jueves, 19 de febrero de 2015

De normalidad, nada de nada

Se puede desgañitar Francisco Álvarez-Cascos proclamando a los cuatro vientos la normalidad que vive Foro Asturias Ciudadanos tras su anuncio de retirada de la Presidencia del partido y de la candidatura a la Presidencia del Principado bajo esas mismas siglas. Puede reiterar cuantas veces quiera y en todos los foros en los que participa que "Unos que vienen, otros que se van.... La vida sigue igual", parafraseando a Julio Iglesias. Puede hacerlo pero es una aseveración que no ha calado ni mucho menos en la opinión pública, ni siquiera entre los militantes de su misma fuerza política.

La realidad es que la decisión del líder único ha pillado a todos con el pie cambiado y ha creado una situación de desconcierto interno tal que se ha visto obligado a tapar la fuga de agua con el apoyo expreso a su actual pupila, Cristina Coto, para una 'sucesión tranquila'.

La primera sensación de tal apoyo es que el paso atrás -utilizando una terminología muy querida por él mismo- dado por el veterano político hace pocos días no ha sido tal, toda vez que ha aplicado su dedo poderoso para señalar a la persona llamada a ocupar los cargos más importantes del partido. No ha caído muy bien entre grupos importantes de sus correligionarios tal procedimiento, como lo demuestra la actitud de la militancia gijonesa, que entendía que el relevo generacional no pasaba por la actual portavoz parlamentaria. Y no es que Coto sea una anciana. No. Pero sí una política lo suficientemente veterana como para identificarla con el 'rejuvenecimiento' de Foro.

Las cosas se enredan si a eso se añadiera la previsible aceptación de Cascos de la Secretaría General del Partido, convirtiendo la operación en un a modo de "cambio de cromos" en el que una personalidad como la del ministro siempre se superpondría a la de su nueva 'protegida'.

Pero todavía hay un paso más en las 'exigencias' de la formación política a su líder indiscutible y es el de que acepte, también, ver su nombre incluido en puestos de relevancia de la candidatura autonómica para el próximo mes de mayo. Aquí ya parece más improbable que esos deseos tengan cumplimiento. La sospecha de que el paso atrás de Cascos tenga bastante que ver con el previsible descenso en el apoyo ciudadano a FAC no encajaría con esa ubicación electoral, que haría recaer sobre su persona el peso de un posible fracaso.

Lo que parece evidente es que, por esa u otras razones, la 'retirada' del ex vicepresidente del Gobierno de la nación y ex presidente del Principado ha dejado a su partido, creado a su imagen y semejanza, totalmente huérfano y a expensas de los vaivenes de un periodo electoral probablemente más complicado que nunca antes. Y lo que es aún más evidente es que el escenario que el propio Cascos ha diseñado para este proceso destila cualquier cosa menos normalidad.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo. Las declaraciones y movimientos provocados hasta el momento descartan cualquier sensación de normalidad. El alambicado (y aparentemente inoportuno) paso atrás anunciado puede ocasionar al partido, además del desconcierto inicial, divisiones, fracturas y, consecuentemente, un grave perjuicio de cara a los resultados de las elecciones.

    Las ideas que parecen sustentar sus argumentos pueden considerarse plausibles, alguno de ellos incluso lógico y adecuado a los tiempos que corren; otros me han parecido ilusorios. Pero si entre sus intenciones se incluye la de lanzar una carga de profundidad, por comparación o alusión indirecta, a otros "ancianos" de la política, creo que una vez más sobrevalora sus propias iniciativas. En primer lugar porque todo apunta a que él mismo seguirá ahí; tiene toda la apariencia de un paso atrás táctico, de mentirijillas. Si pretende que el aludido (o perjudicado) sea Rajoy, probablemente no consiga más que una mueca de indiferencia y autosuficiencia. Si el destinatario fuera Javier Fernández, paradójicamente esta andanada (para mí, fallida) sólo le reportaría un auténtico balón de oxígeno con vistas a las elecciones autonómicas y locales. Si incluimos a su ex pupila Mercedes Fernández (más joven que Cascos en edad, pero casi tan veterana como él en cargos públicos, eso sí, de menor alcurnia, y sin lugar a dudas más identificada con la "vieja política"), cualquier fraccionamiento en Foro repercutiría positivamente en el PP, aunque esa ola no tiene visos de alcanzar la bahía gijonesa. Llamazares ya tiene bastante con la corriente de Podemos.

    Y lo que me temo es que ese paso atrás, probablemente mal calculado, ya no tiene corrección posible. El espacio se achica.

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