De la lectura del mensaje con el que el presidente del Principado ha felicitado el año nuevo a los asturianos se desprende que, al menos por el momento, no podemos esperar de nuestros gobernantes más que buenas intenciones y propósitos de la enmienda. Apelar al afán de afrontar el problema del paro, que ya afecta a más de 105.000 paisanos nuestros, demuestra interés, pero resulta insuficiente para los tiempos que nos está tocando vivir. Se supone que quien se presenta a unas elecciones y las gana está para solucionar los problemas y no para dejar constancia de ellos y la necesidad de resolverlos.
Éste es el horizonte que se fija Javier Fernández y lo hace con dos instrumentos: uno tangible, los presupuestos recién aprobados, que son un adelanto con respecto al año anterior, pero en forma alguna la panacea, especialmente si no se gestionan adecuadamente y aquí todavía quedan demasiados vicios del pasado reciente; y otro más etéreo, cual es su proverbial estilo de "consenso" y "pacificación". El actual vecino del palacio de Suárez de la Riva lleva demasiado tiempo explotando hasta la saciedad su capacidad de entendimiento "con todos". Quisiera equivocarme, pero me temo que es un bagaje insuficiente para el tamaño de la empresa.
Desde su elección como primer mandatario de la comunidad autónoma, Javier Fernández ha mostrado que, al menos en lo que al discurso se refiere, tiene templadas las teclas de su verbo o, en todo caso, buenos 'afinadores' que le mantienen el motor en marcha. Sin embargo, el discurso de este fin de año, bien sea por una posible desafección a esta clase de fechas, bien por un descuido puntual, se ha quedado muy corto y falto de un contenido capaz de transmitir a los asturianos en un momento en el que lo necesitan más que nunca esa esperanza perdida que el propio presidente dice tratar de recuperar. Al final, parece que la crisis también se ha instalado en el mensaje.
lunes, 31 de diciembre de 2012
Feliz año... peor
No por esperada la bofetada es menos dolorosa. Desayunar con la primera página de 'El Comercio' de hoy ha sido la ratificación de un fracaso, el de un Gobierno que después de meter tijera en todos los bolsillos (bueno, en todos no, en casi todos) nos felicita el año nuevo con subidas en servicios básicos, como la luz y la vivienda, además de otros como el ferrocarril, la gasolina o el tabaco que afectan a millones de ciudadanos normales. Más tarde, veo que 'El País' remata la faena con un razonado vaticinio de que, como consecuencia esas medidas, nuestro poder adquisitivo se hundirá de forma "brutal" en el inmediato 2013.
Los precios suben mientras bajan los ingresos de asalariados, pensionistas y funcionarios. Consecuencia lógica -no hace falta ser Premio Nobel de Economía-, el consumo se retrae y la actividad económica decrece. El paro también va a aumentar mas, con lo que el escenario que se nos presenta es para echarse a temblar. Pero de verdad.
Mientras tanto, nuestros gobernantes se afanan en convencernos de que, efectivamente, el año que viene va a ser todavía más duro, aunque "la economía va a empezar ya a recuperarse". ¿Y quién es la tal economía, esa hija de la gran chuingada que va a empezar a estar mejor mientras la mayoría de los españoles estaremos peor? Me gustaría que todas esas mentes preclaras que calientan asiento en el Ejecutivo o en el Parlamento me lo explicasen, porque yo, como millones de compatriotas, no acabo de entenderlo bien. ¿Tendremos que hacernos todos pordioseros para que la susodicha dama pueda estar bien instalada? Empieza a recordarme a ese otro subterfugio verbal de los mercados. Insisto, no lo comprendo.
Mientras en esas estamos, en saber como vamos a suplir con las viejas velas las lámparas de baja intensidad de nuestros domicilios; en planear los viajes con tiempo para hacerlos a pie, porque el tren costará más, lo mismo que el trayecto por carretera, con precios superiores de gasolinas y peajes; en olvidarse de la posibilidad de adquirir una vivienda digna para todos aquellos jóvenes que todavía no han tenido acceso a ella. Sobre lo de fumar habrá opiniones; es posible que, sin quererlo, los gobernantes acaben con el tabaquismo. Y lo que pueda venir, porque esto aún no se ha acabado. Es sólo el aperitivo que va a sustituir a las viejas uvas de Nochevieja.
Entre tanto, sabemos que, a pesar de los 'duros' recortes que se han aplicado, el sueldo medio de un diputado de fuera de Madrid será en 2013 de 60.290 euros. Pobrecitos. Recordad que alguno más torpe que otros se atrevió a decir que con esos emolumentos no se las arreglaba. Y si esto no es suficiente ahí está la acaparadora dirigente del Partido Popular que cobra como secretario general del partido, como presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y como parlamentaria. En total, la módica cifra de 158.389 euros netos. Una bagatela.
Y estas son las mismas personas que comprenden que estemos enfadados, pero nos exigen paciencia y aseguran que, si la tenemos, algún día volverá a brillar para nosotros la luz del sol. Más parece una cuestión de fé, aunque yo apostato de este tipo de 'vellocinos de oro'.
En fin, que las perspectivas, compañeros, son sombrías y las esperanzas se cotizán más que la ángula del Nalón. Lo dicho: Feliz año peor.
Los precios suben mientras bajan los ingresos de asalariados, pensionistas y funcionarios. Consecuencia lógica -no hace falta ser Premio Nobel de Economía-, el consumo se retrae y la actividad económica decrece. El paro también va a aumentar mas, con lo que el escenario que se nos presenta es para echarse a temblar. Pero de verdad.
Mientras tanto, nuestros gobernantes se afanan en convencernos de que, efectivamente, el año que viene va a ser todavía más duro, aunque "la economía va a empezar ya a recuperarse". ¿Y quién es la tal economía, esa hija de la gran chuingada que va a empezar a estar mejor mientras la mayoría de los españoles estaremos peor? Me gustaría que todas esas mentes preclaras que calientan asiento en el Ejecutivo o en el Parlamento me lo explicasen, porque yo, como millones de compatriotas, no acabo de entenderlo bien. ¿Tendremos que hacernos todos pordioseros para que la susodicha dama pueda estar bien instalada? Empieza a recordarme a ese otro subterfugio verbal de los mercados. Insisto, no lo comprendo.
Mientras en esas estamos, en saber como vamos a suplir con las viejas velas las lámparas de baja intensidad de nuestros domicilios; en planear los viajes con tiempo para hacerlos a pie, porque el tren costará más, lo mismo que el trayecto por carretera, con precios superiores de gasolinas y peajes; en olvidarse de la posibilidad de adquirir una vivienda digna para todos aquellos jóvenes que todavía no han tenido acceso a ella. Sobre lo de fumar habrá opiniones; es posible que, sin quererlo, los gobernantes acaben con el tabaquismo. Y lo que pueda venir, porque esto aún no se ha acabado. Es sólo el aperitivo que va a sustituir a las viejas uvas de Nochevieja.
Entre tanto, sabemos que, a pesar de los 'duros' recortes que se han aplicado, el sueldo medio de un diputado de fuera de Madrid será en 2013 de 60.290 euros. Pobrecitos. Recordad que alguno más torpe que otros se atrevió a decir que con esos emolumentos no se las arreglaba. Y si esto no es suficiente ahí está la acaparadora dirigente del Partido Popular que cobra como secretario general del partido, como presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha y como parlamentaria. En total, la módica cifra de 158.389 euros netos. Una bagatela.
Y estas son las mismas personas que comprenden que estemos enfadados, pero nos exigen paciencia y aseguran que, si la tenemos, algún día volverá a brillar para nosotros la luz del sol. Más parece una cuestión de fé, aunque yo apostato de este tipo de 'vellocinos de oro'.
En fin, que las perspectivas, compañeros, son sombrías y las esperanzas se cotizán más que la ángula del Nalón. Lo dicho: Feliz año peor.
sábado, 29 de diciembre de 2012
El pacto resiste
Desde hace algunas horas Asturias dispone de una ley presupuestaria apoyada por la mayoría de la Junta General del Principado. Se trata de una buena noticia después de los sobresaltos derivados de la prórroga sobrevenida por la decisión de Vicente Álvarez Areces de no forzar un proyecto antes de decir adiós y de la subsiguiente, obligada por la falta de apoyos necesarios cosechada por Francisco Álvarez-Cascos. Tener presupuesto es lo mínimo exigido para una comunidad autónoma que quiera avanzar en el buen camino. Otra cosa será que, conseguido el instrumento, se logre aplicar con raciocinio y expectativas de solución a los problemas asturianos. La elevada presión fiscal -una de las más duras de España- es un arma de doble filo si la recaudación no responde a lo previsto, como ya ha ocurrido en el presente ejercicio económico. El enroque del Gobierno de Madrid con respecto a cualquier medida que intente su homólogo asturiano tampoco ayuda nada. Ello sin contar que una cosa es la letra y otra la música. pero eso se verá en el futuro inmediato.
Por encima del hecho de que el Parlamento haya dado vía libre a las Cuentas del Principado para 2013, hay un hecho significativo que no se escapa a nadie. Y es que el pacto de gobernación entre socialistas, Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia ha funcionado cual maquinaria de relojería para sumar en todos los casos los 23 votos necesarios en la Cámara. Muchos agoreros aventuramos que el acuerdo entre las tres fuerzas políticas se manifestaba inestable y estaba para un susto. De momento, no ha sido así y la coalición avanza, aunque hay indicios para pensar que no está para tirar voladores. Todo lo contrario que en el otro lado de la balanza, donde Partido Popular y Foro Asturias apenas si han llegado a ponerse de acuerdo en el apoyo a las enmiendas de totalidad al mencionado presupuesto. Ayer coincidieron en algunas parciales el uno con el otro. Pero poco más.
No ha sido así en el Ayuntamiento de Oviedo y es de esperar que lo mismo ocurra en el Consistorio gijonés. La solución está a la vuelta de la esquina.
Por encima del hecho de que el Parlamento haya dado vía libre a las Cuentas del Principado para 2013, hay un hecho significativo que no se escapa a nadie. Y es que el pacto de gobernación entre socialistas, Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia ha funcionado cual maquinaria de relojería para sumar en todos los casos los 23 votos necesarios en la Cámara. Muchos agoreros aventuramos que el acuerdo entre las tres fuerzas políticas se manifestaba inestable y estaba para un susto. De momento, no ha sido así y la coalición avanza, aunque hay indicios para pensar que no está para tirar voladores. Todo lo contrario que en el otro lado de la balanza, donde Partido Popular y Foro Asturias apenas si han llegado a ponerse de acuerdo en el apoyo a las enmiendas de totalidad al mencionado presupuesto. Ayer coincidieron en algunas parciales el uno con el otro. Pero poco más.
No ha sido así en el Ayuntamiento de Oviedo y es de esperar que lo mismo ocurra en el Consistorio gijonés. La solución está a la vuelta de la esquina.
viernes, 28 de diciembre de 2012
A la p... calle
Tremenda la foto de primera página de la edición de hoy del diario 'El País'. Una instantanea que ya ha corrido como un reguero de pólvora por todas las redes sociales suscitando una catarata de críticas sin contención. Se trata, por si acaso alguno no lo sabe todavía, de la imagen de dos diputados del Partido Popular en la Asamblea de Madrid compitiendo con su 'smartphone' e 'ipad' respectivos al 'Apalabrado', un 'instructivo' juego de ordenador. Si mal está este tipo de prácticas en cualquier momento, lo que no tiene perdón de dios es que los dos parlamentarios se solacen en prácticas de ocio mientras la Cámara a la que pertenecen y de la que cobran trata la normativa que derivará en la privatización de un buen número de hospitales y centros de salud de la comunidad que su propio partido preside.
La imagen, aunque indignante, no es otra cosa que un episodio más en la larga carrera de despropósitos de una clase política que, luego, se escandaliza cuando los sondeos sitúan a sus representantes como uno de los principales problemas del país, solamente superados por la lacra del desempleo, que -alguno dirá, y con razón-, provocan esas mismas personas.
Los susodichos diputados regionales del Partido Popular han "reconocido" su error y se han "disculpado". Cómo si de esa manera se arreglara todo. Parecen olvidar ellos, y quienes los sitúan en sus listas para 'rellenar', que en los instantes en que la cámara fotográfica captó su desliz estaban "trabajando", aunque la realidad indica que muchos de esos representantes 'populares' solamente tienen activado el mecanismo del brazo cada vez que toca votar siguiendo las indicaciones del jefe de fila. E incluso así a veces se equivocan. Estaban "trabajando" y cobran por ello. Y muy bien, por cierto; un sueldo y otras retribuciones exageradamente por encima de cualquier media de los trabajadores españoles.
¿A alguien se le ha ocurrido preguntarse qué habría pasado si en lugar de dos cargos institucionales en un parlamento se tratase de dos administrativos de cualquier empresa privada? No hace falta haber estudiado en Salamanca para responde que se irían de inmediato "a la p... calle". Y así debería ser en este caso, si todavía quedara un ápice de vergüenza.
La imagen, aunque indignante, no es otra cosa que un episodio más en la larga carrera de despropósitos de una clase política que, luego, se escandaliza cuando los sondeos sitúan a sus representantes como uno de los principales problemas del país, solamente superados por la lacra del desempleo, que -alguno dirá, y con razón-, provocan esas mismas personas.
