De la lectura del mensaje con el que el presidente del Principado ha felicitado el año nuevo a los asturianos se desprende que, al menos por el momento, no podemos esperar de nuestros gobernantes más que buenas intenciones y propósitos de la enmienda. Apelar al afán de afrontar el problema del paro, que ya afecta a más de 105.000 paisanos nuestros, demuestra interés, pero resulta insuficiente para los tiempos que nos está tocando vivir. Se supone que quien se presenta a unas elecciones y las gana está para solucionar los problemas y no para dejar constancia de ellos y la necesidad de resolverlos.
Éste es el horizonte que se fija Javier Fernández y lo hace con dos instrumentos: uno tangible, los presupuestos recién aprobados, que son un adelanto con respecto al año anterior, pero en forma alguna la panacea, especialmente si no se gestionan adecuadamente y aquí todavía quedan demasiados vicios del pasado reciente; y otro más etéreo, cual es su proverbial estilo de "consenso" y "pacificación". El actual vecino del palacio de Suárez de la Riva lleva demasiado tiempo explotando hasta la saciedad su capacidad de entendimiento "con todos". Quisiera equivocarme, pero me temo que es un bagaje insuficiente para el tamaño de la empresa.
Desde su elección como primer mandatario de la comunidad autónoma, Javier Fernández ha mostrado que, al menos en lo que al discurso se refiere, tiene templadas las teclas de su verbo o, en todo caso, buenos 'afinadores' que le mantienen el motor en marcha. Sin embargo, el discurso de este fin de año, bien sea por una posible desafección a esta clase de fechas, bien por un descuido puntual, se ha quedado muy corto y falto de un contenido capaz de transmitir a los asturianos en un momento en el que lo necesitan más que nunca esa esperanza perdida que el propio presidente dice tratar de recuperar. Al final, parece que la crisis también se ha instalado en el mensaje.
lunes, 31 de diciembre de 2012
Feliz año... peor
No por esperada la bofetada es menos dolorosa. Desayunar con la primera página de 'El Comercio' de hoy ha sido la ratificación de un fracaso, el de un Gobierno que después de meter tijera en todos los bolsillos (bueno, en todos no, en casi todos) nos felicita el año nuevo con subidas en servicios básicos, como la luz y la vivienda, además de otros como el ferrocarril, la gasolina o el tabaco que afectan a millones de ciudadanos normales. Más tarde, veo que 'El País' remata la faena con un razonado vaticinio de que, como consecuencia esas medidas, nuestro poder adquisitivo se hundirá de forma "brutal" en el inmediato 2013.
Los precios suben mientras bajan los ingresos de asalariados, pensionistas y funcionarios. Consecuencia lógica -no hace falta ser Premio Nobel de Economía-, el consumo se retrae y la actividad económica decrece. El paro también va a aumentar mas, con lo que el escenario que se nos presenta es para echarse a temblar. Pero de verdad.
Mientras tanto, nuestros gobernantes se afanan en convencernos de que, efectivamente, el año que viene va a ser todavía más duro, aunque "la economía va a empezar ya a recuperarse". ¿Y quién es la tal economía, esa hija de la gran chuingada que va a empezar a estar mejor mientras la mayoría de los españoles estaremos peor? Me gustaría que todas esas mentes preclaras que calientan asiento en el Ejecutivo o en el Parlamento me lo explicasen, porque yo, como millones de compatriotas, no acabo de entenderlo bien. ¿Tendremos que hacernos todos pordioseros para que la susodicha dama pueda estar bien instalada? Empieza a recordarme a ese otro subterfugio verbal de los mercados. Insisto, no lo comprendo.
Mientras en esas estamos, en saber como vamos a suplir con las viejas velas las lámparas de baja intensidad de nuestros domicilios; en planear los viajes con tiempo para hacerlos a pie, porque el tren costará más, lo mismo que el trayecto por carretera, con precios superiores de gasolinas y peajes; en olvidarse de la posibilidad de adquirir una vivienda digna para todos aquellos jóvenes que todavía no han tenido acceso a ella. Sobre lo de fumar habrá opiniones; es posible que, sin quererlo, los gobernantes acaben con el tabaquismo. Y lo que pueda venir, porque esto aún no se ha acabado. Es sólo el aperitivo que va a sustituir a las viejas uvas de Nochevieja.
Entre tanto, sabemos que, a pesar de los 'duros' recortes que se han aplicado, el sueldo medio de un diputado de fuera de Madrid será en 2013 de 60.290 euros. Pobrecitos. Recordad que alguno más torpe que otros se atrevió a decir que con esos emolumentos no se las arreglaba. Y si esto no es suficiente ahí está la acaparadora dirigente del Partido Popular que cobra como secretario general del partido, como presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y como parlamentaria. En total, la módica cifra de 158.389 euros netos. Una bagatela.
Y estas son las mismas personas que comprenden que estemos enfadados, pero nos exigen paciencia y aseguran que, si la tenemos, algún día volverá a brillar para nosotros la luz del sol. Más parece una cuestión de fé, aunque yo apostato de este tipo de 'vellocinos de oro'.
En fin, que las perspectivas, compañeros, son sombrías y las esperanzas se cotizán más que la ángula del Nalón. Lo dicho: Feliz año peor.
Los precios suben mientras bajan los ingresos de asalariados, pensionistas y funcionarios. Consecuencia lógica -no hace falta ser Premio Nobel de Economía-, el consumo se retrae y la actividad económica decrece. El paro también va a aumentar mas, con lo que el escenario que se nos presenta es para echarse a temblar. Pero de verdad.
Mientras tanto, nuestros gobernantes se afanan en convencernos de que, efectivamente, el año que viene va a ser todavía más duro, aunque "la economía va a empezar ya a recuperarse". ¿Y quién es la tal economía, esa hija de la gran chuingada que va a empezar a estar mejor mientras la mayoría de los españoles estaremos peor? Me gustaría que todas esas mentes preclaras que calientan asiento en el Ejecutivo o en el Parlamento me lo explicasen, porque yo, como millones de compatriotas, no acabo de entenderlo bien. ¿Tendremos que hacernos todos pordioseros para que la susodicha dama pueda estar bien instalada? Empieza a recordarme a ese otro subterfugio verbal de los mercados. Insisto, no lo comprendo.
Mientras en esas estamos, en saber como vamos a suplir con las viejas velas las lámparas de baja intensidad de nuestros domicilios; en planear los viajes con tiempo para hacerlos a pie, porque el tren costará más, lo mismo que el trayecto por carretera, con precios superiores de gasolinas y peajes; en olvidarse de la posibilidad de adquirir una vivienda digna para todos aquellos jóvenes que todavía no han tenido acceso a ella. Sobre lo de fumar habrá opiniones; es posible que, sin quererlo, los gobernantes acaben con el tabaquismo. Y lo que pueda venir, porque esto aún no se ha acabado. Es sólo el aperitivo que va a sustituir a las viejas uvas de Nochevieja.
Entre tanto, sabemos que, a pesar de los 'duros' recortes que se han aplicado, el sueldo medio de un diputado de fuera de Madrid será en 2013 de 60.290 euros. Pobrecitos. Recordad que alguno más torpe que otros se atrevió a decir que con esos emolumentos no se las arreglaba. Y si esto no es suficiente ahí está la acaparadora dirigente del Partido Popular que cobra como secretario general del partido, como presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y como parlamentaria. En total, la módica cifra de 158.389 euros netos. Una bagatela.
Y estas son las mismas personas que comprenden que estemos enfadados, pero nos exigen paciencia y aseguran que, si la tenemos, algún día volverá a brillar para nosotros la luz del sol. Más parece una cuestión de fé, aunque yo apostato de este tipo de 'vellocinos de oro'.
