sábado, 2 de enero de 2010

La economía real está en la barra del bar

Las pasadas Navidades son tiempo propicio para los discursos y los balances del año que se estaba agotando. Días atrás ya comenté en esta tribuna algunos aspectos del mensaje del Rey. Pocas horas después, hizo lo propio, a modo de recopilación del año 2009 y previsiones para el que acaba de comenzar, el presidente del Gobierno. Aunque es verdad que sus exageradas dotes de optimismo no estuvieron esta vez tan presentes en sus palabras a los españoles, Zapatero anunció que empezaremos a ver el fin de la crisis y el inicio de la recuperación para finales de 2010, lo que no es óbice para que el paro vaya a seguir mal y otros indicadores económicos todavía estén lejos de ofrecer un rayo de esperanza.
Partiendo de que la parte positiva de ese discurso no se la tragan ni los adictos al aceite de ricino -la previsiones favorables de este Gobierno, por desgracia, siempre se van posponiendo en el tiempo- creo que sería positivo que el presidente Zapatero , como en una de esas increibles películas norteamericanas, se disfrazara y saliera uno de estos primeros días del año a la calle para escuchar la voz de los verdaderos sufridores de sus "errores" en esta tremenda crisis que -admite- tardó en reconocer. Si como cualquiera de nosotros se da una vuelta estos días por bares y cafeterías, tiendas y mercados, descubrirá que si el CIS dice que tres cuartas partes de los ciudadanos están más preocupados por la situación económica y cómo salir de ella no es una simple cifra o una encuesta, sino la auténtica realidad. Ni las juergas navideñas, ni la vuelta de las competiciones futbolísticas, nada: de lo que habla la gente es de "les perres", del paro... y de los precios. Porque, eso sí, de salir del pozo, por ahora nada de nada, pero las subidas desbordadas de algunos servicios básicos y de los impuestos -a las que no son ajenas administraciones autonómicas y locales- vienen a ser como un plus de peligrosidad para los bolsillos que un asturiano de apellido Campa se ha empeñado hoy en tratar de explicar sin haber convencido a nadie. Las ayudas extraordinarias de los supuestos cercanos años de bonanza han desaparecido, laa pensiones suben unos nueve euros y los sueldos, en la mayoría de los casos, ni eso. Mientras el Ejecutivo nos sigue machacando con aquello de la deflación -que mucha gente no se cree porque va todos los días a la compra- los precios suben y lo hacen, como queda dicho en servicios básicos e impuestos de los que nadie está libre. Así, "campas" aparte, va a ser difícil que pueda reactivarse el consumo y mejorar las cosas. ¡Veremos que nos dicen a medida que vaya pasando el año!
Queda hecha la invitación al señor presidente. Baje de su torre de marfil, olvide por un momento las loas de los 'pelotilleros' que sí tienen asegurada su estabilidad y escuche a la gente de a pie. Tápese los oídos -eso sí- y no tenga muy en cuenta los insultos y blasfemias que tienen su persona como destinatario. Eso no está bien. Pero vea lo que les preocupa y escuche alguna lección de economía real que nunca le aportarán sus más directos colaboradores ni los gurús a los que se les llama expertos.
Como ya queda dicho que esa es una situación de película, luego no se sorprenda, para pasar inmediatamente al menosprecio, de los sondeos que cada vez le restan más apoyos entre los votantes. Por el camino actual, va a ser verdad que se los está poniendo "a huevo" a una oposición que -es verdad- no ha aportado hasta ahora una sola alternativa, limitándose a decir que "hay que hacer otra cosa". es verdad, pero ¿qué cosa? Ellos lo sabrán, pero no nos la dicen. El problema es que, entre tanto, los cinturones ya no van a dar para más agujeros y las perspectivas de futuro nos ponen los pelos de punta tanto con los que están como con los que podrían venir a sustituirlos. Un dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario