El Gobierno decidió semanas atrás abrir el debate sobre la revisión-subida de los impuestos. La aituación económica del país sigue sin despegar mientras otros empiezan a sacar la cabeza y la recaudación ha bajado lo suficiente como para sacar canas al equipo de Zapatero. En estas circunstancias, parece lógico plantear ese marco de discusión para encontrar la fórmula adecuada para repartir cargas. Sin embargo, la propuesta general del Gobierno se ha encontrado con un rechazo general del primer partido de la oposición y una respuesta más o menos matizada -según de que lado se mire- de los agentes sociales. Así las cosas, puesto en marcha el escenario, el Ejecutivo se ha negado a reconducir los planteamientos y ha trasladado el debate a su seno. La gente se hace cruces cuando repasa los titulares de prensa de estos días y descubre que unas veces sale Blanco; luego, matiza Salgado; entra Zapatero; vuelve a hablar 'Pepiño',.... Cada día un gobernate y, de por medio, unos días se centra la subida en los más ricos, con la conclusión de que esos están protegidos y ya saben qué van a pagar y cómo; otros días son las rentas derivadas del capital o los impuestos indirectos; se apunta el IVA y hasta -mentan la bicha- las rentas del trabajo; en fin, que de las declaraciones de los miembros del Gobierno uno no sabe a qé quedarse. Desde una revisión de toda la política fiscal hasta todas y cada una de sus partes por separado o en compañía, un "guirigay". Lo peor de todo, como queda apuntado, es que da la sensación de que el Ejecutivo se ha enzarzado interiormente para mantener el tema en la palestra en estos prolegómenos del nuevo curso político. Quizá por ello el propio presidente ha salido ayer de nuevo al paso y ha aclarado qué impuestos piensan subir y cuáles no van a tocar, aunque matiza que todo se aclarará cuando se presente el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado. ¿Será esta la definitiva o volverá a intervenir algún otro miembro del equipo gobernante para crear más confusión?
Esto es política, a fin de cuentas. Pero lo preocupante es lo que puede apreciar el ciudadano de a pie, que no se fía un pelo ya que ninguno se ve libre de contribuir a los agujeros creados por la crisis, sí, pero también por un equipo que en ningún momento ha dado la impresión de saber administrarla. Qué los del PP se limiten a decir "no" a todo no contribuye precisamente a tranquilizar al contribuyente.
Al final, lo único que realmente importa es que nadie en su sano juicio se cree que ya hemos pasado lo peor y empieza a mirar su pequeña hucha y pensar cómo estirarla. Y esto no tiene colores políticos. Un veterano socialista me confesaba recientemente 'sotto voce' que, a pesar de su militancia y de su rechazo a las políticas partidistas del PP, pensaba que una víctoria electoral de la derecha podría sera la única esperanza de acabar con la crisis, una crisis agravada por un Gobierno que gestiona a golpe de "ocurrencias".
Zapatero y su equipo deberían empezar a preguntarse cuál es su política económica real, al margen de esas "ocurrencias". Todavía hoy, un diario tan poco sospechoso como 'El País' recoge en su primera página que "La banca recupera el valor en Bolsa previo a la quiebra de Lehman Broters", entre ellas los dos grandes grupos españoles, gracias, sobre todo, a las ayudas públicas. eso ya lo sabíamos casi todos. El problema es cómo van a ponerse en ese mismo papel el resto de los sectores y, sobre todo, los pobrecitos mortales de a pie. Menos "ocurrencias" y una política global más coherente, lo que exige una cabeza con claridad de ideas y un equipo cohesionado en una línea común. Para aquellos que no lo hayan leído les recomiendo el comentario que la pasada semana publicaba en el mismo diario reseñado Gregorio Peces-Barba, otro poco sospechoso de comulgar con la derecha, de la que repudiaba su actitud política en estos momentos cruciales, peo con un serio aviso sobre los criterios de Zapatero para hacer gobiernos, prescindiendo de la experiencia y cambiando ministros con el aval fundamental de pertener al núcleo de fieles del partido y de su ya lejano ascenso en el mismo.
Antes que Peces-Barba ya se mostraron críticos Felipe González, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o Joaquín Leguina. Claro que, a lo mejor, es que se trata sólo de viejos dinosaurios "chochos" y "trasnochados" que no están al día en esto de la política y ya son irrecuperables. Pobres de nosotros.
lunes, 31 de agosto de 2009
jueves, 27 de agosto de 2009
Zapatero, publicista
Leo con sorpresa en los periódicos digitales la difusión de un vídeo publicitario sobre las bondades de la isla canaria de Lanzarote protagonizado en exclusiva por el presidente del Gobierno, hasta hace unos días de vacaciones por esas tierras. Quiero creer que el señor Zapatero se ha visto involuntariamente en este primer plano fruto de una pirueta que podrían haber montado al alimón el Gobierno canario y los representantes turísticos de la isla; unas declaraciones normales en cualquier persona bien nacida que ha sido acogida con cariño en su lugar de reposo que se convierten en un vídeo promocional del turismo canario. desconozco a estas horas si el mandatario español se ha desligado del vídeo o lo ha ratificado. De ser así, sería preocupante y discriminatorio para el resto de territorios del Estado español, ello sin citar que Canarias y Lanzarote no precisan que nadie cante públicamente sus excelencias, ni siquiera un presidente del Gobierno.
Por si acaso, yo recomendaría al Gobierno asturiano de Vicente Álvarez Areces y a las autoridades turísticas de la región que rebusquen en los archivos de imagen de su televisión las declaraciones de Zapatero cuando hace dos años pasó parte de sus vacaciones en la comarca asturiana de Los Oscos. Allí también cantó las excelencias de nuestra tierra y recomendó su visita. Claro que entonces nos recreamos en sus palabras, pero su eco apenas si pasó más allá de la Cordillera Cantábrica. A lo mejor ha llegado el momento de hacer contrapeso con el sol y las playas canarias. Pues a ello.
Por si acaso, yo recomendaría al Gobierno asturiano de Vicente Álvarez Areces y a las autoridades turísticas de la región que rebusquen en los archivos de imagen de su televisión las declaraciones de Zapatero cuando hace dos años pasó parte de sus vacaciones en la comarca asturiana de Los Oscos. Allí también cantó las excelencias de nuestra tierra y recomendó su visita. Claro que entonces nos recreamos en sus palabras, pero su eco apenas si pasó más allá de la Cordillera Cantábrica. A lo mejor ha llegado el momento de hacer contrapeso con el sol y las playas canarias. Pues a ello.
Ruiz-Gimenez y la democracia cristiana
Al margen de los halagos oficiales que se le hacen a cualquier político fallecido, a Joaquín Ruiz-Giménez es de justicia reconocerle un papel decisivo no tanto en lo que hemos dado en llamar la transición democrática que se inicia con la muerte de Franco como en un periodo mucho más amplio que se inicia dentro de la etapa de la dictadura. Porque, a fin de cuentas, Ruiz Giménez cuanta con una biografía forjada políticamente en el franquismo y arroja, para algunos, determinados claroscuros que mirados con lupa apuntan a ciertos periodos de ambigüedad. Sin embargo, este veterano luchador fue del selecto grupo -ahora esa nómina se aumenta con frecuencia gracias a las neblinas que en la memoria instala el paso del tiempo- de los que verdaderamente iniciaron los esfuerzos para un cambio desde dentro del régimen anterior. Desde los intentos de reforma de la Educación -fue ministro del ramo en los años cincuenta- hasta una visión más amplia de la necesaria transformación hacia una democracia, Ruiz-Giménez supo hacer su propia ruptura con las ataduras que le ligaban al franquismo y apuntar el camino que luego otros se encargaron de andar.