En fin, que las perspectivas, compañeros, son sombrías y las esperanzas se cotizán más que la ángula del Nalón. Lo dicho: Feliz año peor.
sábado, 29 de diciembre de 2012
El pacto resiste
Desde hace algunas horas Asturias dispone de una ley presupuestaria apoyada por la mayoría de la Junta General del Principado. Se trata de una buena noticia después de los sobresaltos derivados de la prórroga sobrevenida por la decisión de Vicente Álvarez Areces de no forzar un proyecto antes de decir adiós y de la subsiguiente, obligada por la falta de apoyos necesarios cosechada por Francisco Álvarez-Cascos. Tener presupuesto es lo mínimo exigido para una comunidad autónoma que quiera avanzar en el buen camino. Otra cosa será que, conseguido el instrumento, se logre aplicar con raciocinio y expectativas de solución a los problemas asturianos. La elevada presión fiscal -una de las más duras de España- es un arma de doble filo si la recaudación no responde a lo previsto, como ya ha ocurrido en el presente ejercicio económico. El enroque del Gobierno de Madrid con respecto a cualquier medida que intente su homólogo asturiano tampoco ayuda nada. Ello sin contar que una cosa es la letra y otra la música. pero eso se verá en el futuro inmediato.
Por encima del hecho de que el Parlamento haya dado vía libre a las Cuentas del Principado para 2013, hay un hecho significativo que no se escapa a nadie. Y es que el pacto de gobernación entre socialistas, Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia ha funcionado cual maquinaria de relojería para sumar en todos los casos los 23 votos necesarios en la Cámara. Muchos agoreros aventuramos que el acuerdo entre las tres fuerzas políticas se manifestaba inestable y estaba para un susto. De momento, no ha sido así y la coalición avanza, aunque hay indicios para pensar que no está para tirar voladores. Todo lo contrario que en el otro lado de la balanza, donde Partido Popular y Foro Asturias apenas si han llegado a ponerse de acuerdo en el apoyo a las enmiendas de totalidad al mencionado presupuesto. Ayer coincidieron en algunas parciales el uno con el otro. Pero poco más.
No ha sido así en el Ayuntamiento de Oviedo y es de esperar que lo mismo ocurra en el Consistorio gijonés. La solución está a la vuelta de la esquina.
Por encima del hecho de que el Parlamento haya dado vía libre a las Cuentas del Principado para 2013, hay un hecho significativo que no se escapa a nadie. Y es que el pacto de gobernación entre socialistas, Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia ha funcionado cual maquinaria de relojería para sumar en todos los casos los 23 votos necesarios en la Cámara. Muchos agoreros aventuramos que el acuerdo entre las tres fuerzas políticas se manifestaba inestable y estaba para un susto. De momento, no ha sido así y la coalición avanza, aunque hay indicios para pensar que no está para tirar voladores. Todo lo contrario que en el otro lado de la balanza, donde Partido Popular y Foro Asturias apenas si han llegado a ponerse de acuerdo en el apoyo a las enmiendas de totalidad al mencionado presupuesto. Ayer coincidieron en algunas parciales el uno con el otro. Pero poco más.
No ha sido así en el Ayuntamiento de Oviedo y es de esperar que lo mismo ocurra en el Consistorio gijonés. La solución está a la vuelta de la esquina.
viernes, 28 de diciembre de 2012
A la p... calle
Tremenda la foto de primera página de la edición de hoy del diario 'El País'. Una instantanea que ya ha corrido como un reguero de pólvora por todas las redes sociales suscitando una catarata de críticas sin contención. Se trata, por si acaso alguno no lo sabe todavía, de la imagen de dos diputados del Partido Popular en la Asamblea de Madrid compitiendo con su 'smartphone' e 'ipad' respectivos al 'Apalabrado', un 'instructivo' juego de ordenador. Si mal está este tipo de prácticas en cualquier momento, lo que no tiene perdón de dios es que los dos parlamentarios se solacen en prácticas de ocio mientras la Cámara a la que pertenecen y de la que cobran trata la normativa que derivará en la privatización de un buen número de hospitales y centros de salud de la comunidad que su propio partido preside.
La imagen, aunque indignante, no es otra cosa que un episodio más en la larga carrera de despropósitos de una clase política que, luego, se escandaliza cuando los sondeos sitúan a sus representantes como uno de los principales problemas del país, solamente superados por la lacra del desempleo, que -alguno dirá, y con razón-, provocan esas mismas personas.
Los susodichos diputados regionales del Partido Popular han "reconocido" su error y se han "disculpado". Cómo si de esa manera se arreglara todo. Parecen olvidar ellos, y quienes los sitúan en sus listas para 'rellenar', que en los instantes en que la cámara fotográfica captó su desliz estaban "trabajando", aunque la realidad indica que muchos de esos representantes 'populares' solamente tienen activado el mecanismo del brazo cada vez que toca votar siguiendo las indicaciones del jefe de fila. E incluso así a veces se equivocan. Estaban "trabajando" y cobran por ello. Y muy bien, por cierto; un sueldo y otras retribuciones exageradamente por encima de cualquier media de los trabajadores españoles.
¿A alguien se le ha ocurrido preguntarse qué habría pasado si en lugar de dos cargos institucionales en un parlamento se tratase de dos administrativos de cualquier empresa privada? No hace falta haber estudiado en Salamanca para responde que se irían de inmediato "a la p... calle". Y así debería ser en este caso, si todavía quedara un ápice de vergüenza.
La imagen, aunque indignante, no es otra cosa que un episodio más en la larga carrera de despropósitos de una clase política que, luego, se escandaliza cuando los sondeos sitúan a sus representantes como uno de los principales problemas del país, solamente superados por la lacra del desempleo, que -alguno dirá, y con razón-, provocan esas mismas personas.
Los susodichos diputados regionales del Partido Popular han "reconocido" su error y se han "disculpado". Cómo si de esa manera se arreglara todo. Parecen olvidar ellos, y quienes los sitúan en sus listas para 'rellenar', que en los instantes en que la cámara fotográfica captó su desliz estaban "trabajando", aunque la realidad indica que muchos de esos representantes 'populares' solamente tienen activado el mecanismo del brazo cada vez que toca votar siguiendo las indicaciones del jefe de fila. E incluso así a veces se equivocan. Estaban "trabajando" y cobran por ello. Y muy bien, por cierto; un sueldo y otras retribuciones exageradamente por encima de cualquier media de los trabajadores españoles.
¿A alguien se le ha ocurrido preguntarse qué habría pasado si en lugar de dos cargos institucionales en un parlamento se tratase de dos administrativos de cualquier empresa privada? No hace falta haber estudiado en Salamanca para responde que se irían de inmediato "a la p... calle". Y así debería ser en este caso, si todavía quedara un ápice de vergüenza.
jueves, 27 de diciembre de 2012
La Llingua, para mejor momento
Despliega desde tiempos inmemoriales Izquierda Unida un encomiable empeño en la recaudación de nuevos sufragios. Y lo hace picoteando en todos los campos. Normal. Es lo que se espera de cualquier fuerza política. Sin embargo, una cosa es el objetivo y otra los caminos a transitar para lograrlos.
Hace muchos años que la coalición de la izquierda ha situado su punto de mira en el 'asturianismo' tratando de apropiárselo como seña de identidad, tarea facilitada por la práctica inexistencia en esta comunidad de fuerzas 'nacionalistas'. Fruto de esa empresa han sido algunos rocambolescos episodios especialmente reseñados a raíz de la presencia de IU en los gobiernos del Principado. No hace falta recordarlas porque están en la mente de todos.
Ahora, los chicos que capitanea Orviz y representa mediáticamente el incombustible Gaspar Llamazares no están en tareas ejecutivas, pero sus votos son determinantes en la estabilidad de Javier Fernández como presidente del Principado y funcionan como si en el equipo de gobierno figurasen. Por ello, han decidido aprovechar esta situación para lanzar nuevamente una de sus campañas 'asturchales' en lo que entienden como correcta defensa de la Llingua.
Primero ha sido su senador Jesús Iglesias quien ha interpelado en la Cámara Alta a la ministra de Fomento. La petición del parlamentario de IU ha sido la rotulación de las señales de tráfico en asturiano de las carreteras estatales. Ana Pastor le ha contestado que el Gobierno de España sólo está obligado en aquellas comunidades en las que su lengua tiene carácter cooficial. Hasta aquí todo normal. En cualquier caso, la titular de la cartera ha dejado abierta la posibilidad de atender la solicitud de Iglesias en pro de las buenas relaciones entre ejecutivos, siempre que el asturiano tomara la iniciativa de pedirlo. Dicho y hecho. Al equipo de Javier Fernández le ha faltado tiempo para poner la iniciativa en marcha. "No vaya a ser que molestemos a nuestros cmpañeros de cama, especialmente ahora que vamos a aprobar los presupuestos con sus votos".
Por encima de las componendas políticas, lo que no es de recibo en estos momentos de carestía absoluta de fondos es que nuestros representantes se empeñen en gastar millones de euros en señales de tráfico para que podamos ver en nuestras carreteras Principau d'Asturies, Xixón o Uvieu. Las necesidades de los asturianos van por otros derroteros. Hay otros problemas serios que resolver y los avatares lingüísticos pueden quedar para mejor ocasión.
¡Ah! Por si acaso. Que ni IU ni la FSA nos vengan ahora a dar lecciones de asturianía -al menos al que suscribe- a quienes somos cuando menos tan 'arios' como ellos. La racionalidad está por encima de los clichés 'nacionaliegos'.
Hace muchos años que la coalición de la izquierda ha situado su punto de mira en el 'asturianismo' tratando de apropiárselo como seña de identidad, tarea facilitada por la práctica inexistencia en esta comunidad de fuerzas 'nacionalistas'. Fruto de esa empresa han sido algunos rocambolescos episodios especialmente reseñados a raíz de la presencia de IU en los gobiernos del Principado. No hace falta recordarlas porque están en la mente de todos.
Ahora, los chicos que capitanea Orviz y representa mediáticamente el incombustible Gaspar Llamazares no están en tareas ejecutivas, pero sus votos son determinantes en la estabilidad de Javier Fernández como presidente del Principado y funcionan como si en el equipo de gobierno figurasen. Por ello, han decidido aprovechar esta situación para lanzar nuevamente una de sus campañas 'asturchales' en lo que entienden como correcta defensa de la Llingua.
Primero ha sido su senador Jesús Iglesias quien ha interpelado en la Cámara Alta a la ministra de Fomento. La petición del parlamentario de IU ha sido la rotulación de las señales de tráfico en asturiano de las carreteras estatales. Ana Pastor le ha contestado que el Gobierno de España sólo está obligado en aquellas comunidades en las que su lengua tiene carácter cooficial. Hasta aquí todo normal. En cualquier caso, la titular de la cartera ha dejado abierta la posibilidad de atender la solicitud de Iglesias en pro de las buenas relaciones entre ejecutivos, siempre que el asturiano tomara la iniciativa de pedirlo. Dicho y hecho. Al equipo de Javier Fernández le ha faltado tiempo para poner la iniciativa en marcha. "No vaya a ser que molestemos a nuestros cmpañeros de cama, especialmente ahora que vamos a aprobar los presupuestos con sus votos".
Por encima de las componendas políticas, lo que no es de recibo en estos momentos de carestía absoluta de fondos es que nuestros representantes se empeñen en gastar millones de euros en señales de tráfico para que podamos ver en nuestras carreteras Principau d'Asturies, Xixón o Uvieu. Las necesidades de los asturianos van por otros derroteros. Hay otros problemas serios que resolver y los avatares lingüísticos pueden quedar para mejor ocasión.
¡Ah! Por si acaso. Que ni IU ni la FSA nos vengan ahora a dar lecciones de asturianía -al menos al que suscribe- a quienes somos cuando menos tan 'arios' como ellos. La racionalidad está por encima de los clichés 'nacionaliegos'.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Ordeno y mando
Aunque existen criterios respetables en sentido contrario, solemos convenir en que las mayorías absolutas no son buenas para la práctica democrática. Y la historia así lo ha venido demostrando.
Esta observación viene a cuento por la previsible intención del Gobierno de España de aprobar mañana el plan de ayudas al carbón 2013-2018 y hacerlo sin previa consulta con empresas y sindicatos. Se trata, como ha resaltado el Ejecutivo asturiano, de una práctica insólita en los largos periodos transcurridos desde que se crearon estas ayudas. Sin embargo, el equipo de Mariano Rajoy ya había dado muestras anteriormente de que sus líneas están trazadas de antemano y que, con acuerdo o sin él, disponen de una amplia mayoría en el Parlamento con la que sacar adelante su programa, aunque no sea precisamente ni por asomo aquel que ofrecieron a modo de contrato a los españoles para que hace aproximadamente un año les dieran su confianza.
A lo largo de 2012 se sucedieron las movilizaciones y paros orientados a tratar de evitar unos recortes en dicho plan que amenazan con poner el candado al sector de la minería del carbón incluso antes de lo previsto en los planes europeos. Entonces, hubo un diálogo de sordos en los que las llamadas a la negociación se estrellaban ante posturas inflexibles absolutamente incompatibles con lo que debe ser la base irrenunciable de cualquier proceso de ese tipo. La ceguera del ministro de Industria se veía ratificada por la del presidente del Gobierno y el desgaste de una huelga en toda regla no sirvió para cambiar ni un milímetro el rumbo de Moncloa en este asunto.
Ahora las cosas van más lejos y, para evitar cualquier atisbo de protesta, el equipo de Rajoy ha decidido aprobar un proyecto por su cuenta y riesgo y mandarlo a las autoridades comunitarias. Sin consensos ni buenas palabras. Sólo por la ley del embudo, del ordeno y mando.
El problema es que llueve sobre mojado y, aunque no es que esta prepotencia la adopte Rajoy y su 'camarilla' solamente con respecto a Asturias, sí que es verdad que esta tierra y sus ciudadanos parecen resultarles terreno propicio para el despotismo político.
Eso sí, luego viene el 'poli bueno' en el que trata de encarnarse la ministra de Fomento y habla de las buenas intenciones del Gabinete al que pertenece con respecto a la alta velocidad y otras infraestructuras de comunicaciones. Un perfecto remedo de aquellos aguerridos conquistadores de las Américas que acudían a los nativos con cristales y baratijas con el único ánimo de engañarles y someterles.
Esta observación viene a cuento por la previsible intención del Gobierno de España de aprobar mañana el plan de ayudas al carbón 2013-2018 y hacerlo sin previa consulta con empresas y sindicatos. Se trata, como ha resaltado el Ejecutivo asturiano, de una práctica insólita en los largos periodos transcurridos desde que se crearon estas ayudas. Sin embargo, el equipo de Mariano Rajoy ya había dado muestras anteriormente de que sus líneas están trazadas de antemano y que, con acuerdo o sin él, disponen de una amplia mayoría en el Parlamento con la que sacar adelante su programa, aunque no sea precisamente ni por asomo aquel que ofrecieron a modo de contrato a los españoles para que hace aproximadamente un año les dieran su confianza.
A lo largo de 2012 se sucedieron las movilizaciones y paros orientados a tratar de evitar unos recortes en dicho plan que amenazan con poner el candado al sector de la minería del carbón incluso antes de lo previsto en los planes europeos. Entonces, hubo un diálogo de sordos en los que las llamadas a la negociación se estrellaban ante posturas inflexibles absolutamente incompatibles con lo que debe ser la base irrenunciable de cualquier proceso de ese tipo. La ceguera del ministro de Industria se veía ratificada por la del presidente del Gobierno y el desgaste de una huelga en toda regla no sirvió para cambiar ni un milímetro el rumbo de Moncloa en este asunto.
