La pasada semana escribí en esta modesta tribuna un comentario sobre la ausencia del Gobierno asturiano en la 'foto de familia' que en Aragón oficializó el AVE Santander-Mediterráneo. Por primera vez desde que abrí esta ventana hubo participación y controversia. Una persona anónima se mostraba de acuerdo con la postura del Gobierno asturiano contraria a ese proyecto y con sus argumentos en defensa de que la comunicación de Asturias con las comunidades del Mare Nostrum pasaba por Madrid. Incluso, esa persona mencionaba el importe -a su juicio un desembolso injustificado- del tramo Asturias-Santander, que empalmaría con ese futuro nuevo eje ferroviario.
Dos puntualizaciones a esa argumentación completamente respetable. Por un lado, no tiene en cuenta que no se trata de unir el Principado con Santander, ni siquiera con Valencia, sino con el valle del Ebro y Cataluña -¿o también ahí vamos a ir en alta velocidad por Madrid?- que conforman con la Comunidad valenciana probablemente el eje más dinámico de España. Por otro, conectar por alta velocidad las capitales asturiana y cántabra sería completar el AVE del Cantábrico, un trazado del que hasta la fecha, de las comunidades de la Cornisa, solamente el Gobierno del Principado se ha desvinculado.
Se dirá que tanto un proyecto como el otro son, por ahora, eso, proyectos, pero en ningún caso me parece justificado desvincularse de ellos. También dirá alguno que lo queremos "todo". Bueno, pues sí. Quizá haya que recordar a algunos que en otros lugares de España ya se diseñan infraestructuas de menor empaque territorial, con todo el respeto -todo sea dicho- para sus beneficiarios.
Un ejemplo, el AVE entre Murcia y Almería. ¿Por qué no? Ya está en marcha. Lo peor es que uno descubre detalles que hablan del distinto criterio que Fomento utiliza a la hora de planificar. Un detalle, en ese nuevo trazado el departamento de José Blanco admite que habrá dos paradas en 65 kilómetros, una en Lorca y otra en Vera, una localidad en la que, curiosamente, veranean altos cargos socialistas. ¿Pero cuando el 'número dos' de Fomento vino en agosto a Asturias a explicarnos las 'ideas' -que no otra cosa- para el trazado desde Pola de Lena hasta... (¿Llanera? ¿Oviedo? ¿Gijón?) no esgrimió el argumento de que en distancias costas no se pueden hacer varias paradas porque no le da tiempo al AVE a tomar su velocidad máxima antes de tener que empezar ya a reducirla?
La alta velocidad la quieren todos -bueno, casi todos- y las obras hay que hacerlas paso a paso. Lo que es necesario es que el Gobierno de Zapatero establezca de una vez un criterio único y racional para afrontar el diseño nacional definitivo, que nos llevará al año 2020 ó 2025. ¿Quién sabe?
Lo de González y Guerra en el 82 priorizando sobre cualquier otro el AVE de Sevilla tenía el argumento de la Expo, aunque no todo el mundo lo entendió así. Ya va siendo hora de que todos seamos en verdad iguales en infraestructuras; por ahora no es así.
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