lunes, 26 de octubre de 2009

A vueltas con el regreso de Cascos

La polémica intervención de Francisco Álvarez-Cascos en el acto de entrega de la Sardina de Oro de la asociación avilesina 'Sabugo, tente firme', a principios del pasado verano, abrió insospechadamente las puertas ana serie de informaciones que relacionaban las virulentas palabras del ex vicepresidente del Gobierno con una hipotética vuelta a la primera línea de la política. Entonces expresé -a través de esta misma tribuna- mis más que serias dudas de que ambos hechos tuvieran una relación directa y, sobre todo, mi convencimiento de que, en ese momento, la vuelta de Cascos tenía escasas posibilidades de convertirse en una realidad, tanto por su propia voluntad como por la de quienes en estos momentos llevan la manija del Partido Popular, tanto a nivel nacional como regional.
Tras el descanso estival, el tema ha vuelto a colocarse sobre el tapete y, en este caso, fruto de una concatenación de hechos que, quienes piensan que el ex ministro está preparando su desembarco en la política asturiana, suman para llegar al resultado final de que la operación está en marcha. Tienen motivos abundantes para hacer esos cálculos, pero uno piensa que, como bien nos enseñaban en la escuela cuando aprendimos los rudimentos de las matemáticas no se pueden sumar peras y manzanas.
Personalmente pienso que, a pesar de todas esas 'apariciones públicas' del incombustible político asturiano, las circunstancias no han cambiado desde aquel ya lejano mes de julio y las circunstancias adversas pesan bastante más que las favorables, permanentemente reforzadas por el importante grupo de personas que trabajaron junto a él y que intentan a toda costa vencer su manifestada resistencia con un voluntarismo digno de los mejores resultados. Razones no les faltan y objetivamente son muchos los elementos que avalan desde el punto de vista del PP, y desde el de Asturias -aseguran no sólo militantes sino muchos ciudadanos-.
El último elemento de la concatenación de elementos que sirven a sus afines para pensar que "la cosa marcha" ha sido la denuncia que el propio Cascos ha interpuesto contra la organización de su partido en Gijón por el presunto intento de destrucción de documentación que el ex vicepresidente, durante muchos años militante del partido en esta ciudad, mantenía en la sede de la plaza del Instituto. El conocimiento de los hechos se remonta a la pasada primavera y ya entonces Cascos había amenazado con tomar cartas en el asunto. Que haya tardado tanto él sabrá a qué se debe. El hecho es que su reclamación a nivel interno ha tenido eco en el partido, que ha actuado con celeridad para abrir una investigación y, como la parsimonia de la dirección regional que encabeza Ovidio Sánchez es de sobra conocida en la calle de Génova, para acelerar aún más las cosas el nombramiento de un instructor lo ha asumido directamente la dirección regional.
Estos hechos son los que han alimentado, principalmente, el fuego de los convencidos de que Cascos debe -y puede- volver. En primer lugar, arrojar al contenedor unos documentos con el nombre del ex ministro demuestra una torpeza manifiesta por parte de la dirección local del partido. Si ha sido fruto del desconocimiento y se debe al celo de un tercera fila de la sede gijonesa, lamentable; si hubiera sido una acción intencionada , porque el susodicho ya no milita en Gijón, peor aún. El caso es que si Cascos tiene enemigos, la primera en el top ten es sin duda la presidenta gijonesa, Pilar Fernández Pardo. Al deshacerse de los papeles citados, ha dado munición innecesariamente a alguien que nadie quisiera tener enfrente.
¿Significa todo esto que es la líder local del partido en Gijón la que ha encendido la mecha con consecuencias inmediatas que abrirían la puerta a que el huracán Cascos desencadenara sobre el PP asturiano un devastador paso que le 'limpiaría' el terreno para su regreso? Yo creo que no. Como comentaba antes, sigo creyendo que no se pueden sumar salmones con denuncias, ni infraestructuras con prebendas.
Hace pocos días, una de las escasísimas personas que en el PP se pueden permitir decir lo que les venga en gana, Manuel Fraga, afirmaba que la vida privada del político asturiano dificultaba de forma constatable su vuelta a la primera línea. Tampoco éste argumento es en este caso restable de los otros elementos del ya complicado 'puzzle' sobre el futuro de Cascos.
Al final, a Cascos no le quieren los que mandan en Gijón; tampoco los que ostentan el poder regional del partido. Ese es un factor determinante, pero bien es cierto que este tipo de cuestiones se solventan en Madrid. ¿Quiere Rajoy a Cascos en la Presidencia del Principado, en el caso de que ganara las elecciones, naturalmente? Pienso que no. Es obvio que entre ambos no hay sintonía y el líder nacional tiene ya bastantes frentes abiertos en comunidades autónomas mucho más complicadas.
Y ahora me dirán, ¿y por qué esa prisa en tramitar la denuncia del ex vicepresidente contra sus ex compañeros de Gijón? Lo primero que hay que tener en cuenta es que el que fuera 'general secretario' del partido a nivel regional todavía cuenta en Génova con un buen plantel de fontaneros que él instaló en la casa y que mantienen una fidelidad a prueba de tiempo con su mentor. Si se leen los nombres que aparecen como impulsores de la investigación a muchos les sonará la música de la letra que acabo de mencionar. Por otra parte, tampoco se trata de que esa iniciativa se haga a espaldas de la dirección nacional; naturalmente que no. Sin embargo, esa misma dirección está "hasta los..." de algunos de los protagonistas del incidente y la polvora que la organización local de Gijón ha entregado incondicionalmente en forma de "papeles a la basura" facilita que se actúe por el libro para, sin favorecer exactamente a Cascos, pisar algunos callos en Asturias y advertir de que la paciencia tiene un límite.
En definitiva, con todos esos nuevos elementos al margen, mantengo mi posición de julio pasado y creo que el terreno no está ni mucho menos abonado para la vuelta de Cascos. Más bien pienso que ese retorno va a tener mucho más que ver con lo que ocurra en su partido a nivel nacional en los próximos meses. Nadie piensa en cataclismos, pero el fuego late por debajo de la aparente tranquilidad de la actual dirección. A medida que se acerquen los periodos electorales, se verá si todo sigue igual o hay un tipo nuevo de apuesta, al margen de lo que se deteriore Zapatero él solito. De los pasos que puedan seguir dando una serie de personalidades podría depender mucho más que de los detalles de una manifestaciones asturianas el que Cascos dé el paso al frente; obvia decir que a quien hay que seguirle los movimientos para este asunto más que a ningún otro es a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre. Ella puede tener la clave de lo que haga finalmente Cascos en el ámbito institucional.