Ahora las cosas van más lejos y, para evitar cualquier atisbo de protesta, el equipo de Rajoy ha decidido aprobar un proyecto por su cuenta y riesgo y mandarlo a las autoridades comunitarias. Sin consensos ni buenas palabras. Sólo por la ley del embudo, del ordeno y mando.
El problema es que llueve sobre mojado y, aunque no es que esta prepotencia la adopte Rajoy y su 'camarilla' solamente con respecto a Asturias, sí que es verdad que esta tierra y sus ciudadanos parecen resultarles terreno propicio para el despotismo político.
Eso sí, luego viene el 'poli bueno' en el que trata de encarnarse la ministra de Fomento y habla de las buenas intenciones del Gabinete al que pertenece con respecto a la alta velocidad y otras infraestructuras de comunicaciones. Un perfecto remedo de aquellos aguerridos conquistadores de las Américas que acudían a los nativos con cristales y baratijas con el único ánimo de engañarles y someterles.
lunes, 24 de diciembre de 2012
El recurso a los "sabios"
El presidente del Principado, preocupado como no podía ser de otra manera en la búsqueda de soluciones al laberinto económico en el que nos encontramos, ha recurrido a una fórmula bastante empleada en política institucional cual es la creación de un comité integrado por un grupo de personas que suman en sus currículos el conocimiento y la experiencia.
Extraña, a priori, este tipo de decisiones porque transmite la sensación de que una administración del tamaño de la del Principado no dispone de materia gris suficiente para abordar fórmulas con las que afrontar las negativas cifras que sitúan a Asturias a la cola de España. Sin embargo, como parece que esta nueva figura no va a suponer -eso dicen- desembolso alguno ni en sueldos ni en dietas, habrá que dar la bienvenida a lo que en términos gubernamentales se conoce como un grupo de "sabios". Todo lo que sea sumar conocimientos e ideas para luchar contra la crisis no puede ser rechazable tal y como están las cosas. Si, además, repasamos la lista de los seleccionados no cabe duda de que la gran mayoría, si no todos, pueden aportar su valioso granito de arena en esta batalla común por un horizonte con futuro.
El novísimo comité de "sabios" va a empezar a trabajar de forma inmediata. Falta hace. Y, aunque su régimen de convocatorias es de frecuencias más bien altas, se da por hecho que va a estar activo continuadamente, listo para trasladar al Ejecutivo de Javier Fernández cualquier posible colaboración orientada hacia la recuperación económica y social de este territorio.
Ya que se les presupone, a sus integrantes, la "independencia", tanto de criterio como financiera, habrá que convenir en que, en algunos momentos, sus orientaciones no van a ser complacientes con el Gobierno del Principado, ni van a discurrir por los senderos partidarios por los que este Ejecutivo, como cualquier otro, acostumbra a transitar. Habrá que saber entonces qué es lo que va a hacer el presidente asturiano y su equipo. Es obvio que, por su propia naturaleza, las sentencias de este comité no van a tener carácter vinculante. No podía ser de otra manera. Sin embargo, si tuviéramos la certeza de que las fórmulas aportadas por este grupo de "sabios" fueran consideradas como un papel más para archivar, solamente estimable en la medida en que circule por la misma vía que traza la 'hoja de ruta' del Ejecutivo asturiano, de darse esta circunstancia -digo- habría que convenir en que la creación de órganos, comisiones y comités está pensada más como un brindis a la galería que como un verdadero instrumento de ayuda real en la acción de gobierno. Esperamos y deseamos que no sea así. Por el bien de Asturias y de los asturianos.
Extraña, a priori, este tipo de decisiones porque transmite la sensación de que una administración del tamaño de la del Principado no dispone de materia gris suficiente para abordar fórmulas con las que afrontar las negativas cifras que sitúan a Asturias a la cola de España. Sin embargo, como parece que esta nueva figura no va a suponer -eso dicen- desembolso alguno ni en sueldos ni en dietas, habrá que dar la bienvenida a lo que en términos gubernamentales se conoce como un grupo de "sabios". Todo lo que sea sumar conocimientos e ideas para luchar contra la crisis no puede ser rechazable tal y como están las cosas. Si, además, repasamos la lista de los seleccionados no cabe duda de que la gran mayoría, si no todos, pueden aportar su valioso granito de arena en esta batalla común por un horizonte con futuro.
El novísimo comité de "sabios" va a empezar a trabajar de forma inmediata. Falta hace. Y, aunque su régimen de convocatorias es de frecuencias más bien altas, se da por hecho que va a estar activo continuadamente, listo para trasladar al Ejecutivo de Javier Fernández cualquier posible colaboración orientada hacia la recuperación económica y social de este territorio.
Ya que se les presupone, a sus integrantes, la "independencia", tanto de criterio como financiera, habrá que convenir en que, en algunos momentos, sus orientaciones no van a ser complacientes con el Gobierno del Principado, ni van a discurrir por los senderos partidarios por los que este Ejecutivo, como cualquier otro, acostumbra a transitar. Habrá que saber entonces qué es lo que va a hacer el presidente asturiano y su equipo. Es obvio que, por su propia naturaleza, las sentencias de este comité no van a tener carácter vinculante. No podía ser de otra manera. Sin embargo, si tuviéramos la certeza de que las fórmulas aportadas por este grupo de "sabios" fueran consideradas como un papel más para archivar, solamente estimable en la medida en que circule por la misma vía que traza la 'hoja de ruta' del Ejecutivo asturiano, de darse esta circunstancia -digo- habría que convenir en que la creación de órganos, comisiones y comités está pensada más como un brindis a la galería que como un verdadero instrumento de ayuda real en la acción de gobierno. Esperamos y deseamos que no sea así. Por el bien de Asturias y de los asturianos.
martes, 18 de diciembre de 2012
"Sólo faltaba eso"
Don Cristobal Montoro tiene un claro problema con Asturias. Quizá porque su partido tiene serias dificultades para obtener apoyos populares mínimamente dignos, cuando arrasa en el resto del país; quizá por aquello de que nos encontramos en los 'antípodas' del mapa español (el ministro de Hacienda es todo un señorito andaluz), el caso es que desde que accedió al Gabinete de Mariano Rajoy mantiene un serio empeño por tocarnos los...
Empezó con aquellas amenazas directas de intervención producto de su disconformidad con el programa económico que le remitió el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos, el único que su departamento rechazó mientras otras comunidades presentaban unos índices de deuda estratosféricos y en nada comparables con los del Principado. No nos mandó a sus 'men in black' porque las urnas cambiaron el signo del Ejecutivo autonómico.
Después, intentó repetir la jugada con Javier Fernández, sucesor del líder de Foro en la Presidencia, y mantuvo en vilo a la ciudadanía hasta última hora, no sin sembrar antes sombras de duda que pudieron tener consecuencias irreparables en la economía de nuestra tierra.
Por fin, recientemente se ha sacado de la chistera una nuevo impuesto estatal a la banca de rentabilidad cero, exclusivamente orientado, en principio, a parar el proyecto presupuestario asturiano, que incluye una tasa a las entidades financieras del tipo del que ya aplican otras comunidades y que el Tribunal Constitucional ratificó como legítimo recientemente a propósito de la normativa de Extremadura. El miedo a un efecto contagio en comunidades que su partido gobierna tampoco ha sido ajeno a la medida.