Los susodichos diputados regionales del Partido Popular han "reconocido" su error y se han "disculpado". Cómo si de esa manera se arreglara todo. Parecen olvidar ellos, y quienes los sitúan en sus listas para 'rellenar', que en los instantes en que la cámara fotográfica captó su desliz estaban "trabajando", aunque la realidad indica que muchos de esos representantes 'populares' solamente tienen activado el mecanismo del brazo cada vez que toca votar siguiendo las indicaciones del jefe de fila. E incluso así a veces se equivocan. Estaban "trabajando" y cobran por ello. Y muy bien, por cierto; un sueldo y otras retribuciones exageradamente por encima de cualquier media de los trabajadores españoles.
¿A alguien se le ha ocurrido preguntarse qué habría pasado si en lugar de dos cargos institucionales en un parlamento se tratase de dos administrativos de cualquier empresa privada? No hace falta haber estudiado en Salamanca para responde que se irían de inmediato "a la p... calle". Y así debería ser en este caso, si todavía quedara un ápice de vergüenza.
jueves, 27 de diciembre de 2012
La Llingua, para mejor momento
Despliega desde tiempos inmemoriales Izquierda Unida un encomiable empeño en la recaudación de nuevos sufragios. Y lo hace picoteando en todos los campos. Normal. Es lo que se espera de cualquier fuerza política. Sin embargo, una cosa es el objetivo y otra los caminos a transitar para lograrlos.
Hace muchos años que la coalición de la izquierda ha situado su punto de mira en el 'asturianismo' tratando de apropiárselo como seña de identidad, tarea facilitada por la práctica inexistencia en esta comunidad de fuerzas 'nacionalistas'. Fruto de esa empresa han sido algunos rocambolescos episodios especialmente reseñados a raíz de la presencia de IU en los gobiernos del Principado. No hace falta recordarlas porque están en la mente de todos.
Ahora, los chicos que capitanea Orviz y representa mediáticamente el incombustible Gaspar Llamazares no están en tareas ejecutivas, pero sus votos son determinantes en la estabilidad de Javier Fernández como presidente del Principado y funcionan como si en el equipo de gobierno figurasen. Por ello, han decidido aprovechar esta situación para lanzar nuevamente una de sus campañas 'asturchales' en lo que entienden como correcta defensa de la Llingua.
Primero ha sido su senador Jesús Iglesias quien ha interpelado en la Cámara Alta a la ministra de Fomento. La petición del parlamentario de IU ha sido la rotulación de las señales de tráfico en asturiano de las carreteras estatales. Ana Pastor le ha contestado que el Gobierno de España sólo está obligado en aquellas comunidades en las que su lengua tiene carácter cooficial. Hasta aquí todo normal. En cualquier caso, la titular de la cartera ha dejado abierta la posibilidad de atender la solicitud de Iglesias en pro de las buenas relaciones entre ejecutivos, siempre que el asturiano tomara la iniciativa de pedirlo. Dicho y hecho. Al equipo de Javier Fernández le ha faltado tiempo para poner la iniciativa en marcha. "No vaya a ser que molestemos a nuestros cmpañeros de cama, especialmente ahora que vamos a aprobar los presupuestos con sus votos".
Por encima de las componendas políticas, lo que no es de recibo en estos momentos de carestía absoluta de fondos es que nuestros representantes se empeñen en gastar millones de euros en señales de tráfico para que podamos ver en nuestras carreteras Principau d'Asturies, Xixón o Uvieu. Las necesidades de los asturianos van por otros derroteros. Hay otros problemas serios que resolver y los avatares lingüísticos pueden quedar para mejor ocasión.
¡Ah! Por si acaso. Que ni IU ni la FSA nos vengan ahora a dar lecciones de asturianía -al menos al que suscribe- a quienes somos cuando menos tan 'arios' como ellos. La racionalidad está por encima de los clichés 'nacionaliegos'.
Hace muchos años que la coalición de la izquierda ha situado su punto de mira en el 'asturianismo' tratando de apropiárselo como seña de identidad, tarea facilitada por la práctica inexistencia en esta comunidad de fuerzas 'nacionalistas'. Fruto de esa empresa han sido algunos rocambolescos episodios especialmente reseñados a raíz de la presencia de IU en los gobiernos del Principado. No hace falta recordarlas porque están en la mente de todos.
Ahora, los chicos que capitanea Orviz y representa mediáticamente el incombustible Gaspar Llamazares no están en tareas ejecutivas, pero sus votos son determinantes en la estabilidad de Javier Fernández como presidente del Principado y funcionan como si en el equipo de gobierno figurasen. Por ello, han decidido aprovechar esta situación para lanzar nuevamente una de sus campañas 'asturchales' en lo que entienden como correcta defensa de la Llingua.
Primero ha sido su senador Jesús Iglesias quien ha interpelado en la Cámara Alta a la ministra de Fomento. La petición del parlamentario de IU ha sido la rotulación de las señales de tráfico en asturiano de las carreteras estatales. Ana Pastor le ha contestado que el Gobierno de España sólo está obligado en aquellas comunidades en las que su lengua tiene carácter cooficial. Hasta aquí todo normal. En cualquier caso, la titular de la cartera ha dejado abierta la posibilidad de atender la solicitud de Iglesias en pro de las buenas relaciones entre ejecutivos, siempre que el asturiano tomara la iniciativa de pedirlo. Dicho y hecho. Al equipo de Javier Fernández le ha faltado tiempo para poner la iniciativa en marcha. "No vaya a ser que molestemos a nuestros cmpañeros de cama, especialmente ahora que vamos a aprobar los presupuestos con sus votos".
Por encima de las componendas políticas, lo que no es de recibo en estos momentos de carestía absoluta de fondos es que nuestros representantes se empeñen en gastar millones de euros en señales de tráfico para que podamos ver en nuestras carreteras Principau d'Asturies, Xixón o Uvieu. Las necesidades de los asturianos van por otros derroteros. Hay otros problemas serios que resolver y los avatares lingüísticos pueden quedar para mejor ocasión.
¡Ah! Por si acaso. Que ni IU ni la FSA nos vengan ahora a dar lecciones de asturianía -al menos al que suscribe- a quienes somos cuando menos tan 'arios' como ellos. La racionalidad está por encima de los clichés 'nacionaliegos'.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Ordeno y mando
Aunque existen criterios respetables en sentido contrario, solemos convenir en que las mayorías absolutas no son buenas para la práctica democrática. Y la historia así lo ha venido demostrando.
Esta observación viene a cuento por la previsible intención del Gobierno de España de aprobar mañana el plan de ayudas al carbón 2013-2018 y hacerlo sin previa consulta con empresas y sindicatos. Se trata, como ha resaltado el Ejecutivo asturiano, de una práctica insólita en los largos periodos transcurridos desde que se crearon estas ayudas. Sin embargo, el equipo de Mariano Rajoy ya había dado muestras anteriormente de que sus líneas están trazadas de antemano y que, con acuerdo o sin él, disponen de una amplia mayoría en el Parlamento con la que sacar adelante su programa, aunque no sea precisamente ni por asomo aquel que ofrecieron a modo de contrato a los españoles para que hace aproximadamente un año les dieran su confianza.
A lo largo de 2012 se sucedieron las movilizaciones y paros orientados a tratar de evitar unos recortes en dicho plan que amenazan con poner el candado al sector de la minería del carbón incluso antes de lo previsto en los planes europeos. Entonces, hubo un diálogo de sordos en los que las llamadas a la negociación se estrellaban ante posturas inflexibles absolutamente incompatibles con lo que debe ser la base irrenunciable de cualquier proceso de ese tipo. La ceguera del ministro de Industria se veía ratificada por la del presidente del Gobierno y el desgaste de una huelga en toda regla no sirvió para cambiar ni un milímetro el rumbo de Moncloa en este asunto.
Ahora las cosas van más lejos y, para evitar cualquier atisbo de protesta, el equipo de Rajoy ha decidido aprobar un proyecto por su cuenta y riesgo y mandarlo a las autoridades comunitarias. Sin consensos ni buenas palabras. Sólo por la ley del embudo, del ordeno y mando.
El problema es que llueve sobre mojado y, aunque no es que esta prepotencia la adopte Rajoy y su 'camarilla' solamente con respecto a Asturias, sí que es verdad que esta tierra y sus ciudadanos parecen resultarles terreno propicio para el despotismo político.
Eso sí, luego viene el 'poli bueno' en el que trata de encarnarse la ministra de Fomento y habla de las buenas intenciones del Gabinete al que pertenece con respecto a la alta velocidad y otras infraestructuras de comunicaciones. Un perfecto remedo de aquellos aguerridos conquistadores de las Américas que acudían a los nativos con cristales y baratijas con el único ánimo de engañarles y someterles.
Esta observación viene a cuento por la previsible intención del Gobierno de España de aprobar mañana el plan de ayudas al carbón 2013-2018 y hacerlo sin previa consulta con empresas y sindicatos. Se trata, como ha resaltado el Ejecutivo asturiano, de una práctica insólita en los largos periodos transcurridos desde que se crearon estas ayudas. Sin embargo, el equipo de Mariano Rajoy ya había dado muestras anteriormente de que sus líneas están trazadas de antemano y que, con acuerdo o sin él, disponen de una amplia mayoría en el Parlamento con la que sacar adelante su programa, aunque no sea precisamente ni por asomo aquel que ofrecieron a modo de contrato a los españoles para que hace aproximadamente un año les dieran su confianza.
A lo largo de 2012 se sucedieron las movilizaciones y paros orientados a tratar de evitar unos recortes en dicho plan que amenazan con poner el candado al sector de la minería del carbón incluso antes de lo previsto en los planes europeos. Entonces, hubo un diálogo de sordos en los que las llamadas a la negociación se estrellaban ante posturas inflexibles absolutamente incompatibles con lo que debe ser la base irrenunciable de cualquier proceso de ese tipo. La ceguera del ministro de Industria se veía ratificada por la del presidente del Gobierno y el desgaste de una huelga en toda regla no sirvió para cambiar ni un milímetro el rumbo de Moncloa en este asunto.
Ahora las cosas van más lejos y, para evitar cualquier atisbo de protesta, el equipo de Rajoy ha decidido aprobar un proyecto por su cuenta y riesgo y mandarlo a las autoridades comunitarias. Sin consensos ni buenas palabras. Sólo por la ley del embudo, del ordeno y mando.
El problema es que llueve sobre mojado y, aunque no es que esta prepotencia la adopte Rajoy y su 'camarilla' solamente con respecto a Asturias, sí que es verdad que esta tierra y sus ciudadanos parecen resultarles terreno propicio para el despotismo político.
Eso sí, luego viene el 'poli bueno' en el que trata de encarnarse la ministra de Fomento y habla de las buenas intenciones del Gabinete al que pertenece con respecto a la alta velocidad y otras infraestructuras de comunicaciones. Un perfecto remedo de aquellos aguerridos conquistadores de las Américas que acudían a los nativos con cristales y baratijas con el único ánimo de engañarles y someterles.
lunes, 24 de diciembre de 2012
El recurso a los "sabios"
El presidente del Principado, preocupado como no podía ser de otra manera en la búsqueda de soluciones al laberinto económico en el que nos encontramos, ha recurrido a una fórmula bastante empleada en política institucional cual es la creación de un comité integrado por un grupo de personas que suman en sus currículos el conocimiento y la experiencia.
Extraña, a priori, este tipo de decisiones porque transmite la sensación de que una administración del tamaño de la del Principado no dispone de materia gris suficiente para abordar fórmulas con las que afrontar las negativas cifras que sitúan a Asturias a la cola de España. Sin embargo, como parece que esta nueva figura no va a suponer -eso dicen- desembolso alguno ni en sueldos ni en dietas, habrá que dar la bienvenida a lo que en términos gubernamentales se conoce como un grupo de "sabios". Todo lo que sea sumar conocimientos e ideas para luchar contra la crisis no puede ser rechazable tal y como están las cosas. Si, además, repasamos la lista de los seleccionados no cabe duda de que la gran mayoría, si no todos, pueden aportar su valioso granito de arena en esta batalla común por un horizonte con futuro.
El novísimo comité de "sabios" va a empezar a trabajar de forma inmediata. Falta hace. Y, aunque su régimen de convocatorias es de frecuencias más bien altas, se da por hecho que va a estar activo continuadamente, listo para trasladar al Ejecutivo de Javier Fernández cualquier posible colaboración orientada hacia la recuperación económica y social de este territorio.
Ya que se les presupone, a sus integrantes, la "independencia", tanto de criterio como financiera, habrá que convenir en que, en algunos momentos, sus orientaciones no van a ser complacientes con el Gobierno del Principado, ni van a discurrir por los senderos partidarios por los que este Ejecutivo, como cualquier otro, acostumbra a transitar. Habrá que saber entonces qué es lo que va a hacer el presidente asturiano y su equipo. Es obvio que, por su propia naturaleza, las sentencias de este comité no van a tener carácter vinculante. No podía ser de otra manera. Sin embargo, si tuviéramos la certeza de que las fórmulas aportadas por este grupo de "sabios" fueran consideradas como un papel más para archivar, solamente estimable en la medida en que circule por la misma vía que traza la 'hoja de ruta' del Ejecutivo asturiano, de darse esta circunstancia -digo- habría que convenir en que la creación de órganos, comisiones y comités está pensada más como un brindis a la galería que como un verdadero instrumento de ayuda real en la acción de gobierno. Esperamos y deseamos que no sea así. Por el bien de Asturias y de los asturianos.
