martes, 16 de noviembre de 2010

Migajas para los pobres

Como suele suceder a la hora de las componendas presupuestarias, el Gobierno se ha sacado de la chistera, a última hora, la nada despreciable cantidad de 765 millones de euros con los que tapar algunos de los múltiples huecos que el recorte de las Cuentas del Estado para 2011 había originado. No van a arreglar los costurones en la inversión para el próximo ejercicio económico, pero menos da una piedra.

La preocupación empieza cuando comprobamos que, en el reparto de esa partida, a este pequeño y olvidado territorio le corresponden 2,2 millones, mientras que a los que 'vendieron' la fuerza de sus votos para no empujar al Ejecutivo hacia unas posibles elecciones anticipadas, vascos y canarios, se llevan el botín de 126 y 25,8 millones, respectivamente. No conozco con precisión cuáles eran las "prioridades" del equipo de Zapatero en esas otras comunidades, pero sí perfectamente las anunciadas para el Principado, aunque luego su relevancia en el escalafón de preponderancia del Gobierno se hayan visto notablemente relegadas en forma de retrasos que en otros territorios no parecen discurrir al mismo ritmo.

La bofetada cuantitativa de esta 'propina' presupuestaria en lo que Asturias se refiere ha obligado nuevamente a salir al paso al candidato socialista a la Presidencia del Principado -hasta ahora solía hacerlo el 'pregonero' Trevín, obligado por su papel a leer los bandos de sus superiores de Madrid- para recordar que, si se suman las inversiones previstas en el anteproyecto y ese pequeño suplemento, Asturias será la segunda comunidad mejor tratada por las Cuentas estatales en 2011. A este tipo de afirmaciones estamos acostumbrados por estas tierras, aunque luego veamos como las grandes infraestructuras del transporte se desarrollen a dos velociadades, la alta, en otras comunidades, y la lenta y la de los periódicos aplazamientos, en el Principado.

Javier Fernández, como buen economista sabe muy bien manejar las cifras y, como especialista, conoce que los números -aunque suelan asociarse con la precisión inapelable de las en otros tiempos llamadas ciencias exactas- son tan manipulables como las ideas o los conceptos. Y si no que se lo pregunten a quienes han provocado, manejado y, finalmente, se han beneficiado de la crisis económica, cargando las culpas y, especialmente, los sacrificios, sobre los más débiles.

Y hablando de sacrificios no puedo dejar de lado las palabras que ayer pronunció el flamante nuevo ministro de Trabajo, reclamando a los jubilados una parte importante de los mismos; sí a esas mismas personas que han dedicado toda una vida laboral a cotizar para que la economía del país se mantuviera en los niveles de desarrollo acordes con su posición en el mercado internacional. ¡Y decían que el tal Valeriano Gómez era un hombre de UGT, que estaba contra la reforma laboral y que era el puente para restablecer una paz social hecha añicos por el Ejecutivo de Zapatero! Si nos atenemos a sus todavía escasas comparecencias públicas y declaración de intenciones mucho nos tememos que la única solución que este señor va a dejar a la sociedad civil que no tiene cargos o prebendas institucionales o económicas es olvidarse de los puentes e intentar vadear el río, que por cierto baja revuelto y peligroso. ¡Aviados vamos con 'rebeldes' como este señor!

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