Eran muchos los amigos y conocidos que me la venían recomendando y copiosas las referencias y galardones que aconsejeban su visión. Sin embargo, hasta ayer me había resistido un día tras otro a conocer ese nuevo fenómeno cinematográfico en que se ha convertido 'The artist'.
Su tardío estreno entre nosotros tampoco contribuyó a facilitar su visionado a tiempo. Sus peculiares características (blanco y negro, banda sonora sin palabras) eran un posible motivo más para un cierto desánimo. Vamos, que el viento soplaba razonablemente en contra del filme de Michel Hazanavicious. Y, sin embargo, al final la espera valió la pena y el reencuentro con el cine verdadero supuso un soplo de aire fresco capaz de revitalizar la confianza en un arte que cada día se ofrece más adocenado y caduco.
'The artist' atesora en sus imágenes lo mejor del séptimo arte, contiene la esencia de aquel espíritu creativo de los pioneros y muestra a través de sus frescas imágenes todo un caleidoscopio de la condición humana inmutable a través de las generaciones. Y todo ello mediante una historia sencilla, asequible y asimilable a cualquier espectador. Pero, no nos engañemos, con un trasfondo sensible, con línea directa con las alegrías y los sufrimientos del ser humano.
En el desarrollo de la reconocible historia nos vamos empapando, a través de imágenes transparentes, del éxito y el fracaso, de la felicidad y la amargura, de la pompa y el hundimiento del protagonista. Porque Hazanavicius da muestras a lo largo del metraje de una intuición poco común para resaltar los avatares de la vida de su George Valentin, estrella del cine mudo que se desubica y cae en el hoyo con la llegada del sonoro.
Son numerosas las escenas capaces de transmitir con sencillez, pero también con suma efectividad, ese tránsito. Como cuando asistimos a las últimas imágenes del arriesgado proyecto individual de Valentin (la mano como última parte del cuerpo que desaparece en las arenas movedizas), o esa 'discusión' con la propia sombra proyectada en la sábana blanca en la que contempla sus viejos filmes. Pero, sobre todo, nos queda en la retina ese genial hallazgo con la que el cineasta enfrenta a su personaje con la llegada de la voz al viejo cine silencioso (los utensilios de su tocador que reclaman a 'gritos' su realidad con los ruidos que hacen al chocar con las superficies).
Todo ello sin color, sin voz, solamente con el sonido de una banda sonora impecable que nos retrotrae a las orquestinas que amenizaban el viejo cine mudo. Todo ello sin efectos especiales ni tres dimensiones, elementos incapaces de obviar la mediocridad y la falta de talento de tantos costosos productos de nuestros días. Todo ello sin artificios argumentales y piruetas formales o narrativas tendentes a liar la madeja más allá de lo razonable.
Dicho de otra manera, 'El artista' representa, a mi modo de ver, una forma deliciosa de reconciliarnos con el cine como arte.
viernes, 24 de febrero de 2012
martes, 21 de febrero de 2012
La derecha sale de la cueva
La contundente actuación policial del pasado fin de semana en Valencia se ha saldado por el momento con el reconcocimiento de que es posible que alguien se haya 'pasado' y el anuncio de una investigación desde la Delegación del Gobierno en aquella comunidad. Escaso bagaje para quienes como espectadores empezamos a atisbar reminiscencias de otros tiempos, las que por desgracia, y no por presumir como algunos pretenden ahora, a varias generaciones todavía nos tocó pasar.
Que un responsable policial de aquellos territorios hable del "enemigo" a propósito de los manifestantes no hace sino dejar más patentes nuestros peores temores. A uno se le ocurre pensar que entre la derecha democrática transita con comidad la otra, la ultramontana, la intransigente, la fascista. Y ese sector se siente cada día más cómodo en el grupo, reforzados por el poder que el partido que ahora les representa tiene a todos los niveles en España.
Da la sensación que las palabras del responsable policial mencionado son una expresión de que esos sectores ultras se empiezan a quitar la careta a la que les ha 'obligado' durante años tener gobiernos de izquierda (y también de la derecha, aunque nunca con la amplitud de los ejecutivos actuales) y que se sienten legitimados para un retorno al pasado más ocuro.
Es, salvando las distancias, algo parecido a lo que está ocurriendo en el aspecto económico. La reforma laboral impulsada por decreto por el actual Gobierno de la nación ha despertado a la parte más reaccionaria del empresariado, especialmente a su cúpula, que espoleada por la 'barra libre' de la contratación y de salarios a la baja se manifiesta voraz e insaciable. Mientras, claman el 'cada día pido algo más' en ese remozado escenario de ahora en el que -piensan- los de abajo ya no tienen derechos y yo impongo mi ley a sangre y fuego. Y si lo quieres lo coges, y si no...
Como también es parecida la actitud de los altos responsables del sector financiero para los que las sucesivas reformas no son sino un salvavidas económico con el que flotan en el mar de la crisis mientras a su alrededor el común de los mortales están con el agua al cuello o se ahogan.
Y también lo es el de la clase política, a la que, al margen de declaraciones formales, vacías de contenido real, no nos consta que se hayan aplicado ni por asomo medidas de austeridad tanto en lo material como en la conservación de todos y cada uno de los privilegios que atesoran.
En fin, que con la colaboración por activa o por pasiva del actual Gobierno, la verdadera derecha ha salido de la cueva más fuerte que nunca, convencida de que tiene las espaldas bien guardadas y que, ahora sí, van a tener todos los instrumentos para llevar la manija social y económica para imponer 'su' modelo, aunque sea a costa de la mayoría.
El Ejecutivo se desgañita tratando de hacernos creer que todas sus medidas son inevitables y que debemos resignarnos para "tener un futuro como país". La realidad es que, si no pasa algo gordo, todo apunta a que vamos sin remedio (si no estamos ya) hacia una sociedad deprimida en la que las desigualdades serán cada día más grandes, especialmente después de que esta situación se lleve por delante a la conocida como clase media, y los ricos (pocos) sean más ricos y los pobres (demasiados) mucho más pobres.
Que un responsable policial de aquellos territorios hable del "enemigo" a propósito de los manifestantes no hace sino dejar más patentes nuestros peores temores. A uno se le ocurre pensar que entre la derecha democrática transita con comidad la otra, la ultramontana, la intransigente, la fascista. Y ese sector se siente cada día más cómodo en el grupo, reforzados por el poder que el partido que ahora les representa tiene a todos los niveles en España.
Da la sensación que las palabras del responsable policial mencionado son una expresión de que esos sectores ultras se empiezan a quitar la careta a la que les ha 'obligado' durante años tener gobiernos de izquierda (y también de la derecha, aunque nunca con la amplitud de los ejecutivos actuales) y que se sienten legitimados para un retorno al pasado más ocuro.
Es, salvando las distancias, algo parecido a lo que está ocurriendo en el aspecto económico. La reforma laboral impulsada por decreto por el actual Gobierno de la nación ha despertado a la parte más reaccionaria del empresariado, especialmente a su cúpula, que espoleada por la 'barra libre' de la contratación y de salarios a la baja se manifiesta voraz e insaciable. Mientras, claman el 'cada día pido algo más' en ese remozado escenario de ahora en el que -piensan- los de abajo ya no tienen derechos y yo impongo mi ley a sangre y fuego. Y si lo quieres lo coges, y si no...