Extraña, a priori, este tipo de decisiones porque transmite la sensación de que una administración del tamaño de la del Principado no dispone de materia gris suficiente para abordar fórmulas con las que afrontar las negativas cifras que sitúan a Asturias a la cola de España. Sin embargo, como parece que esta nueva figura no va a suponer -eso dicen- desembolso alguno ni en sueldos ni en dietas, habrá que dar la bienvenida a lo que en términos gubernamentales se conoce como un grupo de "sabios". Todo lo que sea sumar conocimientos e ideas para luchar contra la crisis no puede ser rechazable tal y como están las cosas. Si, además, repasamos la lista de los seleccionados no cabe duda de que la gran mayoría, si no todos, pueden aportar su valioso granito de arena en esta batalla común por un horizonte con futuro.
El novísimo comité de "sabios" va a empezar a trabajar de forma inmediata. Falta hace. Y, aunque su régimen de convocatorias es de frecuencias más bien altas, se da por hecho que va a estar activo continuadamente, listo para trasladar al Ejecutivo de Javier Fernández cualquier posible colaboración orientada hacia la recuperación económica y social de este territorio.
Ya que se les presupone, a sus integrantes, la "independencia", tanto de criterio como financiera, habrá que convenir en que, en algunos momentos, sus orientaciones no van a ser complacientes con el Gobierno del Principado, ni van a discurrir por los senderos partidarios por los que este Ejecutivo, como cualquier otro, acostumbra a transitar. Habrá que saber entonces qué es lo que va a hacer el presidente asturiano y su equipo. Es obvio que, por su propia naturaleza, las sentencias de este comité no van a tener carácter vinculante. No podía ser de otra manera. Sin embargo, si tuviéramos la certeza de que las fórmulas aportadas por este grupo de "sabios" fueran consideradas como un papel más para archivar, solamente estimable en la medida en que circule por la misma vía que traza la 'hoja de ruta' del Ejecutivo asturiano, de darse esta circunstancia -digo- habría que convenir en que la creación de órganos, comisiones y comités está pensada más como un brindis a la galería que como un verdadero instrumento de ayuda real en la acción de gobierno. Esperamos y deseamos que no sea así. Por el bien de Asturias y de los asturianos.
martes, 18 de diciembre de 2012
"Sólo faltaba eso"
Don Cristobal Montoro tiene un claro problema con Asturias. Quizá porque su partido tiene serias dificultades para obtener apoyos populares mínimamente dignos, cuando arrasa en el resto del país; quizá por aquello de que nos encontramos en los 'antípodas' del mapa español (el ministro de Hacienda es todo un señorito andaluz), el caso es que desde que accedió al Gabinete de Mariano Rajoy mantiene un serio empeño por tocarnos los...
Empezó con aquellas amenazas directas de intervención producto de su disconformidad con el programa económico que le remitió el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos, el único que su departamento rechazó mientras otras comunidades presentaban unos índices de deuda estratosféricos y en nada comparables con los del Principado. No nos mandó a sus 'men in black' porque las urnas cambiaron el signo del Ejecutivo autonómico.
Después, intentó repetir la jugada con Javier Fernández, sucesor del líder de Foro en la Presidencia, y mantuvo en vilo a la ciudadanía hasta última hora, no sin sembrar antes sombras de duda que pudieron tener consecuencias irreparables en la economía de nuestra tierra.
Por fin, recientemente se ha sacado de la chistera una nuevo impuesto estatal a la banca de rentabilidad cero, exclusivamente orientado, en principio, a parar el proyecto presupuestario asturiano, que incluye una tasa a las entidades financieras del tipo del que ya aplican otras comunidades y que el Tribunal Constitucional ratificó como legítimo recientemente a propósito de la normativa de Extremadura. El miedo a un efecto contagio en comunidades que su partido gobierna tampoco ha sido ajeno a la medida.
Hoy mismo, el senador de Izquierda Unida en representación de la Junta General del Principado, Jesús Iglesias, ha interpelado al titular de Hacienda para conocer si éste tiene intención de indemnizar a esta comunidad por la desactivación del proyectado nuevo impuesto propio, de la misma manera que va a hacer con aquellas comunidades que ya lo tenían implantado. La respuesta ha sido un intempestivo "Sólo faltaba eso". Tras estas simples tres palabras se esconde un manifiesto desprecio hacia Asturias y los asturianos, más allá del alcance de la medida en sí misma. De la aseveración del ministro se desprende un claro tono de reproche hacia una comunidad de 'vagos subsidiados' permanentemente que se empeñan en pedir por pedir y que no son capaces de colaborar "lealmnte" con el proyecto del nuevo 'partido único' en el Gobierno para salvar a España.
No he visto imágenes de la comparecencia pero de la lectura de las informaciones se me antoja imaginarlo en la tribuna o en el escaño con el sombrero cordobés. la camisa blanca con chorreras, el chaleco y la taleguilla, situado varios escalones por encima de quienes somos sus braceros y subditos.
Realmente, el señor Montoro tiene un problema, un serio problema, con Asturias. De seguir así no me extrañaría que alguna iniciativa seria proponga declararle persona non grata en esta tierra.
Empezó con aquellas amenazas directas de intervención producto de su disconformidad con el programa económico que le remitió el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos, el único que su departamento rechazó mientras otras comunidades presentaban unos índices de deuda estratosféricos y en nada comparables con los del Principado. No nos mandó a sus 'men in black' porque las urnas cambiaron el signo del Ejecutivo autonómico.
Después, intentó repetir la jugada con Javier Fernández, sucesor del líder de Foro en la Presidencia, y mantuvo en vilo a la ciudadanía hasta última hora, no sin sembrar antes sombras de duda que pudieron tener consecuencias irreparables en la economía de nuestra tierra.
Por fin, recientemente se ha sacado de la chistera una nuevo impuesto estatal a la banca de rentabilidad cero, exclusivamente orientado, en principio, a parar el proyecto presupuestario asturiano, que incluye una tasa a las entidades financieras del tipo del que ya aplican otras comunidades y que el Tribunal Constitucional ratificó como legítimo recientemente a propósito de la normativa de Extremadura. El miedo a un efecto contagio en comunidades que su partido gobierna tampoco ha sido ajeno a la medida.
Hoy mismo, el senador de Izquierda Unida en representación de la Junta General del Principado, Jesús Iglesias, ha interpelado al titular de Hacienda para conocer si éste tiene intención de indemnizar a esta comunidad por la desactivación del proyectado nuevo impuesto propio, de la misma manera que va a hacer con aquellas comunidades que ya lo tenían implantado. La respuesta ha sido un intempestivo "Sólo faltaba eso". Tras estas simples tres palabras se esconde un manifiesto desprecio hacia Asturias y los asturianos, más allá del alcance de la medida en sí misma. De la aseveración del ministro se desprende un claro tono de reproche hacia una comunidad de 'vagos subsidiados' permanentemente que se empeñan en pedir por pedir y que no son capaces de colaborar "lealmnte" con el proyecto del nuevo 'partido único' en el Gobierno para salvar a España.
No he visto imágenes de la comparecencia pero de la lectura de las informaciones se me antoja imaginarlo en la tribuna o en el escaño con el sombrero cordobés. la camisa blanca con chorreras, el chaleco y la taleguilla, situado varios escalones por encima de quienes somos sus braceros y subditos.
Realmente, el señor Montoro tiene un problema, un serio problema, con Asturias. De seguir así no me extrañaría que alguna iniciativa seria proponga declararle persona non grata en esta tierra.
Estulticia o cinismo
Ha cerrado hace escasas horas la consejera de Hacienda y Sector Público las comparecencias en el Parlamento regional del equipo de gobierno de Javier Fernández para explicar el alcance y detalles de los Presupuestos del Principado para el próximo ejercicio económico. Y lo ha hecho con una aseveración realmente chocante. Ha afirmado que el nuevo impuesto creado por la comunidad autónoma para gravar a las entidades bancarias recaerá precisamente en éstas y no sobre los ciudadanos. ¿De verdad alguien en su sano juicio se podría creer tal barbaridad? ¿Podemos asegurar que la señora Carcedo. doña Dolores, piensa lo que dice? Desde luego al que suscribe le costaría ímprobos esfuerzos aceptar tal aserto.
Según los criterios del Gobierno socialista -y de sus solícitos compañeros de viaje, no hay que olvidarlo-, parece que los bancos van a aflojar la mosca para arreglar la situación paupérrima de las arcas autonómicas sin contrapartidas. Y en su relación con los cientes, como si nada hubiera pasado. Hace pocos días un alto cargo de una conocida entidad financiera en Asturias mostraba sin tapujos su seguridad en que el citado nuevo impuesto tendría obligada respuesta sobre los ciudadanos impositores ya que -que se sepa- los bancos están para ganar dinero, y cuanto más mejor.
Si la consejera compareciente se cree sus palabras habría que hablar de ignorancia o estulticia. En caso contrario, de un manifiesto cinismo. Como nos consta que la señora Carcedo, aunque recién llegada a las altas tareas ejecutivas, tiene una experiencia contrastada en sus actuales obligaciones, habría que pensar que sus declaraciones oficiales responden más bien al 'salvese quien pueda' de una administración que no sabe de dónde sacar la 'pasta' y que, en este objetivo, le importa muy poco la procedencia.
La única realidad es que Asturias figura en la actualidad en el 'top' español de comunidades con mayores cargas impositivas (no hay que olvidar la nueva versión del mal llamado céntimo sanitario que volverá a colocar el precio de los combustibles en nuestro territorio por encima de la mayoría del territorio nacional) y que, desgraciadamente, la mayoría de estas cargas las paga el ciudadano medio, nunca las clases económicamente más favorecidas. Y esto lo hace un Ejecutivo que dice ser de izquierdas.
Según los criterios del Gobierno socialista -y de sus solícitos compañeros de viaje, no hay que olvidarlo-, parece que los bancos van a aflojar la mosca para arreglar la situación paupérrima de las arcas autonómicas sin contrapartidas. Y en su relación con los cientes, como si nada hubiera pasado. Hace pocos días un alto cargo de una conocida entidad financiera en Asturias mostraba sin tapujos su seguridad en que el citado nuevo impuesto tendría obligada respuesta sobre los ciudadanos impositores ya que -que se sepa- los bancos están para ganar dinero, y cuanto más mejor.
Si la consejera compareciente se cree sus palabras habría que hablar de ignorancia o estulticia. En caso contrario, de un manifiesto cinismo. Como nos consta que la señora Carcedo, aunque recién llegada a las altas tareas ejecutivas, tiene una experiencia contrastada en sus actuales obligaciones, habría que pensar que sus declaraciones oficiales responden más bien al 'salvese quien pueda' de una administración que no sabe de dónde sacar la 'pasta' y que, en este objetivo, le importa muy poco la procedencia.
La única realidad es que Asturias figura en la actualidad en el 'top' español de comunidades con mayores cargas impositivas (no hay que olvidar la nueva versión del mal llamado céntimo sanitario que volverá a colocar el precio de los combustibles en nuestro territorio por encima de la mayoría del territorio nacional) y que, desgraciadamente, la mayoría de estas cargas las paga el ciudadano medio, nunca las clases económicamente más favorecidas. Y esto lo hace un Ejecutivo que dice ser de izquierdas.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Últimos movimientos
En la partida de ajedrez que juega el PP asturiano para resolver qué pasa con los presupuestos del Ayuntamiento de Gijón. anoche le tocó mover ficha a la líder local. Después de haber aceptado la disciplina de partido si se le impusiera desde la dirección regional el rechazo a dichas cuentas, Pilar Fernández Pardo movió anoche pieza en una jugada arriesgada, aunque al menos aparentemente inteligente, y anunció que pedirá al equipo de Mercedes Fernández que le permita a ella y a sus concejales apoyar con sus votos el proyecto que, como todo el mundo sabe, tiene aportaciones del equipo de gobierno, Foro, y de la leal oposición en que se ha convertido con el paso de los meses el Partido Popular. Podría decirse, sin demasiado margen de error, que en esta empresa hay tanto de unos como de otros.
No se trata sólo de una solicitud formal. 'Pilipardo' y su equipo reiteran por escrito que se trata de un proyecto bueno para Gijón y los gijoneses, destaca la colaboración en el mismo de su partido y plantea el escenario negativo que le supondría al municipio carecer de unos presupuestos renovados, especialmente cuando, dentro de la carestía financiera actual de las administraciones públicas, existen importantes partidas -que detalla- sobre políticas sociales de especial alcance.
El desenlace de tan relevante partida tiene que estar ya próximo y los tiempos apremian. Ahora le toca el turno a la nueva 'lideresa' del PP asturiano y, aunque se le presenta opción de jaque, debería entender que el movimiento es muy arriesgado para sus intereses y los de su partido, por mucho que implique derrotar a terceros.
No se trata sólo de una solicitud formal. 'Pilipardo' y su equipo reiteran por escrito que se trata de un proyecto bueno para Gijón y los gijoneses, destaca la colaboración en el mismo de su partido y plantea el escenario negativo que le supondría al municipio carecer de unos presupuestos renovados, especialmente cuando, dentro de la carestía financiera actual de las administraciones públicas, existen importantes partidas -que detalla- sobre políticas sociales de especial alcance.
