La petición, hoy, del coordinador general de Izquierda Unida de Asturias a la dirección de la Federación Socialista Asturiana para que aparte cautelarmente de militancia a la ex consejera de Cultura Ana Rosa Migoya y al ex director general de Promoción Cultural, Carlos Madera, ambos imputados por el juez Sorando en el conocido como 'caso Renedo' o 'caso Marea', esa petición -digo- ha venido a poner una vez más sobre el tapete la desunión existente en las alturas de la coalición; una desunión manifestada durante el último congreso autonómico y que se saldó con lo que, para algunos, fue un cierre en falso de los enfrentamientos internos a propósito de la disparidad de criterios existente en su seno sobre aspectos prioritarios de la política regional. Un ejemplo claro, la incorporación o no al Gobierno de Javier Fernández planteada con ocasión de la mencionada cita congresual.
De aquella, aunque por poco, triunfó la opción de Manuel González Orviz, que defendía la independencia parlamentaria de IU como fuerza de oposición constructiva, frente a la más 'institucional' de Noemí Martín, que abogaba por la presencia de la coalición en el Ejecutivo como forma de contribuir a la gestión directa del Principado desde dentro. Una tercera vía, con Ángel González al frente, acabó por integrarse en el proyecto finalmente ganador y el susodicho se ganó la condición de portavoz parlamentario, a pesar de que en sus declaraciones precedentes también se había mostrado partidario de la presencia de IU en el Gobierno asturiano.
Ahora, la petición del coordinador general para que se aparte de la militancia a los dos ex altos cargos mencionados sucede a unas declaraciones previas del citado portavoz parlamentario inhibiéndose de entrar en consideraciones sobre posibles responsabilidades de los ex altos cargos socialistas y relegando las mismas a la consideración del juez.
Un antiguo protagonista, ahora ejerciendo de secundario, Francisco Javier García Valledor, ha utilizado su portal de 'Facebook' para arremeter abiertamente contra lo que él considera una doble vara de medir de su ex compañero del grupo parlamentario; una, para exigir depuraciones contundentes en otras fuerzas políticas por sus escándalos, y otra, para los 'amigos' (lease los socialistas), echando balones fuera y mirando para otra parte. El que otrora ocupara la responsabilidad actual de Ángel González y también ex consejero dos veces en los gobiernos de Vicente Álvarez Areces pone incluso en entredicho la imparcialidad de su compañero como integrante de la comisión de investigación del 'caso Renedo' en la Junta General y le niega la representatividad de la coalición al adoptar posiciones de 'compadreo' con los socialistas.
Podría apelarse al despecho de quien fue representante cualificado de IU y actualmente permanece en el olvido tanto a nivel de partido como institucional. Sin embargo, con más o menos énfasis, son muchos los militantes y simpatizantes que exigen a la dirección de la coalición posturas claras ante un problema como es el de la corrupción que en este momento está a flor de piel en la sociedad y que no admite medias tintas.
De los órganos competentes depende que Izquierda Unida en Asturias pueda ofrecer una imagen de cohesión el formular unos planteamientos nítidos sobre los problemas que preocupan a la ciudadanía. En unos momentos en los que la crisis de los dos grandes partidos no hace sino reforzar sus apoyos, jugarse el ser o no ser no es compatible con la tibieza o las soluciones a medias. Mantener esa sensación de que cada cual va por su lado no hace otra cosa que poner en duda si existe una IU o son las mil y una que conforman sus grupos, grupúsculos o militantes.
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