Como también es parecida la actitud de los altos responsables del sector financiero para los que las sucesivas reformas no son sino un salvavidas económico con el que flotan en el mar de la crisis mientras a su alrededor el común de los mortales están con el agua al cuello o se ahogan.
Y también lo es el de la clase política, a la que, al margen de declaraciones formales, vacías de contenido real, no nos consta que se hayan aplicado ni por asomo medidas de austeridad tanto en lo material como en la conservación de todos y cada uno de los privilegios que atesoran.
En fin, que con la colaboración por activa o por pasiva del actual Gobierno, la verdadera derecha ha salido de la cueva más fuerte que nunca, convencida de que tiene las espaldas bien guardadas y que, ahora sí, van a tener todos los instrumentos para llevar la manija social y económica para imponer 'su' modelo, aunque sea a costa de la mayoría.
El Ejecutivo se desgañita tratando de hacernos creer que todas sus medidas son inevitables y que debemos resignarnos para "tener un futuro como país". La realidad es que, si no pasa algo gordo, todo apunta a que vamos sin remedio (si no estamos ya) hacia una sociedad deprimida en la que las desigualdades serán cada día más grandes, especialmente después de que esta situación se lleve por delante a la conocida como clase media, y los ricos (pocos) sean más ricos y los pobres (demasiados) mucho más pobres.
viernes, 17 de febrero de 2012
Miedo en el cuerpo
¡Somos tres, somos tres, sólo falta el Alavés!, cantaban hace años algunos aficionados vascos al balompié para reclamar que su aspiración de queel equipo de Vitoria se uniera en la Primera División a sus compañeros de Bilbao, San Sebastián y Pamplona. Y algo parecido parecían entonar días atras los responsables de IU, PSOE y PP ante el silencio de Foro con respecto a quiénes iban a integrar sus candidaturas para el 25 de marzo próximo.
Hace pocas horas el partido de Cascos ha despejado cualquier duda y, frente al revisionismo de los hasta el pasado año mayoritarios socialistas y populares, ha preferido optar por la continuidad. El desgaste de los meses de gobierno no parece haber afectado a los criterios del líder de la joven fuerza política, quien, en contra de los criterios de sus adversarios, ha preferido apostar por el "mantenella y no enmendalla". Muy típico del líder de FAC y algo por lo que quienes le conocen habían apostado sin dudarlo.
Sin embargo, y dentro del aparente criterio de continuidad, los designios de Foro en lo que a sus candidaturas se refiere más parecen responder a una cierta inseguridad respecto al futuro inmediato. La presencia en puestos de relevancia en la lista por la circunscripción central de algunos de los hombres fuertes del actual Ejecutivo en funciones y, sobre todo, la reaparición en el número seis de Isidro Martínez Oblanca, actual senador en representación de la Junta General del Principado, indican que Cascos y sus huestes no las tienen todas consigo y tratan de asegurar en lo posible la presencia de sus 'valores' en un puesto retribuido si las cosas no pintan bien en las urnas. ¿Miedo en el cuerpo?
Hace pocas horas el partido de Cascos ha despejado cualquier duda y, frente al revisionismo de los hasta el pasado año mayoritarios socialistas y populares, ha preferido optar por la continuidad. El desgaste de los meses de gobierno no parece haber afectado a los criterios del líder de la joven fuerza política, quien, en contra de los criterios de sus adversarios, ha preferido apostar por el "mantenella y no enmendalla". Muy típico del líder de FAC y algo por lo que quienes le conocen habían apostado sin dudarlo.
Sin embargo, y dentro del aparente criterio de continuidad, los designios de Foro en lo que a sus candidaturas se refiere más parecen responder a una cierta inseguridad respecto al futuro inmediato. La presencia en puestos de relevancia en la lista por la circunscripción central de algunos de los hombres fuertes del actual Ejecutivo en funciones y, sobre todo, la reaparición en el número seis de Isidro Martínez Oblanca, actual senador en representación de la Junta General del Principado, indican que Cascos y sus huestes no las tienen todas consigo y tratan de asegurar en lo posible la presencia de sus 'valores' en un puesto retribuido si las cosas no pintan bien en las urnas. ¿Miedo en el cuerpo?
miércoles, 15 de febrero de 2012
¡Lo mío que no me lo toquen!
Mientras semana a semana el Gobierno de turno -sea del color que sea- nos traslada las recetas del 'Merkozy' y hace que nos las traguemos tapándonos la nariz, surgen también un día sí y otro no los ejemplos del nulo interés de aplicáselas a sí mismos, aunque sea en dosis insignificantes.
Todavía ayer, las dos fuerzas políticas mayoritarias, incapaces de ponerse de acuerdo en temas de interés para todos los españoles, temas que deberían estar por encima de sus diferencias, no tuvieron empacho alguno en aunar sus argumentos y sus votos para rechazar una iniciativa parlamentaria tendente a hacer incompatible la asignación pública vitalicia a los ex presidentes del Gobierno con los emolumentos que reciben en su condición de asesores, consejeros o 'conseguidores' de las grandes firmas privadas.
Más allá de la relevancia que la suma de esas cantidades pueda tener en los Presupuestos Generales del Estado, no se puede estar suministrando cada día el 'aceite de ricino' de la reforma laboral a los ciudadanos y rechazar la ingesta de un simple jarabe cuando es para quienes dirigen o han dirigido los destinos del país. Desde luego a estos señores les importa un bledo aquello de "la mujer del César...". Insisten en el "cuándo (o cuánto) es lo mío" y mirán para otro lado al cruzarse con la gran pléyade de los 'pobres' que deambulan por España. El único objetivo es mantener, si no mejorar, sus privilegios, y el defendido ayer no es sino uno más en el largo rosario de ellos alimentados muy a pesar de la crisis económica galopante de los últimos años.
Eso sí, luego nos viene ese gran patricio reconvertido en banquero de nombre Rodrigo Rato asegurando que los políticos de este país no están ni mucho menos bien remunerados para la labor que desarrollan. ¡Qué vengüenza!
Todavía ayer, las dos fuerzas políticas mayoritarias, incapaces de ponerse de acuerdo en temas de interés para todos los españoles, temas que deberían estar por encima de sus diferencias, no tuvieron empacho alguno en aunar sus argumentos y sus votos para rechazar una iniciativa parlamentaria tendente a hacer incompatible la asignación pública vitalicia a los ex presidentes del Gobierno con los emolumentos que reciben en su condición de asesores, consejeros o 'conseguidores' de las grandes firmas privadas.
Más allá de la relevancia que la suma de esas cantidades pueda tener en los Presupuestos Generales del Estado, no se puede estar suministrando cada día el 'aceite de ricino' de la reforma laboral a los ciudadanos y rechazar la ingesta de un simple jarabe cuando es para quienes dirigen o han dirigido los destinos del país. Desde luego a estos señores les importa un bledo aquello de "la mujer del César...". Insisten en el "cuándo (o cuánto) es lo mío" y mirán para otro lado al cruzarse con la gran pléyade de los 'pobres' que deambulan por España. El único objetivo es mantener, si no mejorar, sus privilegios, y el defendido ayer no es sino uno más en el largo rosario de ellos alimentados muy a pesar de la crisis económica galopante de los últimos años.
