como ya han hecho algunos, que la decisión de Rajoy de apostar por Mercedes Fernández es un intento de 'suavizar' sus malas relaciones con el presidente del Principado y su joven partido. Es posible, pero otros pensamos que desde Génova ya hace tiempo que se ha renunciado a cualquier cosa que pueda parecer una operación de tender puentes y que, por el contrario, han decidido golpear a Cascos allí donde más le duele. Para quienes hayan seguido mis comentarios no les resultará nueva la hipótesis del recurso a la ex diputada por Asturias y ex delegada del Gobierno como la mejor de las opciones para pelear contra Cascos, una vez que la ahora candidata renunciara a acompañar a su viejo camarada en la aventura de cruzar el Mississipi del PP para enfrentarse a sus tradicionales compañeros. Esta fidelidad a las siglas y a su dirección es la que parece haber primado en la decisión de la dirección nacional, abandonando la opción de un "fichaje estrella" que vendía hace sólo algunas semanas.
La formalización del nombramiento de Mercedes Fernández como cartel electoral de los populares asturianos abre la puerta a una contienda que alimenta el morbo de los que seguimos la actividad política. ¿Cómo van a reaccionar uno y otra ante ese nuevo escenario, impensable para ellos hace no tanto tiempo? La actitud de la candidata popular es la que ofrece un mayor interés obvio. Por un lado, esta su reconocimiento nunca negado hacia quien fuera su mentor político, eso sí algo enfriado desde que Cascos decidio dar el paso de abandonar el partido de toda su vida. Por otro, las consignas nacionales del PP, que ya han dejado claro que, si en Navarra o en Aragón es posible entenderse con los regionalismos, con Cascos ni a coger duros de oro, como se decía antiguamente. 'Cherines' podría verse obligada a seguir estos parámetros, una situación que añadiría un punto más de tensión a la próxima campaña.
De Cascos no hace falta decir nada que ya no se sepa. Con su vuelta ha demostrado que cuando alguien se cruza en el camino para lograr sus objetivos no le tiembla el pulso, y eso a pesar de ser un "sexagenario"; que no hay amigos cuando ha establecido su propia 'hoja de ruta'.
De este duelo y de sus posibles consecuencias va a depender, amén de otros protagonistas obvios, el que los comicios del mes próximo tengan ese plus de morbosidad o no. Por el momento, la simple designación nos lo tiene garantizado.
Se podría interpretar, como ya han hecho algunos, que la decisión de Rajoy de apostar por Mercedes Fernández es un intento de 'suavizar' sus malas relaciones con el presidente del Principado y su joven partido. Es posible, pero otros pensamos que desde Génova ya hace tiempo que se ha renunciado a cualquier cosa que pueda parecer una operación de tender puentes y que, por el contrario, han decidido golpear a Cascos allí donde más le duele. Para quienes hayan seguido mis comentarios no les resultará nueva la hipótesis del recurso a la ex diputada por Asturias y ex delegada del Gobierno como la mejor de las opciones para pelear contra Cascos, una vez que la ahora candidata renunciara a acompañar a su viejo camarada en la aventura de cruzar el Mississipi del PP para enfrentarse a sus tradicionales compañeros. Esta fidelidad a las siglas y a su dirección es la que parece haber primado en la decisión de la dirección nacional, abandonando la opción de un "fichaje estrella" que vendía hace sólo algunas semanas.
La formalización del nombramiento de Mercedes Fernández como cartel electoral de los populares asturianos abre la puerta a una contienda que alimenta el morbo de los que seguimos la actividad política. ¿Cómo van a reaccionar uno y otra ante ese nuevo escenario, impensable para ellos hace no tanto tiempo? La actitud de la candidata popular es la que ofrece un mayor interés obvio. Por un lado, esta su reconocimiento nunca negado hacia quien fuera su mentor político, eso sí algo enfriado desde que Cascos decidio dar el paso de abandonar el partido de toda su vida. Por otro, las consignas nacionales del PP, que ya han dejado claro que, si en Navarra o en Aragón es posible entenderse con los regionalismos, con Cascos ni a coger duros de oro, como se decía antiguamente. 'Cherines' podría verse obligada a seguir estos parámetros, una situación que añadiría un punto más de tensión a la próxima campaña.
