miércoles, 23 de diciembre de 2009

Unos alardean, otros se llevan el gato al agua

Mientras nuestra clase gobernante autonómica se esfuerza cada fin de año en convencernos de que el tratamiento del Estado para con Asturias es de favor, los hechos -machacones- se encargan de poner sus triunfalismos en su lugar. Todos sabemos a estas alturas que las cifras -incluso las cifras- tienen la condición de relatividad según en qué medida se tomen y con cuál se las compare, pero la experiencia nos indica que ya ni al 'gran pregonero' del Gobierno Zapatero, nuestro ilustre delegado del Gobierno, se le puede creer prácticamente nada de lo que dice y nos hace dudar hasta cuando acierta.
Están esos gobernantes vendiendo estos días que, a pesar de la crisis, Asturias todavía sigue siendo una de las comunidades privilegiadas por el Ejecutivo socialista de la nación. Los números -como antes comentaba- siempre tienen una esquina favorable por la que tomarlos para vender lo que sea. Sin embargo, hay otras realidades más contrastables que, a su manera, se encargan de retirarnos la condición de 'niña de mis ojos' del presidente Zapatero. Y voy a citar dos ejemplos que todo el mundo puede entender.
El primero se refiere a la reciente unanimidad de los responsables de las más importantes empresas constructoras sobre la efectividad del actual ministro de Fomento, José Blanco, a la hora de 'cazar al vuelo' cualquier clase de ayudas europeas para financiar las grandes infraestructuras. Hasta aquí todo excelente. El problema para los intereses de nuestra región es cuando se añade que el último gran pellizco 'rebañado' por 'Pepiño' a la UE para la alta velocidad se va para los AVE de Galicia y del País Vasco (no hace falta perder el tiempo en explicar por qué).
Otro ejemplo. El presidente de Cantabria ha recibido del presidente del Gobierno el compromiso de que el AVE de esta comunidad con Madrid y el que unira la capital montañesa con Bilbao estarán finalizados en 2015, la misma fecha que tiene por el momento el fin de la línea de alta velocidad entre Madrid y Asturias. El problema no es que la vecina comunidad tenga menos derechos que otras a alcanzar cuanto antes sus objetivos, sino que hasta hace bien poco esas aspiraciones tenían una fecha de conclusión a más largo plazo. Mientras aquí el Ministerio de Fomento sigue jugando a dibujar el mapa de la entrada de la alta velocidad en Asturias, otras regiones vecinas llevan una velocidad de crucero y unas inversiones superiores a las de un trazado aún por definir.
Se podrá decir que a Miguel Ángel Revilla le ha vendido Zapatero la misma 'moto' que a los asturianos en 2004 con la supresión del peaje de la autovía del Huerna -de eso ya hablaremos otro día-, pero algo me dice que no es así y que mientras nuestros 'gobernantinos' se empavonan con teorías otros se llevan el gato al agua. A lo mejor es que nuestro simpático vecino se encarga de suministrar cada Navidad a Zapatero unas excelentes anchoas de Santoña y otras delicias de su tierra. Quizá Areces debería programar algún viaje para llevar a La Moncloa un queso de Cabrales o los ingredientes para una buena fabada. Es broma, evidentemenete. Claro que una protesta a tiempo o un abandono definitivo del sempiterno amén a todo lo que digan en Madrid quizá tuviera mejores resultados. ¡Si ya ni siquiera les puedes reclamar un trato adecuado a los tuyos, apaga y vamonos!

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