Eso sí, luego nos viene ese gran patricio reconvertido en banquero de nombre Rodrigo Rato asegurando que los políticos de este país no están ni mucho menos bien remunerados para la labor que desarrollan. ¡Qué vengüenza!
martes, 14 de febrero de 2012
'El espíritu de Gijón'
"Desilusión", "desencanto" y "desconcierto" son los tres términos elegidos por la dirección del PP de Gijón para mostrar su rechazo a la composición de la lista por la circunscripción central con la que su partido concurrirá a las elecciones del próximo 25 de marzo. Los populares gijoneses no se consideran representados en esa candidatura a pesar de que en la misma figuran varios militantes asociados a esta villa, aunque obviamente no de la cuerda de Pilar Fernández Pardo.
Aunque razones no les faltan para expresar su desacuerdo, la pregunta que cabe hacerse es si el equipo de la todavía líder local, y ella misma, tenían alguna duda de que no podían aspirar nada más que a su exclusión de cualquier tipo de consultas y al más absoluto destierro de la lista. La experiencia del 20-N debería haber servido al equipo de 'Pilipé' para comprender que la dirección regional de su partido, con el apoyo de la nacional, considera a la dirigente gijonesa "amortizada" y fuera de toda opción de participar en el círculo en el que se toman las decisiones de importancia.
Por otra parte, si la dirección local tenía todavía alguna duda y aspiraba a que de la 'revolución Cherines' podían sacar tajada, lo único que indicaría tal esperanza es que se trata de un grupo de ingenuos. Fernández Pardo, aparte de otras batallas intensas, fue la inspiradora e impulsora directa de aquella campaña interna tendente a implicar políticamente a Mercedes Fernández en los trágicos sucesos del 11-M, dada su condición entonces de delegada del Gobierno en Asturias. Y estas son argumentos lo suficientemente graves como para que la desde ya todopoderosa dirigente asturiana lo haya olvidado. Sin contar con la 'limpia' que el equipo dirigente gijonés hizo -ironías del destino- de los entonces 'casquistas', entre los que 'Cherines' se contaba.
Apelar como argumento de su disgusto a que son los populares de la villa los que han dado ejemplo a sus compañeros asturianos de diálogo y consenso, lo que sintetizan en el llamado 'Espíritu de Gijón', no deja de ser otra salida infantil que puede resultar asumible para los ciudadanos de esta villa, pero nunca para los engranajes internos de una fuerza política, atentos siempre antes a los intereses de la organización que a cualquier otro de alcance general en la sociedad. No sé si Fernández Pardo es consciente de que es precisamente ese 'espíritu de Gijón' el elemento que le dio la puntilla dentro de su partido, toda vez que las consignas el año pasado eran precisamente las contrarias.
En fin, que la líder local del PP debería hacerse a la idea de que en su partido cuenta ya para más bien poco y que parece llegado el momento de atrincherarse en su feudo gijonés, especialmente en la tarea institucional que le compete en el Ayuntamiento de Gijón. Mal que le pese, en Génova y en Oviedo le han colocado el estigma de los 'apestados' y no es descartable que en unos meses, cuando llegue la hora de celebrar el congreso local, la candidatura alternativa para terminar con su presidencia esté servida desde la capital. Lo que no van a poder quitarle -eso sí- es su escaño y quizá tampoco su grupo en el Consistorio y ahí está su particular 'espíritu de Gijón', especialmente si se tiene en cuenta que la bisoñez -sí, todavía, y bastante- de los concejales de Foro le concede una capacidad de decisión superior a la que sus votos representan.
Aunque razones no les faltan para expresar su desacuerdo, la pregunta que cabe hacerse es si el equipo de la todavía líder local, y ella misma, tenían alguna duda de que no podían aspirar nada más que a su exclusión de cualquier tipo de consultas y al más absoluto destierro de la lista. La experiencia del 20-N debería haber servido al equipo de 'Pilipé' para comprender que la dirección regional de su partido, con el apoyo de la nacional, considera a la dirigente gijonesa "amortizada" y fuera de toda opción de participar en el círculo en el que se toman las decisiones de importancia.
Por otra parte, si la dirección local tenía todavía alguna duda y aspiraba a que de la 'revolución Cherines' podían sacar tajada, lo único que indicaría tal esperanza es que se trata de un grupo de ingenuos. Fernández Pardo, aparte de otras batallas intensas, fue la inspiradora e impulsora directa de aquella campaña interna tendente a implicar políticamente a Mercedes Fernández en los trágicos sucesos del 11-M, dada su condición entonces de delegada del Gobierno en Asturias. Y estas son argumentos lo suficientemente graves como para que la desde ya todopoderosa dirigente asturiana lo haya olvidado. Sin contar con la 'limpia' que el equipo dirigente gijonés hizo -ironías del destino- de los entonces 'casquistas', entre los que 'Cherines' se contaba.
Apelar como argumento de su disgusto a que son los populares de la villa los que han dado ejemplo a sus compañeros asturianos de diálogo y consenso, lo que sintetizan en el llamado 'Espíritu de Gijón', no deja de ser otra salida infantil que puede resultar asumible para los ciudadanos de esta villa, pero nunca para los engranajes internos de una fuerza política, atentos siempre antes a los intereses de la organización que a cualquier otro de alcance general en la sociedad. No sé si Fernández Pardo es consciente de que es precisamente ese 'espíritu de Gijón' el elemento que le dio la puntilla dentro de su partido, toda vez que las consignas el año pasado eran precisamente las contrarias.
En fin, que la líder local del PP debería hacerse a la idea de que en su partido cuenta ya para más bien poco y que parece llegado el momento de atrincherarse en su feudo gijonés, especialmente en la tarea institucional que le compete en el Ayuntamiento de Gijón. Mal que le pese, en Génova y en Oviedo le han colocado el estigma de los 'apestados' y no es descartable que en unos meses, cuando llegue la hora de celebrar el congreso local, la candidatura alternativa para terminar con su presidencia esté servida desde la capital. Lo que no van a poder quitarle -eso sí- es su escaño y quizá tampoco su grupo en el Consistorio y ahí está su particular 'espíritu de Gijón', especialmente si se tiene en cuenta que la bisoñez -sí, todavía, y bastante- de los concejales de Foro le concede una capacidad de decisión superior a la que sus votos representan.
sábado, 11 de febrero de 2012
El mejor servicio a Asturias
La jornada de hoy ha servido para confirmar lo que más o menos todo el mundo sabía con anterioridad y que no es otra cosa que el giro de los socialistas asturianos a la hora de afrontar las elecciones autonómicas del 25 de marzo. Un giro que, nombres aparte, ratifica la vía de desterrar el 'arecismo' asumida por el candidato a la Presidencia del Principado y líder de la FSA, Javier Fernández.
En los próximos días será el Partido Popular el que, tras hacerse oficial el nombramiento de Mercedes Fernández como cartel para los citados comicios, procederá a su particular renovación en la que, si no hay sorpresas de última hora, también van a desaparecer de las listas la práctica totalidad de los vestigios del actual grupo dirigente personificado en Gabino de Lorenzo. Con éste dando palos de ciego desde la Delegación del Gobierno, Ovidio Sánchez calentando asiento en el Congreso de los Diputados y la salida del primer plano institucional de Isabel Pérez Espinosa, número uno de los populares asturianos en mayo del pasado año, y del todavía portavoz Joaquín Aréstegui, se completaría, aunque por los inescrutables caminos del rodeo, la 'limpieza' que hace algo más de un año solicitaba Cascos a Génova para ser el candidato del partido en las autonómicas del pasado año. Cabe la posibilidad de que a ellos se les añada el actual secretario general y presidente en funciones de la Junta General del Principado, Fernando Goñi, lo que de confirmarse cerraría la vieja 'operación Escoba', reclamada por el actual presidente asturiano a su entonces todavía compañero Mariano Rajoy.
