martes, 3 de julio de 2012

Representantes... ¿de quién?

El Partido Popular se siente fuerte con su amplia mayoría parlamentaria y, pese a la que está cayendo, o precisamante por eso, no pierde ocasión de sacar pecho en un afán por mostrar una fortaleza que en términos reales no va más allá de los números de sus votos en el Parlamento.

Hace pocas horas se ha sabido que la dirección del partido mayoritario ha tomado la decisión de suspender de militancia y abrir expediente sancionador a uno de sus senadores, el único que decidió romper la disciplina de voto en la Cámara Alta y votar a favor de las enmiendas de la oposición para tratar de evitar el brutal recorte de las ayudas al sector del carbón. Podrían haberlo dejado correr, dada su amplísima superioridad en el Senado, pero han preferido recurrir a métodos del Medievo, donde el castigo ejemplar servía para meter el miedo en el cuerpo a posible seguidores de la rebeldía, insubordinación e indisciplina. Aunque se había apuntado a una multa para el parlamentario leonés, estos señores feudales del siglo XXI han optado por una nueva demostración de su 'superioridad' y poder absoluto.

Al margen del caso específico de Juan Morano, al que no tengo el gusto de conocer aunque haya sido alcalde de León hace muchos años, la actitud de Génova nos debería llevar a plantearnos muy seriamente cuál debe ser la actitud de los ciudadanos cuando acudimos a las urnas cada cuatro años para renovar las Cortes Generales. ¿De verdad alguien se puede tomar en serio a estas alturas que los diputados y senadores electos son representantes de la provincia o comunidad por la que se presentan? ¿De verdad hay alguien que acepte al depositar el voto en la urna que esas personas van a defender los intereses del territorio que les apoya? Taxativamente, no.

A los dirigentes del Partido Popular, y a los del PSOE, y a los de cualquier otra fuerza política que tenga mayor o menor representación parlamentaria siendo su ámbito de implantación el nacional, a todos ellos habría que emplazarlos a que, si la democracia representativa que tenemos ya no es la de los ciudadanos, sino la de los partidos políticos, de una vez por todas consoliden su coto privado con listas nacionales y dejen de tomarnos el pelo con esas candidaturas nuestras tan 'próximas'. Si el sistema es el que están implantando fehacientemente cada día un poco más, si es así, que no ofendan a nuestra inteligencia. A mi, al menos no me representan Mercedes Fernández -aunque ahora haya renunciado-, ni Antonio Trevín, ni Isidro Fernández Rozada, ni Vicente Álvarez Areces,...

1 comentario:

  1. Encomiable la decisión del senador Morano. Otro gallo nos cantaría si menudearan políticos capaces, como él, de desmarcarse de una consigna partidaria con la que no comulgan.

    A mí tampoco me representan los "asturianos" citados.

    raitanucu

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