A estas alturas de la película parece ya un hecho incontestable que, en lo que a política se refiere, esta comunidad no gana para sobresaltos. La sesión constitutiva que hace unas pocas horas celebró la Junta General del Principado no ha sido sino el penúltimo hito de una serie de sorpresas que se inició cuando a principios de año Francisco Álvarez-Cascos anunció su abandono del Partido Popular para capitanear una nueva opción política en Asturias. Desde entonces las oscilaciones 'climatológicas' del Principado, tormentas incluidas, han presidido una intensa historia de sorpresas y contingencias, casi siempre fuera del guión, que tuvieron sus últimos capítulos con las elecciones del pasado 22 de mayo y sus resultados finales, la constitución, el pasado sábado de los nuevos ayuntamientos con algunos importantes e impredecibles con anterioridad resultados en la elección de sus alcaldes y, finalmente, hoy mismo, con la ya citada oficialización del nuevo Parlamento autonómico y, en concreto, la elección de su mesa presidencial.
Superados otros escollos aparentemente mayores, todo hacía presagiar que, personalismos aparte, el Partido Popular se iba a hacer con la Presidencia del legislativo asturiano mediante un acuerdo con FAC que le daría a éste una vicepresidencia y una secretaría dejando para los dos grupos de la izquierda las dos plazas restantes. Si acaso, los más escépticos rememoraban el viejo 'Pacto de La Jirafa' y, si el partido de Cascos se ponía 'burro', apostaban por un acuerdo a tres bandas entre las otras tantas fuerzas de la Junta General para un reparto en el que nadie saliera damnificado y todos estuvieran presentes.
Lo que nadie se podría imaginar era que, efectivamente, el PP se iba a hacer con la Presidencia de la Cámara, pero no con los votos de Foro, sino -como así fue- con los del PSOE. Aunque en el argumento inicial estaba el deseo de ambos partidos mayoritarios en el Estado de asignar el principal puesto del Parlamento a un representante de cualquier fuerza política que no fuera la que va a gobernar en el Principado, es decir, Foro Asturias -aunque con todo lo antedicho ¡cualquiera se atreve a apostar!-, dos fueron los elementos que se encargaron de retirar credibilidad a socialistas y populares a la hora de defender públicamente el alcance de su acuerdo, limitado -dicen- a la citada Presidencia de la Cámara. Por un lado, la posterior votación para elegir a los dos vicepresidentes y a los dos secretarios que acompañarán a Fernando Goñi en la Mesa de la Junta General. Porque fue entonces cuando el PP renunció a presentar candidatos propios y dio sus votos a los del PSOE, rebajando un tanto el rango de los dos puestos que FAC tenía asegurados. El acuerdo, pues, iba más allá de la Presidencia. El segundo elemento decisivo en los resultados finales fue la decisión del grupo socialista de mantener esos dos puestos que el PP les facilitaba y dejar fuera, por vez primera, de la Mesa a una de las fuerzas políticas con representación en la Junta, en este caso, precisamente, Izquierda Unida, la misma con la que ha gobernado esta comunidad en numerosas ocasiones.
Como doy por conocidas las declaraciones posteriores de todos los protagonistas a través de los medios de comunicación, me abstendré de reseñar los cabreos y acusaciones cruzadas que siguieron al acto institucional.
Sí me gustaría centrarme en el hecho de que, a la hora de repasar esas declaraciones, hay dos sustantivos que se han repetido insistentemente como base de justitificación de lo ocurrido: "pacto" y "derrota". Fernando Lastra, portavoz del PSOE, e Isabel Pérez-Espinosa, candidata del PP, ofrecieron dos largas ruedas de prensa para interar despejar cualquier sombra de duda de la existencia de un acuerdo entra sus respectivos grupos -llámese de La Zoreda o como se quiera-, limitándolo al susodicho apoyo socialista al candidato popular a la Presidencia de la Mesa. Ambos usaron todos sus recursos dialécticos para huir, incluso, de la palabra acuerdo: el PP anuncia su intención de presentar candidato y advierte al PSOE de que no permitirá que sea otro de la izquierda, lo que deja al grupo de un desaparecido Javier Fernández sin otra alternativa que elegir "entre dos males, y el menos malo era el del PP". Por su parte, Espinosa recalca la ausencia de cualquier contrapartida -pese a la ya citada ausencia de candidatos del PP a los otros puestos ya mencionados, dejando vía expedita a los del PSOE- y mantiene que, hay que limitar lo de hoy a un hecho puntual y que las vías siguen abiertas para un acuerdo de gobierno o legislatura con Foro Asturias y sólo con ellos, como estaban hasta ayer. Por la suya, Lastra sigue el mismo guión citado y solamente sorprende a propios y extraños cuando, ante la pregunta de las razones para no haber concedido una de sus dos plazas a su tantas veces socio, IU, recurre por todo argumento a que su grupo se había planteado como condición inexcusable tener esas dos plazas en la mesa presidencial. "Qué se lo hubieran dado otros -dijo textualmente". ¿Quién? El PP o Foro Asturias. Parece difícil, ¿verdad Fernando?