Lo que a él se le negó parece que se le concede generosamente a su también ex compañera 'Cherines'. Si esta 'revolución' se oficializa la semana próxima, podría decirse que el ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar y ex secretario general del PP, al margen de los resultados que su nueva fuerza política pueda cosechar en las urnas, habrá logrado ofrecer el mejor servicio a Asturias, que no es otro que retirar del primer plano a unas castas políticas cómodamente apoltronadas durante años mediante una endogamia proclive de repartirse e intercambiarse cargos para que todo siguiera igual.
En los próximos días será el Partido Popular el que, tras hacerse oficial el nombramiento de Mercedes Fernández como cartel para los citados comicios, procederá a su particular renovación en la que, si no hay sorpresas de última hora, también van a desaparecer de las listas la práctica totalidad de los vestigios del actual grupo dirigente personificado en Gabino de Lorenzo. Con éste dando palos de ciego desde la Delegación del Gobierno, Ovidio Sánchez calentando asiento en el Congreso de los Diputados y la salida del primer plano institucional de Isabel Pérez Espinosa, número uno de los populares asturianos en mayo del pasado año, y del todavía portavoz Joaquín Aréstegui, se completaría, aunque por los inescrutables caminos del rodeo, la 'limpieza' que hace algo más de un año solicitaba Cascos a Génova para ser el candidato del partido en las autonómicas del pasado año. Cabe la posibilidad de que a ellos se les añada el actual secretario general y presidente en funciones de la Junta General del Principado, Fernando Goñi, lo que de confirmarse cerraría la vieja 'operación Escoba', reclamada por el actual presidente asturiano a su entonces todavía compañero Mariano Rajoy.
Lo que a él se le negó parece que se le concede generosamente a su también ex compañera 'Cherines'. Si esta 'revolución' se oficializa la semana próxima, podría decirse que el ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar y ex secretario general del PP, al margen de los resultados que su nueva fuerza política pueda cosechar en las urnas, habrá logrado ofrecer el mejor servicio a Asturias, que no es otro que retirar del primer plano a unas castas políticas cómodamente apoltronadas durante años mediante una endogamia proclive de repartirse e intercambiarse cargos para que todo siguiera igual.
viernes, 10 de febrero de 2012
Javier saca la segadora
La cita electoral adelantada de marzo próximo no solamente ha amplificado el tono de las hostilidades entre los principales contendientes en la misma. Dentro de casa, cada fuerza política tiene en las próximas horas el reto de confeccionar unas candidaturas con la disyuntiva entre la continuidad y la renovación. La primera se justificaría en que, pasados escasos nueve meses, no parece lógico poner patas arriba las listas por las que apostaron hace menos de un año para ganar. La segunda, por el reconocimiento de que con esos mimbres salieron estos cestos, desfavorables para los que hasta el pasado año eran los dos grupos mayoritarios en el Principado, y que cambiar de caras es una buena receta para recuperarse.
Los primeros en despejar las dudas serán los socialistas, que hoy, con la presencia de su flamente secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, harán oficial la relación de componentes en la nueva cita con las urnas. Salvo sorpresas de última hora, el candidato asturiano ha apostado por la renovación y sus acompañantes en esta ocasión serán mayoritariamente nuevos. No nos engañemos, nuevos en lo que respecta a los nombres, pero nada que ver con las 'aventuras' con desconocidos al estilo del partido de Cascos. El PSOE, como todo el mundo reconoce, tiene banquillo; no en vano lleva gobernando en el Principado y en algunos de los más importantes ayuntamientos de la región buena parte del periodo posterior a la transición democrática. Y va a utilizar ese banquillo.
De momento, es obvio que un Javier Fernández reforzado y apuntalado por Rubalcaba ha exigido a los suyos manos libres para capitanear de forma personal y absoluta el remozado rostro de sus candidatos. Y también es evidente que así se lo han aceptado con todas las consecuencias. Tampoco era éste el momento de dar muestras de debilidad interna. Fruto de este mandato plenipotenciario, el líder de la FSA se ha embarcado en una tarea que algunos pensamos que hace tiempo que quería acometer: una vez que en sus filas prácticamente se ha dejado de hablar de familias, creyó llegado el momento de 'liquidar' a quienes hace doce años eran sus rivales dentro de casa y que se consolidaron bajo la etiqueta del "arecismo".
Si las quinielas no fallan -y no van a fallar- Fernández se va a quitar de encima y de un plumazo a los secretarios generales de Gijón y de Avilés, José Manuel Sariego y Álvaro Álvarez, y a algunas de las hasta este mes diputadas que compartieron con Areces una 'corriente de opinión' interna y de colaboración en sus gobiernos, como María José Ramos, Ana Rosa Migoya o Mercedes Álvarez.
Respecto a los primeros, la 'purga' se justifica con la salida -también- de las listas de los otros tres secratrios generales de agrupación que en mayo del año pasado figuraron en las mismas. Dejar fuera a los número uno locales se compagina con la entrada de unos cuantos alcaldes, que lideran otros aspectos de la actividad política del partido, la institucional.
En lo que se refiere a las segundas, los argumentos parecen ser bien diferentes de la argumentación oficial de la necesidad de cambiar. La cruda realidad, que nunca será confesada, es que, aparte de arrumbar de una vez por todas el 'arecismo', se pone fuera de circulación a personas del Ejecutivo del ex presidente del Principado, un Ejecutivo salpicado por la sombra de las sospechas del 'caso Renedo, o 'caso Marea', o 'caso Riopedre', pues son muchos los nombres aplicables a la presunta trama de corrupción de la anterior administración autonómica.
Puede que nuestra particular 'mierda' no tenga la relevancia de los 'Gurtel' o 'Palma Arena', pero acostumbro a recordar a quienes me comentan el tema que no se puede olvidar en ningún momento que la Justicia, aparte de su fama de ciega, lo que es con toda seguridad es lenta. Y si todavía esta semana han aparecido nuevos nombres de funcionarios imputados por el juez Sorando, nadie debería sorprenderse si, llegado el momento, la implicación legal acaba por alcanzar a otros altos cargos, incluso al más alto nivel, el de los consejeros. Y que si tal fuera, y éstos fueran más de uno, la 'marea' podría salpicar al mismísmo Areces como responsable último de aquel equipo.
Si repasamos buena parte de los nombres apartados llegaremos a la conclusión de que Javier Fernández ha apostado por quitarlos de enmedio como claúsula de salvaguardia para su hipotético Gobierno socialista tras el 25 de marzo. Al igual que Rajoy sorprendió a todo el mundo dejando fuera de su Ejecutivo a un presuntamente 'contaminado' Esteban González Pons, así el dirigente socialista asturiano parece actuar en sus dominios.
Sea como fuere, el caso es que Javier ha sacado del almacén la segadora y ha empezado a despejar el cesped para su futuro inmediato. Claro que, como un compañero suyo me comentaba hace pocas horas, ha solicitado manos libres para quitar y poner y se le han concedido, pero con esos poderes plenipotenciarios que ha asumido será el beneficiario de un posible triunfo, pero también el responsable casi único de cualquier derrota. Que ya sería la segunda -no hay que olvidarse- en su casillero.