En lo personal, para algunas generaciones como la mía, un símbolo de lo que el político democristiano representó fue la creación de la revista 'Cuadernos para el diálogo' -toda una denominación definitoria- plataforma de los variopintos grupos de personas con talante democrático que convergieron luego en los inicios de la Transición propiamente dicha. Luego vendrían otras, como 'Triunfo' o, más tarde, 'Cambio 16'. Todas ellas concebían una especie de liturgia a la hora de acudir semanalmente al quiosco a comprarlas, siempre el primer día y a la primera hora, por si acaso llegaba el secuestro. Su lectura tenía algo de clandestino y las guardábamos cuidadosamente como los libros prohibidos con los que uno se podía hacer aquí o allá. Eso siempre será para algunos de nosotros un haber en el equipaje con el que ahora se va el veterano político.
En lo ya estrictamente institucional, como genuino representante de la democracia cristiana, Ruiz-Giménez intento la aventura electoral sin ningún éxito. Una injusticia difícil de tragar cuando, con posterioridad y dentro de la Unión de Centro Democrático, otras personas se encargaron de poner a la DC en gobiernos y parlamentos. A día de hoy, los democristianos tienen en España -aunque no figuren con sus siglas en las instituciones- una de las peores valoraciones de entre las fuerzas políticas. Algunos nombres que están en la memoria de todos tienen esa responsabilidad. Uno cree que, con don Joaquín a la cabeza, una de las ideologías que cuentan en buena parte de los países de nuestro entorno tendría en nuestro país un eco popular diferente y un protagonismo más acusado. Descanse en paz.
En lo personal, para algunas generaciones como la mía, un símbolo de lo que el político democristiano representó fue la creación de la revista 'Cuadernos para el diálogo' -toda una denominación definitoria- plataforma de los variopintos grupos de personas con talante democrático que convergieron luego en los inicios de la Transición propiamente dicha. Luego vendrían otras, como 'Triunfo' o, más tarde, 'Cambio 16'. Todas ellas concebían una especie de liturgia a la hora de acudir semanalmente al quiosco a comprarlas, siempre el primer día y a la primera hora, por si acaso llegaba el secuestro. Su lectura tenía algo de clandestino y las guardábamos cuidadosamente como los libros prohibidos con los que uno se podía hacer aquí o allá. Eso siempre será para algunos de nosotros un haber en el equipaje con el que ahora se va el veterano político.
En lo ya estrictamente institucional, como genuino representante de la democracia cristiana, Ruiz-Giménez intento la aventura electoral sin ningún éxito. Una injusticia difícil de tragar cuando, con posterioridad y dentro de la Unión de Centro Democrático, otras personas se encargaron de poner a la DC en gobiernos y parlamentos. A día de hoy, los democristianos tienen en España -aunque no figuren con sus siglas en las instituciones- una de las peores valoraciones de entre las fuerzas políticas. Algunos nombres que están en la memoria de todos tienen esa responsabilidad. Uno cree que, con don Joaquín a la cabeza, una de las ideologías que cuentan en buena parte de los países de nuestro entorno tendría en nuestro país un eco popular diferente y un protagonismo más acusado. Descanse en paz.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Salgado complica el 'sudoku'
Hace unos años, los japoneses -siempre tan listos- nos decubrieron que los pasatiempos no tienen que ser siempre para los de letras -crucigramas, sopas de letras, etcétera- y que los de ciencias también se podían devanar los sesos para hacer cuadrar un puzzle de números con un cierto sentido (queda claro que ambas formas de ocio no son excluyentes para unos u otros). Con posterioridad, los 'sudokus' -así los llamaron- se fueron complicando con más combinaciones y mayor superficie. Ahora ya aparecen en las páginas de los periódicos nuevas fórmulas y variables que mi memoria se niega a asimilar. Por dificultades que no quede.
Ayer, en un Congreso que se ha puesto en marcha muy activo tras las vacaciones de sus señorías, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, compareció para explicar el nuevo sistema de financiación autonómica -al que ya se le ha dado con carácter general el nombrecito de 'sudoku'- y, como era de esperar, dejo a casi todo el mundo como estaba. A fin de cuentas no se trataba de entender las reglas del juego porque la negociación de años ha demostrado que no hay una sola, sino varias según con quién esté hablando el Gobierno, sino, en términos matemáticos -para muchos los más reales- saber cada uno "cuánto es lo mío". Pues bien, la respuesta fue un "todavía no se sabe" y para tranquilizar a sus correligionarios o a sus colaboradores necesarios autonómicos la ministra dejo caer que lo que dice cada mandatarios autonómico se parece bastante a lo que será el reparto definitivo. En fin, que no se voy a dar pistas y que el problema -el 'sudoku'- tienes que seguir resolviéndolo tú solo.
Sin embargo, esta ¿información? en sede parlamentaria, que no nos coge a nadie desprevenido, se queda en un segundo plano cuando las autonomías se preguntan cuánto me vas a dar y la vicepresidenta les pega un quite y les dice, y aquí si que lo cuantifica -seis mil millones de euros-, que son las autonomías, de momento, las que deben dinero al Gobierno de la nación en concepto de liquidación de las aportaciones de financiación que el Estado les dio para 2008.
Como siempre digo que las declaraciones oficiales en estos casos estan moduladas por la responsabilidad política de los mandatarios, a mí me gustaría escuchar por un agujerito las maldiciones que pueden haber lanzado minutos después los responsables de Economía de las comunidades autónomas, esforzados ellos en intentar cuadrar la caja en una etapa en la que los ingresos fiscales se han quedado, por la crisis, por debajo de cualquiera de sus previsiones. Están espenado el dinero como agua de mayo y Salgado les pide que antes se rasquen el bolsillo y que le devuelvan lo que le deben, "que todos andamos mal de efectivo". Cierto que, como diós aprieta pero no ahoga, apunta una moratoria de cuatro años para recuperar ese débito que tienen contraído las autonomías con las arcas estatales.
En fin, que la titular de Economía no sólo ha resuelto el 'sudoku' sino que, antes de poder cerrarlo, le ha puesto unos cuantos ciadritos de más. El problema, en definitiva, es que nadie tiene un duro y cada cual mira a ver de donde sacarlo.
Y ¿de dónde lo va a sacar el Estado? que es, en plata, el padre de la 'rapaza'. O poner la máquina de hacer dinero a más velocidad, solución que nadie quiere tomar con un mínimo de seriedad, o ¿cómo no? de los impuestos. Y ya está mentada la bicha. José Blanco, compañero de Salgado en las bancadas del Ejecutivo, ya había adelantado algo días atrás. Ayer, la ministra, en un alarde de equilibrios, vuelve a recordar que las palabras de 'Pepiño' son una "reflexión personal" para apuntar después veladamente la necesidad de afrontar un retoque fiscal, o sea una subida de impuestos con denominación camuflada. Como, además, reiteró que lo de sangrar a los ricos bo es la solución, el retoque ya sabemos a quien le toca, al conjunto de los curritos. Seguiremos en contacto.