El desenlace de tan relevante partida tiene que estar ya próximo y los tiempos apremian. Ahora le toca el turno a la nueva 'lideresa' del PP asturiano y, aunque se le presenta opción de jaque, debería entender que el movimiento es muy arriesgado para sus intereses y los de su partido, por mucho que implique derrotar a terceros.
sábado, 15 de diciembre de 2012
Dios las cría...
Dios las cría,... y ellas se enfrentan. Tras la amenaza nada velada de la 'lideresa' del PP asturiano a la dirección de su partido en Gijón, su presidenta ha asegurado que cumplirán las directrices de la cúpula regional y dirán no al presupuesto del Ayuntamiento de Gijón para el año próximo, si esa es la orden que reciben desde la celle de Manuel Pedregal.
Podría parecer lógica esta postura si no fuera porque la presidenta de los populares gijoneses ha repetido en varias ocasiones que el proyecto de cuentas que han elaborado junto con el gobierno municipal de Foro le parece bueno para la ciudad y para sus vecinos.
Sin embargo, dice estar dispuesta a echar abajo ese proyecto si el mandato de doña Mercedes Fernández, que nunca se ha molestado en explicar por qué ese presupuesto es malo, más allá de que quien lo presenta es el partido del actual enemigo número uno, Francisco Álvarez-Cascos, y que la verdadera razón de su oposición es que Foro se quede en minoría y PIERDA un debate tan relevante como el de las cuentas públicas del municipio para 2013.
Toda la argumentación de la señora Fernández Pardo se justifica en que ella se limitará a cumplir con la disciplina de partido y pasará la pelota al tejado de su irreconciliable adversaria interna, que tendrá que explicar a los gijoneses por qué les condenan a estar sin presupuestos por una decisión de partido.
Vano argumento por parte de una persona de la que la dirección regional del PP hace tiempo que ha escrito su esquela y ha arrumbado al limbo a la espera de certificar su defunción política. ¿O es que cree que actitudes como la que ahora dice asumir van a rehabilitarla ante sus enemigos internos?
Podría parecer lógica esta postura si no fuera porque la presidenta de los populares gijoneses ha repetido en varias ocasiones que el proyecto de cuentas que han elaborado junto con el gobierno municipal de Foro le parece bueno para la ciudad y para sus vecinos.
Sin embargo, dice estar dispuesta a echar abajo ese proyecto si el mandato de doña Mercedes Fernández, que nunca se ha molestado en explicar por qué ese presupuesto es malo, más allá de que quien lo presenta es el partido del actual enemigo número uno, Francisco Álvarez-Cascos, y que la verdadera razón de su oposición es que Foro se quede en minoría y PIERDA un debate tan relevante como el de las cuentas públicas del municipio para 2013.
Toda la argumentación de la señora Fernández Pardo se justifica en que ella se limitará a cumplir con la disciplina de partido y pasará la pelota al tejado de su irreconciliable adversaria interna, que tendrá que explicar a los gijoneses por qué les condenan a estar sin presupuestos por una decisión de partido.
Vano argumento por parte de una persona de la que la dirección regional del PP hace tiempo que ha escrito su esquela y ha arrumbado al limbo a la espera de certificar su defunción política. ¿O es que cree que actitudes como la que ahora dice asumir van a rehabilitarla ante sus enemigos internos?
viernes, 14 de diciembre de 2012
En defensa del voto de los gijoneses
La Junta Directiva del Partido Popular en Asturias ha decidido que cualquier acuerdo presupuestario en ayuntamientos donde tenga capacidad de decisión tendrá que contar con el refrendo del citado órgano de dirección. La 'lideresa' de los conservadores ha precisado enseguida que la norma es general y afecta por igual a cualquier fuerza política que pueda ostentar la alcaldía.
Partimos de que eso no se lo cree nadie. Desde el principio, la actual dirección ha dispuesto todos sus medios y estrategias orientados a la demolición de la estructura organizativa de los populares en Gijón, especialmente después de que Pilar Fernández Pardo y su equipo alcanzasen un acuerdo con el gobierno municipal de Foro para aprobar las cuentas locales para 2013.
Que 'Cherines' se quiera cargar a 'Pilipardo' es algo que a los gijoneses debe traernos al fresco. Allá ellas y sus compinches. Lo que no es de recibo es que Gijón se pueda quedar sin presupuestos a causa de las rencillas internas de un partido político.
¿Quién es la Junta Directiva del PP asturiano para tomar decisiones que corresponden a la corporación gijonesa? ¿No estaremos hablando de una clarísima usurpación de funciones de dudosa legalidad democrática? Desde luego, los gijoneses no hemos votado a ninguno de los miembros de la dirección de los conservadores asturianos. Lo han hecho entre ellos mismos, en cónclave partidista y sin una garantía democrática asumible por la ciudadanía. Por lo tanto, esas decenas de militantes no están legalmente capacitados para decidir sobre una norma del alcance de unos presupuestos. Al menos a Fernández Pardo y a los ediles que la acompañan en el Pleno del Ayuntamiento de Gijón fueron los ciudadanos de esta villa los que con su voto los situaron ahí.
Se habla con frecuencia de la perversión que representan los tránsfugas en una institución, y son muchas las razones para ello. Pero también se podría argumentar que otra forma de deslegitimar la democracia es trasladar la capacidad de decisión de los órganos que la Constitución consagra a las sedes de los partidos políticos donde se maquina o se conspira a diario para mantener el estatus de sus dirigentes.
En definitiva, que como gijonés me rebelo ante la posibilidad de que el municipio pueda quedarse sin presupuestos para el año próximo sólo como consecuencia de los debates intestinos que se urden en el aquelarre constituido en la sede ovetense de Manuel Pedregal. Si así fuera, espero que ninguno perdamos la memoria a la hora de votar y podamos mandarlos a mazmorras.
Partimos de que eso no se lo cree nadie. Desde el principio, la actual dirección ha dispuesto todos sus medios y estrategias orientados a la demolición de la estructura organizativa de los populares en Gijón, especialmente después de que Pilar Fernández Pardo y su equipo alcanzasen un acuerdo con el gobierno municipal de Foro para aprobar las cuentas locales para 2013.
Que 'Cherines' se quiera cargar a 'Pilipardo' es algo que a los gijoneses debe traernos al fresco. Allá ellas y sus compinches. Lo que no es de recibo es que Gijón se pueda quedar sin presupuestos a causa de las rencillas internas de un partido político.
¿Quién es la Junta Directiva del PP asturiano para tomar decisiones que corresponden a la corporación gijonesa? ¿No estaremos hablando de una clarísima usurpación de funciones de dudosa legalidad democrática? Desde luego, los gijoneses no hemos votado a ninguno de los miembros de la dirección de los conservadores asturianos. Lo han hecho entre ellos mismos, en cónclave partidista y sin una garantía democrática asumible por la ciudadanía. Por lo tanto, esas decenas de militantes no están legalmente capacitados para decidir sobre una norma del alcance de unos presupuestos. Al menos a Fernández Pardo y a los ediles que la acompañan en el Pleno del Ayuntamiento de Gijón fueron los ciudadanos de esta villa los que con su voto los situaron ahí.
Se habla con frecuencia de la perversión que representan los tránsfugas en una institución, y son muchas las razones para ello. Pero también se podría argumentar que otra forma de deslegitimar la democracia es trasladar la capacidad de decisión de los órganos que la Constitución consagra a las sedes de los partidos políticos donde se maquina o se conspira a diario para mantener el estatus de sus dirigentes.
En definitiva, que como gijonés me rebelo ante la posibilidad de que el municipio pueda quedarse sin presupuestos para el año próximo sólo como consecuencia de los debates intestinos que se urden en el aquelarre constituido en la sede ovetense de Manuel Pedregal. Si así fuera, espero que ninguno perdamos la memoria a la hora de votar y podamos mandarlos a mazmorras.
viernes, 7 de diciembre de 2012
Incoherencia habemus
Cuanto más cerca parece estar el acuerdo de los dos partidos de la derecha en el Ayuntamiento de Gijón para cerrar con un acuerdo plenario un proyecto presupuestario para el año próximo, más arrecian las críticas de las dos fuerzas políticas de la izquierda. Y lo hacen con un 'leit motiv' prácticamente inamovible: el rechazo a la priorización del pago de deuda sobre la inversión. Se trata de un argumentario que, de no correr los tiempos que corren, sería irreprochabe y capaz de aunar el apoyo de cualquier ciudadano razonable.
El problema empieza cuando se cierra un acuerdo presupuestario en el Principado, ámbito en el que los papeles están cambiados. El Gobierno socialista de Javier Fernández, con el apoyo de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia, ha logrado cerrar unas cuentas públicas para el ejercicio económico que viene en las que el montante de los fondos destinados al abono de los compromisos financieros institucionales contraídos en años anteriores supera el de la inversión real. Con una terminología o con otra, y aunque muchos podamos considerarnos profanos en el difícil tránsito por un documento de la envergadura de esta clase de documentos, ¿no parece que estamos hablando de lo mismo?
Al final, el poso que nos queda es el de la incoherencia predominante en los partidos políticos, que son capaces, cuando gobiernan, de vender sus pócimas como el elixir mágico para atajar todos los males, para convertir ese mismo producto en tóxico en el momento en que pasan a la oposición y son sus adversarios quienes lo recetan.
El problema empieza cuando se cierra un acuerdo presupuestario en el Principado, ámbito en el que los papeles están cambiados. El Gobierno socialista de Javier Fernández, con el apoyo de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia, ha logrado cerrar unas cuentas públicas para el ejercicio económico que viene en las que el montante de los fondos destinados al abono de los compromisos financieros institucionales contraídos en años anteriores supera el de la inversión real. Con una terminología o con otra, y aunque muchos podamos considerarnos profanos en el difícil tránsito por un documento de la envergadura de esta clase de documentos, ¿no parece que estamos hablando de lo mismo?
Al final, el poso que nos queda es el de la incoherencia predominante en los partidos políticos, que son capaces, cuando gobiernan, de vender sus pócimas como el elixir mágico para atajar todos los males, para convertir ese mismo producto en tóxico en el momento en que pasan a la oposición y son sus adversarios quienes lo recetan.
Juegan con fuego
No pasa día en que nuestra clase política no alimente con sus decisiones y medidas el malestar creciente de la ciudadanía. Opiniones, encuestas y clima social reflejan a cada momento ese sentimiento cada vez más generalizado que sitúa a ese colectivo como uno de los principales problemas cuando debería ser el instrumento que los resolviera.
Hoy mismo hemos conocido el acuerdo del Gobierno de destinar medio millón de euros a la fundación FAES, que preside el ex presidente del PP José María Aznar, y la mitad de esa cantidad para IDEAS, su homóloga en el PSOE. ¿Es realmente acertado este desembolso en los momentos actuales? Canalizar esas cantidades a unas entidades de partido con el presunto objetivo de "promover y fortalecer la democracia en países en vía de desarrollo" resulta en estos momentos cuando menos chocante, sobre todo si se tiene en cuenta que la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas arroja un preocupante 67,5% de españoles que se muestran poco a nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Al margen de que el hecho de que esos fondos públicos vayan a entidades privadas ligadas indisolublemente a los grandes partidos políticos pudiera parecer inapropiado frente a la grandes necesidades mucho más urgentes que tiene en estos momentos la sociedad, al margen de ello -digo- ¿no sería mejor que las principales formaciones políticas empezaran por arreglar la propia casa?
El despropósito de este tipo de decisiones sería nimio en sí mismo si no se enmarcase en una cascada de acuerdos con un trasfondo similar: La clase política barre sólo para casa. Somos bastantes los que pensamos que esta actitud podría llevar a la reflexión de que nuestros políticos empiezan a ver las cosas cada vez más negras y tratan de aprovechar el tiempo por si el 'chollo' no dura. De ser así, esta nueva casta económicamente aristócrata no estaría siendo consciente de que con su desaforado egoismo no hacen nada más que alimentar a la bestia antidemocrática que se vislumbra tras el mencionado sondeo del CIS. Si casi siete de cada diez españoles, por exclusiva culpa -y lo recalco- de esa clase política, se muestra insatisfecha con la democracia, y si ese sentimiento crece y se desarrolla, ¿cuál puede ser el siguiente paso en esta arriesgada carrera hacia el precipicio? Indudablemente, otro sistema diferente al democrático, y todos sabemos qué nombre tiene, un nombre que nadie quisiéramos recordar. No sé si se dan cuenta, pero están jugando con fuego.
Hoy mismo hemos conocido el acuerdo del Gobierno de destinar medio millón de euros a la fundación FAES, que preside el ex presidente del PP José María Aznar, y la mitad de esa cantidad para IDEAS, su homóloga en el PSOE. ¿Es realmente acertado este desembolso en los momentos actuales? Canalizar esas cantidades a unas entidades de partido con el presunto objetivo de "promover y fortalecer la democracia en países en vía de desarrollo" resulta en estos momentos cuando menos chocante, sobre todo si se tiene en cuenta que la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas arroja un preocupante 67,5% de españoles que se muestran poco a nada satisfechos con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Al margen de que el hecho de que esos fondos públicos vayan a entidades privadas ligadas indisolublemente a los grandes partidos políticos pudiera parecer inapropiado frente a la grandes necesidades mucho más urgentes que tiene en estos momentos la sociedad, al margen de ello -digo- ¿no sería mejor que las principales formaciones políticas empezaran por arreglar la propia casa?