Los primeros en despejar las dudas serán los socialistas, que hoy, con la presencia de su flamente secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, harán oficial la relación de componentes en la nueva cita con las urnas. Salvo sorpresas de última hora, el candidato asturiano ha apostado por la renovación y sus acompañantes en esta ocasión serán mayoritariamente nuevos. No nos engañemos, nuevos en lo que respecta a los nombres, pero nada que ver con las 'aventuras' con desconocidos al estilo del partido de Cascos. El PSOE, como todo el mundo reconoce, tiene banquillo; no en vano lleva gobernando en el Principado y en algunos de los más importantes ayuntamientos de la región buena parte del periodo posterior a la transición democrática. Y va a utilizar ese banquillo.
De momento, es obvio que un Javier Fernández reforzado y apuntalado por Rubalcaba ha exigido a los suyos manos libres para capitanear de forma personal y absoluta el remozado rostro de sus candidatos. Y también es evidente que así se lo han aceptado con todas las consecuencias. Tampoco era éste el momento de dar muestras de debilidad interna. Fruto de este mandato plenipotenciario, el líder de la FSA se ha embarcado en una tarea que algunos pensamos que hace tiempo que quería acometer: una vez que en sus filas prácticamente se ha dejado de hablar de familias, creyó llegado el momento de 'liquidar' a quienes hace doce años eran sus rivales dentro de casa y que se consolidaron bajo la etiqueta del "arecismo".
Si las quinielas no fallan -y no van a fallar- Fernández se va a quitar de encima y de un plumazo a los secretarios generales de Gijón y de Avilés, José Manuel Sariego y Álvaro Álvarez, y a algunas de las hasta este mes diputadas que compartieron con Areces una 'corriente de opinión' interna y de colaboración en sus gobiernos, como María José Ramos, Ana Rosa Migoya o Mercedes Álvarez.
Respecto a los primeros, la 'purga' se justifica con la salida -también- de las listas de los otros tres secratrios generales de agrupación que en mayo del año pasado figuraron en las mismas. Dejar fuera a los número uno locales se compagina con la entrada de unos cuantos alcaldes, que lideran otros aspectos de la actividad política del partido, la institucional.
En lo que se refiere a las segundas, los argumentos parecen ser bien diferentes de la argumentación oficial de la necesidad de cambiar. La cruda realidad, que nunca será confesada, es que, aparte de arrumbar de una vez por todas el 'arecismo', se pone fuera de circulación a personas del Ejecutivo del ex presidente del Principado, un Ejecutivo salpicado por la sombra de las sospechas del 'caso Renedo, o 'caso Marea', o 'caso Riopedre', pues son muchos los nombres aplicables a la presunta trama de corrupción de la anterior administración autonómica.
Puede que nuestra particular 'mierda' no tenga la relevancia de los 'Gurtel' o 'Palma Arena', pero acostumbro a recordar a quienes me comentan el tema que no se puede olvidar en ningún momento que la Justicia, aparte de su fama de ciega, lo que es con toda seguridad es lenta. Y si todavía esta semana han aparecido nuevos nombres de funcionarios imputados por el juez Sorando, nadie debería sorprenderse si, llegado el momento, la implicación legal acaba por alcanzar a otros altos cargos, incluso al más alto nivel, el de los consejeros. Y que si tal fuera, y éstos fueran más de uno, la 'marea' podría salpicar al mismísmo Areces como responsable último de aquel equipo.
Si repasamos buena parte de los nombres apartados llegaremos a la conclusión de que Javier Fernández ha apostado por quitarlos de enmedio como claúsula de salvaguardia para su hipotético Gobierno socialista tras el 25 de marzo. Al igual que Rajoy sorprendió a todo el mundo dejando fuera de su Ejecutivo a un presuntamente 'contaminado' Esteban González Pons, así el dirigente socialista asturiano parece actuar en sus dominios.
Sea como fuere, el caso es que Javier ha sacado del almacén la segadora y ha empezado a despejar el cesped para su futuro inmediato. Claro que, como un compañero suyo me comentaba hace pocas horas, ha solicitado manos libres para quitar y poner y se le han concedido, pero con esos poderes plenipotenciarios que ha asumido será el beneficiario de un posible triunfo, pero también el responsable casi único de cualquier derrota. Que ya sería la segunda -no hay que olvidarse- en su casillero.
jueves, 9 de febrero de 2012
¡Y tú más!
Sabíamos todos que con la convocatoria de elecciones anticipadas decidida por el presidente del Principado la pasada semana las previsiones de que los encontronazos entre los dos partidos de la derecha asturiana, lejos de suavizarse, tenían todos los visos de avivarse. No podían los personalistas responsables de PP y Foro dejar pasar la ocasión para volver al fuego cruzado de acusaciones, y así estamos empezando a comprobarlo los asturianos cada día con mayor intensidad.
Cualquier pretexto es bueno para lanzar los dardos contra el contrario y, a falta de iniciativas puramente políticas, las inundaciones producidas en nuestra región en estos primeros días de la semana han servido para montar las respectivas baterías desde los balcones de la plaza de España y de la calle de Suárez de la Riva, en ambos casos apuntando hacia el respectivo objetivo.
¡Y gracias que no ha habido víctimas, ya que creo que ni las desgracias personales hubieran hecho cejar a estos inagotables batalladores que a ratos me recuerdan aquella excelente película de un todavía joven Ridley Scott de título "Los duelistas", aunque en el caso que nos ocupa los contendientes estén lejos de la caballerosidad de sus 'referentes' cinematográfios.
Si no fuera por la que está cayendo sobre todos nosotros sería para tomárselo a risa. Pero ocurre que esta comunidad no puede permitirse en estos momentos jugarse su futuro, o la ausencia de él, a las habilidades con la 'espada' de unos engreídos prepotentes que anteponen sus intereses personales a los de las personas que les han votado. La soberbia de estos personajes está en estos momentos fuera de lugar y así deberíamos hacérselo saber de una vez por todas.
La polémica sobre las responsabilidades de Gobierno del Principado y Delegación del Gobierno en Asturias en la posible prevención de los efectos de unos fenómenos naturales, más allá de lo que la ley estipule, están en este momento absolutamente fuera de lugar y sólo sirve para trasladarnos de un escenario institucional, cual debería ser, a una riña de patio de colegio antiguo, donde un ingenuo infantilismo nos hacía porfiar a la hora de rebatir al oponente con aquel recurrido "¡Y tú más!".
Cualquier pretexto es bueno para lanzar los dardos contra el contrario y, a falta de iniciativas puramente políticas, las inundaciones producidas en nuestra región en estos primeros días de la semana han servido para montar las respectivas baterías desde los balcones de la plaza de España y de la calle de Suárez de la Riva, en ambos casos apuntando hacia el respectivo objetivo.
¡Y gracias que no ha habido víctimas, ya que creo que ni las desgracias personales hubieran hecho cejar a estos inagotables batalladores que a ratos me recuerdan aquella excelente película de un todavía joven Ridley Scott de título "Los duelistas", aunque en el caso que nos ocupa los contendientes estén lejos de la caballerosidad de sus 'referentes' cinematográfios.
Si no fuera por la que está cayendo sobre todos nosotros sería para tomárselo a risa. Pero ocurre que esta comunidad no puede permitirse en estos momentos jugarse su futuro, o la ausencia de él, a las habilidades con la 'espada' de unos engreídos prepotentes que anteponen sus intereses personales a los de las personas que les han votado. La soberbia de estos personajes está en estos momentos fuera de lugar y así deberíamos hacérselo saber de una vez por todas.
