miércoles, 20 de febrero de 2013

Explicaciones "minuciosas"

A medida que avanza en su trabajo, la comisión especial de la Junta General del Principado constituida ex profeso para investigar el conocido como 'caso Renedo' da muestras inequívocas de su absoluta inutilidad, por mucho que algunos grupos parlamentarios se empecinen en adornarla con adjetivos que no le corresponden. Desde que la creación de dicha comisión se convirtió en una de las condiciones para facilitar el acceso de Javier Fernández a la Presidencia del Principado fuimos bastantes los que supimos que las oportunidades de que pudieran esclarecerse por este conducto los pormenores de la presunta concesión irregular de contratos desde la administración regional eran nulas.

El progresivo desfile de imputados y otros ex altos cargos de los distintos gobiernos de Vicente Álvarez Areces (éste incluido) ante los parlamentarios designados por las fuerzas políticas con representación en la Cámara se ha transformado en un diálogo de sordos donde unos leen los papeles que les han preparado, otros ponen cara de poquer y las van viendo pasar y los más guardan un sospechoso silencio.

De esta forma se van sucediendo las presencias de ex consejeros y otros ex altos cargos que hacen la estatua ante las preguntas de los diputados y se van por la misma puerta por la que entraron sin querer aportar un gramo de sinceridad que ayude en las labores de una comisión que se denomina de investigación. Así, poco va a investigar.

Eso sí, los que deciden utilizar la palabra lo han hecho para manifestar su ignorancia, su absoluta falta de culpa y señalar a aquellos compañeros que ya parecen ser quienes van a cargar con el muerto por su evidente implicación, anque incluso estos reclaman su inocencia. En definitiva, que, aunque era lo inicialmente previsto, el valor de lo que pueda salir en claro de este foro despierta más bien muy pocas esperanzas.

Resignados a este resultado no por esperado menos ofensivo, choca un tanto en el guión que alguno de los protagonistas de esta farsa se permita considerar estupidos a los asturianos con declaraciones insultantes. Tal es el caso del portavoz socialista, Fernando Lastra, experimentado perro de presa de su partido, que hoy se ha permitido destacar la "minuciosidad" de las explicaciones que se están facilitando por parte de sus compañeros de partido en otro tiempo al frente de la Administración del Principado. ¿Tomadura de pelo? Es posible. De otra forma no se puede entender que se utilice tal terminología para calificar los turnos de comparecencias de personas que recurren al silencio o a negar la respuesta a las preguntas de los comisionados limitánose a leer un texto precocinado.

Hasta ese curioso protagonista de excepción en la actual política institucional asturiana en que el capricho de las urnas ha convertido al único parlamentario de Unión, Progreso y Democracia se ha permitido la observación de considerar "descorazonador" que quien fuera durante años la portavoz del Ejecutivo autonómico, Ana Rosa Migoya, haya rechazado someterse a las cuestiones que pudieran plantearse los miembros de la comisión de investigación. Alguien dirá que es una anécdota solamente, pero refleja a las claras la nula intención de colaborar que muestran la mayoría de los comparecientes.

Y así, en esa feria de las vanidades, se va consumiendo en la vaguedad y la inacción la que se empecina en continuar titulándose comisión de investigación. Aquellos que siempre pensaron que su creación no era sino un necesario trámite para recuperar el poder deben estar desternillándose de risa para sus adentros y rumiando en voz baja: ¡Qué trabaje el juez!

1 comentario:

  1. Lamenteblemente todo se parece al Estado de la Nacion.
    Negaciones y mas negaciones para negar las pruebas que ya estan en poder de los jueces.
    Da sueño todo esto.

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