El despropósito de este tipo de decisiones sería nimio en sí mismo si no se enmarcase en una cascada de acuerdos con un trasfondo similar: La clase política barre sólo para casa. Somos bastantes los que pensamos que esta actitud podría llevar a la reflexión de que nuestros políticos empiezan a ver las cosas cada vez más negras y tratan de aprovechar el tiempo por si el 'chollo' no dura. De ser así, esta nueva casta económicamente aristócrata no estaría siendo consciente de que con su desaforado egoismo no hacen nada más que alimentar a la bestia antidemocrática que se vislumbra tras el mencionado sondeo del CIS. Si casi siete de cada diez españoles, por exclusiva culpa -y lo recalco- de esa clase política, se muestra insatisfecha con la democracia, y si ese sentimiento crece y se desarrolla, ¿cuál puede ser el siguiente paso en esta arriesgada carrera hacia el precipicio? Indudablemente, otro sistema diferente al democrático, y todos sabemos qué nombre tiene, un nombre que nadie quisiéramos recordar. No sé si se dan cuenta, pero están jugando con fuego.
miércoles, 5 de diciembre de 2012
Gijón y las rencillas personales
Se empecinan Mercedes Fernández y su nuevo equipo en centrar todos sus objetivos en acabar con cualquier tipo de disidencia interna. Y Gijón no solamente es una de ellas, sino LA DISIDENCIA. Se acerca el final de año y en el Ayuntamiento de Gijón todo parece estar cocinado para que el municipio tenga en fecha sus presupuesto aprobado con el apoyo conjunto de Foro y Partido Popular. Los "flecos" que dicen mantenerse pendientes cada día son más difíciles de utilizar como argumento para una ruptura de última hora. Sin embargo, 'Cherines' todavía no ha dado a torcer su brazo y mediante mensajes confusos o subliminales trata de mantener la llama de que su gran enemigo, Francisco Álvarez-Cascos, no se va a salir con la suya y tendrá que envainársela en lo que a las cuentas públicas se refiere.
Se trata en definitiva de un asunto emponzoñado que tiene mala salida. La presidenta gijonesa y enemiga acérrima de la actual 'lideresa' de los populares asturianos ya puso inteligentemente sus cartas sobre la mesa semanas atrás y, después de defender el proyecto presupuestario municipal como bueno para los intereses de la ciudad, invitó a la dirección regional de su partido para que asumiera su responsabilidad como tal y diera la orden de dar un paso atrás para desandar el camino de la colaboración constructiva que ha durado ya más de año y medio. Por miedo o por prudencia, hasta la fecha no ha habido una respuesta a este reto claro y preciso. Es verdad que por ahora el rechazo a las cuentas municipales del equipo de Mercedes Fernández jamás ha tenido argumentos estrictamente presupuestarios y sí los exclusivamente partidistas que responden a aquella máxima de "al enemigo, ni agua".
El desenlace de esta trama va a conocerse muy pronto. El tiempo juega, por ahora, a favor de 'Pilipardo' y los suyos. A la dirección regional se le están terminando los cartuchos. Dejar correr las cosas es dar la batalla por perdida. pero asumir su papel de instancia superior y ordenar el cambio de ruta para acabar con el adversario dentro de la derecha podría conllevar consecuencias negativas difíciles de evaluar en estos momentos.
Lo único cierto es que Gijón y los gijoneses deberían estar al margen de las rencillas personales entre los populares. Lo contrario, seguro, tendrá daños colaterales para uno u otro sector. O quizá para los dos.
Se trata en definitiva de un asunto emponzoñado que tiene mala salida. La presidenta gijonesa y enemiga acérrima de la actual 'lideresa' de los populares asturianos ya puso inteligentemente sus cartas sobre la mesa semanas atrás y, después de defender el proyecto presupuestario municipal como bueno para los intereses de la ciudad, invitó a la dirección regional de su partido para que asumiera su responsabilidad como tal y diera la orden de dar un paso atrás para desandar el camino de la colaboración constructiva que ha durado ya más de año y medio. Por miedo o por prudencia, hasta la fecha no ha habido una respuesta a este reto claro y preciso. Es verdad que por ahora el rechazo a las cuentas municipales del equipo de Mercedes Fernández jamás ha tenido argumentos estrictamente presupuestarios y sí los exclusivamente partidistas que responden a aquella máxima de "al enemigo, ni agua".
El desenlace de esta trama va a conocerse muy pronto. El tiempo juega, por ahora, a favor de 'Pilipardo' y los suyos. A la dirección regional se le están terminando los cartuchos. Dejar correr las cosas es dar la batalla por perdida. pero asumir su papel de instancia superior y ordenar el cambio de ruta para acabar con el adversario dentro de la derecha podría conllevar consecuencias negativas difíciles de evaluar en estos momentos.
Lo único cierto es que Gijón y los gijoneses deberían estar al margen de las rencillas personales entre los populares. Lo contrario, seguro, tendrá daños colaterales para uno u otro sector. O quizá para los dos.
Sí, pero no
Si cualquier circunstacia de última hora no altera las previsiones, Asturias tendrá aprobados a finales de año unos presupuestos para el próximo ejercicio económico, algo insólito en los últimos años por estos pagos, acostumbrados como estábamos ya a las prórrogas de las cuentas autonómicas.
Al final, con los habituales remilgos para la galería, Unión, Progreso y Democracia ha dado el 'sí quiero' al Gobierno de Javier Fernandez "por responsabilidad", aunque los presupuestos que se van a aprobar no son "los suyos". Tampoco lo era el presidente del Principado cuando se pactó la investidura hace algunos meses, como tampoco lo serán probablemente otras decisiones relevantes que puedan adoptarse en lo que resta de legislatura y a las que darán su beneplácito después de "taparse la nariz". Al final, Ignacio Prendes, bajo la batuta de su jefa de filas y 'lideresa' nacional ha vuelto a escenificar su papel de damisela pacata que se hace la estrecha ante el cortejo del macho dominante para acabar cediendo a los galanteos de éste cuando se acerca el 'clímax'. Parece que éste es un papel en el que el partido magenta se empieza a sentir cómodo. "No, pero sí"; "No me gusta, pero me comprometo por el bien de todos"; "No es el mío, pero lo asumo por responsabilidad". En fin, que ya empezamos a conocernos todos y que, ya se sabe, cuando un actor repite hasta la saciedad un papel acaba por aburrirnos.
Lo único positivo de esta situación será que el Principado podrá contar de una vez por todas con unos presupuestos, desde luego ni mucho menos los mejores, pero sí con algo después de estos últimos años de incertidumbre. Eso sí, que empiecen a acostumbrarse gobierno y socios, también oposiciones varias, a que el voto a un proyecto del calado del correspondiente a unas cuentas públicas tiene también un valor añadido y que cada cual será responsable de las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas. Luego, que nadie se llame a andana.
Al final, con los habituales remilgos para la galería, Unión, Progreso y Democracia ha dado el 'sí quiero' al Gobierno de Javier Fernandez "por responsabilidad", aunque los presupuestos que se van a aprobar no son "los suyos". Tampoco lo era el presidente del Principado cuando se pactó la investidura hace algunos meses, como tampoco lo serán probablemente otras decisiones relevantes que puedan adoptarse en lo que resta de legislatura y a las que darán su beneplácito después de "taparse la nariz". Al final, Ignacio Prendes, bajo la batuta de su jefa de filas y 'lideresa' nacional ha vuelto a escenificar su papel de damisela pacata que se hace la estrecha ante el cortejo del macho dominante para acabar cediendo a los galanteos de éste cuando se acerca el 'clímax'. Parece que éste es un papel en el que el partido magenta se empieza a sentir cómodo. "No, pero sí"; "No me gusta, pero me comprometo por el bien de todos"; "No es el mío, pero lo asumo por responsabilidad". En fin, que ya empezamos a conocernos todos y que, ya se sabe, cuando un actor repite hasta la saciedad un papel acaba por aburrirnos.
Lo único positivo de esta situación será que el Principado podrá contar de una vez por todas con unos presupuestos, desde luego ni mucho menos los mejores, pero sí con algo después de estos últimos años de incertidumbre. Eso sí, que empiecen a acostumbrarse gobierno y socios, también oposiciones varias, a que el voto a un proyecto del calado del correspondiente a unas cuentas públicas tiene también un valor añadido y que cada cual será responsable de las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas. Luego, que nadie se llame a andana.
martes, 27 de noviembre de 2012
Eufemismos
Al final hemos conocido el primer documento fiable (recalco lo de primero) sobre la gestión del Niemeyer y lo único que viene a confirmar es que, al margen de las palabras, aquello era una casa de... de campeonato, con un equipo que actuaba a sus anchas y gestionaba con prodigalidad para sus objetivos el dinero público. En fin, que lo del chiringuito estaba más que justificado.
Y es que, según va pasando el tiempo, algunas de aquellas 'tropelías' y 'ataques a Asturias' del Gobierno de Cascos se va comprobando que tenían una justificación, al margen de las equivocadas formas elegidas en algunos casos. Ahora habrá que preguntar también qué piensan en estos momentos todos aquellos de la pancarta y la reivindicación de algunos de los gestores que produjeron estos agujeros oficialmente detectados.
Ahora a la actual consejera de Cultura le ha tocado dar la cara y nos sale con aquello de 'mala gestión'. Vamos, señora González, a dejarnos de eufemismos y llamar a las cosas por su nombre. Habrá que hablar de corrupción, de malversación de fondos públicos y ponerle a todo esto nombres y apellidos, además, por supuesto, de exigir responsabilidades, políticas y penales. Lo demás es marear la perdiz.
Y es que, según va pasando el tiempo, algunas de aquellas 'tropelías' y 'ataques a Asturias' del Gobierno de Cascos se va comprobando que tenían una justificación, al margen de las equivocadas formas elegidas en algunos casos. Ahora habrá que preguntar también qué piensan en estos momentos todos aquellos de la pancarta y la reivindicación de algunos de los gestores que produjeron estos agujeros oficialmente detectados.
Ahora a la actual consejera de Cultura le ha tocado dar la cara y nos sale con aquello de 'mala gestión'. Vamos, señora González, a dejarnos de eufemismos y llamar a las cosas por su nombre. Habrá que hablar de corrupción, de malversación de fondos públicos y ponerle a todo esto nombres y apellidos, además, por supuesto, de exigir responsabilidades, políticas y penales. Lo demás es marear la perdiz.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Peras y manzanas
El tiempo está demostrando que los problemas que se intuían en el horizonte cuando Javier Fernández conformó las alianzas que le permitieron acceder a la Presidencia del Principado no eran simplemente augurios. Tras el traspié que supuso la primera intentona de sacar adelante la ley de medidas urgentes pareció venir la calma de la mano de un acuerdo con sus socios "preferentes", acuerdo logrado a base de aparcar -como suele suceder- los puntos conflictivos.
Pero la siguiente parada del sinuoso trayecto en la gestión de la Asturias actual es mucho más problemática, como ya ha empezado a ponerse de manifiesto. Aunar las voluntades de los susodichos socios en lo que al proyecto presupuestario se refiere es harina de otro costal. Vamos, que aquello de sumar peras y manzanas sigue presumiéndose imposible, aunque algunos tengan la evidencia de que en política hasta esos 'milagros' pueden producirse.
Ahora hay que ponerse a trabajar ya con un proyecto político y en el mismo tienen mal encaje los polos opuestos. El debate sobre la presión fiscal ha dejado patente, por si a alguno se le había pasado por alto, que conjugar los posicionamientos de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia en unas cuentas generales va más de allá de un 'puestín' o de dos o tres asesores. Podría decirse que sumar veintitrés votos ya sería de por sí complicado solamente con la coalición de izquierda, pero cuando al guiso se le añade el sufragio decisivo de los de Rosa Díez la empresa se antoja de titanes.
Sobre la posición de IU hay que señalar que el aumento de impuestos ya se ha tocado en la normativa aprobada esta misma semana para atajar el déficit y que Asturias figura en el 'top' de las comunidades en lo que a presión fiscal se refiere. Seguir insistiendo machaconamente en esa vía es demasiado peligroso por muy selectivas que se quieran hacer las medidas. ¡Claro que la coalición orientará sus políticas hacia el objetivo de recaudar de los que más tienen! Lo llevan en su programa. Y también en sus genes. Y como principio es de justicia. El riesgo es que, cuando los protagonistas de esas políticas puedan sentirse más exprimidos de la cuenta seguramente no tendrán ningún problema para recurrir a lo que el presidente de la patronal asturiana ha denominado de forma muy acertada "deslocalización fiscal". O sea que, a la gallina hay que pedirle que dé huevos, pero no matarla.
Pero la siguiente parada del sinuoso trayecto en la gestión de la Asturias actual es mucho más problemática, como ya ha empezado a ponerse de manifiesto. Aunar las voluntades de los susodichos socios en lo que al proyecto presupuestario se refiere es harina de otro costal. Vamos, que aquello de sumar peras y manzanas sigue presumiéndose imposible, aunque algunos tengan la evidencia de que en política hasta esos 'milagros' pueden producirse.