La polémica sobre las responsabilidades de Gobierno del Principado y Delegación del Gobierno en Asturias en la posible prevención de los efectos de unos fenómenos naturales, más allá de lo que la ley estipule, están en este momento absolutamente fuera de lugar y sólo sirve para trasladarnos de un escenario institucional, cual debería ser, a una riña de patio de colegio antiguo, donde un ingenuo infantilismo nos hacía porfiar a la hora de rebatir al oponente con aquel recurrido "¡Y tú más!".
martes, 7 de febrero de 2012
Alicaídos
Alicaídos andan los ánimos estos días en las huestes de Foro Asturias, y ello al margen de las declaraciones oficiales o de las encuestas apócrifas que circulan en algunos ámbitos territoriales. Tras los 'leit motiv' de su campaña, referidos fundamentalmente a la alianza entre PSOE y PP para no dejarles gobernar y la desidia de Madrid hacia esta comunidad nuestra, subyace el temor a pasar de ser la primera fuerza política en Asturias a la posibilidad de convertirse en la tercera en menos de un año. Esta opción figura ya como una de las previstas en el cuaderno de bitácora de los 'casquistas' con la mirada puesta en el 25 de marzo.
Y no se trata, no, de que nadie haya tirado ya la toalla, puesto que entre los escenarios barajados por el joven partido aparece también la posibilidad de que el desgaste de los últimos meses no afecte a sus posibilidades mas que a la de los otros dos partidos más votados en mayo del pasado año. El deterioro de ejercer el gobierno -el desgobierno para sus rivales- tendrá en el otro lado de la balanza el hándicap que en el PSOE y PP pueda representar que sus coincidencias frecuentes en los tiempos que corren sean visualizadas como elemento determinante en la opinión de una parte importante del electorado asturiano.
Al contrario que los de FAC, públicamente se presentan especialmente optimistas los representantes de socialistas y populares. Y, al margen de que -ahora que en la política están tan de moda los símiles futbolísticos- todos piensan en "salir a ganar", lo cierto es que para los primeros ni la opción de repetir con Javier Fernández ni el espectáculo del congreso federal del pasado fin de semana en Sevilla, centrado en la elección de caras y muy poco, por no decir nada, en renovar el contenido programático y de recuperación de la sintonía con la sociedad; ninguno de esos elementos -digo- suponen a priori una garantía de recuperación de la debacle de mayo de 2011. Si acaso, la principal baza en la mochila de los socialistas podría ser el aprovechamiento de la incapacidad de la derecha para ponerse de acuerdo prácticamente en nada.
En el lado de los populares, la euforia de las generales de noviembre parece hacerles olvidar que en el Principado han sido y son el resultado de una 'capilla de apoltronados' dispuestos a todo por seguir manteniéndose, aunque sea en la oposición. El 'efecto Cherines', siendo un paso adelante, no puede ser la solución a todos sus problemas, sin contar con la sensación muy extendida entre los asturianos de que son ellos, y no otros, quienes realmente han puesto toda la carne en el asador para tumbar al Ejecutivo actual por sus feroces fobias personales.
Al final, convencionalismos obligados aparte, da la sensación de que los resultados están más abiertos de lo que unos y otros quieren reconocer. Sin contar -claro está- el previsible efecto de una alta abstención, cansados los electores de acudir cada pocos meses a las urnas, una variable capaz de introducir un factor de distorsión importante si nos atenemos al sistema electoral de este país. Si los asturianos que el mes próximo se quedan en casa son mayoría, las ecuaciones que ahora casi todos plantean como si de los resultados del pasado año se tratasen experimentarían un movimiento hacia una solución numérica impensable en estos momentos. Y las posible sorpresas podrían ser para cualquiera de los contendientes en liza.
Y no se trata, no, de que nadie haya tirado ya la toalla, puesto que entre los escenarios barajados por el joven partido aparece también la posibilidad de que el desgaste de los últimos meses no afecte a sus posibilidades mas que a la de los otros dos partidos más votados en mayo del pasado año. El deterioro de ejercer el gobierno -el desgobierno para sus rivales- tendrá en el otro lado de la balanza el hándicap que en el PSOE y PP pueda representar que sus coincidencias frecuentes en los tiempos que corren sean visualizadas como elemento determinante en la opinión de una parte importante del electorado asturiano.
Al contrario que los de FAC, públicamente se presentan especialmente optimistas los representantes de socialistas y populares. Y, al margen de que -ahora que en la política están tan de moda los símiles futbolísticos- todos piensan en "salir a ganar", lo cierto es que para los primeros ni la opción de repetir con Javier Fernández ni el espectáculo del congreso federal del pasado fin de semana en Sevilla, centrado en la elección de caras y muy poco, por no decir nada, en renovar el contenido programático y de recuperación de la sintonía con la sociedad; ninguno de esos elementos -digo- suponen a priori una garantía de recuperación de la debacle de mayo de 2011. Si acaso, la principal baza en la mochila de los socialistas podría ser el aprovechamiento de la incapacidad de la derecha para ponerse de acuerdo prácticamente en nada.
En el lado de los populares, la euforia de las generales de noviembre parece hacerles olvidar que en el Principado han sido y son el resultado de una 'capilla de apoltronados' dispuestos a todo por seguir manteniéndose, aunque sea en la oposición. El 'efecto Cherines', siendo un paso adelante, no puede ser la solución a todos sus problemas, sin contar con la sensación muy extendida entre los asturianos de que son ellos, y no otros, quienes realmente han puesto toda la carne en el asador para tumbar al Ejecutivo actual por sus feroces fobias personales.
Al final, convencionalismos obligados aparte, da la sensación de que los resultados están más abiertos de lo que unos y otros quieren reconocer. Sin contar -claro está- el previsible efecto de una alta abstención, cansados los electores de acudir cada pocos meses a las urnas, una variable capaz de introducir un factor de distorsión importante si nos atenemos al sistema electoral de este país. Si los asturianos que el mes próximo se quedan en casa son mayoría, las ecuaciones que ahora casi todos plantean como si de los resultados del pasado año se tratasen experimentarían un movimiento hacia una solución numérica impensable en estos momentos. Y las posible sorpresas podrían ser para cualquiera de los contendientes en liza.
lunes, 6 de febrero de 2012
Cambio de ciclo
Al margen de su incuestionable relevancia nacional, el congreso que el pasado fin de semana ha celebrado en Sevilla el Partido Socialista Obrero y Español (como le gusta nombrarlo a su nuevo líder) arroja una serie de interesantes reflexiones para el Principado de Asturias.
En primer lugar, por si a alguien le cabía alguna duda, el cónclave andaluz ha diluido cualquier especulación sobre la figura del candidato de los socialistas para las autonómicas del mes próximo. El "vas a gobernar Asturias Javier" del nuevo lider del PSOE ha sido, salvando las distancias, otra pistola al pecho parecida a la que Rajoy le puso a su pupila Mercedes Fernández, un "sí o sí" ante cualquier posible vacilación, el antídoto contra el mínimo atisbo de duda.
Parecía obvio que Javier Fernández se encontraba en un callejón sin salida sobre su posible continuidad como cabeza de cartel de los socialistas asturianos, pero el 'arreón' de Rubalcaba fue el aldabonazo final en esa posible carrera por el puesto. La inclusión del dirigente asturiano en la Ejecutiva federal y que su nombre sonase para presidir el Comité Territorial no fueron sino pluses para reforzar su candidatura autonómica.