Ayer, en un Congreso que se ha puesto en marcha muy activo tras las vacaciones de sus señorías, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, compareció para explicar el nuevo sistema de financiación autonómica -al que ya se le ha dado con carácter general el nombrecito de 'sudoku'- y, como era de esperar, dejo a casi todo el mundo como estaba. A fin de cuentas no se trataba de entender las reglas del juego porque la negociación de años ha demostrado que no hay una sola, sino varias según con quién esté hablando el Gobierno, sino, en términos matemáticos -para muchos los más reales- saber cada uno "cuánto es lo mío". Pues bien, la respuesta fue un "todavía no se sabe" y para tranquilizar a sus correligionarios o a sus colaboradores necesarios autonómicos la ministra dejo caer que lo que dice cada mandatarios autonómico se parece bastante a lo que será el reparto definitivo. En fin, que no se voy a dar pistas y que el problema -el 'sudoku'- tienes que seguir resolviéndolo tú solo.
Sin embargo, esta ¿información? en sede parlamentaria, que no nos coge a nadie desprevenido, se queda en un segundo plano cuando las autonomías se preguntan cuánto me vas a dar y la vicepresidenta les pega un quite y les dice, y aquí si que lo cuantifica -seis mil millones de euros-, que son las autonomías, de momento, las que deben dinero al Gobierno de la nación en concepto de liquidación de las aportaciones de financiación que el Estado les dio para 2008.
Como siempre digo que las declaraciones oficiales en estos casos estan moduladas por la responsabilidad política de los mandatarios, a mí me gustaría escuchar por un agujerito las maldiciones que pueden haber lanzado minutos después los responsables de Economía de las comunidades autónomas, esforzados ellos en intentar cuadrar la caja en una etapa en la que los ingresos fiscales se han quedado, por la crisis, por debajo de cualquiera de sus previsiones. Están espenado el dinero como agua de mayo y Salgado les pide que antes se rasquen el bolsillo y que le devuelvan lo que le deben, "que todos andamos mal de efectivo". Cierto que, como diós aprieta pero no ahoga, apunta una moratoria de cuatro años para recuperar ese débito que tienen contraído las autonomías con las arcas estatales.
En fin, que la titular de Economía no sólo ha resuelto el 'sudoku' sino que, antes de poder cerrarlo, le ha puesto unos cuantos ciadritos de más. El problema, en definitiva, es que nadie tiene un duro y cada cual mira a ver de donde sacarlo.
Y ¿de dónde lo va a sacar el Estado? que es, en plata, el padre de la 'rapaza'. O poner la máquina de hacer dinero a más velocidad, solución que nadie quiere tomar con un mínimo de seriedad, o ¿cómo no? de los impuestos. Y ya está mentada la bicha. José Blanco, compañero de Salgado en las bancadas del Ejecutivo, ya había adelantado algo días atrás. Ayer, la ministra, en un alarde de equilibrios, vuelve a recordar que las palabras de 'Pepiño' son una "reflexión personal" para apuntar después veladamente la necesidad de afrontar un retoque fiscal, o sea una subida de impuestos con denominación camuflada. Como, además, reiteró que lo de sangrar a los ricos bo es la solución, el retoque ya sabemos a quien le toca, al conjunto de los curritos. Seguiremos en contacto.
jueves, 20 de agosto de 2009
La camiseta no basta
Habla un 'culé' cabreado por la derrota de ayer del Barça en el Trofeo Joan Gamper. Ya sabemos que en un partido puede pasar de todo y que no siempre gana el mejor. La duda es si la derrota de ayer de los azulgranas es por que el Manchester City fue mejor equipo o si la verdadera causa fue un error de planteamiento del técnico barcelonista. Como seguidor del equipo blaugrana no entiendo muy bien el planteamiento de Pep Guardiola en el encuentro de anoche. ¿Por qué en la primera parte solamente estuvieron en el campo dos de los teóricos titulares del equipo, Pujol y Yayá Touré, y el primero lesionado? Alves, Messi, Ibrahimovich, Keitá, etcétera salieron en la segunda parte con el partido ya cuesta arriba. A ver si va a resultar que a Pep se le ha subido el triplete a la cabeza y cree que el simple hecho de enfundarse la elástica barcelonista es suficiente para ganar un partido sin salir al campo. Ciero que los canteranos y reservas han jugado los partidos de pre-temporada con resultados favorables, pero también lo es que el City era la prueba más fuerte de la preparación para los partidos oficiales, aunque los ingleses parecieran más un mal equipo italiano con once defensas que los agresivos 'teens2 británicos. Por si fuera poco, estaba en juego el Gamper, el trofeo propio. Con todo ello, Guardiola alineó en la primera mitad a Pinto, Jeffren, Pedrito, Montoya, Gudjohnsen,... ¿No sería más normal que, puestos a seguir probando, el de los primeros cuarenta y cinco minutos fuera el equipo de los segundos? Perder o no un partido tiene en sí mismo relativa importancia, quedando claro que el de ayer era el Gamper, no otro encuentro cualquiera, pero lo visto nos deja a los 'culés',-al menos a algunos- un mal sabor de boca y una sensación de que quizá la soberbia se haya instalado en 'Can Barça'. Parece claro que promesas y reservas son en el equipo azulgrana más que los titulares de otros equipos menores, pero tampoco hay que ir de sobrados por la vida y pensar que los colores son suficientes para repetir los éxitos de la pasada temporada. Y si eso es lo que piensa el técnico barcelonista, allá él. Que nos ponga el mismo equipo de la primera parte de ayer dentro de quince días contra el Sporting, A lo mejor nos ganan.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Parches y confusion
Desde que la crisis económica tomó carta de naturaleza con su declaración oficial por parte del Gobierno -antes ya existía pero el equipo de Zapatero la había negado más veces que Pedro a Jesús- éste ha venido improvisando medidas de "ayuda" que, en líneas generales, han merecido casi siempre los mismos calificativos de "improvisadas", "indiscriminadas", "propagandísticas",... No hace falta volver la vista muy atrás para recordar el alcance y el 'territorio' de las sucesivas compensaciones que unas veces eran para los banqueros, otras para los autónomos, otras para el simple ciudadano de a pie o ahora para los parados.
