sábado, 8 de mayo de 2010

Cascos antes que Pilar

Advertía ayer el alcalde de Oviedo contra el riesgo de que el retornno a la primera línea de la política asturiana de Cascos se convierta en un "culebrón". Mucho me temo, señor De Lorenzo, que eso ya no tiene remedio. En estos momentos, la "presunta" candidatura del ex vicepresidente del Gobierno ya es un asunto que acapara la atención de la actualidad política, y no sólo en los medios informativos regionales, sino también en los nacionales. No hay convocatoria, rueda de prensa o acto público en el que, a cualquiera que sea algo en el Partido Popular no se le haga la pregunta sobre la posible vuelta de Cascos.
Comentaba días atrás que, frente a la plataforma a favor de que el veterano político asturiano encabece la candidatura autonómica de su partido a la Presidencia del principado el año próximo, ha surgido un frente anti que parece tener como objetivo, amén del principal de frenar ese retorno, poner a Pilar Fernández Pardo como una cara "nueva" frente al "desgastado" ex ministro, convertirla en alternativa real frente a quienes temen más que a un 'nublao' la posibilidad de que Cascos se ponga otra vez el traje de faena y lo haga en su tierra precisamente. También advertía, frente al desbocado optimismo de los seguidores de Cascos, que sus enemigos, al margen de los que dan la cara, son muchos muchos más de los que parecen y más poderosos de lo que algunos se creen.
Sin embargo ese "indeseado" culebrón cada día se retroalimenta y crece, como lo demuestran no tanto las palabras sacadas 'con gancho' a los dirigentes populares como las lógicas y legítimas interpretaciones que se pueden extraer de las mismas.
Ayer, en concreto, se produjeron dos manifestaciones que, al margen de su literalidad, tienen un especial significado en esta guerra fratricida que ya casi nadie se atreve a negar. Por un lado, el presidente regional del partido, Ovidio Sánchez, se refirió "al entusiasmo que genera la vuelta de Cascos", entusiasmo al que no tuvo reparos en sumarse personalmente. Por su parte, el alcalde ovetense, Gabino de Lorenzo, se reafirmó en que el ex ministro "sería un gran candidato para Asturias" y dejó constancia de su apoyo formal, con firma y todo, a esa candidatura en el escrito de alcaldes y presidentes de juntas locales que en Génova afirman ignorar, poniendo en cuestión incluso su existencia, por no mencionar las "presiones" ejercidas sobre los preuntos firmantes.
A estas alturas ya nadie se llama a engaño de que Ovidio Sánchez teme más el retorno de Cascos que Areces o Javier Fernández. Por lo que al regidor de la capital se refiere, las relaciones con el ex 'general secretario' del PP han tenido altibajos, pero su presencia en Asturias representaría un serio impedimento para su omnímodo poder en la sombra sobre la organización regional.
¿Por qué entonces esos repentinos entusiasmos que no existían hace unos pocos meses? Yo diría que el cambio de registro de estos importantes personajes tiene mucho que ver con la ya comentada presunta alternativa de Fernández Pardo. Si Cascos no despierta simpatías, de la presidenta gijonesa tampoco se puede decir que arrastre a las masas. Su maquiavélica trayectoria, significada muy especialmente antes del último congreso regional, la ha dejado marcada y tanto Sánchez como De Lorenzo se la tienen guardada. No se puede jugar tan mal al 'póquer descubierto' como la hecho la líder de los populares de Gijón y pensar que se puede seguir adelante en una imparable carrera de ambiciones crecientes que la ha llevado a tontear con unos y con otros. ¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que tango la imprsión de que el presidente regional y el alcalde de Oviedo han pensado que, si la alternativa al no deseado regreso de cascos es la susodicha Pardo, quizá es mejor apostar por el primero, al que al menos se le ve venir siempre de frente, aunque sea como un miura.
Todo esto sucede An asturias mientras el interesado captaba ayer la atención nacional en unas jornadas del PP castellano-leonés en las que, al margen de reiterarse en su tema favorito, las infraestructuras, y en poner en valor una vez más con números sus logros frente a los de sus continuadores socialistas en Fomento, algunos han querido quedarse con una frase: "La situación política actual no permite la pasividad? Parece obvio que el polémico político asturiano se estaba refiriendo a asuntos de interés general, pero algunos han preferido trasladar su significado al ámbito regional, con su correspondiente refuerzo a la hipotética intención de volver a la primera línea de la política autonómica.
Lo único que parece claro es que, como mencionaba en mi anterior comentario, nadie le ha sacado a Cascos todavía una sola frase concreta que le comprometa con su candidatura al Principado. Es más, ayer, en una breve referencia a este asunto, calificó de "irrelevante" si se presenta o no. Y ésta, señores, va a seguir siendo la tónica general por mucho tiempo.
Sí fue mucho más concreto, en cambio, a la hora de apostar por unas elecciones generales anticipadas. ¿Quizá para aclarar de una vez si el PP tiene 'fondo' para ganar a un PSOE muy tocado y, en caso contrario, preparar, ahora sí, la alternativa de la vieja guardia del aznarismo a la que pertenece por derecho propio y de la que se siente orgulloso de pertenecer?
En definitiva, que mientras él teje su juego, en Asturias otros se encargan de alimentar el otro "culebrón", el de su retorno, un aspecto que el ex 'número dos' de Aznar se empeña muy hábilmente en mantener en la nevera. Desde este punto de vista regional, unos días parece estar más cerca de ser cartel electoral asturiano y otros se transmite que esa opción se aleja. Mientras tanto, Rajoy, haciendo gala de su proverbial estrategia de no 'mojarse' en nada que no sea imprescindible, afirma públicamente sobre el regreso de Cascos que "algo he leído en la prensa". ¿Sólo eso?

1 comentario:

  1. A más de un año para las elecciones autonómicas, algunos no entendemos muy bien las prisas por nominar a un candidato que no necesita "rodaje" ni "bagaje" político. Solo se justificarían si el PP de Asturias estuviese desnortado. ¿Lo está? A la vista de tanta firma y tanta declaración parece que sí, que lo que verdaderamente preocupa a muchos populares asturianos es tener un líder que comience a actuar... en su propio partido.
    No cabe duda que Cascos va a ser el cartel electoral, pero tras al acelerado apoyo a su candidatura se esconde, sobre todo, un deseo de cambio profundo e inmediato en la estructura organizativa del PP de Asturias. Con el pobrísimo balance opositor en el Parlamento regional y en muchos AYuntamientos, ese deseo de cambio radical en la organización no me extraña, sinceramente.

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