1 comentario:

  1. Antes que nada quiero decir que acabo de descubrir el blog de "Periodista en la Reserva" y ME ALEGRA UN MONTON leer a Marcelino González. Por tres razones principales:
    1.- Como buen periodista, es independiente a la hora de expresar sus análisis y valoraciones.
    2.- Desde hace décadas está muy bien informado de lo que sucede en la política asturiana y especialmente de sus grandes protagonistas.
    3.- Su forma de escribir me devuelve a los juveniles años setenta- ochenta, la época que tantas ilusiones nos despertó con la llegada de la Democracia a España y el nacimiento de lo que se ha dado en llamar (no sé si de una forma un tanto cursi) la "arquitectura constitucional". Si alguien ha visto y escrito como se cimentaban las nuevas instituciones que nacían entre tierra democrática para sustituir a las pasadas, ese es Marcelino González.

    En lo referente a este post sobre el regreso de Cascos, coincido en que el terreno para su vuelta no está abonado, pero sí han habido algunos cambios sustanciales desde la intervención en el Teatro Palacio Valdés (Avilés). Para mí el mayor cambio ha tenido lugar en las filas del PSOE con la orden tajante para que se cerrase el debate sobre la sucesión de Alvarez Areces que abrió cruelmente Alvaro Cuesta, continuó con José Blanco y terminó con Javier Fernández ordenando chitón en las reuniones de las bases. Sólo la mareona que induce la posibilidad del retorno de Cascos, provoca el recule de los socialistas.

    Por lo demás, es cierto que algunos incondicionales de Cascos están machacándole el oido para que vuelva, pero dudo mucho que su insistencia haga mella en su voluntad de permanecer al margen de la actividad pública. Lo único que va a hacer mella (porque yo estoy seguro de que Cascos vuelve), es la situación calamitosa de Asturias: despreciada, envilecida, arruinada, resignada, hipotecada, desconocida.
    O poco conozco a Cascos, o éste no se queda en Madrid impasible viendo como su querida tierra agoniza con semejante colección de burócratas en el gobierno del Principado y en la denominada oposición de la Junta General.

    Lo dicho, admirado Marcelino: un placer poder disfrutar de este blog. Muchas gracias.

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