El análisis de los sucedido en los tres últimos días es, sin embargo, paradigmático del modo de funcionar que ha adoptado en el último año el actual Gobierno socialista. A saber, el lunes se pone en marcha la medida de facilitar un subsidio de 420 euros a los parados que hayan agotado las prestaciones y no tengan ninguna fuente de ingresos. El resultado fue uno de esos caos que podrían competir con los peores momentos en las peores épocas de un gran aeropuerto como el de Barajas. Escenario, las oficinas del Inem, donde no hay papeles para las solicitudes; se carece de instrucciones precisas sobre la población afectada,... Llega el martes y el Gobierno tiene que salir al paso con justificaciones como aquello de que no se leyó la letra pequeña, que quizá no se explicaron con claridad los detalles y, lo que más enfado causó, la confirmación de la limitación de los beneficios a aquellos parados que se quedaron sin prestación después del 1 de agosto pasado. En paralelo, sindicatos, partidos y otros agentes sociales y políticos ponen sobre el tapete las dudas sobre el acierto de la medida, sobre todo por su carácter indiscriminado y, lo que es peor, por estar dirigida solamente a quienes hasta unos días antes aún cobraban el desempleo y la exclusión de los parados de larga duración. Y llega el miércoles, o sea hoy, y el presidente del Gobierno se ve obligado a dejar por un rato sus vacaciones para admitir la posibilidad de que la medida se amplíe a otros colectivos. En definitiva, la crónica de una actitud de parcheado -bienvenido para los que tienen la suerte de disfrutarlo, a fin de cuentas- que recuerda una vez más que, para administrar una crisis como la actual, hace falta algo más que estar dispuesto una semana sí y otra también a poner sobre la mesa unos miles de millones de euros para entregar al colectivo correspondiente sin un resultado efectivo en la economía productiva.
Si el Ejecutivo está dispuesto a mantener en marcha la máquina de hacer dinero -inflaciones aparte- mejor sería que fuera para impulsar medidas capaces de crear empleo. El resto no deja de ayudar a hacer la situación ocupacional y productiva cada día más lastrada. Así se arregla un roto o se tapa un hueco, pero la economía española tardará aún más en recuperarse que las del resto de países de nuestro entorno, que ya empiezan a sacar la cabeza. El argumento de que en España la crisis empezó más tarde y la salida será, en consecuencia, más tardía, se quedará desactivado si con las actuales perspectivas se mantiene la política de la subsidiariedad y el regalo oportunista y parcial.
El análisis de los sucedido en los tres últimos días es, sin embargo, paradigmático del modo de funcionar que ha adoptado en el último año el actual Gobierno socialista. A saber, el lunes se pone en marcha la medida de facilitar un subsidio de 420 euros a los parados que hayan agotado las prestaciones y no tengan ninguna fuente de ingresos. El resultado fue uno de esos caos que podrían competir con los peores momentos en las peores épocas de un gran aeropuerto como el de Barajas. Escenario, las oficinas del Inem, donde no hay papeles para las solicitudes; se carece de instrucciones precisas sobre la población afectada,... Llega el martes y el Gobierno tiene que salir al paso con justificaciones como aquello de que no se leyó la letra pequeña, que quizá no se explicaron con claridad los detalles y, lo que más enfado causó, la confirmación de la limitación de los beneficios a aquellos parados que se quedaron sin prestación después del 1 de agosto pasado. En paralelo, sindicatos, partidos y otros agentes sociales y políticos ponen sobre el tapete las dudas sobre el acierto de la medida, sobre todo por su carácter indiscriminado y, lo que es peor, por estar dirigida solamente a quienes hasta unos días antes aún cobraban el desempleo y la exclusión de los parados de larga duración. Y llega el miércoles, o sea hoy, y el presidente del Gobierno se ve obligado a dejar por un rato sus vacaciones para admitir la posibilidad de que la medida se amplíe a otros colectivos. En definitiva, la crónica de una actitud de parcheado -bienvenido para los que tienen la suerte de disfrutarlo, a fin de cuentas- que recuerda una vez más que, para administrar una crisis como la actual, hace falta algo más que estar dispuesto una semana sí y otra también a poner sobre la mesa unos miles de millones de euros para entregar al colectivo correspondiente sin un resultado efectivo en la economía productiva.
Si el Ejecutivo está dispuesto a mantener en marcha la máquina de hacer dinero -inflaciones aparte- mejor sería que fuera para impulsar medidas capaces de crear empleo. El resto no deja de ayudar a hacer la situación ocupacional y productiva cada día más lastrada. Así se arregla un roto o se tapa un hueco, pero la economía española tardará aún más en recuperarse que las del resto de países de nuestro entorno, que ya empiezan a sacar la cabeza. El argumento de que en España la crisis empezó más tarde y la salida será, en consecuencia, más tardía, se quedará desactivado si con las actuales perspectivas se mantiene la política de la subsidiariedad y el regalo oportunista y parcial.
Taza y media
¡Menuda mala suerte tenemos los asturianos con los ministros de Fomento con carné socialista! Y no sólo con los del señor Rodríguez Zapatero. Para los que tenemos algo de memoria histórica hay que recordar que a los que encomendó esa cartera don Felipe González no eran más generosos a la hora de de comprometer las infraestructuras ferroviarias. Y si no ahí están las hemerotecas para recuperar las declaraciones de los señores Borrell o Cosculluela.
¡Cuántos años poniendo velas a la Santina para que dejara su sillón en el Consejo de Ministros 'doña Manalena', la reina de los desplantes y campeona de silencios a la hora de asumir compromisos! Ahora su plaza la ocupa don José Blanco -como ministro ya casi nadie se atreve a llamarle 'Pepiño'-, un hombre del equipo más incondicional de Zapatero y, como él, con el talante como bandera. Pero, eso sí, da la cara pero de compromisos, nada.
Lo de ayer del señor Blanco es ya una especie de insulto a la inteligencia de los habitantes de esta comunidad. Como su lugarteniente, el señor Morlán, no lo dejo suficientemente claro días atrás en el 'espectáculo' montado por el presidente Areces en la feria de Muestras, va y se viene a Asturias para decir exactamente lo mismo que su 'número dos': que de fechas, nada; que si en otras autonomías próximas las tienen es porque hay proyectos y -¡agárrense- que dentro de dieciocho meses sabremos cuándo llega el AVE a Gijón pasando por Oviedo. No es que para entonces ya falte poco; es que tiene que pasar año y medio para que sepamos más o enos cuando llegará la alta velocidad al final de su conexión asturiana. Ya no es que el AVE del Cantábrico ni se nombre; es que el radial desde Madrid no tiene fecha ni se le espera.
Ya lo comentaba hace días. ¿Por qué Cantabria o Galicia tienen proyectos y Asturias no? Esa es la pregunta. Claro que la respuesta que cualquiera puede obtener de los mandatarios del partido mayoritario en España y en Asturias va a segir siendo, por muchos años que pasen, la misma. La culpa es de Cascos.
Vamos a dejarnos ya de bromas. No se puede estar siempre agarrándose a esa coletilla, o a esa otra de que los gobiernos socialistas son los que han hecho el mayor esfuerzo por Asturias en inversiones -que también las han hecho, y fuertes-. la realidad es que probablemente esta región sea la última en contar con la alta velocidad con Madrid de todo el país. Como también es factible que la interminable autovía del Cantábrico esté terminada en sus dos extremos -País Vasco y Cantabria, en un lado, y Galicia, en el otro- mientras uno o dos tramos asturianos se alarguen en el tiempo hasta dios sabe cuándo.
Lo del señor Morlán del otro día ya fue tremendo, pero quizá por su aspecto funcionarial y su discurso pragmático y realista podía tener tragaderas. Que ahora venga el señor Blanco y recite el mismo monólogo -jaleado por un arecismo agonizante- suena ya a coña. Tal parece que el titular de Fomento, eso sí con talante, se haya trasladado aquí para decirnos: "Si no quieres taza, toma taza y media".
