¿Puede una jugada cambiar el curso de un partido? Evidentemente, sí. Que en lo que queda del encuentro puede pasar cualquier cosa y el resultado final acabe siendo el mismo. También. Lo que no cabe duda es que en cualquier duelo futbolístico se producen lances que, en ese preciso momento, desvían la trayectoria ordinaria de su curso normal. Así le ocurrió ayer al Sporting en su encuentro con el Real Madrid en el Santiago Bernabeu. Los rojiblancos son un equipo modesto, aunque en numerosas ocasiones sabe mostrar su personalidad, y así lo estaba haciendo ayer, gol de Barral incluido, hasta que que un árbitro decidió reformar el guión y darle a los 'merengues' el empate en una clarísima jugada ilegal. Un futbolista con nombre español y apellido holandés que, a principios de temporada, sobraba en la plantilla -como tantos otros de los que acaban por sacarle a Florentino las castañas del fuego- detuvo un rechace del guardameta Juan Pablo con ambas manos -¡si hasta el 'Marca' lo reconoce!- e introdujo en la portería sportinguista el balón. En un par de minutos, con un Sporting descompuesto por la tremenda injusticia, el Madrid marcó el segundo y ahí prácticamente se acabó todo.
La experiencia nos dice que en esto del fútbol se pueden encontrar interpretaciones para todos los gustos y justificaciones contundentes de cualquier jugada. En este caso, más elocuente que las imágenes que la televisión sirvió y repitió varias veces de la jugada, resulta la entrevista posterior al protagonista, a partir de ahora Van der 'Hands' -manos en inglés, por si todavía hay alguien que no lo sabe- en la que muestras sus dudas porque la jugada sucedió "muy rápido" mientras muestra a las cámaras una socarrona sonrisa cómplice.
Si un señor apellidado Paradas Romero -que sólo trae malos recuerdos a los colores gijoneses- hubiera anulado un tanto que nunca debió subir al marcador, ¿qué hubiera pasado? Es posible que los madridistas hubieran tirado del carro de la potencia -que no del juego- como en otras muchas ocasiones y hubieran sacado adelante el partido igualmente, pero es algo que nunca llegaremos a saber.
El partido ya se ha jugado y nada va a mover que los tres puntos sean de los blancos. A mí, personalmente, lo que me preocupa es que al segundo proyecto galáctico de Florentino sólo le queda la Liga para agarrarse y un club que lleba media temporada quejándose de las ayudas arbitrales a su eterno rival, el Barcelona, puede pesar mucho en el Colegio de Árbitros y en la Liga de Fútbol Profesional. El Real Madrid no se puede quedar toda una temporada en 'blanco' y la Liga es el último recurso para que así sea. Yo estaría preocupado realmente si fuera uno de los clubes que todavía tienen que enfrentarse al Real Madrid hasta el final de temporada. Todo hace presagiar que, al margen de la pegada y calidad de su plantilla, si es necesario un 'empujoncito' lo van a tener. Lo de ayer frente al Sporting, al margen de lo que representa para los que somos rojiblancos, podría quedarse en un desafortunada anécdota -o en un malintencionado error-. Ojalá fuera así, por el bien del fútbol.
Por cierto, ¿para cuándo va a tratar de implantarse algún tipo de coto a la todopoderosa capacidad de los árbitros para equivocarse, ya sea sin intención o con la más malévola de las voluntades? Muchos otros deportes ya la tienen y la tecnología permite remediar errores graves al instante. ¡Y no me vengan a estas alturas con la milonga de que eso sería tanto como acabar con el fútbol! Lo que puede acabar con él son todas esas jugadas que cada fin de semana vemos repetidas y que, al margen de la inamovilidad del resultado, permiten a colegiados ineptos o partidarios seguir pitando una semana tras otra; eso sí, siempre que no yerren contra un equipo importante.
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