Ahora hay que ponerse a trabajar ya con un proyecto político y en el mismo tienen mal encaje los polos opuestos. El debate sobre la presión fiscal ha dejado patente, por si a alguno se le había pasado por alto, que conjugar los posicionamientos de Izquierda Unida y de Unión, Progreso y Democracia en unas cuentas generales va más de allá de un 'puestín' o de dos o tres asesores. Podría decirse que sumar veintitrés votos ya sería de por sí complicado solamente con la coalición de izquierda, pero cuando al guiso se le añade el sufragio decisivo de los de Rosa Díez la empresa se antoja de titanes.
Sobre la posición de IU hay que señalar que el aumento de impuestos ya se ha tocado en la normativa aprobada esta misma semana para atajar el déficit y que Asturias figura en el 'top' de las comunidades en lo que a presión fiscal se refiere. Seguir insistiendo machaconamente en esa vía es demasiado peligroso por muy selectivas que se quieran hacer las medidas. ¡Claro que la coalición orientará sus políticas hacia el objetivo de recaudar de los que más tienen! Lo llevan en su programa. Y también en sus genes. Y como principio es de justicia. El riesgo es que, cuando los protagonistas de esas políticas puedan sentirse más exprimidos de la cuenta seguramente no tendrán ningún problema para recurrir a lo que el presidente de la patronal asturiana ha denominado de forma muy acertada "deslocalización fiscal". O sea que, a la gallina hay que pedirle que dé huevos, pero no matarla.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Memoria selectiva
Saben quienes conocen mi trayectoria profesional que nunca he sido amigo de enfangarme en trifulcas partidistas o en localismos improductivos. Nunca he practicado la separación de lo correcto y lo incorrecto entre izquierdas y derechas, ni he visto en el que pensaba diferente de mí al adversario aferrándome en la defensa de quien coincidia con mis principios. Jamás he encasillado a un compañero de profesión como enemigo por desarrollar su trabajo en un medio ajeno a aquél que me daba de comer. Por eso siempre me ha parecido reprobable ese periodismo de trincheras al que, a partir de los años ochenta o noventa, nos acostumbró la prensa nacional y que, afortunadamente, tuvimos la fortuna en Asturias de ser ajenos hasta unos lustros más tarde.
Por estos mismos planteamientos me disgusta expresamente que 'La Nueva España', dentro de su legítima 'guerra' con el partido de Francisco Álvarez-Cascos, haya venido introduciendo en algunas ocasiones dentro de su argumentario a 'El Comercio'. Y lo ha vuelto a hacer hoy mismo, a propósito de la publicidad con la que el Ayuntamiento de Gijón, con alcaldesa de Foro Asturias Ciudadanos, se supone que premió a "un diario local".
Desde mi actual situación 'en la reserva' no estoy en condiciones de verificar si tal favoritismo es real ni los límites hasta los que haya podido llegar. No voy a entrar en polémicas por ello. Lo que si me sorprende es que los responsables del "periódico líder", como gustan autodenominarse con prodigalidad, se hagan cruces y piden responsabilidades -eso sí, a través del Principado- en un ejercicio de memoria selectiva que excluye los innumerables años en los que el Consistorio ovetense, regido de forma absolutista por Gabino de Lorenzo, descargó sin tapujos toda su inversión publicitaria en el peródico capitalino.
Tampoco esta actitud es nueva. A raíz de la susodicha 'guerra a muerte' con Álvarez-Cascos durante el periodo en que éste fue presidente del Principado, 'La Nueva España' paseó su condición de víctima por todos los foros y recabó el amparo de colectivos y asociaciones profesionales. También entonces pasó prácticamente por alto -una frase perdida en un texto aquí o allá- que esa misma situación la había vivido años antes y por mor de la misma persona, aunque entonces en otras responsabilidades, el "diario local" de referencia, sin que por aquel entonces el 'asalto' a un medio de comunicación mereciera la atención de la 'competencia'. Claro que ésta obtuvo excelentes resultados de aquella campaña, logrando romper los estrechos márgenes de expansión territorial a los que en esta región habíamos llegado.
Por estos mismos planteamientos me disgusta expresamente que 'La Nueva España', dentro de su legítima 'guerra' con el partido de Francisco Álvarez-Cascos, haya venido introduciendo en algunas ocasiones dentro de su argumentario a 'El Comercio'. Y lo ha vuelto a hacer hoy mismo, a propósito de la publicidad con la que el Ayuntamiento de Gijón, con alcaldesa de Foro Asturias Ciudadanos, se supone que premió a "un diario local".
Desde mi actual situación 'en la reserva' no estoy en condiciones de verificar si tal favoritismo es real ni los límites hasta los que haya podido llegar. No voy a entrar en polémicas por ello. Lo que si me sorprende es que los responsables del "periódico líder", como gustan autodenominarse con prodigalidad, se hagan cruces y piden responsabilidades -eso sí, a través del Principado- en un ejercicio de memoria selectiva que excluye los innumerables años en los que el Consistorio ovetense, regido de forma absolutista por Gabino de Lorenzo, descargó sin tapujos toda su inversión publicitaria en el peródico capitalino.
Tampoco esta actitud es nueva. A raíz de la susodicha 'guerra a muerte' con Álvarez-Cascos durante el periodo en que éste fue presidente del Principado, 'La Nueva España' paseó su condición de víctima por todos los foros y recabó el amparo de colectivos y asociaciones profesionales. También entonces pasó prácticamente por alto -una frase perdida en un texto aquí o allá- que esa misma situación la había vivido años antes y por mor de la misma persona, aunque entonces en otras responsabilidades, el "diario local" de referencia, sin que por aquel entonces el 'asalto' a un medio de comunicación mereciera la atención de la 'competencia'. Claro que ésta obtuvo excelentes resultados de aquella campaña, logrando romper los estrechos márgenes de expansión territorial a los que en esta región habíamos llegado.
martes, 20 de noviembre de 2012
¡No escarmientan!
"La ciudadanía espera de los políticos una actitud moral ejemplar en tiempos de obligada austeridad". La frase es del diputado socialista por Guipúzcoa Odón Elorza y la pronunció hace unos meses, poco después de hacerse público que varias decenas de diputados con una o varias viviendas en Madrid cobraban una dieta de 1.823 euros en concepto de alojamiento y manutención. La alfombra la levantó Unión, Progreso y Democracia, que anunció su intención de poner el grito en el cielo para exponer ante los ojos de todos los españoles tamaña felonía.
Ahora, cuando están ya prácticamente listos para su aprobación definitiva los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio próximo, hemos podido conocer que estas partidas permanecen íntegras y que sus señorías seguirán disfrutando de este escandaloso privilegio -uno entre otros muchos- al menos por otro año más.
A los chicos de Rosa Díez parece que les ha pasado el 'afoguín' de entonces y no han recordado cumplir su compromiso de presentar una enmienda al respecto en el trámite parlamentario de las Cuentas. O no se les ha olvidado, pero han preferido dejarlo para otra ocasión, "cuando se aborde la reforma del reglamento de las Cortes", o sea cuando llueva para arriba.
El caso es que, a pesar de algunas prédicas surgidas de las filas propias, los dos partidos mayoritarios, y los minoritarios que están 'al machito' siempre que se puede, han preferido recurrir a la demagogia, la misma que esgrimieron cuando se denunció este 'atraco', y pasar la página para ver si el tema se olvidaba pronto.
O sea que sus señorías van a seguir cobrando por un alojamiento o unas dietas que no gastan -bueno, no las gastan en los fines para las que están concebidas-, podrán seguir disfrutando gratis de la más alta tecnología sin cargo a sus elevados sueldos -incluso algunos permitirse ser despistados y perder los aparatos con sorprendente descuido-, mantener la posibilidad de viajar en primera clase siempre que quieran y no tener que mezclarse con la 'chusma' que vamos en turista, ... En fin, sin renunciar ni a uno solo de los apartados de su amplio bagaje de casta selecta.
Y luego todavía son muchos de estos 'señoritos' los que se escandalizan cuando se da a conocer el cabreo generalizado de la ciudadanía con su comportamiento y, llegado el caso, con su propia existencia. ¡Es que no escarmintan!
Ahora, cuando están ya prácticamente listos para su aprobación definitiva los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio próximo, hemos podido conocer que estas partidas permanecen íntegras y que sus señorías seguirán disfrutando de este escandaloso privilegio -uno entre otros muchos- al menos por otro año más.
A los chicos de Rosa Díez parece que les ha pasado el 'afoguín' de entonces y no han recordado cumplir su compromiso de presentar una enmienda al respecto en el trámite parlamentario de las Cuentas. O no se les ha olvidado, pero han preferido dejarlo para otra ocasión, "cuando se aborde la reforma del reglamento de las Cortes", o sea cuando llueva para arriba.
El caso es que, a pesar de algunas prédicas surgidas de las filas propias, los dos partidos mayoritarios, y los minoritarios que están 'al machito' siempre que se puede, han preferido recurrir a la demagogia, la misma que esgrimieron cuando se denunció este 'atraco', y pasar la página para ver si el tema se olvidaba pronto.
O sea que sus señorías van a seguir cobrando por un alojamiento o unas dietas que no gastan -bueno, no las gastan en los fines para las que están concebidas-, podrán seguir disfrutando gratis de la más alta tecnología sin cargo a sus elevados sueldos -incluso algunos permitirse ser despistados y perder los aparatos con sorprendente descuido-, mantener la posibilidad de viajar en primera clase siempre que quieran y no tener que mezclarse con la 'chusma' que vamos en turista, ... En fin, sin renunciar ni a uno solo de los apartados de su amplio bagaje de casta selecta.
Y luego todavía son muchos de estos 'señoritos' los que se escandalizan cuando se da a conocer el cabreo generalizado de la ciudadanía con su comportamiento y, llegado el caso, con su propia existencia. ¡Es que no escarmintan!
lunes, 19 de noviembre de 2012
Pactos multidireccionales
Tiene razón la líder del Partido Popular al quejarse por ser, como el marido engañado, la última en enterarse de la propuesta de su 'desavenida' pareja, Foro, para solicitar la comparecencia en la Junta General del presidente asturiano. Pero también debería abandonar su sorpresa por el hecho de que este asunto -como tantos otros- lleguen precocinados a la Junta de Portavoces de la Cámara. A fin de cuentas ésta es moneda de uso común desde hace muchos años. Los actuales políticos no quieren dejar nada al albur y se aseguran antes de llegar a la reunión de que cuentan con los apoyos necesarios para garantizarse el camino para lograr sus objetivos puntuales.
En lo que concierne a la queja de Mercedes Fernández, su lamento, sin embargo, no debería ser ajeno al pasado más reciente, donde sus correligionarios llegaban con frecuencia a los órganos parlamentarios con un antinatural emplazamiento codo con codo con sus 'rivales' socialistas. Más allá de la manía persecutoria del señor Álvarez-Cascos cuando era presidente, lo cierto es que PP y PSOE encontraron una inusual coincidencia a la hora de sacar de quicio al anterior presidente asturiano.
Y del pasado, al futuro, aunque éste ya no pueda concretarse nada más que en tranquilas apreciaciones. ¿Está 'Cherines' segura de que en los meses próximos no podría ser el sostén del grupo gobernante en asunto tan relevante como los Presupuestos Generales del Principado para el ejercicio económico de 2013?
En fin, que los lamentos van por barrios y que, como siempre ocurre, al margen de las soflamas derecha-izquierda, la política puede hacer extraños compañeros de cama, algo por lo que ninguno, ni ella misma, debería arrojar la primera piedra. Los pactos se han producido, se producen y se produciran en múltiples direcciones. Y si no que se lo pregunten a ese 'ovni' que se presenta bajo las siglas de UPyD.
Como colofón que incide aún más en lo antedicho, vease ese otro 'entendimiento' entre los dos grupos 'mayoritarios' para votar a toda prisa el nombramiento de los nuevos integrantes del Consejo de Administración de la RTPA. Resultaría gracioso, si no fuera tan sangrante, que los protagonistas del primer -recalco lo de primer- intento de demolición de la radiotelevisión pública se afanen ahora en mantener como sea a un consejo con su amplísimo e innecesario número de componentes. Claro que no debemos olvidar que este tipo de organismos aligeran cada día las particulares 'oficinas del paro' de los partidos políticos.
En lo que concierne a la queja de Mercedes Fernández, su lamento, sin embargo, no debería ser ajeno al pasado más reciente, donde sus correligionarios llegaban con frecuencia a los órganos parlamentarios con un antinatural emplazamiento codo con codo con sus 'rivales' socialistas. Más allá de la manía persecutoria del señor Álvarez-Cascos cuando era presidente, lo cierto es que PP y PSOE encontraron una inusual coincidencia a la hora de sacar de quicio al anterior presidente asturiano.
Y del pasado, al futuro, aunque éste ya no pueda concretarse nada más que en tranquilas apreciaciones. ¿Está 'Cherines' segura de que en los meses próximos no podría ser el sostén del grupo gobernante en asunto tan relevante como los Presupuestos Generales del Principado para el ejercicio económico de 2013?
En fin, que los lamentos van por barrios y que, como siempre ocurre, al margen de las soflamas derecha-izquierda, la política puede hacer extraños compañeros de cama, algo por lo que ninguno, ni ella misma, debería arrojar la primera piedra. Los pactos se han producido, se producen y se produciran en múltiples direcciones. Y si no que se lo pregunten a ese 'ovni' que se presenta bajo las siglas de UPyD.