¡Cuántos años poniendo velas a la Santina para que dejara su sillón en el Consejo de Ministros 'doña Manalena', la reina de los desplantes y campeona de silencios a la hora de asumir compromisos! Ahora su plaza la ocupa don José Blanco -como ministro ya casi nadie se atreve a llamarle 'Pepiño'-, un hombre del equipo más incondicional de Zapatero y, como él, con el talante como bandera. Pero, eso sí, da la cara pero de compromisos, nada.
Lo de ayer del señor Blanco es ya una especie de insulto a la inteligencia de los habitantes de esta comunidad. Como su lugarteniente, el señor Morlán, no lo dejo suficientemente claro días atrás en el 'espectáculo' montado por el presidente Areces en la feria de Muestras, va y se viene a Asturias para decir exactamente lo mismo que su 'número dos': que de fechas, nada; que si en otras autonomías próximas las tienen es porque hay proyectos y -¡agárrense- que dentro de dieciocho meses sabremos cuándo llega el AVE a Gijón pasando por Oviedo. No es que para entonces ya falte poco; es que tiene que pasar año y medio para que sepamos más o enos cuando llegará la alta velocidad al final de su conexión asturiana. Ya no es que el AVE del Cantábrico ni se nombre; es que el radial desde Madrid no tiene fecha ni se le espera.
Ya lo comentaba hace días. ¿Por qué Cantabria o Galicia tienen proyectos y Asturias no? Esa es la pregunta. Claro que la respuesta que cualquiera puede obtener de los mandatarios del partido mayoritario en España y en Asturias va a segir siendo, por muchos años que pasen, la misma. La culpa es de Cascos.
Vamos a dejarnos ya de bromas. No se puede estar siempre agarrándose a esa coletilla, o a esa otra de que los gobiernos socialistas son los que han hecho el mayor esfuerzo por Asturias en inversiones -que también las han hecho, y fuertes-. la realidad es que probablemente esta región sea la última en contar con la alta velocidad con Madrid de todo el país. Como también es factible que la interminable autovía del Cantábrico esté terminada en sus dos extremos -País Vasco y Cantabria, en un lado, y Galicia, en el otro- mientras uno o dos tramos asturianos se alarguen en el tiempo hasta dios sabe cuándo.
Lo del señor Morlán del otro día ya fue tremendo, pero quizá por su aspecto funcionarial y su discurso pragmático y realista podía tener tragaderas. Que ahora venga el señor Blanco y recite el mismo monólogo -jaleado por un arecismo agonizante- suena ya a coña. Tal parece que el titular de Fomento, eso sí con talante, se haya trasladado aquí para decirnos: "Si no quieres taza, toma taza y media".
jueves, 6 de agosto de 2009
Las multiples vidas de Morales
Juan Morales apareció hace unos años en la primera línea de la política asturiana y se convirtió en poco tiempo en uno de esas personas que parecían claramente llamadas a protagonizarla con una papel estelar. El erial en el que la marcha de Cascos dejó al Partido Popular en esta región hacían prever que nadie podría disputarle a medio plazo un liderazgo para el que Ovidio Sánchez se presentaba desde entonces bastante desgastado.
Sin embargo, sus condiciones de buen orador y mejor parlamentario, unidas a la confianza del citado Sánchez, del que llegó a ser su mano derecha, tenían unos plazos para manifestarse en clave de primer dirigente. Con muy buen criterio, decidió en su día que había llegado la hora y expresó su deseo de optar a la Presidencia regional, una voluntad que chocó con la endogamia partidista, colectivos en los que las cosas van despacio y no acostumbran a acelerar los plazos. Se planteó entonces algo tan lógico como la existencia de dos opciones para llevar las riendas del partido y, por ende, la inevitable lucha subterránea en la que el 'aparato' siempre lleva las de ganar.
Fue entonces cuando empezó a traslucirse la verdadera imagen política de Morales. El convencimiento de que no podía ganar a Ovidio Sánchez le llevó, a última hora, a dejar plantados a sus muchos seguidores -más que tres años después- y "venderse por un plato de lentejas" tan poco sabroso como un cargo en la lista oficial que, por buscar un símil cualquiera, sería como pintarle lo galones sobre el uniforme a un oficial. Así podría considerarse la adjuntía a las dos vicepresidencias del partido. Fue en este momento cuando el prometedor parlamentario se 'autoinmoló'.
A partir de ahí vinieron los años de silencio, de aislamiento en el grupo parlamentario del PP en la Junta General, su autoexclusión diaria, hasta llegar a la siguiente convocatoria de elecciones autonómicas en la que, como no podía ser de otra manera, quedó fuera.
Al margen de alguna declaración aislada, la figura de Morales reaparece en el partido cuando, con la convocatoria del último congreso regional y la manifiesta intención de Ovidio Sánchez de seguir llevando el bastón de mando, un grupo de militantes de segundo nivel, decepcionados por la pérdida de la ex diputada Alicia Castro como alternativa, recurrieron al político apartado para contar con una opción mínima de dar la batalla a Sánchez. Al contrario que unos años antes, Morales era ya sólo la única posibilidad de contar con un rostro para combatir al incombustible presidente regional. Y él jugó a dejarse querer, sobre todo porque sus impulsores jugaban a contar con el apoyo de Gabino de Lorenzo, unas veces, y de Pilar Fernández Pardo, otras, con sus respectivos pesos específicos en las dos organizaciones municipales más fuertes del partido. El primero se desmarcó más o menos pronto, pero la líder popular de Gijón jugó hasta el último minuto con su fuerza, más en beneficio de su propia opción, que de la de Morales, aunque a éste no acabara de desengañarle del todo. Así, éste acabó por presentarse más por la presión de sus seguidores que por convencimiento propio. fernández Pardo se bajó del carro en los últimos metros y el resultado, ya conocido, fue de una dignísima derrota, con un 38% de los votos en el congreso.
Este resultado podría haberse producido tres años antes y el pasado año transformarse en una posible victoria. Claro que para entonces amplios sectores de los descontentos con la gestión de Sánchez y su grupo de adláteres ya no se fiaban de Morales.
Hasta aquí la historia oficial hasta llegar ahora, un año después, al abandono de Juan Morales de la militancia. Hace meses que, extraoficialmente, el otrora portavoz parlamentario jugaba varias bazas, las mismas que ahora aparecen sobre el tapete: la incorporación a UPyD, al parecer fallida, o aglutinar a una unión de partidos de ámbito local o territorial para conformar una fuerza regionalista. Siempre, claro está, con la condición de ser cabeza visible y líder de cualquiera de esas opciones.