De Cascos no hace falta decir nada que ya no se sepa. Con su vuelta ha demostrado que cuando alguien se cruza en el camino para lograr sus objetivos no le tiembla el pulso, y eso a pesar de ser un "sexagenario"; que no hay amigos cuando ha establecido su propia 'hoja de ruta'.
De este duelo y de sus posibles consecuencias va a depender, amén de otros protagonistas obvios, el que los comicios del mes próximo tengan ese plus de morbosidad o no. Por el momento, la simple designación nos lo tiene garantizado.
martes, 4 de octubre de 2011
El 'Inside job' español
Hace algunas semanas me refería en esta misma tribuna elogiosamente a "Malas noticias", una película realizada específicamente para televisión por la cadena norteamericana HBO. Con posterioridad, aprovechando un reciente viaje, he podido ver en Madrid el referente documental de la misma historia, la prestigiosa "Inside job", ganadora del último Oscar en su categoría. Sin menospreciar la primera ni mucho menos, tengo que reconocer que esta última es mucho más demoledora y ácida, al presentar sin dramatización alguna los orígenes, la explosión y el desarrollo de una crisis ecónomica sin precentes en cuyas turbulentas aguas seguimos navegando como podemos la mayoría de los habitantes del planeta.
Tras visionar "Inside job", la sensación de indefensión, de pequeñez, que nos invade es tan fuerte como la de indignación y rebeldía ante la tremenda injusticia por la que unos pocos -quizá no tan pocos- sinvergüenzas han encontrado en esta depresión económica el caldo de cultivo para ser cada vez más ricos a costa de empobrecer a millones de personas.
Pero no es al documental -que, por cierto, estrenará este mes Canal+, para aquellos que pueda interesarles- a lo que aquí quería aludir, sino a su carácter de espejo del que recibimos una imagen que ahora protagonizamos los españoles, una imagen calcada, copia exacta de las impresentables maniobras que en aquel se recogen.
En este país hace tiempo que hemos empezado a repetir aquella historia que explotó con la quiebra de Lehman Brothers en Norteamérica. Recapitalización de bancos con ayudas públicas de todo tipo y escándalos sobre millonarias indemnizaciones para dar salida a los causantes de situaciones de riesgo con el dinero ajeno. En estos últimos meses, dentro de la reordenación emprendida por el Gobierno de Zapatero en el sector, el protagonismo ha pasado al apartado de las cajas de ahorros, proceso del que todavía no se ha escrito la última línea ni mucho menos. Sin embargo, lo que está empezando a calar de este problema es que el 'Inside job' español no tiene nada que envidiar -proporcionalmente a los tamaños de las entidades financieras- con el estadounidense.
Para aquellos que no lo hayan leído, les recomiendo el reportaje que el pasado domingo publicaba 'El País' sobre la crisis y salida en falso de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que por cierto estuvo a punto de ser 'endilgada' a Cajastur. Hoy mismo, el mismo diario abre su primera página con el escándalo de la última "intervención" del Banco de España en Novacaixagalicia, la entidad resultante de la fusión de cajas en la vecina comunidad. Así, sabemos que tres directivos de la misma han recibido 23,6 millones de euros por su cese o que la entidad ha destinado 10,8 millones a su director general, cantidades que, es de suponer, suman una "pequeña parte" de los 2.465 millones de dinero público que ha inyectado la operación privatizadora.
Son sólo algunos de los ejemplos de lo que está ocurriendo en este país, algo que ya hemos tenido ocasión de conocer con detalle y sin que mayoritarimente los responsables se hayan rasgado las vestiduras. Es nuestro 'Inside job' particular, un motivo más que suficiente para aumentar el grado de indignación que transpiran las calles y que debería trasladarse el mes próximo a las urnas. Porque, en definitiva, en el documental norteamericano se ponía de manifiesto de forma muy clara las conexiones irrefutables entre el poder financiero y el poder político.