Como colofón que incide aún más en lo antedicho, vease ese otro 'entendimiento' entre los dos grupos 'mayoritarios' para votar a toda prisa el nombramiento de los nuevos integrantes del Consejo de Administración de la RTPA. Resultaría gracioso, si no fuera tan sangrante, que los protagonistas del primer -recalco lo de primer- intento de demolición de la radiotelevisión pública se afanen ahora en mantener como sea a un consejo con su amplísimo e innecesario número de componentes. Claro que no debemos olvidar que este tipo de organismos aligeran cada día las particulares 'oficinas del paro' de los partidos políticos.
sábado, 10 de noviembre de 2012
Montaraces o sumisos
Algunos ya lo avisamos hace tiempo. Tras los primeros compases de gestión orientados casi exclusivamente a lograr 'la pacificación' en el Principado, el actual presidente -ya experto en estas tareas dentro de su propio partido- se ve enfrentado cada día que pasa con su propia imagen que, como un espejo, la arroja la visión poco tranquilizadora de que, más allá de los 'follones', el gobierno exige unas aptitudes especiales para sacar adelante los problemas de Asturias. Vamos, que criticar a otros cuando lo hacen es mucho más fácil que gobernar.
Ya desde la sesión de investidura se vio -aunque algunos prefirieran ignorarlo- que los apoyos logrados por Javier Fernández eran bastante precarios, tanto porque en los tiempos que corren Izquierda Unida ya no se 'compra' con dos plazas en el Consejo de Gobierno como por la ampliación necesaria del pacto a un nuevo partido inclasificable e impredecible a falta de un referente ideológico cual es Unión, Progreso y Democracia. Y a ello hay que añadir que ambas fuerzas políticas mezclan peor que el agua y el aceite, como se va poniendo de manifiesto a medida que discurren las semanas (por si a alguien le quedaba alguna duda).
Pues bien, dentro de esta dinámica, el presidente del Principado asiste temeroso a la inminente prueba del algodón que será el debate y aprobación, si procede, de los Presupuestos Generales de la comunidad autónoma para el próximo ejercicio. Este importantísimo trámite será el verdadero hito para demostrar si cuenta con apoyos parlamentarios "estables" o si, por el contrario, su precaria mayoría se sostiene sobre un peligroso desequilibrio.
De la consideración que para el señor Fernández tiene este envite da fe su reciente retirada de la ley de ajustes para cumplir el objetivo de déficit, forzada por la para algunos sorpresiva propuesta de Izquierda Unida, "socio preferente" del Ejecutivo, de enmendar a la totalidad dicha normativa. El presidente del Principado tenía, al menos aparentemente, amplias posibilidades de alcanzar el apoyo del Partido Popular, dado que la letra y la música de ese texto la escribieron en su versión original Mariano Rajoy y su equipo. Pero, claro, los tiempos de las alianzas PP-PSOE se acabaron desde el mismo momento en que el líder socialista accedió a la Presidencia de la comunidad autónoma.
Al margen de los problemas que dicha paralización de la ley para atajar el déficit pueda deparar (su espacio de aplicación no es el futuro, sino que está concebida para atajar los problemas arrastrados del pasado inmediato y los que se siguen planteando al día de hoy), al margen de esos problemas -digo- la experiencia debería servir al presidente del Principado para ser consciente de que el logro de una mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos para 2013 podría ser una repetición del actual escenario. Me atrevería a decir que -salvando las distancias- el reciente traspié es una maqueta a escala del 'campo de batalla' que tendrá que afrontar dentro de algo más de un mes.
Algo debe imaginarse el señor Fernández cuando empezado a entonar sus 'plegarias' orientadas a pintar un "abismo insondable" en el futuro de Asturias si no logra sacar adelante las Cuentas de la comunidad. Tras su verbo habitualmente altivo se trasluce el temor a tener que enfrentarse con la misma situación que, gracias, entre otros, a él mismo y su partido, hubo de sufrir su predecesor en el cargo. A fin de cuentas, con otros protagonistas, sus apelaciones a la "responsabilidad" son un reflejo de lo ocurrido en el mismo marco hace algo menos de un año.
En todo caso, la actual situación, y la que va a producirse en nada, ponen de relieve, una vez más, que resulta imposible lograr la cuadratura del círculo por muy experto en geometría que se sea. El actual presidente del Principado ha tratado desde el principio, al menos de palabra, de hacer compatible el respeto a las directrices emanadas del Gobierno central con el mantenimiento a ultranza de los principios básicos de la izquierda moderada. Ni tirarse al monte, ni sumisión. Y eso, señor Fernández, los hechos se empeñan tozudamente en mostrarlo imposible.
Ya desde la sesión de investidura se vio -aunque algunos prefirieran ignorarlo- que los apoyos logrados por Javier Fernández eran bastante precarios, tanto porque en los tiempos que corren Izquierda Unida ya no se 'compra' con dos plazas en el Consejo de Gobierno como por la ampliación necesaria del pacto a un nuevo partido inclasificable e impredecible a falta de un referente ideológico cual es Unión, Progreso y Democracia. Y a ello hay que añadir que ambas fuerzas políticas mezclan peor que el agua y el aceite, como se va poniendo de manifiesto a medida que discurren las semanas (por si a alguien le quedaba alguna duda).
Pues bien, dentro de esta dinámica, el presidente del Principado asiste temeroso a la inminente prueba del algodón que será el debate y aprobación, si procede, de los Presupuestos Generales de la comunidad autónoma para el próximo ejercicio. Este importantísimo trámite será el verdadero hito para demostrar si cuenta con apoyos parlamentarios "estables" o si, por el contrario, su precaria mayoría se sostiene sobre un peligroso desequilibrio.
De la consideración que para el señor Fernández tiene este envite da fe su reciente retirada de la ley de ajustes para cumplir el objetivo de déficit, forzada por la para algunos sorpresiva propuesta de Izquierda Unida, "socio preferente" del Ejecutivo, de enmendar a la totalidad dicha normativa. El presidente del Principado tenía, al menos aparentemente, amplias posibilidades de alcanzar el apoyo del Partido Popular, dado que la letra y la música de ese texto la escribieron en su versión original Mariano Rajoy y su equipo. Pero, claro, los tiempos de las alianzas PP-PSOE se acabaron desde el mismo momento en que el líder socialista accedió a la Presidencia de la comunidad autónoma.
Al margen de los problemas que dicha paralización de la ley para atajar el déficit pueda deparar (su espacio de aplicación no es el futuro, sino que está concebida para atajar los problemas arrastrados del pasado inmediato y los que se siguen planteando al día de hoy), al margen de esos problemas -digo- la experiencia debería servir al presidente del Principado para ser consciente de que el logro de una mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos para 2013 podría ser una repetición del actual escenario. Me atrevería a decir que -salvando las distancias- el reciente traspié es una maqueta a escala del 'campo de batalla' que tendrá que afrontar dentro de algo más de un mes.
Algo debe imaginarse el señor Fernández cuando empezado a entonar sus 'plegarias' orientadas a pintar un "abismo insondable" en el futuro de Asturias si no logra sacar adelante las Cuentas de la comunidad. Tras su verbo habitualmente altivo se trasluce el temor a tener que enfrentarse con la misma situación que, gracias, entre otros, a él mismo y su partido, hubo de sufrir su predecesor en el cargo. A fin de cuentas, con otros protagonistas, sus apelaciones a la "responsabilidad" son un reflejo de lo ocurrido en el mismo marco hace algo menos de un año.
En todo caso, la actual situación, y la que va a producirse en nada, ponen de relieve, una vez más, que resulta imposible lograr la cuadratura del círculo por muy experto en geometría que se sea. El actual presidente del Principado ha tratado desde el principio, al menos de palabra, de hacer compatible el respeto a las directrices emanadas del Gobierno central con el mantenimiento a ultranza de los principios básicos de la izquierda moderada. Ni tirarse al monte, ni sumisión. Y eso, señor Fernández, los hechos se empeñan tozudamente en mostrarlo imposible.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
O te vas o te echamos
No se anda con chiquitas la nueva 'lideresa' del PP asturiano a la hora de acomodar la 'casa común' de los conservadores a su nuevo reinado absolutista. Algunos ya lo habíamos adelantado, pero quizá ni los más lanzados podíamos esperar que pusiera en práctica con tanta celeridad el ejercicio del inmenso poder que la fuerza política a la que representa le ha otorgado. A fin de cuentas ha tenido un buen maestro, el mejor, y aunque ahora reniegue de él, el privilegiado aprendizaje recibido la ha convertido en aventajada alumna.
Porque estaba cantado que su acceso al 'número uno' de los populares de Asturias traería como consecuencia el barrido de todos aquellos que no hubieran estado con ella en estos últimos tiempos de reciclaje. Y si, además, lo de tenerlos en contra se remonta al pasado, con hechos y enfrentamientos concretos y personalizados, mejor aún.
No descubro nada nuevo al constatar la paradoja que representa la actual situación: Mercedes Fernández se dispone a 'liquidar' a la eterna enemiga de su mentor, Francisco Álvarez-Cascos, y precisamente por apoyar en el Ayuntamiento de Gijón al partido de su díscolo modelo de muchos años. Bueno, sólo por eso no. También, y no menos relevante, por haberla situado en el punto de mira de sus propios compañeros al poner en duda su gestión como delegada del Gobierno en la trama asturiana de los atentados del 11-M, argumento para zancadillear su acceso -eran otros tiempos- a una plaza en la Sindicatura de Cuentas. Como su maestro, ella no olvida nunca. Aunque haya pasado mucha agua bajo los puentes.
Decía que sorprende la celeridad y los métodos expeditivos empleados por la señora Fernández para quitar de enmedio a la presidenta de su propio partido en Gijón. Pilar Fernández Pardo tiene que pagar por el pasado, aunque para la ocasión se recurra a argumentos del presente, cuales son la ausencia de avales a su candidatura presidencial en el municipio para el congreso del pasado fin de semana. Cómo si eso fuera un apoyo solido en una situación normal.
Al final, nada se pone por delante en la hoja de ruta de 'Cherines'. Y ahora toca Gijón. Y, si puede ser hoy, mejor que mañana. ¿Para qué esperar? La última 'perla' ha sido la de afirmar que espera "un paso atrás" de 'Pilipé', lo que se traduce en un paladino "O te vas tú o te echo yo".
Porque estaba cantado que su acceso al 'número uno' de los populares de Asturias traería como consecuencia el barrido de todos aquellos que no hubieran estado con ella en estos últimos tiempos de reciclaje. Y si, además, lo de tenerlos en contra se remonta al pasado, con hechos y enfrentamientos concretos y personalizados, mejor aún.
No descubro nada nuevo al constatar la paradoja que representa la actual situación: Mercedes Fernández se dispone a 'liquidar' a la eterna enemiga de su mentor, Francisco Álvarez-Cascos, y precisamente por apoyar en el Ayuntamiento de Gijón al partido de su díscolo modelo de muchos años. Bueno, sólo por eso no. También, y no menos relevante, por haberla situado en el punto de mira de sus propios compañeros al poner en duda su gestión como delegada del Gobierno en la trama asturiana de los atentados del 11-M, argumento para zancadillear su acceso -eran otros tiempos- a una plaza en la Sindicatura de Cuentas. Como su maestro, ella no olvida nunca. Aunque haya pasado mucha agua bajo los puentes.
Decía que sorprende la celeridad y los métodos expeditivos empleados por la señora Fernández para quitar de enmedio a la presidenta de su propio partido en Gijón. Pilar Fernández Pardo tiene que pagar por el pasado, aunque para la ocasión se recurra a argumentos del presente, cuales son la ausencia de avales a su candidatura presidencial en el municipio para el congreso del pasado fin de semana. Cómo si eso fuera un apoyo solido en una situación normal.
Al final, nada se pone por delante en la hoja de ruta de 'Cherines'. Y ahora toca Gijón. Y, si puede ser hoy, mejor que mañana. ¿Para qué esperar? La última 'perla' ha sido la de afirmar que espera "un paso atrás" de 'Pilipé', lo que se traduce en un paladino "O te vas tú o te echo yo".
jueves, 1 de noviembre de 2012
En venta 'El espíritu de Gijón'
En las próximas horas el Partido Popular va a proceder a celebrar su congreso en Asturias y, con él, a oficializar de una vez por todas la defunción del 'gabinovidismo' imperante durante muchos años y que tanto daño ha hecho a las fuerzas conservadoras en el Principado. Desde que Mariano Rajoy apostó para afrontar esa nueva etapa por Mercedes Fernández, ésta ha ido progresivamente haciéndose con los resortes de todo el aparato, hasta el extremo de que no resulta descabellado afirmar que nadie antes que ella ha dispuesto en las filas conservadoras del poder y la capacidad de decisión que ahora atesora.
Desde su apresurado 'desembarco' para las elecciones legislativas del pasado año, 'Cherines' ha desarrollado una calculada estrategia mediante la que ha sumado retos con nuevas responsabilidades, hasta verse investida finalmente con el manto del reinado absolutista. Se podría decir que le dieron plenos poderes y que los ha aprovechado. Primero, fue una amplia disponibilidad de manos libres para designar a quienes la acompañarían en aquellas cita con las urnas; las mismas que tuvo luego para integrar las listas de los comicios autonómicos de la pasada primavera. Ni que decir tiene -también- que en la organización territorial del partido nadie ha osado mover un papel sin el permiso de la nueva 'lideresa'. Todo esto va a tener este fin de semana su solemne ceremonia de coronación.