Lo que no está en las crónicas recientes es un hecho que pudo cambiar la historia política de Morales y del PP regional: la decisión de Gabino de Lorenzo, "la mano que mece la cuna" en definitiva, de apostar por el propio Morales como candidato de futuro a la Presidencia del Principado, alternativa facilitada por la confirmación de Ovidio Sánchez de que no se volvería a presentar para el cargo tras tres derrotas consecutivas. De Lorenzo llegó a presentar la recuperación de Morales como una forma de integración del partido tras la división del congreso regional. Y lo hizo ante la dirección nacional en la calle de Génova. Pero esas cosas no resultan fáciles de ocultar y el "compacto" equipo de Sánchez, con los Goñi, Aréstegui, etcétera, a la cabeza, se apercibió de que si la cosa iba adelante podrían pintar bastos para sus ambiciones. Por eso, aprovechando las atribuciones del citado Goñi como secretario general, se montó la 'caza de brujas' en las organizaciones locales que habían sido proclives a Morales en el congreso o, simplemente, no habían apoyado con claridad a Sánchez. Morales no podía quedarse callado y la "integración" se fue al traste, abriendo la puerta a la salida que ahora se hace efectiva.
Morales quiere seguir siendo político, pero con mando en plaza. Quizá desde una alternativa nueva y si no le entran las prisas de antaño pueda llegar a ser un político influyente en el Principado. Si no alcanzar la Presidencia de la comunidad, sólo al alcance por mucho tiempo de los dos grandes, sí a través de la consabida bisagra. Izquierda Unida puede enseñarle mucho de eso. Hasta Xuan Xosé Sánchez Vicente, del Partíu Asturianista, o el mismísimo Antón Saavedra, el último tránsfuga de autonomía, tienen experiencia de como con uno o dos votos se pueden reconducir las políticas regionales.
Sin embargo, sus condiciones de buen orador y mejor parlamentario, unidas a la confianza del citado Sánchez, del que llegó a ser su mano derecha, tenían unos plazos para manifestarse en clave de primer dirigente. Con muy buen criterio, decidió en su día que había llegado la hora y expresó su deseo de optar a la Presidencia regional, una voluntad que chocó con la endogamia partidista, colectivos en los que las cosas van despacio y no acostumbran a acelerar los plazos. Se planteó entonces algo tan lógico como la existencia de dos opciones para llevar las riendas del partido y, por ende, la inevitable lucha subterránea en la que el 'aparato' siempre lleva las de ganar.
Fue entonces cuando empezó a traslucirse la verdadera imagen política de Morales. El convencimiento de que no podía ganar a Ovidio Sánchez le llevó, a última hora, a dejar plantados a sus muchos seguidores -más que tres años después- y "venderse por un plato de lentejas" tan poco sabroso como un cargo en la lista oficial que, por buscar un símil cualquiera, sería como pintarle lo galones sobre el uniforme a un oficial. Así podría considerarse la adjuntía a las dos vicepresidencias del partido. Fue en este momento cuando el prometedor parlamentario se 'autoinmoló'.
A partir de ahí vinieron los años de silencio, de aislamiento en el grupo parlamentario del PP en la Junta General, su autoexclusión diaria, hasta llegar a la siguiente convocatoria de elecciones autonómicas en la que, como no podía ser de otra manera, quedó fuera.
Al margen de alguna declaración aislada, la figura de Morales reaparece en el partido cuando, con la convocatoria del último congreso regional y la manifiesta intención de Ovidio Sánchez de seguir llevando el bastón de mando, un grupo de militantes de segundo nivel, decepcionados por la pérdida de la ex diputada Alicia Castro como alternativa, recurrieron al político apartado para contar con una opción mínima de dar la batalla a Sánchez. Al contrario que unos años antes, Morales era ya sólo la única posibilidad de contar con un rostro para combatir al incombustible presidente regional. Y él jugó a dejarse querer, sobre todo porque sus impulsores jugaban a contar con el apoyo de Gabino de Lorenzo, unas veces, y de Pilar Fernández Pardo, otras, con sus respectivos pesos específicos en las dos organizaciones municipales más fuertes del partido. El primero se desmarcó más o menos pronto, pero la líder popular de Gijón jugó hasta el último minuto con su fuerza, más en beneficio de su propia opción, que de la de Morales, aunque a éste no acabara de desengañarle del todo. Así, éste acabó por presentarse más por la presión de sus seguidores que por convencimiento propio. fernández Pardo se bajó del carro en los últimos metros y el resultado, ya conocido, fue de una dignísima derrota, con un 38% de los votos en el congreso.
Este resultado podría haberse producido tres años antes y el pasado año transformarse en una posible victoria. Claro que para entonces amplios sectores de los descontentos con la gestión de Sánchez y su grupo de adláteres ya no se fiaban de Morales.
Hasta aquí la historia oficial hasta llegar ahora, un año después, al abandono de Juan Morales de la militancia. Hace meses que, extraoficialmente, el otrora portavoz parlamentario jugaba varias bazas, las mismas que ahora aparecen sobre el tapete: la incorporación a UPyD, al parecer fallida, o aglutinar a una unión de partidos de ámbito local o territorial para conformar una fuerza regionalista. Siempre, claro está, con la condición de ser cabeza visible y líder de cualquiera de esas opciones.
Lo que no está en las crónicas recientes es un hecho que pudo cambiar la historia política de Morales y del PP regional: la decisión de Gabino de Lorenzo, "la mano que mece la cuna" en definitiva, de apostar por el propio Morales como candidato de futuro a la Presidencia del Principado, alternativa facilitada por la confirmación de Ovidio Sánchez de que no se volvería a presentar para el cargo tras tres derrotas consecutivas. De Lorenzo llegó a presentar la recuperación de Morales como una forma de integración del partido tras la división del congreso regional. Y lo hizo ante la dirección nacional en la calle de Génova. Pero esas cosas no resultan fáciles de ocultar y el "compacto" equipo de Sánchez, con los Goñi, Aréstegui, etcétera, a la cabeza, se apercibió de que si la cosa iba adelante podrían pintar bastos para sus ambiciones. Por eso, aprovechando las atribuciones del citado Goñi como secretario general, se montó la 'caza de brujas' en las organizaciones locales que habían sido proclives a Morales en el congreso o, simplemente, no habían apoyado con claridad a Sánchez. Morales no podía quedarse callado y la "integración" se fue al traste, abriendo la puerta a la salida que ahora se hace efectiva.
Morales quiere seguir siendo político, pero con mando en plaza. Quizá desde una alternativa nueva y si no le entran las prisas de antaño pueda llegar a ser un político influyente en el Principado. Si no alcanzar la Presidencia de la comunidad, sólo al alcance por mucho tiempo de los dos grandes, sí a través de la consabida bisagra. Izquierda Unida puede enseñarle mucho de eso. Hasta Xuan Xosé Sánchez Vicente, del Partíu Asturianista, o el mismísimo Antón Saavedra, el último tránsfuga de autonomía, tienen experiencia de como con uno o dos votos se pueden reconducir las políticas regionales.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Un mapa de parches
"Prefiero que me critiquen por no dar plazos que por mentir". Ésta es la frase más repetida hoy por el secretario de Estado de Fomento para enfriar las expectativas creadas por su visita a Asturias para "explicar" el alcance del acuerdo alcanzado el día 27 de julio por su jefe de filas, Pepe Blanco, y el presidente del principado, Vicente Álvarez Areces. Ni fechas, ni nada de nada. El ambiente de la multitudinaria rueda de prensa -¿...?- se quedó helado; incluso el propio mandatario asturiano, al que se le suponía ya conocedor del inconcreto mensaje lanzado por el numero dos del Ministerio; no pudo evitar mantener durante la citada convocatoria una cierta cara de póker. Si 'Pepiño' es medianamente concreto, si lugarteniente no se quiere pillar nio un pelo. En fin, las ilusiones por los suelos. Y eso que Areces sacó fuerzas de flaqueza para respaldar a su correligionario de Madrid y amparar su 'prudente' mensaje con una avalancha de calendarios sobre autovías, puertos y aeropuertos que el ministro le prometió la pasada semana en Madrid. lo que no dijo es que el acto de hoy tenía como objetivo específico las infraestructuras ferroviarias, y de éstas compromisos, nada, más allá de la voluntad de que Asturias también va a tener alta velocidad. ¿Pero cuándo?. No se sabe. Esta región nuestra es especialmente complicada, orográficamente, medioambientalmente y -eso no lo dijo- políticamente.
