sábado, 13 de agosto de 2011

Ser y estar

Que Francisco Álvarez-cascos era hace un año una personalidad relevante en el Partido Popular -aunque estuviera teóricamente y de forma voluntaria apartado de la primera línea- es algo que solamente sus enemigos políticos han venido negando. Más o menos por entonces saltó la chispa de su posible retorno al frente en forma de una previsible candidatura a la Presidencia del Principado. El proceso es conocido prácticamente por una amplia mayoría de asturianos y su cartel fue creciendo como una bola de nieve que alimentaban -unos días más que otros- tanto desde Génova como desde Manuel Pedregal. Las previsiones de triunfo del partido de Mariano Rajoy reforzaban, si cabe, el efecto de un cartel con la efigie de Cascos capaz de alcanzar, como ocurrió en otras muchas comunidades y con aspirantes con menos peso político. Pero todo se fue al traste. Su partido de toda la vida rechazó ese escenario y el ex vicepresidente del Gobierno edificó sobre la piedra maestra de su propia figura y en unos meses una fuerza política que terminó por ser la ganadora en Asturias tras obtener mayor número de diputados que cualquiera de los otros aspirantes.
Ahora, Cascos es el enemigo a batir por su antiguo partido y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas para el 20 de noviembre próximo no ha hecho sino reforzar ese papel. Un Rajoy que ya se permite hablar como presidente -algunas veces se le va la lengua en demasía- y que tiene en sus manos, según todas las encuestas y previsiones, ser el próximo inquilino de La Moncloa no puede permitirse el lujo de empañar su hipotética gloria con lunares como una derrota en el Principado, aunque sólo sea una pequeña comunidad uniprovincial con poco más del millón de habitantes. Por eso, a medida que el tiempo pasa la figura de su antiguo compañero de asiento en el Consejo de Ministros se hace más molesta y se sitúa en la diana de los objetivos a abatir el 22-N.
No es de extrañar, por ello, que los dirigentes nacionales del PP aprovechen con frecuencia para devaluar "los proyectos regionalistas de carácter personal" a los que les auguran un negro y corto futuro. Entre estos detractores actuales están algunos que lo han sido siempre y que han visto en la figura del ex ministro a un enemigo, dentro o fuera del partido. Pero también están aquellos que en su momento no escatimaron elogios para el veterano político asturiano y manifestaron por activa y por pasiva su condición de mejor candidato del PP para las pasadas autonómicas. Muchos de ellos seguramente lo siguen pensando y mantienen en secreto su admiración mientras hacia afueta ningunean su proyecto y, de paso, al alma mater del mismo.
Esta es la foto general. Pero en lo que a política se refiere siempre hay alguien dispuesto a saltarse las normas y moverse, sin miedo a que ello le lleve a no 'salir en la foto'. Porque si de fotos hablamos resulta significativa la que recogía el encuentro de ayer en un palco de la plaza de toros de Gijón de la presidenta madrileña y del propio Cascos, o la ambos acudiendo a cenar juntos pocas horas más tarde. Parece obvio que la actitud de esperanza Aguirre, aunque no sorprenda a nadie, responde en estos momentos a lo políticamente incorrecto. Claro que a la 'lideresa' parece traerle al pairo lo que piensen de ellas sus propios compañeros. Dentro o fuera de la militancia, es amiga de sus amigos y Cascos es uno de ellos, algo que no evitó mostrar públicamente con hechos y palabras en todo el proceso al que más arriba me refería.
Ser del PP y relacionarse con Cascos no se lleva en estos momentos. Sin embargo, estoy convencido que son muchos los dirigentes populares a quienes les gustaría manifestarse de idéntica manera, pero no se atreven, ni lo van a hacer. Muchos son, pero pocos están. Aguirre se expresa públicamente partidaria de ser y estar.

2 comentarios:

  1. Los partídos políticos se componen de gentes con diferentes sensibilidades y opiniones, cuando Cascos quiso retornar a Asturias, de la que había desaparecido y a la que había abandonado durante bastante tiempo, como un califa, como el hijo deseado al que todo se le perdona y ninguna explicación se le pide. Evidentemente en el Partido Popular había más gente, nejor peor, pero con todo el derecho a formar parte de un proyecto. Al señor Cascos se le ofreció liderar ese proyecto, pero con alguna condición y concesión. el en su arrogancia habitual no acepto ninguna, o venía haciendo lo que quería y poniendo a quien quisiera o no aceptaba y por eso no fue cabeza de cartel de Partido Popular, no hay que buscar más excusas. El señor Rodrigo Rato lo sabe, no quiso ceder en nada, opto por hacer un grupo de interés a su medida llamado Foro Asturias. Hace mal Esperanza Aguirre en mostrar tan abiertamente sus inclinaciones hacia una persona que abandono su partido, no porque no le quisiesen sino por su intransigencia en no aceptar condición ni concesión alguna a otros grupos dentro del Partido Popular asturiano. A lo mejor también Esperanza Aguirre esta valorando formar un nuevo partido, aunque quizá debería pensarlo antes de las pasadas elecciones, que gano bajo el paragüas y aparato del Partido Popular. Por último, los resultados aunque meritorios, teniendo en cuenta que partía de cero, no hay que olvidar que de nada valdrían para gobernar en Asturias sino hubiera contado con la abstención del Partido Popular asturiano al que ahora tanto desprecia en público. No olvide Don Francisco que si hoy es Presidente del Principado lo es por la abstención del Partido Popular, si PSOE e IU sumaran mayoría absoluta entre ambos el nunca hubiera sido Presidente con sus 16 foreros.

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  2. Lamentablemente, mientras la actual dirección del PP siga afincada en Asturias, poco se podrá avanzar en la normalización de las relaciones entre Foro y el PP, tanto en Asturias como en el ámbito nacional. Foro ha demostrado su liderazgo en Asturias, a expensas del PSOE y del PP, algo que el PP nunca ha sabido hacer. Premiar a los que obtienen los peores resultados es una injusticia y una memez. Foro Asturias es mayor problema hoy para el PP de Rajoy y Cospedal de lo que lo era ayer, pero mucho menos de lo que será mañana, en eso tiene razón Esperanza Aguirre. El mantener una dirección "apócrifa" en el PP de Asturias tiene sus consecuencias, nadie es responsable de los errores del PP, más que los que toman las decisiones en el PP.

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