Fernández ha sido siempre prototipo de la indecisión a la hora de dar pasos adelante en su carrera política para asumir responsabilidades. Desde aquella controvertida elección como secretario general de la Federación Socialista Asturiana, cuando ésta era una auténtica jaula de grillos, una opción que salió muy bien, hasta el extremo de convertir al veterano dirigente en 'El Pacificador'; desde entonces -digo- hasta su nominación como aspirante a la Presidencia del Principado en los comicios de mayo del pasado año, pasando por el 'ni sí, ni no' de su incorporación como segundo en la lista de Areces de cuatro años antes, su historial ha tenido más grises que blancos y negros; su personalidad desconfiada y su carácter reservón han marcado una carrera política presidida por la ausencia de carisma popular e, incluso, si se me apura, dentro de sus propias filas. Ahora, una vez más, la decisión de Cascos de adelantar las elecciones en Asturias le obliga a dar un paso al frente y sin mucho tiempo para pensarlo, y lo hace cuando todavía no se había disipado la niebla de su posible continuidad al frente de la organización asturiana en el próximo congreso regional, ahora aplazado por las urnas.
Claro que, después de aceptar volver a ser el cartel electoral y la cabeza visible -en el Gobierno o en la oposición- de su partido los próximos tres años, se antoja difícil que abandone la continuidad en la Secretaría General. Salvo, claro está, que los asturianos le dieran un revolcón el 25 de marzo. No hay que olvidar que Javier Fernández puso cara a la derrota de los socialistas en el Principado después de doce años de ejecutivos de ese color. Una nueva debacle podría abrir la puerta a la retirada definitiva, y ello pese al miedo que los 'camisas viejas' de la FSA tienen a un relevo de alcance impredecible.
Dicen los analistas nacionales que el nuevo líder del PSOE en el ámbito estatal coge las riendas del partido para proceder a una transición que terminaría con un candidato a La Moncloa diferente, que su misión es recuperar a un partido 'machacado' para volver a situarlo en la línea de salida con opciones de recuperar el terreno perdido. Eso sí, dando paso entonces a un candidato nuevo, no 'contaminado' por la era Zapatero y sus equipos.
En Asturias podría establecerse un paralelismo y pensar que el ciclo del 'javierismo' de alguna forma ha finalizado y que su mantenimiento como líder regional responde más a realizar el trabajo interno que a una creencia en su figura como líder con proyección.
Si los resultados del mes próximo no le permiten ser el próximo presidente del Principado, esta impresión se reafirmaría y la FSA asumiría la necesidad de buscar, esta vez con tiempo, a su próximo líder en un evidente cambio de ciclo.
Si hay un partido con banquillo nadie duda que ése es el PSOE. Sin embargo, la necesidad de encontrar un aire diferente elimina a unos cuantos de la quiniela. Hace unos días ya comentaba que, en algunos sectores de las bases ha calado la creencia de que un dirigente con posibilidades es Hugo Alfonso Morán. El ex alcalde de Lena y de la Federación Asturiana de Municipios dio hace unos años el salto al Congreso de los Diputados y Zapatero se fijó en él para darle una secretaría ejecutiva en su equipo. Ahora Rubalcaba lo ha ratificado en esa plaza. ¿Alguien puede dar más para convertirse en una apuesta clara de futuro?
En primer lugar, por si a alguien le cabía alguna duda, el cónclave andaluz ha diluido cualquier especulación sobre la figura del candidato de los socialistas para las autonómicas del mes próximo. El "vas a gobernar Asturias Javier" del nuevo lider del PSOE ha sido, salvando las distancias, otra pistola al pecho parecida a la que Rajoy le puso a su pupila Mercedes Fernández, un "sí o sí" ante cualquier posible vacilación, el antídoto contra el mínimo atisbo de duda.
Parecía obvio que Javier Fernández se encontraba en un callejón sin salida sobre su posible continuidad como cabeza de cartel de los socialistas asturianos, pero el 'arreón' de Rubalcaba fue el aldabonazo final en esa posible carrera por el puesto. La inclusión del dirigente asturiano en la Ejecutiva federal y que su nombre sonase para presidir el Comité Territorial no fueron sino pluses para reforzar su candidatura autonómica.
Fernández ha sido siempre prototipo de la indecisión a la hora de dar pasos adelante en su carrera política para asumir responsabilidades. Desde aquella controvertida elección como secretario general de la Federación Socialista Asturiana, cuando ésta era una auténtica jaula de grillos, una opción que salió muy bien, hasta el extremo de convertir al veterano dirigente en 'El Pacificador'; desde entonces -digo- hasta su nominación como aspirante a la Presidencia del Principado en los comicios de mayo del pasado año, pasando por el 'ni sí, ni no' de su incorporación como segundo en la lista de Areces de cuatro años antes, su historial ha tenido más grises que blancos y negros; su personalidad desconfiada y su carácter reservón han marcado una carrera política presidida por la ausencia de carisma popular e, incluso, si se me apura, dentro de sus propias filas. Ahora, una vez más, la decisión de Cascos de adelantar las elecciones en Asturias le obliga a dar un paso al frente y sin mucho tiempo para pensarlo, y lo hace cuando todavía no se había disipado la niebla de su posible continuidad al frente de la organización asturiana en el próximo congreso regional, ahora aplazado por las urnas.
Claro que, después de aceptar volver a ser el cartel electoral y la cabeza visible -en el Gobierno o en la oposición- de su partido los próximos tres años, se antoja difícil que abandone la continuidad en la Secretaría General. Salvo, claro está, que los asturianos le dieran un revolcón el 25 de marzo. No hay que olvidar que Javier Fernández puso cara a la derrota de los socialistas en el Principado después de doce años de ejecutivos de ese color. Una nueva debacle podría abrir la puerta a la retirada definitiva, y ello pese al miedo que los 'camisas viejas' de la FSA tienen a un relevo de alcance impredecible.
Dicen los analistas nacionales que el nuevo líder del PSOE en el ámbito estatal coge las riendas del partido para proceder a una transición que terminaría con un candidato a La Moncloa diferente, que su misión es recuperar a un partido 'machacado' para volver a situarlo en la línea de salida con opciones de recuperar el terreno perdido. Eso sí, dando paso entonces a un candidato nuevo, no 'contaminado' por la era Zapatero y sus equipos.
En Asturias podría establecerse un paralelismo y pensar que el ciclo del 'javierismo' de alguna forma ha finalizado y que su mantenimiento como líder regional responde más a realizar el trabajo interno que a una creencia en su figura como líder con proyección.
Si los resultados del mes próximo no le permiten ser el próximo presidente del Principado, esta impresión se reafirmaría y la FSA asumiría la necesidad de buscar, esta vez con tiempo, a su próximo líder en un evidente cambio de ciclo.
Si hay un partido con banquillo nadie duda que ése es el PSOE. Sin embargo, la necesidad de encontrar un aire diferente elimina a unos cuantos de la quiniela. Hace unos días ya comentaba que, en algunos sectores de las bases ha calado la creencia de que un dirigente con posibilidades es Hugo Alfonso Morán. El ex alcalde de Lena y de la Federación Asturiana de Municipios dio hace unos años el salto al Congreso de los Diputados y Zapatero se fijó en él para darle una secretaría ejecutiva en su equipo. Ahora Rubalcaba lo ha ratificado en esa plaza. ¿Alguien puede dar más para convertirse en una apuesta clara de futuro?
miércoles, 1 de febrero de 2012
Mariano, haz pasar de mi este caliz
La suerte está echada. La convocatoria de las elecciones anticipadas en el Principado de Asturias ha pillado a todas las fuerzas políticas, Foro incluido, con la guardia baja y ahora el tiempo apremia, y mucho, para elaborar el programa (probablemente el mismo de mayo pasado) y las candidaturas para presentarse a las urnas el 25 de marzo.
