Era algo que se veía venir. Tan sólo fue cuestión de tiempo. Un Gobierno con los apoyos parlamentarios que tiene el de Francisco Álvarez-Cascos y con las inquinas personales que despierta en "los de enfrente" y en "los de al lado" tenía que verse en la situación en la que en estos momentos se encuentra más pronto que tarde. Y, muy especialmente, ahora que, aunque no oficialmente, estamos en plena campaña y el enemigo a batir es Foro Asturias y, de forma muy singular, su presidente.
No por esperado resulta menos curioso, de todas formas, ver hoy embarcados en la misma empresa, animados por un objetivo común, a Fernando Lastra (PSOE), Isabel Pérez Espinosa (PP) y Jesús Iglesias (IU) dispuestos, cual si de una alianza contra el terrorismo se tratara, a salvar la patria astur de la dictadura del casquismo. Algunos han visto en la actual situación una ocasión de oro para tirarse al cuello del enemigo y las palabras democracia, separación de poderes o excepcionalidad (¿estado de excepción?) se acumulan en sus bocan en esa especie de ejército de salvación que ha tenido la virtud de unir a aquellos que en muchísimos años han sido incapaces de ponerse de acuerdo en las cuestiones más elementales y de sentido común.
Sus argumentos, objetivamente, pueden ser intachables y las palabras lo corroboran. Sin embargo, la TPA, o el sector público regional, son en este caso una mera excusa para llegar al "agrupémonos todos" en que se ha convertido esta batalla de netos tintes electoralistas. Sorprende, muy especialmente, ver a la portavoz de los populares enrolada en el 'barco pirata' dispuesta a participar activamente en el abordaje; esa, la representante del partido que se opuso en su momento a la creación de la radio y televisión autonómicas y que se mantuvo un año, para expresar ese rechazo, negándose a ocupar sus puestos en el consejo de administración del ente. ¿Estará Rajoy informado de esta maniobra? De ser así, ¿de verdad se cree que su partido será beneficiario de tal estrategia? Lo cierto es que la unión contra natura que se ha ido fraguando no tendrá con toda seguridad otro beneficiario en las urnas que el propio Cascos. Y si no al tiempo.
De salir adelante, como es de prever, la proposición de ley presentada por PSOE, PP e IU la situación que se va a crear será inédita en la historia de nuestra autonomía. De alguna forma, se puede decir que los asturianos vamos a contar, desde ya, con un Gobierno tutelado, entendiendo por tal, un ejecutivo sin capacidad para actuar, con las manos atadas, incapaz de llevar adelante las políticas con las que se comprometieron ante los asturianos el pasado mes de mayo. De alguna forma, dada la gravedad institucional de la situación, podría decirse que estamos ante una forma de golpe de estado; democrático, eso sí, pero golpe de estado a fin de cuentas, algo con lo que ideológicamente nadie puede estar de acuerdo.
Si, efectivamente, Cascos y su equipo se han pasado y están poniendo en riesgo la situación y el futuro de Asturias, es responsabilidad de los tres partidos de la oposición plantear la vía adecuada para resolver el problema. Y esa vía no puede ser otra que la de la moción de censura. Si el escenario es de excepcionalidad y tan grave como plantean los tres grupos, las leyes les ofrecen esa herramienta para devolver las cosas a su sitio. Claro que eso implica ponerse de acuerdo en un candidato y en un programa para sacar a Foro del Gobierno del Principado, y eso es algo que, al menos a dos de los tres, no les interesa para nada, y mucho menos en este preciso momento.
Por cierto, resultan llamativas las palabras de algunos de los promotores de la iniciativa conjunta de la oposición que asignan a la misma el camino para obligar al Ejecutivo a respetar las mayorías. A algunos de ellos les invitaría a repasar los diarios de sesiones de las legislaturas que presidieron don Vicente Álvarez Areces, don Pedro de Silva, don Juan Luis Rodríguez-Vigil o don Sergio Marqués sin una mayoría parlamentaria. Encontrarán montones de mociones, proposiciones y toda clase de iniciativas en las que el Parlamento exigió a aquellos mandatarios y a sus gobiernos el cumplimiento de la voz mayoritaria de la Cámara. Y ya fuera de dicho diario oficial, las prácticamente mismas veces que los respectivos se pasaron esa voz por los cataplines. Eso sí, sin que nadie se molestase en salvar a la patria.
EL PSOE debería aprender de sus errores y no introducirse en esta peligrosa senda ya que el control debería haberlo hecho antes con ellos mismos(Menos Niemeyer, menos Laboral ) y el PP deriva completamente porque no sabe que hacer. IU sin comentario. La gente que en ASturias o hemos votado al PP ni al PSOE no se dan cuenta que van a acabar perdiendo todavía más sitio político y lo de golpe democratico , bueno lo será, pero Espinosa con Lastra da para hablar u reirse al verlos juntos y apoyando mociones conjuntas p ara que?
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