Hoy mismo, el senador de Izquierda Unida en representación de la Junta General del Principado, Jesús Iglesias, ha interpelado al titular de Hacienda para conocer si éste tiene intención de indemnizar a esta comunidad por la desactivación del proyectado nuevo impuesto propio, de la misma manera que va a hacer con aquellas comunidades que ya lo tenían implantado. La respuesta ha sido un intempestivo "Sólo faltaba eso". Tras estas simples tres palabras se esconde un manifiesto desprecio hacia Asturias y los asturianos, más allá del alcance de la medida en sí misma. De la aseveración del ministro se desprende un claro tono de reproche hacia una comunidad de 'vagos subsidiados' permanentemente que se empeñan en pedir por pedir y que no son capaces de colaborar "lealmnte" con el proyecto del nuevo 'partido único' en el Gobierno para salvar a España.
No he visto imágenes de la comparecencia pero de la lectura de las informaciones se me antoja imaginarlo en la tribuna o en el escaño con el sombrero cordobés. la camisa blanca con chorreras, el chaleco y la taleguilla, situado varios escalones por encima de quienes somos sus braceros y subditos.
Realmente, el señor Montoro tiene un problema, un serio problema, con Asturias. De seguir así no me extrañaría que alguna iniciativa seria proponga declararle persona non grata en esta tierra.
Empezó con aquellas amenazas directas de intervención producto de su disconformidad con el programa económico que le remitió el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos, el único que su departamento rechazó mientras otras comunidades presentaban unos índices de deuda estratosféricos y en nada comparables con los del Principado. No nos mandó a sus 'men in black' porque las urnas cambiaron el signo del Ejecutivo autonómico.
Después, intentó repetir la jugada con Javier Fernández, sucesor del líder de Foro en la Presidencia, y mantuvo en vilo a la ciudadanía hasta última hora, no sin sembrar antes sombras de duda que pudieron tener consecuencias irreparables en la economía de nuestra tierra.
Por fin, recientemente se ha sacado de la chistera una nuevo impuesto estatal a la banca de rentabilidad cero, exclusivamente orientado, en principio, a parar el proyecto presupuestario asturiano, que incluye una tasa a las entidades financieras del tipo del que ya aplican otras comunidades y que el Tribunal Constitucional ratificó como legítimo recientemente a propósito de la normativa de Extremadura. El miedo a un efecto contagio en comunidades que su partido gobierna tampoco ha sido ajeno a la medida.
Hoy mismo, el senador de Izquierda Unida en representación de la Junta General del Principado, Jesús Iglesias, ha interpelado al titular de Hacienda para conocer si éste tiene intención de indemnizar a esta comunidad por la desactivación del proyectado nuevo impuesto propio, de la misma manera que va a hacer con aquellas comunidades que ya lo tenían implantado. La respuesta ha sido un intempestivo "Sólo faltaba eso". Tras estas simples tres palabras se esconde un manifiesto desprecio hacia Asturias y los asturianos, más allá del alcance de la medida en sí misma. De la aseveración del ministro se desprende un claro tono de reproche hacia una comunidad de 'vagos subsidiados' permanentemente que se empeñan en pedir por pedir y que no son capaces de colaborar "lealmnte" con el proyecto del nuevo 'partido único' en el Gobierno para salvar a España.
No he visto imágenes de la comparecencia pero de la lectura de las informaciones se me antoja imaginarlo en la tribuna o en el escaño con el sombrero cordobés. la camisa blanca con chorreras, el chaleco y la taleguilla, situado varios escalones por encima de quienes somos sus braceros y subditos.
Realmente, el señor Montoro tiene un problema, un serio problema, con Asturias. De seguir así no me extrañaría que alguna iniciativa seria proponga declararle persona non grata en esta tierra.
Estulticia o cinismo
Ha cerrado hace escasas horas la consejera de Hacienda y Sector Público las comparecencias en el Parlamento regional del equipo de gobierno de Javier Fernández para explicar el alcance y detalles de los Presupuestos del Principado para el próximo ejercicio económico. Y lo ha hecho con una aseveración realmente chocante. Ha afirmado que el nuevo impuesto creado por la comunidad autónoma para gravar a las entidades bancarias recaerá precisamente en éstas y no sobre los ciudadanos. ¿De verdad alguien en su sano juicio se podría creer tal barbaridad? ¿Podemos asegurar que la señora Carcedo. doña Dolores, piensa lo que dice? Desde luego al que suscribe le costaría ímprobos esfuerzos aceptar tal aserto.
Según los criterios del Gobierno socialista -y de sus solícitos compañeros de viaje, no hay que olvidarlo-, parece que los bancos van a aflojar la mosca para arreglar la situación paupérrima de las arcas autonómicas sin contrapartidas. Y en su relación con los cientes, como si nada hubiera pasado. Hace pocos días un alto cargo de una conocida entidad financiera en Asturias mostraba sin tapujos su seguridad en que el citado nuevo impuesto tendría obligada respuesta sobre los ciudadanos impositores ya que -que se sepa- los bancos están para ganar dinero, y cuanto más mejor.
Si la consejera compareciente se cree sus palabras habría que hablar de ignorancia o estulticia. En caso contrario, de un manifiesto cinismo. Como nos consta que la señora Carcedo, aunque recién llegada a las altas tareas ejecutivas, tiene una experiencia contrastada en sus actuales obligaciones, habría que pensar que sus declaraciones oficiales responden más bien al 'salvese quien pueda' de una administración que no sabe de dónde sacar la 'pasta' y que, en este objetivo, le importa muy poco la procedencia.
La única realidad es que Asturias figura en la actualidad en el 'top' español de comunidades con mayores cargas impositivas (no hay que olvidar la nueva versión del mal llamado céntimo sanitario que volverá a colocar el precio de los combustibles en nuestro territorio por encima de la mayoría del territorio nacional) y que, desgraciadamente, la mayoría de estas cargas las paga el ciudadano medio, nunca las clases económicamente más favorecidas. Y esto lo hace un Ejecutivo que dice ser de izquierdas.
Según los criterios del Gobierno socialista -y de sus solícitos compañeros de viaje, no hay que olvidarlo-, parece que los bancos van a aflojar la mosca para arreglar la situación paupérrima de las arcas autonómicas sin contrapartidas. Y en su relación con los cientes, como si nada hubiera pasado. Hace pocos días un alto cargo de una conocida entidad financiera en Asturias mostraba sin tapujos su seguridad en que el citado nuevo impuesto tendría obligada respuesta sobre los ciudadanos impositores ya que -que se sepa- los bancos están para ganar dinero, y cuanto más mejor.
Si la consejera compareciente se cree sus palabras habría que hablar de ignorancia o estulticia. En caso contrario, de un manifiesto cinismo. Como nos consta que la señora Carcedo, aunque recién llegada a las altas tareas ejecutivas, tiene una experiencia contrastada en sus actuales obligaciones, habría que pensar que sus declaraciones oficiales responden más bien al 'salvese quien pueda' de una administración que no sabe de dónde sacar la 'pasta' y que, en este objetivo, le importa muy poco la procedencia.
La única realidad es que Asturias figura en la actualidad en el 'top' español de comunidades con mayores cargas impositivas (no hay que olvidar la nueva versión del mal llamado céntimo sanitario que volverá a colocar el precio de los combustibles en nuestro territorio por encima de la mayoría del territorio nacional) y que, desgraciadamente, la mayoría de estas cargas las paga el ciudadano medio, nunca las clases económicamente más favorecidas. Y esto lo hace un Ejecutivo que dice ser de izquierdas.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Últimos movimientos
En la partida de ajedrez que juega el PP asturiano para resolver qué pasa con los presupuestos del Ayuntamiento de Gijón. anoche le tocó mover ficha a la líder local. Después de haber aceptado la disciplina de partido si se le impusiera desde la dirección regional el rechazo a dichas cuentas, Pilar Fernández Pardo movió anoche pieza en una jugada arriesgada, aunque al menos aparentemente inteligente, y anunció que pedirá al equipo de Mercedes Fernández que le permita a ella y a sus concejales apoyar con sus votos el proyecto que, como todo el mundo sabe, tiene aportaciones del equipo de gobierno, Foro, y de la leal oposición en que se ha convertido con el paso de los meses el Partido Popular. Podría decirse, sin demasiado margen de error, que en esta empresa hay tanto de unos como de otros.