En Realidad, Víctor Morlán, como insistió una y otra vez, no quiere engañar a nadie. De nada valió que un compañero de 'La Voz de Asturias' le recordara que su ministro había mencionado la fecha de 2015 para que estuviera funcionando el 'AVE del Norte'. pero eso vale para Galicia y para Cantabria, no para Asturias. Y no vale para nosotros porque Morlán se encargó de recordar que nuestras comunidades limítrofes tienen proyectos y Asturias no. ¿Y por qué, señor secretario de Estado? Cinco años largos después de que su partido lograra el poder ya no vale escudarse en Aznar o -mejor- en Álvarez-Cascos.
El farragoso acto de hoy, montado por Álvarez-Areces "a lo grande" -como él mismo lo denominó- solamente sirvió para apagar aún más el entusiasmo de los asturianos, que vuelven a verse en un proyecto de futuro a la cola, por mucho que socialistas asturianos y del Gobierno se empeñen en reiterar una y otra vez lo de la inversión por habitante - que no es baladí, es cierto- y los privilegios de Asturias en este campo.
En realidad, esta cita sirvió para demostrar que Morlán, a pesar de sus cinco años como alto cargo de Fomento, no es muy buen político. Sincero, puede que sí, pero no acertado como tal. Quizá fuera mejor que nos hubiera "engañado" un poquito y conservara el fuego de la esperanza de los asturianos. A fin de cuentas, todos sus colegas y predecesores han puesto fechas a las obras y, en líneas generales, no se han cumplido nunca. Y si no que se lo pregunten a su correligionario, Antonio Trevín, delegado del Gobierno en la comunidad, que no ha tenido empacho en los últimos cuatro años en fijar plazo para cada una de las infraestructuras del transporte pendientes en Asturias. El que lo quiere comprobar está invitado a repasar las hemerotecas.
Morlán se trajo con el al director general de Infraestructuas Ferroviarias -perdón por no citar su nombre, pero no me acuerdo-, un alumno aplicado que con la ayuda de transparencias -antes las llamábamos filminas- dio una lección magistral y técnica de lo que va de la buena voluntad a la realidad de los hechos. El cuadro con las propuestas de actuación para introducir la alta velocidad en la red interior de Asturias es, a la vista de un profano, un auténtico parche, con tres tramos nuevos, y otros muchos viejos, en los que uno combina mercancías y viajeros, otro éstos y cercanías y un tercero solamente para transporte de personas.este señor y Morlán se esforzaron con fruición en explicar que un nuevo trazado íntegro de alta velocidad sería contraproducente, aunque esto no valga para otras comunidades. Orografía, medio ambiente. ¿Acaso las otras autonomías del Norte tienen diferentes estas variables? En fin, un prodigio de razonamientos lógicos y técnicos que sólo valen para esta "importantísima" región en la versión de Fomento.
El secretario de Estado se esforzó todavía un poco más y dijo textualmente que Asturias, lo queramos o no, ya tiene alta velocidad. ¿...? La tiene porque disponemos de un tren Alvia para comunicarnos con Madrid. Ahora sí que lo estropeó todo. Señor Morlán, ¿de que me vale que me entregue usted un BMW si me obliga a circular con él por una calella?
Podría seguir escribiendo la crónica de un despropósito, pero no vale la pena insistir en las penosas explicaciones de los hombres de 'Pepiño' para justificar que, en lo que a trenes se refiere, de compromisos con fecha, nada. Bueno, algo sí. A finales de 2012 circulará "un" tren de alta velocidad y "uno" de mercancías por los túneles de Pajares. ¿Uno de prueba?
En el haber de los representantes de Fomento solamente se puede mencionar la sinceridad de los problemas de lo que son los sucesivos y largos trámites administrativos de una gran infraestructura, algo con lo que aquí ni hemos empezado, y el compromiso -con súplica de ayuda por parte de políticos y medios de comunicación- de hacerlos todos lo más cortos posibles. Pero sólo eso.
Con una cierta cara de idiota, sólo me queda apelar a lo que decía mi gran maestro Francisco Carantoña: que lo hagan unos u otros y que tarde más o menos, pero que lo hagan y que podamos verlo. Pues eso. Seguiremos en contacto.
En Realidad, Víctor Morlán, como insistió una y otra vez, no quiere engañar a nadie. De nada valió que un compañero de 'La Voz de Asturias' le recordara que su ministro había mencionado la fecha de 2015 para que estuviera funcionando el 'AVE del Norte'. pero eso vale para Galicia y para Cantabria, no para Asturias. Y no vale para nosotros porque Morlán se encargó de recordar que nuestras comunidades limítrofes tienen proyectos y Asturias no. ¿Y por qué, señor secretario de Estado? Cinco años largos después de que su partido lograra el poder ya no vale escudarse en Aznar o -mejor- en Álvarez-Cascos.
El farragoso acto de hoy, montado por Álvarez-Areces "a lo grande" -como él mismo lo denominó- solamente sirvió para apagar aún más el entusiasmo de los asturianos, que vuelven a verse en un proyecto de futuro a la cola, por mucho que socialistas asturianos y del Gobierno se empeñen en reiterar una y otra vez lo de la inversión por habitante - que no es baladí, es cierto- y los privilegios de Asturias en este campo.
En realidad, esta cita sirvió para demostrar que Morlán, a pesar de sus cinco años como alto cargo de Fomento, no es muy buen político. Sincero, puede que sí, pero no acertado como tal. Quizá fuera mejor que nos hubiera "engañado" un poquito y conservara el fuego de la esperanza de los asturianos. A fin de cuentas, todos sus colegas y predecesores han puesto fechas a las obras y, en líneas generales, no se han cumplido nunca. Y si no que se lo pregunten a su correligionario, Antonio Trevín, delegado del Gobierno en la comunidad, que no ha tenido empacho en los últimos cuatro años en fijar plazo para cada una de las infraestructuras del transporte pendientes en Asturias. El que lo quiere comprobar está invitado a repasar las hemerotecas.
