Cuando Foro Asturias celebró su congreso constituyente, una de las palabras de referencia en debates e intervenciones fue la de "renovación". Unos se lo creyeron al pie de la letra y otros, más escépticos, preferimos esperar acontecimientos, sobre todo teniendo en cuenta que la nueva fuerza política del panorama regional tenía como origen y destino a su líder indiscutible, Francisco Álvarez-Cascos, uno de los veteranos de la historia de la democracia en esta comunidad y, también, del ámbito nacional.
Al margen de la designación del candidato indiscutible a la Presidencia del Principado, la realidad, al menos hasta el momento, se ha encargado de dar la razón a los que tuvieron fe y desmentirnos a los incrédulos -será porque uno ya va teniendo muchos años y ha visto demasiado en esto de la 'res publica'-.
Cuando se anunció el nombre de Carmen Moriyón como cartel electoral de Foro Asturias a la Alcaldía de Gijón, la sorpresa fue mayúscula para muchos. Se habían barajado muchas opciones con alguna experiencia política y a esa plaza aspiraban, además, más de una docena de antiguos ediles del PP. La elección para esta primera plaza de relevancia ante el 22 de mayo tuvo, al margen de la sorpresa, un acompañamiento de promesas de prototipo o modelo de perfil para los candidatos de FAC a otros ayuntamientos de relevancia. Sin embargo, también aquí se produjo un relativo escepticismo, sobre todo porque que para otros importantes municipios seguían sonando nombres conocidos. Ahora, el partido de Cascos ha formalizado un buen número de candidatos a alcaldes, entre ellos los de la mayoría de las principales urbes asturianas, y la línea elegida ha sido, efectivamente, la de la "renovación". Se van quedando aparte aquellos que aportaban experiencia y aparecen en el panorama regional nuevas caras que, en casi todos los casos, tienen un buen currículum profesional, social o personal, pero ninguna experiencia política. En definitiva, que, por el momento, la promesa se está cumpliendo y la existencia de ese candidato-tipo del que hablaban al empezar el proceso lo están llevando a rajatabla.
Parece claro que FAC no quiere listas 'contaminadas' y que está dispuesto a seguir adelante en ese proceso de 'regeneración' con las personas que podrían ocupar un papel relevante en las instituciones que salgan de las urnas en mayo. Hay en esta actitud un inicial valor encomiable orientado a "cambiar" el panorama político asturiano, pero también hay que resaltar que conlleva un elevado factor de riesgo que podría ser mayor si, como apuntan algunos de los dirigentes del nuevo partido, las listas se van a completar mayoritariamente con los mismos criterios. La figura del líder principal es un activo de mucho peso, pero no puede serlo todo ni tapar todos los huecos y la bisoñez de sus candidatos puede acabar pagándola. Por utilizar un símil futbolístico, no sería muy razonable que para una de las próximas jornadas ligueras, en uno de los partidos decisivos que al Sporting todavía le tocan jugar, el 'mister' decidiera sacar al completo al equipo filial. Una locura, ¿no?
FAC es una apuesta nueva y ya con muchos méritos a sus espaldas, como esos millares de afiliados conseguidos en un tiempo récord. Ya comentaba hace algunas semanas que, tras el congreso, venía la parte más complicada. Aquel cónclave no fue precisamente un modelo de organización -disculpable en un grupo corto y sin margen temporal-, pero se saldó con un éxito relativo porque lo que importaba era poner en marcha la maquinaria y situar al frente de forma oficial -oficiosamente nadie la había discutido- a Cascos como 'el gran timonel'. Ahora las cosas son distintas y los 'alborotadores' de Pruvia van a ser sustituidos en la contienda por políticos de colmillo retorcido y mucha experiencia en su historial. Lanzarse contra ellos con la 'mente limpia' y toda la voluntad del mundo podría equipararse al orgullo de un insigne mariscal que lanza a su ejercito, entusiasta aunque minoritario, a una batalla a campo abierto contra un enemigo con generales expertos y buenos estrategas, además de unas tropas más preparadas y pertrechadas.
Queda por ver qué es lo que va a pasar definitivamente con el resto de los puestos de las listas municipales comentadas y, sobre todo, en las correspondientes a las tres circunscripciones autonómicas. Es de suponer que, a pesar de querer ser diferente a todos los demás, FAC acabará por combinar tanta cara nueva con algún veterano experto en estas lides que puedan completar equipos y asesorar a sus cabezas de lista en aquello en lo que todavía flojean por su recién estrenada condición de políticos -algunos malintencionados ya susurran al oído que el recurso a los novatos es para "mangonearlos" mejor desde una segunda o tercera fila, si no desde la sede correspondiente del partido-.
La opción de una apuesta total por lo nuevo sería una jugada con un alto factor de riesgo y que, si sale mal, podría acabar con las ilusiones de tantos asturianos convencidos de que nuestro panorama político tiene que cambiar y en mayo es el momento.
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