No se trata sólo de una solicitud formal. 'Pilipardo' y su equipo reiteran por escrito que se trata de un proyecto bueno para Gijón y los gijoneses, destaca la colaboración en el mismo de su partido y plantea el escenario negativo que le supondría al municipio carecer de unos presupuestos renovados, especialmente cuando, dentro de la carestía financiera actual de las administraciones públicas, existen importantes partidas -que detalla- sobre políticas sociales de especial alcance.
El desenlace de tan relevante partida tiene que estar ya próximo y los tiempos apremian. Ahora le toca el turno a la nueva 'lideresa' del PP asturiano y, aunque se le presenta opción de jaque, debería entender que el movimiento es muy arriesgado para sus intereses y los de su partido, por mucho que implique derrotar a terceros.
No se trata sólo de una solicitud formal. 'Pilipardo' y su equipo reiteran por escrito que se trata de un proyecto bueno para Gijón y los gijoneses, destaca la colaboración en el mismo de su partido y plantea el escenario negativo que le supondría al municipio carecer de unos presupuestos renovados, especialmente cuando, dentro de la carestía financiera actual de las administraciones públicas, existen importantes partidas -que detalla- sobre políticas sociales de especial alcance.
El desenlace de tan relevante partida tiene que estar ya próximo y los tiempos apremian. Ahora le toca el turno a la nueva 'lideresa' del PP asturiano y, aunque se le presenta opción de jaque, debería entender que el movimiento es muy arriesgado para sus intereses y los de su partido, por mucho que implique derrotar a terceros.
sábado, 15 de diciembre de 2012
Dios las cría...
Dios las cría,... y ellas se enfrentan. Tras la amenaza nada velada de la 'lideresa' del PP asturiano a la dirección de su partido en Gijón, su presidenta ha asegurado que cumplirán las directrices de la cúpula regional y dirán no al presupuesto del Ayuntamiento de Gijón para el año próximo, si esa es la orden que reciben desde la celle de Manuel Pedregal.
Podría parecer lógica esta postura si no fuera porque la presidenta de los populares gijoneses ha repetido en varias ocasiones que el proyecto de cuentas que han elaborado junto con el gobierno municipal de Foro le parece bueno para la ciudad y para sus vecinos.
Sin embargo, dice estar dispuesta a echar abajo ese proyecto si el mandato de doña Mercedes Fernández, que nunca se ha molestado en explicar por qué ese presupuesto es malo, más allá de que quien lo presenta es el partido del actual enemigo número uno, Francisco Álvarez-Cascos, y que la verdadera razón de su oposición es que Foro se quede en minoría y PIERDA un debate tan relevante como el de las cuentas públicas del municipio para 2013.
Toda la argumentación de la señora Fernández Pardo se justifica en que ella se limitará a cumplir con la disciplina de partido y pasará la pelota al tejado de su irreconciliable adversaria interna, que tendrá que explicar a los gijoneses por qué les condenan a estar sin presupuestos por una decisión de partido.
Vano argumento por parte de una persona de la que la dirección regional del PP hace tiempo que ha escrito su esquela y ha arrumbado al limbo a la espera de certificar su defunción política. ¿O es que cree que actitudes como la que ahora dice asumir van a rehabilitarla ante sus enemigos internos?
Podría parecer lógica esta postura si no fuera porque la presidenta de los populares gijoneses ha repetido en varias ocasiones que el proyecto de cuentas que han elaborado junto con el gobierno municipal de Foro le parece bueno para la ciudad y para sus vecinos.
Sin embargo, dice estar dispuesta a echar abajo ese proyecto si el mandato de doña Mercedes Fernández, que nunca se ha molestado en explicar por qué ese presupuesto es malo, más allá de que quien lo presenta es el partido del actual enemigo número uno, Francisco Álvarez-Cascos, y que la verdadera razón de su oposición es que Foro se quede en minoría y PIERDA un debate tan relevante como el de las cuentas públicas del municipio para 2013.
Toda la argumentación de la señora Fernández Pardo se justifica en que ella se limitará a cumplir con la disciplina de partido y pasará la pelota al tejado de su irreconciliable adversaria interna, que tendrá que explicar a los gijoneses por qué les condenan a estar sin presupuestos por una decisión de partido.
Vano argumento por parte de una persona de la que la dirección regional del PP hace tiempo que ha escrito su esquela y ha arrumbado al limbo a la espera de certificar su defunción política. ¿O es que cree que actitudes como la que ahora dice asumir van a rehabilitarla ante sus enemigos internos?
viernes, 14 de diciembre de 2012
En defensa del voto de los gijoneses
La Junta Directiva del Partido Popular en Asturias ha decidido que cualquier acuerdo presupuestario en ayuntamientos donde tenga capacidad de decisión tendrá que contar con el refrendo del citado órgano de dirección. La 'lideresa' de los conservadores ha precisado enseguida que la norma es general y afecta por igual a cualquier fuerza política que pueda ostentar la alcaldía.
Partimos de que eso no se lo cree nadie. Desde el principio, la actual dirección ha dispuesto todos sus medios y estrategias orientados a la demolición de la estructura organizativa de los populares en Gijón, especialmente después de que Pilar Fernández Pardo y su equipo alcanzasen un acuerdo con el gobierno municipal de Foro para aprobar las cuentas locales para 2013.
Que 'Cherines' se quiera cargar a 'Pilipardo' es algo que a los gijoneses debe traernos al fresco. Allá ellas y sus compinches. Lo que no es de recibo es que Gijón se pueda quedar sin presupuestos a causa de las rencillas internas de un partido político.
¿Quién es la Junta Directiva del PP asturiano para tomar decisiones que corresponden a la corporación gijonesa? ¿No estaremos hablando de una clarísima usurpación de funciones de dudosa legalidad democrática? Desde luego, los gijoneses no hemos votado a ninguno de los miembros de la dirección de los conservadores asturianos. Lo han hecho entre ellos mismos, en cónclave partidista y sin una garantía democrática asumible por la ciudadanía. Por lo tanto, esas decenas de militantes no están legalmente capacitados para decidir sobre una norma del alcance de unos presupuestos. Al menos a Fernández Pardo y a los ediles que la acompañan en el Pleno del Ayuntamiento de Gijón fueron los ciudadanos de esta villa los que con su voto los situaron ahí.
Se habla con frecuencia de la perversión que representan los tránsfugas en una institución, y son muchas las razones para ello. Pero también se podría argumentar que otra forma de deslegitimar la democracia es trasladar la capacidad de decisión de los órganos que la Constitución consagra a las sedes de los partidos políticos donde se maquina o se conspira a diario para mantener el estatus de sus dirigentes.
En definitiva, que como gijonés me rebelo ante la posibilidad de que el municipio pueda quedarse sin presupuestos para el año próximo sólo como consecuencia de los debates intestinos que se urden en el aquelarre constituido en la sede ovetense de Manuel Pedregal. Si así fuera, espero que ninguno perdamos la memoria a la hora de votar y podamos mandarlos a mazmorras.
Partimos de que eso no se lo cree nadie. Desde el principio, la actual dirección ha dispuesto todos sus medios y estrategias orientados a la demolición de la estructura organizativa de los populares en Gijón, especialmente después de que Pilar Fernández Pardo y su equipo alcanzasen un acuerdo con el gobierno municipal de Foro para aprobar las cuentas locales para 2013.
Que 'Cherines' se quiera cargar a 'Pilipardo' es algo que a los gijoneses debe traernos al fresco. Allá ellas y sus compinches. Lo que no es de recibo es que Gijón se pueda quedar sin presupuestos a causa de las rencillas internas de un partido político.
