jueves, 4 de agosto de 2011

Políticos y redes sociales

De un tiempo a esta parte somos bastantes los que asistimos como testigos de excepción a la creciente inclinación de la que eufemísticamente llamamos clase política -¿cómo el proletariado, la burguesía o la aristocracia?- por el uso de las redes sociales para explayarse sin limitaciones. Tienen a su favor un argumento fácil: llegar más directamente a la sociedad y a sus simpatizantes, incluso a sus detractores. Se evitan así los molestos plumillas, las preguntas, los pormenores, la explicación de sus propuestas y el alcance de sus disquisiciones se ofrece libérrimo y carente de molestas cortapisas discrepantes.

Para los que ya tenemos unos cuantos años, cuesta trabajo acostumbrarse a este tipo de comunicación 'sin intermediarios', donde cada cual -muy legítimamente- lanza sus ideas, sus proyectos, sus diatribas y también ¿por qué no decirlo? sus falsedades con el tono imperturbable y la impunidad por bandera. El ciberespacio es un campo perfecto para el uniformismo y la ausencia de crítica que llevaban años buscando sin éxito esos políticos profesionales con respecto a sus 'verdades' y su gestión.

Sin embargo, a esas mismas personas que venían poniendo el grito en el cielo sobre el alcance de las libertades en el ejercicio de la profesión periodística no parece importarles ahora que ese supuesto 'libertinaje' lo hagan suyo merced a sus nuevos 'juguetes sin codificar'.

Saco a colación estas reflexiones a propósito de uno de los más característicos personajes que transitan en nuestra región por esas redes con total soltura e impunidad, el concejal socialista gijonés José María Pérez, auténtico rey de las nuevas tecnologías -hace años lo hubiera sido del pollo frito-, casi gurú para muchos de sus seguidores incondicionales y presunto experto en el arte del manejo de las sofisticadas herramientas del siglo XXI.

Pero, no nos engañemos, las herramientas pueden ir perfeccionándose, los recursos ampliarse hasta límites insospechados, pero nunca la tecnología podrá suplantar a las palabras, a lo que cuando forman frases comunican, es decir, a las ideas.

Y lo que el señor Pérez, "Josechu" para sus amigos, traslada cada día a sus lectores es una flagrante mala baba hacia todo lo que se mueve fuera del círculo de su ideología y sus amigos, recurriendo con frecuencia a la tergiversación torticera de las realidades, a la denigración de quien no está en su grupo, a la descalificación de quien no transita por su mismo trayecto. Y todo ello con una evidente mala memoria, ya que muchas de las actitudes que pone en la picota han sido práctica común entre él y los suyos durante decenas de años. Para aquellos que crean que exagero, les invitó a revisar los comentarios de sus foros, algunas veces cargados de un maquiavelismo que no logra ocultar su suave "estilo literario".

"Para la izquierda en el poder, por ejemplo en España, sólo es de izquierdas quien la aplaude siempre". La frase no es mía, sino de alguien tan poco sospechoso como José María Ridao, columnista asiduo del diario 'El País' y que no precisa recibir la titulación en izquierdismo de todos estos neófitos de nuevo cuño y carrera segura en la práctica política. Como tampoco otros necesitamos idéntica cualificación de personas como el citado "Josechu", quien con sus emponzoñadas pláticas diarias descalifica a adversarios y periodistas centrándose en el momento y olvidando quién es cada cuál y de dónde venimos.

Quizá este todavía relativamente joven edil, que no ha logrado en todos estos años de 'profesión' alcanzar sus reconocidas metas municipales, prefiera seguir repartiendo mandobles entre todos aquellos que no comulgan con sus planteamientos en lugar de asumir, como otros muchos compañeros socialistas, que han perdido unas elecciones. Él, al menos, todavía no lo ha hecho, como se desprende de su extensa producción en las redes sociales.

1 comentario:

  1. Suele ser práctica común en la izquierda española el considerar "derechona", "fachas" y "antidemócratas" a todos los que no opinan como ellos, o estas con ellos o contra ellos. Desgraciadamente nuestro país tiene la izquierda más sectaria y cavernícola de Europa. Lo ocurrido en mayo en las elecciones locales en Gijón ha trastocado el "plan" de retiro a muchos. Una cosa es cierta el PSOE ha ganado las elecciones en Gijón aunque lo suficiente como para articular un proyecto progresista y de izquierdas en Gijón, esto viene a significar llanamente que no han conseguido sificientes concejales para que sumados a sus acólitos socios (que pese a ser depreciados en la mesa de la Junta General del Principado por sus antiguos socios) siguen siempre sumisos a cualquier pacto con tal de que no gobierne el PP u otro partido de ideología similar, quizá deberían aprender de la dignidad de sus colegas extremeños.

    Siempre he creido que para forjarse un buen político debe hacerlo desde las bancadas de la oposición, porque no se consigue cintura, talante, diálogo y experiencia situado siempre en responsabilidades de gobierno. Le vendrá muy bien a "Josechu" esta travesía del desierto y de lo que la sepa aprovechar dependerá parte de su futuro político.

    Aprovechando que hablamos del Ayuntamiento de Gijón y de sus ediles, creo que el equipo de gobierno de FAC esta perdiendo demasiado tiempo en entradas y toros, es de sobra conocida la afición de la actual Alcaldesa por la Fiesta Nacional, pero creo que lo importante y lo que los gijoneses esperamos del nuevo equipo es conocer sus decisiones en privatizaciones (Emtusa, Emulsa, etc...), cierres de chiringuitos (Fundaciones y similares), política fiscal, vamos lo importante, lo de las entradas es el chocolate del loro y no creo que sean las causa de desequilibrios en las finanzas municipales. Bueno es la opinion de muchos, gobernemos y dejemos lo accesorio para otros momentos.

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