Morlán se trajo con el al director general de Infraestructuas Ferroviarias -perdón por no citar su nombre, pero no me acuerdo-, un alumno aplicado que con la ayuda de transparencias -antes las llamábamos filminas- dio una lección magistral y técnica de lo que va de la buena voluntad a la realidad de los hechos. El cuadro con las propuestas de actuación para introducir la alta velocidad en la red interior de Asturias es, a la vista de un profano, un auténtico parche, con tres tramos nuevos, y otros muchos viejos, en los que uno combina mercancías y viajeros, otro éstos y cercanías y un tercero solamente para transporte de personas.este señor y Morlán se esforzaron con fruición en explicar que un nuevo trazado íntegro de alta velocidad sería contraproducente, aunque esto no valga para otras comunidades. Orografía, medio ambiente. ¿Acaso las otras autonomías del Norte tienen diferentes estas variables? En fin, un prodigio de razonamientos lógicos y técnicos que sólo valen para esta "importantísima" región en la versión de Fomento.
El secretario de Estado se esforzó todavía un poco más y dijo textualmente que Asturias, lo queramos o no, ya tiene alta velocidad. ¿...? La tiene porque disponemos de un tren Alvia para comunicarnos con Madrid. Ahora sí que lo estropeó todo. Señor Morlán, ¿de que me vale que me entregue usted un BMW si me obliga a circular con él por una calella?
Podría seguir escribiendo la crónica de un despropósito, pero no vale la pena insistir en las penosas explicaciones de los hombres de 'Pepiño' para justificar que, en lo que a trenes se refiere, de compromisos con fecha, nada. Bueno, algo sí. A finales de 2012 circulará "un" tren de alta velocidad y "uno" de mercancías por los túneles de Pajares. ¿Uno de prueba?
En el haber de los representantes de Fomento solamente se puede mencionar la sinceridad de los problemas de lo que son los sucesivos y largos trámites administrativos de una gran infraestructura, algo con lo que aquí ni hemos empezado, y el compromiso -con súplica de ayuda por parte de políticos y medios de comunicación- de hacerlos todos lo más cortos posibles. Pero sólo eso.
Con una cierta cara de idiota, sólo me queda apelar a lo que decía mi gran maestro Francisco Carantoña: que lo hagan unos u otros y que tarde más o menos, pero que lo hagan y que podamos verlo. Pues eso. Seguiremos en contacto.
lunes, 3 de agosto de 2009
La energia y su alcance real en la politica
Mencionaba días atrás la nunca oficializada candidatura arecista de Francisco González Buendía a la Alcaldía de Gijón en la última convocatoria de las municipales. Los deseos del presidente eran unos y los designios de los auténticos poderes del PSOE gijonés otros bien distintos. Ello llevó a Paz Fernández Felgueroso a aceptar a regañadientes otros cuatro años de mandato.
En una entrevista publicada en la edición dominical de 'El Comercio' el actual consejero de Infraestructuras responde a una pregunta bastante intencionada sobre sus sueños de esgrimir el bastón de mando municipal y asegura que "en lo personal tengo mucha energía y, sobre todo, una experiencia y bagaje que me han dado todos estos años en el Principado". Al margen de la lectura e intenciones reales que puedan tener estas palabras específicas, parece evidente que el señor Buendía ha abandonado definitivamente su condición primigenia de funcionario para engrosar la nómina de los políticos profesionales. El argumento de que esa "energía" se la transmite a sus directos colaboradores el propio Areces puede traducirse fácilmente en que, como él, se han instalado en esa especie de coto cerrado en el que los partidos y sus dirigentes han convertido la 'cosa pública'.
Al margen del consabido "no toca" -aunque con otras palabras- el hombre de confianza de Tini Areces no parece muy interesado en desmentir sus aspiraciones, por mucho que luego las camufle con una especie de defensa de la continuidad de la actual alcaldesa de Gijón por otros cuatro años más. Lo de la "energía" ya tiene miga para quien quiera leer entre líneas, aunque luego eche la consabida y contradictoria paletada de cal.
Parece claro que cada vez que hay un líder o dirigente destacado su nombre o apellido da lugar a una corriente o una forma de actuación. Si estas denominaciones tienen casi siempre un sentido, no cabe duda de que esa terminología tiene más fuerza que nunca en el socialismo asturiano con el 'arecismo'. Y si no, que alguien se pare a pensar en los gobiernos del actual presidente del Principado y su carácter de personas del entorno más próximo, en el caso que nos ocupa con base estable en el Ayuntamiento de Gijón. Buendía es un buen ejemplo y su inclusión en el 'arecismo' cobra más sentido que con otros por su carrera política y por sus palabras en la mencionada entrevista. Claro que los mismos obstáculos que encontró hace un par de años en la agrupación de su partido en Gijón siguen vigentes y las mismas personas que le pusieron la proa entonces mantienen el control y esta vez sí que no les han pillado desprevenidos y tienen relevo para Felgueroso en la persona de Santiago Martínez Argüelles.
En definitva, que la voluntad de Areces de perpetuarse personalmente y con sus principales peones bien colocados se hace cada día más difícil. Eso sí, la energía no se la quita nadie.
En una entrevista publicada en la edición dominical de 'El Comercio' el actual consejero de Infraestructuras responde a una pregunta bastante intencionada sobre sus sueños de esgrimir el bastón de mando municipal y asegura que "en lo personal tengo mucha energía y, sobre todo, una experiencia y bagaje que me han dado todos estos años en el Principado". Al margen de la lectura e intenciones reales que puedan tener estas palabras específicas, parece evidente que el señor Buendía ha abandonado definitivamente su condición primigenia de funcionario para engrosar la nómina de los políticos profesionales. El argumento de que esa "energía" se la transmite a sus directos colaboradores el propio Areces puede traducirse fácilmente en que, como él, se han instalado en esa especie de coto cerrado en el que los partidos y sus dirigentes han convertido la 'cosa pública'.
Al margen del consabido "no toca" -aunque con otras palabras- el hombre de confianza de Tini Areces no parece muy interesado en desmentir sus aspiraciones, por mucho que luego las camufle con una especie de defensa de la continuidad de la actual alcaldesa de Gijón por otros cuatro años más. Lo de la "energía" ya tiene miga para quien quiera leer entre líneas, aunque luego eche la consabida y contradictoria paletada de cal.
Parece claro que cada vez que hay un líder o dirigente destacado su nombre o apellido da lugar a una corriente o una forma de actuación. Si estas denominaciones tienen casi siempre un sentido, no cabe duda de que esa terminología tiene más fuerza que nunca en el socialismo asturiano con el 'arecismo'. Y si no, que alguien se pare a pensar en los gobiernos del actual presidente del Principado y su carácter de personas del entorno más próximo, en el caso que nos ocupa con base estable en el Ayuntamiento de Gijón. Buendía es un buen ejemplo y su inclusión en el 'arecismo' cobra más sentido que con otros por su carrera política y por sus palabras en la mencionada entrevista. Claro que los mismos obstáculos que encontró hace un par de años en la agrupación de su partido en Gijón siguen vigentes y las mismas personas que le pusieron la proa entonces mantienen el control y esta vez sí que no les han pillado desprevenidos y tienen relevo para Felgueroso en la persona de Santiago Martínez Argüelles.
En definitva, que la voluntad de Areces de perpetuarse personalmente y con sus principales peones bien colocados se hace cada día más difícil. Eso sí, la energía no se la quita nadie.
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