¿Quién es la Junta Directiva del PP asturiano para tomar decisiones que corresponden a la corporación gijonesa? ¿No estaremos hablando de una clarísima usurpación de funciones de dudosa legalidad democrática? Desde luego, los gijoneses no hemos votado a ninguno de los miembros de la dirección de los conservadores asturianos. Lo han hecho entre ellos mismos, en cónclave partidista y sin una garantía democrática asumible por la ciudadanía. Por lo tanto, esas decenas de militantes no están legalmente capacitados para decidir sobre una norma del alcance de unos presupuestos. Al menos a Fernández Pardo y a los ediles que la acompañan en el Pleno del Ayuntamiento de Gijón fueron los ciudadanos de esta villa los que con su voto los situaron ahí.
Se habla con frecuencia de la perversión que representan los tránsfugas en una institución, y son muchas las razones para ello. Pero también se podría argumentar que otra forma de deslegitimar la democracia es trasladar la capacidad de decisión de los órganos que la Constitución consagra a las sedes de los partidos políticos donde se maquina o se conspira a diario para mantener el estatus de sus dirigentes.
En definitiva, que como gijonés me rebelo ante la posibilidad de que el municipio pueda quedarse sin presupuestos para el año próximo sólo como consecuencia de los debates intestinos que se urden en el aquelarre constituido en la sede ovetense de Manuel Pedregal. Si así fuera, espero que ninguno perdamos la memoria a la hora de votar y podamos mandarlos a mazmorras.
viernes, 7 de diciembre de 2012
Incoherencia habemus
Cuanto más cerca parece estar el acuerdo de los dos partidos de la derecha en el Ayuntamiento de Gijón para cerrar con un acuerdo plenario un proyecto presupuestario para el año próximo, más arrecian las críticas de las dos fuerzas políticas de la izquierda. Y lo hacen con un 'leit motiv' prácticamente inamovible: el rechazo a la priorización del pago de deuda sobre la inversión. Se trata de un argumentario que, de no correr los tiempos que corren, sería irreprochabe y capaz de aunar el apoyo de cualquier ciudadano razonable.
El problema empieza cuando se cierra un acuerdo presupuestario en el Principado, ámbito en el que los papeles están cambiados. El Gobierno socialista de Javier Fernández, con el apoyo de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia, ha logrado cerrar unas cuentas públicas para el ejercicio económico que viene en las que el montante de los fondos destinados al abono de los compromisos financieros institucionales contraídos en años anteriores supera el de la inversión real. Con una terminología o con otra, y aunque muchos podamos considerarnos profanos en el difícil tránsito por un documento de la envergadura de esta clase de documentos, ¿no parece que estamos hablando de lo mismo?
Al final, el poso que nos queda es el de la incoherencia predominante en los partidos políticos, que son capaces, cuando gobiernan, de vender sus pócimas como el elixir mágico para atajar todos los males, para convertir ese mismo producto en tóxico en el momento en que pasan a la oposición y son sus adversarios quienes lo recetan.
El problema empieza cuando se cierra un acuerdo presupuestario en el Principado, ámbito en el que los papeles están cambiados. El Gobierno socialista de Javier Fernández, con el apoyo de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia, ha logrado cerrar unas cuentas públicas para el ejercicio económico que viene en las que el montante de los fondos destinados al abono de los compromisos financieros institucionales contraídos en años anteriores supera el de la inversión real. Con una terminología o con otra, y aunque muchos podamos considerarnos profanos en el difícil tránsito por un documento de la envergadura de esta clase de documentos, ¿no parece que estamos hablando de lo mismo?
Al final, el poso que nos queda es el de la incoherencia predominante en los partidos políticos, que son capaces, cuando gobiernan, de vender sus pócimas como el elixir mágico para atajar todos los males, para convertir ese mismo producto en tóxico en el momento en que pasan a la oposición y son sus adversarios quienes lo recetan.
Juegan con fuego
No pasa día en que nuestra clase política no alimente con sus decisiones y medidas el malestar creciente de la ciudadanía. Opiniones, encuestas y clima social reflejan a cada momento ese sentimiento cada vez más generalizado que sitúa a ese colectivo como uno de los principales problemas cuando debería ser el instrumento que los resolviera.
Hoy mismo hemos conocido el acuerdo del Gobierno de destinar medio millón de euros a la fundación FAES, que preside el ex presidente del PP José María Aznar, y la mitad de esa cantidad para IDEAS, su homóloga en el PSOE. ¿Es realmente acertado este desembolso en los momentos actuales? Canalizar esas cantidades a unas entidades de partido con el presunto objetivo de "promover y fortalecer la democracia en países en vía de desarrollo" resulta en estos momentos cuando menos chocante, sobre todo si se tiene en cuenta que la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas arroja un preocupante 67,5% de españoles que se muestran poco a nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Al margen de que el hecho de que esos fondos públicos vayan a entidades privadas ligadas indisolublemente a los grandes partidos políticos pudiera parecer inapropiado frente a la grandes necesidades mucho más urgentes que tiene en estos momentos la sociedad, al margen de ello -digo- ¿no sería mejor que las principales formaciones políticas empezaran por arreglar la propia casa?
El despropósito de este tipo de decisiones sería nimio en sí mismo si no se enmarcase en una cascada de acuerdos con un trasfondo similar: La clase política barre sólo para casa. Somos bastantes los que pensamos que esta actitud podría llevar a la reflexión de que nuestros políticos empiezan a ver las cosas cada vez más negras y tratan de aprovechar el tiempo por si el 'chollo' no dura. De ser así, esta nueva casta económicamente aristócrata no estaría siendo consciente de que con su desaforado egoismo no hacen nada más que alimentar a la bestia antidemocrática que se vislumbra tras el mencionado sondeo del CIS. Si casi siete de cada diez españoles, por exclusiva culpa -y lo recalco- de esa clase política, se muestra insatisfecha con la democracia, y si ese sentimiento crece y se desarrolla, ¿cuál puede ser el siguiente paso en esta arriesgada carrera hacia el precipicio? Indudablemente, otro sistema diferente al democrático, y todos sabemos qué nombre tiene, un nombre que nadie quisiéramos recordar. No sé si se dan cuenta, pero están jugando con fuego.
Hoy mismo hemos conocido el acuerdo del Gobierno de destinar medio millón de euros a la fundación FAES, que preside el ex presidente del PP José María Aznar, y la mitad de esa cantidad para IDEAS, su homóloga en el PSOE. ¿Es realmente acertado este desembolso en los momentos actuales? Canalizar esas cantidades a unas entidades de partido con el presunto objetivo de "promover y fortalecer la democracia en países en vía de desarrollo" resulta en estos momentos cuando menos chocante, sobre todo si se tiene en cuenta que la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas arroja un preocupante 67,5% de españoles que se muestran poco a nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Al margen de que el hecho de que esos fondos públicos vayan a entidades privadas ligadas indisolublemente a los grandes partidos políticos pudiera parecer inapropiado frente a la grandes necesidades mucho más urgentes que tiene en estos momentos la sociedad, al margen de ello -digo- ¿no sería mejor que las principales formaciones políticas empezaran por arreglar la propia casa?
