martes, 3 de noviembre de 2009

El nuevo Sporting

A pesar de la insistencia de una persona muy allegada, me he resistido durante semanas a exponer mi visión del nuevo Sporting de Gijón que han montado para esta temporada Manolo Preciado y su equipo de colaboradores. Y no es que el proyecto no se lo merezca, no. Mi principal problema ha sido lo inevitable que rsulta aportar algo a un asunto del que entiende todo el mundo -aunque no todos lo mismo- y del que prácticamente no queda nada por decir.
Ver el encuentro del pasado domingo en Riazor me ha animado a dejar a un lado reticencias y aportar un pequeño granito de arena a la euforia que despierta el equipo rojiblanco entre su afición. Es obvio que el partido de Coruña no fue para poner como ejemplo del fútbol vistoso y desbordante al qu ahora se quieren apuntar todos los equipos desde que la pasada temporada el Barça ganara con brillantez inusual el 'triplete'. Es probable que, dejando de lado el corazón rojiblanco, hubiera que convenir en que el equipo de Miguel Ángel Lotina hizo más meritos para llevarse los tres puntos. Aunque me he negado -el corazón no perdona- a ver bastantes de los choques del Sporting esta temporada, de los presenciados y de los amplios resúmenes que la feroz competencia televisiva nos permite contemplar hay que convenir, en primer lugar, que se trata de un nuevo Sporting. Voy a pasar de largo los no por ciertas ya manidas lusiones a los cambios en la zaga, que han dado al equipo una seguridad de la que la temporada anterior carecía, convirtiéndose muchas veces en su talón de Aquiles; de lo que han aportado al equipo jugadores como Rivera -no brilla como las estrellas, pero realiza una labor encomiable partido tras partido- o Miguel de las Cuevas, cada jornada más incisivo y uno de los principales peligros para los contrarios en estos últimos encuentros. Al margen de las individuales, lo más destacado -a mi entender- del proyecto actual es su seriedad, y ello sin perder la personalidad que llevó a los rojiblancos en su primera etapa de retorno a Primera a contar con las simpatías generalizadas -hay que dejar siempre a un lado al equipo de transmisiones de Canal +, dirigido por un Michael Robinson al que algo le debe haber hecho el Sporting en el pasado (quizá cuando jugaba en Osasuna) para que la misma jugada tenga en el contrario un valor que se diluye y menosprecia cuando tiene color rojiblanco)-.; una simpatías basadas en su juego alegre y fresco, la misma alegría y frescura que les hacía muchas veces irse a vestuarios con un montón de goles.
El estilo no ha cambiado, en líneas generales; la tenacidad y la entrega, siguen siendo señas de identidad de un equipo que, sin embargo, ya sabe nadar -muchas veces con estilo- y guardar la ropa. La cosa acaba de empezar, pero las vibraciones son buenas, y no sólo en la 'mareona' incondicional, sino en aquellos más pesimistas que tienen los pies sobre el suelo y prefieren renovar sus alegrías cada semana.
Ahora el Sporting figura en la sétima plaza de la tabla y lleva perdidos solamente dos partidos de nueve disputados, un mérito que tiene el aval de haberse enfrentado a Barcelona, Real Madrid, Valencia o Deportivo. Algunos, como ocurrió esporádicamente la temporada pasada, ya se empecinan en hablar de puestos europeos sin pensar en que, a pesar del desastroso comienzo liguero, a estas alturas el equipo tenía la pasada temporada uno o dos puntos menos. Las cosas pasito a paso, que luego vienen las vacas flacas -casi siempre después del parón navideño- y empezamos a mirar a cuantos puntos estamos del descenso.
Es verdad que el Sporting del año pasado ganaba o perdía, pero nunca empataba. Este año si consigue tablas y suma puntos, aunque sea de uno en uno. Pero lo más importante es la constancia y la fe en las posibilidades que el conjunto tiene incluso cuando no juega ni medio bien. Valencia y Deportivo son dos ejemplos que si correspondieran a un equipo con más prensa nacional podrían recibir calificativos tan ridículos como ese de la 'heróica'. Son sencillamente dos encuentros que muestran que este equipo funciona como tal y que el contrario nunca debería darle por muerto, aunque pueda parecérselo sobre el cesped.
Pueden pasar todavía muchas cosas, y repito los riesgos de la euforia. Lo que sí me parece evidente es que, de seguir como hasta ahora, se perderan partidos importantes, pero hay una base para avanzar en la Liga sin los sobresaltos y ahogos de hace un año y llegar al final del camino con la tranquilidad de un equipo como lo es, modesto, pero 'respondón'.
Esto que para los sportinguistas son cualidades, tiene sus detractores, aunque sean tan parciales como los citados comentaristas de Canal +, capaces de bautizar a un juego que tan buenos resultados está dando como "Pesado". Por si algún rojiblanco no vio el partido por la cadena de pago del Grupo Prisa el domingo, éste fue el epíteto que repiteron para justificar el puntoque el Sporting se llevó de Riazor.
Señor Robinson, quítese usted las telarañas de la boca para que todos le entendamos. Es usted libre de calificar como quiera el espectáculo que comenta. Eso sí, si el del Sporting es un juego 'pesado', bienvenido sea para su afición y otros muchos seguidores que tiene por toda España. ¡Ya quisiera que otros equipos por los que muestra más simpatía fueran tan "pesados"!

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