viernes, 4 de diciembre de 2009

Una imagen con mil palabras

Me choca que en un tema tan recurrente en la prensa regional y nacional como es el regreso a la primera línea política de Francisco Álvarez-Cascos llevemos algunas semanas sin 'noticias'. Cualquier declaración, cualquier gesto, de él o de sus compañeros de la dirección del PP, daba origen a nuevas interpretaciones que casi siempre acababan en el retorno del veterano político asturiano.
Sin embargo, no he encontrado referencias al asunto tras el acto celebrado esta misma semana en el transcurso del cual don Juan Carlos recibió el I Premio FAES a la Libertad. ¿Y por qué iba a haberlas?, se preguntarán algunos. El protagonista era el Rey y su interlocutor protagonista el presidente de la mencionada fundación, José María Aznar. Sin embargo, una de las fotografías distribuidas ese día, además de la tradicional en la que los dos mencionados aparecen en el momento de la entrega del galardón, pasó prácticamente desapercibida. A fin de cuentas las imágenes no se leen, dirán otros. Craso error, porque, al margen de tratarse de un tópico -y como tal machaconamente real- una imagen sí puede valer más que mil palabras y a la que aludo estaba cargada de párrafos. Estaban -digámoslo ya-, aparte de los protagonistas principales, en primera fila y firmes y sonrientes, entre otros, Ángel Acebes y el citado Cascos.
Mientras muchos se empeñan en descifrar el rompecabecas del retorno del ex ministro de Fomento a partir de sus malquereres entre los que mandan en su partido en Asturias o a partir de las expectativas de hacerse con el poder en el Principado que puedan tener puestas en él Rajoy y su equipo -tampoco grandes simpatizantes del polémico ex vicepresidente-, otros preferimos escudriñar por latiitudes diferentes. Al margen de sus amplias actividades profesionales privadas, yo recomiendo a quienes estén interesados en el hipotético futuro político de Cascos que le sigan a través de imágenes como la mencionada, que vean en qué terrenos y con qué personas se mueve, cómo mide sus tiempos y sus escenarios.
Es posible que Cascos y Aznar no terminaran tan bien como era de esperar después de sus largos años de estrecha colaboración, pero el asturiano, como otros de los políticos ahora apartados pero que formaron parte del núcleo central del último líder que tuvo el PP -para lo bueno y para lo malo-, conforman un contrapoder sólido dentro del partido, y la sensación que día a día da la actual dirección -por muchas reuniones y cónclaves que celebren- sólo contribuyen a consolidar una idea muy extendida entre las bases: "con ellos ganamos y esos son los líderes que tenemos que volver a tener". Es obvio que no soy tan atrevido como para aventurar algún tipo de conspiración interna que acabe en una futura guerra interna en el seno de los populares. Las cosas no funcionan así. Pero a veces es el propio paso del tiempo el que, mansamente, madura las frutas y, cuando llega la sazón, las hace caer del árbol.
Si alguien -muchos, según parece- se muestran interesados en seguir los movimientos de Cascos que recuerden que se trata de uno de los políticos más avezados de la historia democrática de este país, y por ello, que atiendan a ese tipo de apariciones o gestos suyos que van punteando un camino cargado de significados a sumar. Dejémenos de conjeturas o adivinanzas con Rajoy, con Gabino de Lorenzo,... y pongamos mucha atención a las imágenes que, en el caso del político asturiano, tienen ahora mucho más valor que sus escasas y crípticas declaraciones sobre un futuro político por el momento incierto.

1 comentario:

  1. No parece muy certera la afirmación de que llevamos algunas semanas "sin noticias" sobre el hipotético regreso de Cascos. A mí me parece que sus dos artículos publicados a lo largo de Noviembre sobre la operación de Cajastur y CCM son suficientemente reveladores del inequívoco interés del exvicepresidente en hacerse presente en asuntos de gran calado regional. Además, muy en su estilo, aportanto ideas diferentes a las de la doctrina oficial.
    En cuanto a la fotografía, es posible que la presencia de Cascos junto al resto de la vieja guardia del PP tenga cierto significado, pero no parece que este político sea de los que necesite arroparse mucho cuando se le mete algo en la mollera. Ya escribí por aquí, al hilo de otro post de don Marcelino, que la vuelta de Cascos estará absolutamente determinada por la situación social y económica de su Asturias: me resulta imposible pensar en un Cascos ausente de las imprescindibles soluciones que necesita una tierrina maltratada y condenada a la resignación. Llegado el momento (y el tiempo y la edad apremian), Cascos volverá a dar el paso al frente. Algunos, que anhelamos su retorno porque deseamos un líder político (sinceramente, ¿usted cree que Fernández, PSOE, u Ovidio, PP, son líderes de algo?) para Asturias, estamos convencidos de que el retorno de Cascos a la actividad política es ya un hecho.
    Gracias, don Marcelino, por su blog.

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