El despropósito de este tipo de decisiones sería nimio en sí mismo si no se enmarcase en una cascada de acuerdos con un trasfondo similar: La clase política barre sólo para casa. Somos bastantes los que pensamos que esta actitud podría llevar a la reflexión de que nuestros políticos empiezan a ver las cosas cada vez más negras y tratan de aprovechar el tiempo por si el 'chollo' no dura. De ser así, esta nueva casta económicamente aristócrata no estaría siendo consciente de que con su desaforado egoismo no hacen nada más que alimentar a la bestia antidemocrática que se vislumbra tras el mencionado sondeo del CIS. Si casi siete de cada diez españoles, por exclusiva culpa -y lo recalco- de esa clase política, se muestra insatisfecha con la democracia, y si ese sentimiento crece y se desarrolla, ¿cuál puede ser el siguiente paso en esta arriesgada carrera hacia el precipicio? Indudablemente, otro sistema diferente al democrático, y todos sabemos qué nombre tiene, un nombre que nadie quisiéramos recordar. No sé si se dan cuenta, pero están jugando con fuego.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Gijón y las rencillas personales
Se empecinan Mercedes Fernández y su nuevo equipo en centrar todos sus objetivos en acabar con cualquier tipo de disidencia interna. Y Gijón no solamente es una de ellas, sino LA DISIDENCIA. Se acerca el final de año y en el Ayuntamiento de Gijón todo parece estar cocinado para que el municipio tenga en fecha sus presupuesto aprobado con el apoyo conjunto de Foro y Partido Popular. Los "flecos" que dicen mantenerse pendientes cada día son más difíciles de utilizar como argumento para una ruptura de última hora. Sin embargo, 'Cherines' todavía no ha dado a torcer su brazo y mediante mensajes confusos o subliminales trata de mantener la llama de que su gran enemigo, Francisco Álvarez-Cascos, no se va a salir con la suya y tendrá que envainársela en lo que a las cuentas públicas se refiere.
Se trata en definitiva de un asunto emponzoñado que tiene mala salida. La presidenta gijonesa y enemiga acérrima de la actual 'lideresa' de los populares asturianos ya puso inteligentemente sus cartas sobre la mesa semanas atrás y, después de defender el proyecto presupuestario municipal como bueno para los intereses de la ciudad, invitó a la dirección regional de su partido para que asumiera su responsabilidad como tal y diera la orden de dar un paso atrás para desandar el camino de la colaboración constructiva que ha durado ya más de año y medio. Por miedo o por prudencia, hasta la fecha no ha habido una respuesta a este reto claro y preciso. Es verdad que por ahora el rechazo a las cuentas municipales del equipo de Mercedes Fernández jamás ha tenido argumentos estrictamente presupuestarios y sí los exclusivamente partidistas que responden a aquella máxima de "al enemigo, ni agua".
El desenlace de esta trama va a conocerse muy pronto. El tiempo juega, por ahora, a favor de 'Pilipardo' y los suyos. A la dirección regional se le están terminando los cartuchos. Dejar correr las cosas es dar la batalla por perdida. pero asumir su papel de instancia superior y ordenar el cambio de ruta para acabar con el adversario dentro de la derecha podría conllevar consecuencias negativas difíciles de evaluar en estos momentos.
Lo único cierto es que Gijón y los gijoneses deberían estar al margen de las rencillas personales entre los populares. Lo contrario, seguro, tendrá daños colaterales para uno u otro sector. O quizá para los dos.
Se trata en definitiva de un asunto emponzoñado que tiene mala salida. La presidenta gijonesa y enemiga acérrima de la actual 'lideresa' de los populares asturianos ya puso inteligentemente sus cartas sobre la mesa semanas atrás y, después de defender el proyecto presupuestario municipal como bueno para los intereses de la ciudad, invitó a la dirección regional de su partido para que asumiera su responsabilidad como tal y diera la orden de dar un paso atrás para desandar el camino de la colaboración constructiva que ha durado ya más de año y medio. Por miedo o por prudencia, hasta la fecha no ha habido una respuesta a este reto claro y preciso. Es verdad que por ahora el rechazo a las cuentas municipales del equipo de Mercedes Fernández jamás ha tenido argumentos estrictamente presupuestarios y sí los exclusivamente partidistas que responden a aquella máxima de "al enemigo, ni agua".
El desenlace de esta trama va a conocerse muy pronto. El tiempo juega, por ahora, a favor de 'Pilipardo' y los suyos. A la dirección regional se le están terminando los cartuchos. Dejar correr las cosas es dar la batalla por perdida. pero asumir su papel de instancia superior y ordenar el cambio de ruta para acabar con el adversario dentro de la derecha podría conllevar consecuencias negativas difíciles de evaluar en estos momentos.
Lo único cierto es que Gijón y los gijoneses deberían estar al margen de las rencillas personales entre los populares. Lo contrario, seguro, tendrá daños colaterales para uno u otro sector. O quizá para los dos.
Sí, pero no
Si cualquier circunstacia de última hora no altera las previsiones, Asturias tendrá aprobados a finales de año unos presupuestos para el próximo ejercicio económico, algo insólito en los últimos años por estos pagos, acostumbrados como estábamos ya a las prórrogas de las cuentas autonómicas.
Al final, con los habituales remilgos para la galería, Unión, Progreso y Democracia ha dado el 'sí quiero' al Gobierno de Javier Fernandez "por responsabilidad", aunque los presupuestos que se van a aprobar no son "los suyos". Tampoco lo era el presidente del Principado cuando se pactó la investidura hace algunos meses, como tampoco lo serán probablemente otras decisiones relevantes que puedan adoptarse en lo que resta de legislatura y a las que darán su beneplácito después de "taparse la nariz". Al final, Ignacio Prendes, bajo la batuta de su jefa de filas y 'lideresa' nacional ha vuelto a escenificar su papel de damisela pacata que se hace la estrecha ante el cortejo del macho dominante para acabar cediendo a los galanteos de éste cuando se acerca el 'clímax'. Parece que éste es un papel en el que el partido magenta se empieza a sentir cómodo. "No, pero sí"; "No me gusta, pero me comprometo por el bien de todos"; "No es el mío, pero lo asumo por responsabilidad". En fin, que ya empezamos a conocernos todos y que, ya se sabe, cuando un actor repite hasta la saciedad un papel acaba por aburrirnos.
Lo único positivo de esta situación será que el Principado podrá contar de una vez por todas con unos presupuestos, desde luego ni mucho menos los mejores, pero sí con algo después de estos últimos años de incertidumbre. Eso sí, que empiecen a acostumbrarse gobierno y socios, también oposiciones varias, a que el voto a un proyecto del calado del correspondiente a unas cuentas públicas tiene también un valor añadido y que cada cual será responsable de las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas. Luego, que nadie se llame a andana.
Al final, con los habituales remilgos para la galería, Unión, Progreso y Democracia ha dado el 'sí quiero' al Gobierno de Javier Fernandez "por responsabilidad", aunque los presupuestos que se van a aprobar no son "los suyos". Tampoco lo era el presidente del Principado cuando se pactó la investidura hace algunos meses, como tampoco lo serán probablemente otras decisiones relevantes que puedan adoptarse en lo que resta de legislatura y a las que darán su beneplácito después de "taparse la nariz". Al final, Ignacio Prendes, bajo la batuta de su jefa de filas y 'lideresa' nacional ha vuelto a escenificar su papel de damisela pacata que se hace la estrecha ante el cortejo del macho dominante para acabar cediendo a los galanteos de éste cuando se acerca el 'clímax'. Parece que éste es un papel en el que el partido magenta se empieza a sentir cómodo. "No, pero sí"; "No me gusta, pero me comprometo por el bien de todos"; "No es el mío, pero lo asumo por responsabilidad". En fin, que ya empezamos a conocernos todos y que, ya se sabe, cuando un actor repite hasta la saciedad un papel acaba por aburrirnos.
Lo único positivo de esta situación será que el Principado podrá contar de una vez por todas con unos presupuestos, desde luego ni mucho menos los mejores, pero sí con algo después de estos últimos años de incertidumbre. Eso sí, que empiecen a acostumbrarse gobierno y socios, también oposiciones varias, a que el voto a un proyecto del calado del correspondiente a unas cuentas públicas tiene también un valor añadido y que cada cual será responsable de las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas. Luego, que nadie se llame a andana.
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