domingo, 9 de mayo de 2010

Aréstegui da la cara

En ese escenario de carnaval en que se ha convertido el hipotético regreso de Cascos a la política asturiana resulta especialmente de agradecer que algunos se quiten la careta y digan -con la prudencia que las circunstancias imponen, of course- directamente lo que piensan. Mientras el ex ministro mantiene un total hermetismo -interpretaciones aparte- sobre la poisibilidad de que opte e la Presidencia del Principado por su partido, son amplia mayoría los que se enmascaran, se disfrazan, ofician el travestismo político, para subirse a la ola y dejarse llevar por la corriente mayoritaria.
Por eso en este contexto de falsos conversos es de agradecer que otros, una minoría, llamen a las cosas por su nombre y se 'desnuden' ante futuros tan inciertos como el que se le presentan a día de hoy a los populares asturianos. Un caso singular de este grupo es el del portavoz adjunto del grupo parlamentario del PP en la Junta General del Principado, Joaquín Aréstegui, quien hoy mismo, en una incisiva y ágil entrevista de mi compañero de 'El Comercio' Andrés Suárez, llama por su nombre a muchas de las cuestiones candentes del asunto, eso sí, con la aludida prudencia que el momento aconseja.
Aréstegui no duda al recordar que el ex vicepresidente del Gobierno no ha dicho esta boca es mía, como tampoco al separar al propio Cascos de sus incondicionales o los posibles prejuicios que la estrategia de estos pueda ocasionar a su líder. El presidente del PP avilesino advierte de los problemas que la actual deriva de esta estrategia pudiera tener si, al final, el presunto candidato dice que no quiere serlo; señala que los congresos, por mucho que se les pueda criticar, son la base de la política de su partido y sus resultados son sagrados, aunque puedan no gustar ni poco, ni mucho, ni nada. Tampoco oculta, aunque se haga un tanto el remolón, sus aspiraciones a esa plaza que se le adjudica a Cascos. Quizá en lo que más acertado esté es cuando se refiere a los apoyos que proliferan a la candidatura de éste a "muchos a los que nunca he oído hablar bien de él y ahor piden certificados", aportando además la gallardía de citar por su nombre a algunos de los, por el contrario, nunca han cambiado de chaqueta y siempre han sido incondicionales del ex vicepresidente del Gobierno con Aznar.
No conozco a Aréstegui más que por referencias y estas son tan contradictorias -políticamente hablando, se entiende- que no me atrevo a juzgar sus capacidades. Parece obvio que, frente a otros nombres, carece en estos momentos de dos o tres toneladas de conocimiento general que, sin desmerecer nada, rebajan el caché de su cartel electoral. Lo que parece evidente es que en estos momentos el político avilesino está tratando de ocupar, incluso lo hace nominalmente, el papel de otro valor emergente en el pasado, prematuramente quemado por sus 'malos pasos'. Me refiero a Juan Morales, aunque el discurso y la escuela de éste supera por el momento con claridad a la de su 'relevo'.
Decía que Aréstegui, en esa amplia e interesante entrevista publicada hoy mismo, da la cara y llama a muchas cosas por su nombre. También disimula o enmascara alguna otra, como cuando pone en solfa el "clamor" popular en favor de la candidatura de Cascos. ¡Hombre, ese clamor que él sólo ve en el fútbol, brilla por su ausencia no con Cascos, sino con todo lo que tiene que ver con la política asturiana del día a día y con quienes tienen la responsabilidad de hacerla efectiva, él incluido! Tampoco creo que esté muy acertado al englobar en ese presunto "ajuste de cuentas" a la mayoría de los 'casquistas', a pesar de que algunos de ellos sí pueden tener cuentas pendientes que quieran saldar con la 'operación Cascos'. Cuando se refiere al propio ex ministro no puede evitar salpicar sus palabras de elogio con alguna que otra alusión que da a entender que, como tantos otros, se sentiría mejor, sin el polémico y veterano político asturiano cerca. Recuerdo a bote pronto lo de los candidatos "que están en edad para ello" o a que en estos momentos se promueve la candidatura de Cascos en unas condiciones "que no son las óptimas".
Lo que Aréstegui no dice, pero deja traslucir con claridad es que el ex secretario general no es sun candidato, entre otras cosas porque le cierra el paso a él mismo. Tampoco se puede olvidar que, en el último congreso nacional celebrado en Valencia, Cascos le hizo un desagradable desplante público que, según los presentes, llegó al insulto, dejándole en una de esas situaciones que te dejan cara de tonto y no sabes por dónde salir.
Como en lo de las simpatías y antipatías sólo cada cual manda, parece legítimo que el líder popular avilesino combine los innegables méritos de la trayectoria política de Cascos, con un claro 'pero a mí no me gusta'. En cualquier caso, como comentaba al principio, es de agradecer que en tiempos de disfraces alguien, como ha hecho él, vaya por las claras. Si el ejemplo cundiera, podríamos ver lo que de verdad hay detrás de tanta careta como prolifera en estos momentos por el PP asturiano.

1 comentario:

  1. Collado Pandébano10 de mayo de 2010, 14:40

    Más que caretas, lo que abundan son "caras" (o sea, cara duras) que, como tantas veces nos ha demostrado la historia de la humanidad, pendulean hacia un lado o hacia otro en función de lo que puedan rascar.
    La entrevista a Aréstegui con fotona de estadista para agradecerle el detalle, cobra valor, sobre todo, porque es de los pocos que ha salido públicamente con su nombre y apellido a decir lo que piensa que, por otro lado, coincide con lo que todos nos imaginábamos: si Cascos no viene, ¡primer!.
    Lo tiene complicado porque Cascos va a venir sí o sí y ahora a Aréstegui no le valen tretas miserables como la que le endosó a Manuel Peña (portavoz municipal en Avilés) por mostrar públicamente su apoyo a Alicia Castro en aquella tentativa para auspiciar un relevo de cierta solvencia a la candidatura de Ovidio Sánchez.

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