lunes, 12 de abril de 2010

Las encuestas ¿dónde están?

Las encuestas ¿dónde están?, ¿dónde están las encuestas? ¿A nadie le ha extrañado que a estas alturas de la película no haya trascendido ni un solo dato de los sondeos que los principales partidos políticos asturianos están haciendo para tantear la tendencia de voto de la ciudadanía de esta comunidad para las elecciones autonómicas del año próximo? Porque haberlas haylas, aunque guardadas bajo un sinfín de cerrojos.
La principal causa de ese secretismo, aparte de la inercia habitual de los grandes partidos hacia todo lo que sea información no manejada por sus propios aparatos, está en la incertidumbre que sus resultados plantean. A priori, y partiendo de la relatividad de este tipo de sondeos, los resultados que barajan socialistas y populares no difieren demasiado de lo que han sido los cálculos previos de anteriores convocatorias. El Partido Popular no alcanza la mayoría absoluta y sin ella no hay forma de que gobierne. El PSOE baja pero no lo suficiente como para que la inestimable ayuda de los compañeros de viaje de Izquierda Unida le permitan mantener una exigua y raspada mayoría. Hasta aquí las previsiones de hace unos pocos meses.
Sin embargo, hay dos elementos que devalúan esos resultados hipotéticos y que resultan de extremada importancia a la hora de esperar a nuevos tanteos demoscópicos para empezar a valorar sus números. El primero y más relevante es que ninguno de los dos grandes partidos tiene designado a su candidato a la Presidencia del Principado. La actualidad nos dice que lo de Cascos puede darse por hecho (la atención de la prensa nacional, la aparición de numerosas plataformas a favor del ex vicepresidente del gobierno en diferentes redes sociales y su propio protagonismo público de las últimas semanas dejan escaso margen a la duda, aunque el órdago del político asturiano y las reticencias de la dirección nacional de su partido puedan dar lugar a algunas dudas en los más excépticos). También parece claro que la FSA ha apostado por el relevo de Areces por Javier Fernández, aunque con estos dos personajes nunca puede uno estar seguro (el primero no quiere marcharse y el segundo ha diseñado su carrera política como una turbulenta supervivencia en un mar de dudas).
Curiosamente, ambas opciones pueden tener una relación importante. Si Cascos viene puede que Areces repita, no vaya a ser que al señor Fernández, después de pasársele el arroz, se lance a la pota para perder unas elecciones. A fin de cuentas, con todo su aburrido discurso, el actual presidente de la autonomía es un viejo conocido de los asturianos, para lo bueno y para lo malo, mientras que su presunto sucesor es un auténtico desconocido entre la ciudadanía.
Cuando estas decisiones estén tomadas será el momento de consultar de nuevo a los asturianos y hacer números.
La otra variable a considerar, menos relevante quizá pero muy digna de tener en cuenta y que puede ser el factor decisorio a la hora de la verdadera consulta electoral es el creciente apoyo que viene recabando en todos los ámbitos políticos UPyD. En Asturias todo hace prever que el escaño se va a vender muy caro para los compañeros de Rosa Díez, pero, pese a ello, su incorporación a las instituciones en el Principado no está descartada. Si tenemos en cuenta que en estos momentos Areces solamente le saca un escaño al 'triste' de Ovidio Sánchez y que a IU, incluso en una comunidad 'roja' como Asturias, pierde peso sistemáticamente -y con ello presencia parlamentaria, algo que el pacto de gobierno con los socialistas no solamente va a remediar, sino que podría pasarles una vez más factura en forma de menos votos y la pérdida de un escaño- ese hipotético voto de los discípulos de Rosa Díez podría ser un elemento decisorio a la hora de configurar un gobierno, aunque pueda parecer rocambolesco a estas alturas.
Claro que tienen un problema los asturianos de UPyD, y es la ausencia de un cartel qué vender, porque el tirón de su 'lideresa' no da para todos los frentes por mucho que se prodigue. A raíz de las últimas elecciones europeas, los 'upeideros' tuvieron el acierto de fichar a Paco Sosa Wagner, un personaje que puede gustar más o menos, pero difícil de cuestionar por historia y trayectoria. Pero tampoco a él se puede recurrir para cada convocatoria que se suceda. Muchos de sus militantes asturianos son gente trabajadora, pero todos sabemos que eso ya no es suficiente en la política de este país.
Así las cosas, muy atentos a un personaje que siempre está 'al platu y a las tallaes', que es ni más ni menos que Juan Morales, el otrora delfín del PP asturiano y con una trayectoria errática que le ha llevado a liderar IDEAS, una nueva formación "con autobús" integrada por partidos locales, fundamentalmente fruto de escisiones puntuales de los populares o de grupos ciudadanos con una química específica con los 'paisanos' en sus municipios de referencia.
Mientras Morales lidera IDEAS no duda -ya lo hizo otras veces- en coqueterar con UPyD e incluso se permite salir a la opinión pública para 'bendecir' el retorno de Cascos a la política asturiana (no vaya a ser que por ahí haya también un resquicio para no quedar definitivamente fuera de la política con una proyección, aunque sea pequeña, institucional).
Muchas variables, pues, que pueden permitir mover fichas y cambiar los primeros pronósticos del 'más de lo mismo' que los asturianos llevamos sufriendo desde hace tres legislaturas. Quizá también por esto, y no sólo por el oscurantismo habitual de los dos grandes partidos, sigamos esperando por unas encuestas que haberlas haylas, pero que no encuentran ni el más pequeño resquicio para llegar a la opinión pública.

No hay comentarios:

Publicar un comentario