Si socialistas y populares se esforzaron en huir de cualquier atisbo que llevase a la palaba pacto, lo contrario ocurrió en las otras dos fuerzas políticas con representación tras el 22 de mayo. Foro Asturias ha encontrado en la votación de ayer un componente esencial para reforzar su ya reiterado discurso de la pinza PSOE-PP y cargar las tintas sobre las consecuencias que su actuación tendrá ante los asturianos y las explicaciones que ambos partidos tendrán que dar a los mismos. Más duro fue Jesús Iglesias. quien entró a saco en esa 'pinza' e incluyó en la misma lo ocurrido el pasado sábado en el Ayuntamiento de Cangas del Narcea o en el de Oviedo, donde los socialistas "no tuvieron siquiera la valentía de presentar candidato" dando una vez más la Alcaldía a Gabino de Lorenzo, la 'bestia negra' del resto de la Corporación, los propios ediles del PSOE incluidos. El coordinador de IU recurrió incluso al famoso bando franquista que puso el punto y final a la guerra civil repartiendo los adjetivos de cautivos y desarmados entre los partidos mayoritarios en el conjunto del Estado y asignar el papel de vencedor a Cascos y su partido que hoy "alcanzaron los últimos objetivos" (sic). No contento, comparó a PSOE y PP -los dos grandes "perdedores" del 22 de mayo, dijo- con dos boxeadores noqueados que se agarran uno a otro para no caerse al suelo y poner fin al combate. Fuera de micrófono el candidato de la coalición de la izquierda se atrevió incluso a lanzarles un recado a sus hasta ahora socios de gobierno: "Acordaros de Extremadura".
Y si IU asignó el calificativo de perdedores a socialistas y populares, tampoco Foro les escatimó tal condición, advirtiendo que su "pacto" va a ser el detonante final de la derrota de ambos. Enfrente, Lastra también puso especial énfasis en resaltar que el resultado de ayer es la primera "gran derrota" de Cascos.
El escenario real es que desde hace semanas Cascos acumula más victorias que derrotas, unas de poder real y otras de imagen, aunque sus adversarios se empeñen en investirle con los atributos de intransigente, despectivo con los demás, acaparador, y otras lindezas, algunas quizás con más o menos argumento. Aunque es verdad que se ha quedado sin la Presidencia del Parlamento regional, parece lógico pensar que el veterano político sabía que la tenía perdida y, por contra, con una estudiada estrategia, ha colocado a socialistas y populares con alguna que otra 'vergüenza' al aire ante los asturianos que, como no dudaron en admitir, tendrán que explicar, y hacerlo bien, para convencer a sus votantes, labor que se me antoja no será fácil. El truque no parece malo: me quedo sin un cargo que estatutariamente se limita a la representación institucional y a dirigir los debates de la Cámara a cambio de situar a mis adversarios ante sus paisanos en un escenario complejo de solventar. Y si no que se lo pregunten ya a algunos decenas de militantes de PSOE y PP que han empezado a poner el grito en el cielo por su "acuerdo", aunque sus representantes incidan en su condición de "puntual".
Como las hormiguitas de su anagrama, Cascos va acumulando punto a punto un bagaje nada dedeñable y de alcance imprevisible. ¿Como será que, sin contar aún con la Presidencia del Principado, algunos ya empezaban a jugar ayer con la hipótesis de las posibilidades temporales que el Estatuto de Autonomía dea a unas elecciones anticipadas que, a medio plazo, pudieran cambiar todavía más que el 22 de mayo el panorama político asturiano? Pero esa ya es otra historia.
Una neurona de Paco Cascos vale por todos los cerebros juntos del resto.
ResponderEliminarMe encanta el cabreo de IU, aunque en Extremadura se volverán a aprovechar de ellos, así que Jesús Iglesias se tendrá que volver a tragar sus amenazas.
Lastra, los derrotados habeis sido vosotros y el PP, osea el nuevo PPSOE, pero no te preocupes, la derrota la vais a entender del todo si Cascos tiene el valor de convocar nuevas elecciones lo primero que le sea posible. Ese día, el PP desaparecerá en Asturias, y el PSOE se quedará con su mínimo techo, algo que siempre tendrá, porqué el intelecto no se alimenta en tres días, el "higado del abuelito", si, es eterno.
Está clarísimo que no va a haber elecciones anticipadas.
ResponderEliminar¿Queréis más inestabilidad que la que tenemos ahora en Asturias con los últimos pactos?
FAC ganó por número de escaños, PSOE por número de votos y finalmente gobierna el PP en coalición con el PSOE en el Parlamento, mientras Cascos está en el Gobierno. ¡Toma ya!
"El trueque no parece malo: me quedo sin un cargo que estatutariamente se limita a la representación institucional y a dirigir los debates de la Cámara a cambio de situar a mis adversarios ante sus paisanos en un escenario complejo de solventar."
Esto no es cierto, justamente es al contrario. La estrategia no ha venido de Cascos, le fue impuesta por PP y PSOE.
PP y PSOE han sabido cómo tapar sus vergüenzas al apoyarse en el Parlamento. Un poco de seriedad. No se puede hacer pasar una derrota propia por un éxito estratégico.
FAC no ha sabido decidir. ¿Por qué no han sido claros al intentar pactar con el PP?
Y aprovecho para hacer un inciso, dado que este blog es portavoz de Foro Asturias.
ResponderEliminarAunque no viene al caso, Foro Asturias debe replantearse lo de la marca "Made in Asturias". No como concepto, por supuesto, que es positivo, sino sobre cómo desarrollarlo.
La campaña "Lo dice todo el mundo", con publicidad en Internet, en transportes o en la tele ha sido tremendamente existosa en toda España. Es la primera campaña que aúna Asturias como paraíso natural y como paraíso tecnológico.
De ahí que el concepto "Made in Asturias" (o Mi Asturias) - creo que vendría bien un cambio de nombre - deba extenderse a lo intangible, es decir, al producto cultural y, otra vez, a la producción industrial. (Para explicarlo de otra manera, además de sidra "made in Asturias", se puede vender la experiencia de la ópera "made in Asturias", por ejemplo.)