Y si los programas que concurrían hace nueve meses, con ligeras variables, deberían seguir siendo válidos, en el caso de las personas no sucede igual. Nadie descubía nada anteayer al afirmar que el partido que actualmente gobierna tiene un candidato omnipotente y único en la persona de Francisco Álvarez-Cascos, alfa y omega del joven proyecto. Las dudas empezaron enseguida por los carteles de la oposición. Pasadas unas horas y con el cronómetro acelerado, casi nadie duda de que la izquierda va a repetir candidatos con Javier Fernández (PSOE) y Jesús Iglesias (IU), especialmente después de que ambos mostrasen su "disponibilidad" para repetir en marzo.
La última incógnita de la ecuación electoral era el nombre de la persona elegida por los populares para entrar en la que se vaticina como una campaña mucho más agresiva que la de 2011 y con una consigna generalizada de entrar "a sangre y fuego" contra el adversario. Aquí no hemos escuchado a quien fuera el número uno el pasado año, Isabel Pérez Espinosa, mencionar su disponibilidad, aunque se da por descontada, y sí la de Mercedes Fernández, quien ya lleva camino de convertirse en el recurso para todo de Génova en esta región. Fue la cabeza de cartel en noviembre para las generales; nadie cuestiona que es la persona elegida por la dirección nacional para "renovar" el partido en Asturias esta primavera, y ahora también aparece como la apuesta más segura para disputar a Cascos la presidencia del Principado desde la derecha.
Quizá más que apuesta habría que hablar de realidad ya que si la interesada habló ayer de que su partido todavía no tiene candidato habra que atribuirlo a que ella no ha dado todavía su consentimiento, ya que la elección de Madrid está ya clara y meridiana.
Mariano la quiere a ella y sólo a ella, aunque todos sabemos como se las gasta el gallego en tiempo de dudas. Tengo la sensación de que 'Cherines' es consciente de que, aunque no quisiera, tiene muy pocas posibilidades de decir que no. ¿Y por qué tiene que ser siempre ella?, se preguntan algunos de sus más fieles compañeros. Pues, ni más ni menos que por exclusión. Y si no que alguien me diga quién de las filas del PP en este momento podría ser el elegido. Nombres hay, pero la endogamia de la dirección en los últimos años ha dejado tras de sí solamente tierra quemada.
Mercedes Fernández debe de ser muy consciente de la responsabilidad que su jefe de filas le pide en estos momentos, de que a priori tiene muy poco (casi nada) que ganar y sí mucho que perder si los votos se vuelven esquivos el mes que viene. Y ello sin contar con el inevitable combate a cara de perro que debera librar con su antiguo mentor y admirado líder. De él se libró con solvencia en la campaña de las generales de noviembre, pero entonces el pulso era para saber si gobernaba el PP o el PSOE en el Estado y Foro apenas si era un grano de polvo en ese arenal. Cuando aceptó aquella candidatura puso como condición que la agresividad con Cascos quedaba fuera de su agenda y le fue aceptada. Ahora algo así es impensable.
Supongo que estas y otras consideraciones que se me escapan estarán pasando en estos momentos por la cabeza de 'Cherines' antes de dar el paso decisivo, aunque también estoy seguro que, como a todos nos ha pasado alguna vez en la vida, los resquicios para 'escapar' son mínimos, por no decir nulos.
Y supongo también que en estos momentos la veterana política popular estará en su particular huerto de Getsemaní sudando, y dirigiéndose a su 'dios' clamará con angustia: "Mariano, si es posible haz pasar de mi este caliz". Claro que todos sabemos como acaba esta historia.
Y si los programas que concurrían hace nueve meses, con ligeras variables, deberían seguir siendo válidos, en el caso de las personas no sucede igual. Nadie descubía nada anteayer al afirmar que el partido que actualmente gobierna tiene un candidato omnipotente y único en la persona de Francisco Álvarez-Cascos, alfa y omega del joven proyecto. Las dudas empezaron enseguida por los carteles de la oposición. Pasadas unas horas y con el cronómetro acelerado, casi nadie duda de que la izquierda va a repetir candidatos con Javier Fernández (PSOE) y Jesús Iglesias (IU), especialmente después de que ambos mostrasen su "disponibilidad" para repetir en marzo.
La última incógnita de la ecuación electoral era el nombre de la persona elegida por los populares para entrar en la que se vaticina como una campaña mucho más agresiva que la de 2011 y con una consigna generalizada de entrar "a sangre y fuego" contra el adversario. Aquí no hemos escuchado a quien fuera el número uno el pasado año, Isabel Pérez Espinosa, mencionar su disponibilidad, aunque se da por descontada, y sí la de Mercedes Fernández, quien ya lleva camino de convertirse en el recurso para todo de Génova en esta región. Fue la cabeza de cartel en noviembre para las generales; nadie cuestiona que es la persona elegida por la dirección nacional para "renovar" el partido en Asturias esta primavera, y ahora también aparece como la apuesta más segura para disputar a Cascos la presidencia del Principado desde la derecha.
Quizá más que apuesta habría que hablar de realidad ya que si la interesada habló ayer de que su partido todavía no tiene candidato habra que atribuirlo a que ella no ha dado todavía su consentimiento, ya que la elección de Madrid está ya clara y meridiana.
Mariano la quiere a ella y sólo a ella, aunque todos sabemos como se las gasta el gallego en tiempo de dudas. Tengo la sensación de que 'Cherines' es consciente de que, aunque no quisiera, tiene muy pocas posibilidades de decir que no. ¿Y por qué tiene que ser siempre ella?, se preguntan algunos de sus más fieles compañeros. Pues, ni más ni menos que por exclusión. Y si no que alguien me diga quién de las filas del PP en este momento podría ser el elegido. Nombres hay, pero la endogamia de la dirección en los últimos años ha dejado tras de sí solamente tierra quemada.
Mercedes Fernández debe de ser muy consciente de la responsabilidad que su jefe de filas le pide en estos momentos, de que a priori tiene muy poco (casi nada) que ganar y sí mucho que perder si los votos se vuelven esquivos el mes que viene. Y ello sin contar con el inevitable combate a cara de perro que debera librar con su antiguo mentor y admirado líder. De él se libró con solvencia en la campaña de las generales de noviembre, pero entonces el pulso era para saber si gobernaba el PP o el PSOE en el Estado y Foro apenas si era un grano de polvo en ese arenal. Cuando aceptó aquella candidatura puso como condición que la agresividad con Cascos quedaba fuera de su agenda y le fue aceptada. Ahora algo así es impensable.
Supongo que estas y otras consideraciones que se me escapan estarán pasando en estos momentos por la cabeza de 'Cherines' antes de dar el paso decisivo, aunque también estoy seguro que, como a todos nos ha pasado alguna vez en la vida, los resquicios para 'escapar' son mínimos, por no decir nulos.
Y supongo también que en estos momentos la veterana política popular estará en su particular huerto de Getsemaní sudando, y dirigiéndose a su 'dios' clamará con angustia: "Mariano, si es posible haz pasar de mi este caliz". Claro que todos sabemos como acaba esta historia.
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