Por muy fuertes que sean los bancos, es obvio que los intentos de controlar racionalmente ese poder son más bien tibios y la clase política es responsable con su pasividad, cuando no su complacencia, de una forma o de otra de lo que está ocurriendo. ¡Para que luego nos vengan hablando de promesas electorales a propósito de la mano dura en la recaudación sobre esas fortunas!
Ante tanto cinismo e hipocresía lo único que nos queda reclamar es -cómo alguien decía estos días- ¿para cuando la privatización de los políticos? Eso sí, por favor, sin los costes de la reordenación financiera ya conocidos.
Tras visionar "Inside job", la sensación de indefensión, de pequeñez, que nos invade es tan fuerte como la de indignación y rebeldía ante la tremenda injusticia por la que unos pocos -quizá no tan pocos- sinvergüenzas han encontrado en esta depresión económica el caldo de cultivo para ser cada vez más ricos a costa de empobrecer a millones de personas.
Pero no es al documental -que, por cierto, estrenará este mes Canal+, para aquellos que pueda interesarles- a lo que aquí quería aludir, sino a su carácter de espejo del que recibimos una imagen que ahora protagonizamos los españoles, una imagen calcada, copia exacta de las impresentables maniobras que en aquel se recogen.
En este país hace tiempo que hemos empezado a repetir aquella historia que explotó con la quiebra de Lehman Brothers en Norteamérica. Recapitalización de bancos con ayudas públicas de todo tipo y escándalos sobre millonarias indemnizaciones para dar salida a los causantes de situaciones de riesgo con el dinero ajeno. En estos últimos meses, dentro de la reordenación emprendida por el Gobierno de Zapatero en el sector, el protagonismo ha pasado al apartado de las cajas de ahorros, proceso del que todavía no se ha escrito la última línea ni mucho menos. Sin embargo, lo que está empezando a calar de este problema es que el 'Inside job' español no tiene nada que envidiar -proporcionalmente a los tamaños de las entidades financieras- con el estadounidense.
Para aquellos que no lo hayan leído, les recomiendo el reportaje que el pasado domingo publicaba 'El País' sobre la crisis y salida en falso de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, que por cierto estuvo a punto de ser 'endilgada' a Cajastur. Hoy mismo, el mismo diario abre su primera página con el escándalo de la última "intervención" del Banco de España en Novacaixagalicia, la entidad resultante de la fusión de cajas en la vecina comunidad. Así, sabemos que tres directivos de la misma han recibido 23,6 millones de euros por su cese o que la entidad ha destinado 10,8 millones a su director general, cantidades que, es de suponer, suman una "pequeña parte" de los 2.465 millones de dinero público que ha inyectado la operación privatizadora.
Son sólo algunos de los ejemplos de lo que está ocurriendo en este país, algo que ya hemos tenido ocasión de conocer con detalle y sin que mayoritarimente los responsables se hayan rasgado las vestiduras. Es nuestro 'Inside job' particular, un motivo más que suficiente para aumentar el grado de indignación que transpiran las calles y que debería trasladarse el mes próximo a las urnas. Porque, en definitiva, en el documental norteamericano se ponía de manifiesto de forma muy clara las conexiones irrefutables entre el poder financiero y el poder político.
Por muy fuertes que sean los bancos, es obvio que los intentos de controlar racionalmente ese poder son más bien tibios y la clase política es responsable con su pasividad, cuando no su complacencia, de una forma o de otra de lo que está ocurriendo. ¡Para que luego nos vengan hablando de promesas electorales a propósito de la mano dura en la recaudación sobre esas fortunas!
Ante tanto cinismo e hipocresía lo único que nos queda reclamar es -cómo alguien decía estos días- ¿para cuando la privatización de los políticos? Eso sí, por favor, sin los costes de la reordenación financiera ya conocidos.
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