Hace bastantes meses escribía en esta misma tribuna que Mercedes Fernández tenía una clara hoja de ruta, la misma que va cumpliendo con precisión relojera, y que en ella, tras la cita congresual, figuraba el difícil asalto al único castillo que se le resistía, el de su partido en Gijón. A partir del lunes, siempre siguiendo el metódico programa establecido, las prioridades se enfocarán a derribar las murallas que defiende como puede su enemiga irreconciliable Pilar Fernández Pardo.
Como adelanto, 'Cherines' ha venido lanzando sistemáticamente una continuada serie de avisos para navegantes a la organización de su partido en Gijón, un listado que se ha recrudecido en las últimas horas con 'amenazas' de gestora incluida y que hoy mismo se ha concretado en la afirmación que sitúa al PP gijonés como un "islote al margen" de la organización regional, posibilidad que rechaza como opción de futuro inmediato.
La presidenta regional argumenta con el hecho de que no fue capaz de lograr en los días precedentes ni un solo aval a su candidatura en la villa en que nació y donde hizo sus primeros pinitos en la política. Todos se los llevó un Manuel Pecharromán que, al final, no ha tenido la opción siquiera de disputarle la Presidencia en el cónclave del fin de semana. Y tal parece que eso es algo que 'Cherines' está dispuesta a cambiar, y hacerlo ya.
Bien deben saber en Gijón como se las gasta la nueva 'lideresa' cuando sus dirigentes se han apresurado a manifestar que someterán al criterio de la dirección regional todas las decisiones, incluido un acuerdo presupuestario con Foro Asturias en el Consistorio de la Villa de Jovellanos.
Lo que parece evidente es que en el frontispicio de los objetivos inmediatos de Mercedes Fernçandez y, por supuesto, del equipo nacional de Mariano Rajoy figura abordar y hundir el buque insignia y una de las pocas bazas electorales que le quedan al partido de Francisco Álvarez-Cascos. Destruir al 'hijo pródigo' para hacerle ver lo erróneo de su conducta justifica los medios, por cuestionables que estos sean.
El problema ahora está en saber si el estandarte que 'Pilipardo' y los suyos han enarbolado durante meses, ese que acuñaron como 'El espíritu de Gijón' -como alternativa posibilista al de sus compañeros regionales y de otros grandes municipios-, sigue vigente o está en venta. Lo que se está jugando es que el municipio pueda tener o no presupuestos para el año próximo, unos presupuestos que, antes de las guerrillas partidistas internas, parecían estar bien amarrados.
Los gijoneses, desde luego, no tenemos por qué pagar el precio de conflictos fratricidas y, si así fuera, en nuestra mano estará demandárselo a los responsables en unas elecciones que, aunque pueda parecer lo contrario, están a la vuelta de la esquina.
En todo caso, a la dirección local deberían darle igual las amenazas. ¿O es que todavía no se han enterado que desde Manuel Pedregal se les considera amortizados?
Desde su apresurado 'desembarco' para las elecciones legislativas del pasado año, 'Cherines' ha desarrollado una calculada estrategia mediante la que ha sumado retos con nuevas responsabilidades, hasta verse investida finalmente con el manto del reinado absolutista. Se podría decir que le dieron plenos poderes y que los ha aprovechado. Primero, fue una amplia disponibilidad de manos libres para designar a quienes la acompañarían en aquellas cita con las urnas; las mismas que tuvo luego para integrar las listas de los comicios autonómicos de la pasada primavera. Ni que decir tiene -también- que en la organización territorial del partido nadie ha osado mover un papel sin el permiso de la nueva 'lideresa'. Todo esto va a tener este fin de semana su solemne ceremonia de coronación.
Hace bastantes meses escribía en esta misma tribuna que Mercedes Fernández tenía una clara hoja de ruta, la misma que va cumpliendo con precisión relojera, y que en ella, tras la cita congresual, figuraba el difícil asalto al único castillo que se le resistía, el de su partido en Gijón. A partir del lunes, siempre siguiendo el metódico programa establecido, las prioridades se enfocarán a derribar las murallas que defiende como puede su enemiga irreconciliable Pilar Fernández Pardo.
Como adelanto, 'Cherines' ha venido lanzando sistemáticamente una continuada serie de avisos para navegantes a la organización de su partido en Gijón, un listado que se ha recrudecido en las últimas horas con 'amenazas' de gestora incluida y que hoy mismo se ha concretado en la afirmación que sitúa al PP gijonés como un "islote al margen" de la organización regional, posibilidad que rechaza como opción de futuro inmediato.
La presidenta regional argumenta con el hecho de que no fue capaz de lograr en los días precedentes ni un solo aval a su candidatura en la villa en que nació y donde hizo sus primeros pinitos en la política. Todos se los llevó un Manuel Pecharromán que, al final, no ha tenido la opción siquiera de disputarle la Presidencia en el cónclave del fin de semana. Y tal parece que eso es algo que 'Cherines' está dispuesta a cambiar, y hacerlo ya.
Bien deben saber en Gijón como se las gasta la nueva 'lideresa' cuando sus dirigentes se han apresurado a manifestar que someterán al criterio de la dirección regional todas las decisiones, incluido un acuerdo presupuestario con Foro Asturias en el Consistorio de la Villa de Jovellanos.
Lo que parece evidente es que en el frontispicio de los objetivos inmediatos de Mercedes Fernçandez y, por supuesto, del equipo nacional de Mariano Rajoy figura abordar y hundir el buque insignia y una de las pocas bazas electorales que le quedan al partido de Francisco Álvarez-Cascos. Destruir al 'hijo pródigo' para hacerle ver lo erróneo de su conducta justifica los medios, por cuestionables que estos sean.
El problema ahora está en saber si el estandarte que 'Pilipardo' y los suyos han enarbolado durante meses, ese que acuñaron como 'El espíritu de Gijón' -como alternativa posibilista al de sus compañeros regionales y de otros grandes municipios-, sigue vigente o está en venta. Lo que se está jugando es que el municipio pueda tener o no presupuestos para el año próximo, unos presupuestos que, antes de las guerrillas partidistas internas, parecían estar bien amarrados.
Los gijoneses, desde luego, no tenemos por qué pagar el precio de conflictos fratricidas y, si así fuera, en nuestra mano estará demandárselo a los responsables en unas elecciones que, aunque pueda parecer lo contrario, están a la vuelta de la esquina.
En todo caso, a la dirección local deberían darle igual las amenazas. ¿O es que todavía no se han enterado que desde Manuel Pedregal se les considera amortizados?
El 'jalogüín' socialista
Estando ya a muy pocas horas de la cita para el cónclave de la Agrupación Municipal Socialista de Gijón, los dos candidatos a sustituir a José Manuel Sariego en la Secretaría General han hecho públicos los equipos con los que aspiran a alcanzar la dirección de los socialistas locales. Y lo primero que llama la atención en lo que al candidato 'oficial' se refiere es la, no por habitual menos extraña, por aquello de las llamadas a la renovación y al cambio, proliferación de nombres que se han mantenido intercambiando responsabilidades de partido o institucionales a lo largo de muchísimos años.
No encaja esta práctica con el recurso permanente de boca para afuera a la renovación o el relevo generacional que parece imperar en las filas socialistas en estos tiempos que corren. No voy a referir expresamente algunos nombres que han ocupado escaños desde la primera corporación municipal o en el parlamento autónomo; incluso, más de uno también ha ejercido en uno o varios mandatos la responsabilidad a la que ahora opta Santiago Martínez Argüelles. Están en la mente de cualquier gijonés por poco dado al seguimiento de la 'cosa pública' de su territorio.
Está en su derecho un partido político de promocionar o mantener a aquellos de sus militantes que más le convienen; faltaría más. Sin embargo, si de lo que se trata, como predican sus dirigentes, es de recuperar la credibilidad, de convencer a sus militantes de base y simpatizantes de que la situación exige nuevos impulsos, sacar del armario, o mantener en el 'ropero' a todas las viejas glorias de la organización, impulsa, más que a la confianza, a pensar en que los socialistas locales prefieren apostar por su particular 'jalogüín' -ahora que estamos en tiempo de ello- en una muestra mas que confirma la política endogámica interna de la 'tribu'.
No encaja esta práctica con el recurso permanente de boca para afuera a la renovación o el relevo generacional que parece imperar en las filas socialistas en estos tiempos que corren. No voy a referir expresamente algunos nombres que han ocupado escaños desde la primera corporación municipal o en el parlamento autónomo; incluso, más de uno también ha ejercido en uno o varios mandatos la responsabilidad a la que ahora opta Santiago Martínez Argüelles. Están en la mente de cualquier gijonés por poco dado al seguimiento de la 'cosa pública' de su territorio.
Está en su derecho un partido político de promocionar o mantener a aquellos de sus militantes que más le convienen; faltaría más. Sin embargo, si de lo que se trata, como predican sus dirigentes, es de recuperar la credibilidad, de convencer a sus militantes de base y simpatizantes de que la situación exige nuevos impulsos, sacar del armario, o mantener en el 'ropero' a todas las viejas glorias de la organización, impulsa, más que a la confianza, a pensar en que los socialistas locales prefieren apostar por su particular 'jalogüín' -ahora que estamos en tiempo de ello- en una muestra mas que confirma la política endogámica interna de la 'tribu'.
martes, 30 de octubre de 2012
Marear la perdiz
En páginas interiores correspondientes a la sección de Economía de la edición de hoy del diario 'El País' leo el siguiente titular: "El Gobierno planea medidas para limitar las indemnizaciones de los altos directivos". Si tuviéramos la paciencia y los medios para rastrear toda la información aparecida en estos últimos años seguramente nos tropezaríamos con la misma frase encabezando otras noticias publicadas en diferentes fechas del pasado próximo. ¿Qué quiere decir esto? Pues que la supuesta voluntad de gobernantes y legisladores de poner coto al 'sálvese quien pueda' o 'toma el dinero y corre' que han imperado últimamente entre los responsables de instituciones u organismos públicos, entidades financieras o grandes empresas 'estratégicas' a la hora de abandonar el barco estaría, cuando menos, bajo sospecha. Si además nos adentramos en la redacción de la noticia aparecida hoy mismo descubrimos que el Ministerio que gestiona Luis de Guindos "matiza que aún no hay una decisión tomada al respecto".
Llegados a este punto no podemos por menos que sentirnos agredidos en nuestra inteligencia al descubrir que los actuales gobernantes, como hicieron primero los anteriores, planean, estudian, analizan la forma de poner coto a tanta indecencia como encontramos a diario en la actualidad política y económica, pero, entre tanto, esos ex altos ejecutivos o ex altos cargos siguen tratando de hacer valer -y en muchos casos consiguiendo- las cláusulas y condiciones de privilegio de sus blindados contratos del pasado. Por uno al que 'pillan' y afirman que le van a obligar a devolver el dinero son docenas los que dejan la poltrona con los bolsillos repletos de un dinero con el que -por llamarlo por su nombre- se 'premia' su desastrosa y poco profesional gestión.
Si de verdad los gobernantes de turno quieren terminar con esa bofetada cotidiana a millones de españoles que representa el ponerles frente a la actual situación de aprovechados o sinvergüenzas que saben pescar en el rio revuelto de la profunda crisis para llevarse las mejores piezas a su mesa; si de verdad lo quieren -digo-, tienen que empezar, y ya, a obligar a que nadie se vaya con lo que no es suyo, por mucho que un papel firmado recoja, y a que quienes lo hayan hecho devuelvan aquéllo de lo que se han apropiado. Seguir planeando, analizando, estudiando no es sino marear la perdiz y ofender la inteligencia de la mayoría de la ciudadanía, la misma que está pagando lo platos rotos de la recesión. Si no se pasa de la intención a los hechos tendremos que pensar que esta nueva casta de dirigentes que tenemos únicamente piensa que, mientras el escenario sea el mismo, puede que mañana los beneficiarios de esta nueva forma de delincuencia sean ellos mismos.
Llegados a este punto no podemos por menos que sentirnos agredidos en nuestra inteligencia al descubrir que los actuales gobernantes, como hicieron primero los anteriores, planean, estudian, analizan la forma de poner coto a tanta indecencia como encontramos a diario en la actualidad política y económica, pero, entre tanto, esos ex altos ejecutivos o ex altos cargos siguen tratando de hacer valer -y en muchos casos consiguiendo- las cláusulas y condiciones de privilegio de sus blindados contratos del pasado. Por uno al que 'pillan' y afirman que le van a obligar a devolver el dinero son docenas los que dejan la poltrona con los bolsillos repletos de un dinero con el que -por llamarlo por su nombre- se 'premia' su desastrosa y poco profesional gestión.
Si de verdad los gobernantes de turno quieren terminar con esa bofetada cotidiana a millones de españoles que representa el ponerles frente a la actual situación de aprovechados o sinvergüenzas que saben pescar en el rio revuelto de la profunda crisis para llevarse las mejores piezas a su mesa; si de verdad lo quieren -digo-, tienen que empezar, y ya, a obligar a que nadie se vaya con lo que no es suyo, por mucho que un papel firmado recoja, y a que quienes lo hayan hecho devuelvan aquéllo de lo que se han apropiado. Seguir planeando, analizando, estudiando no es sino marear la perdiz y ofender la inteligencia de la mayoría de la ciudadanía, la misma que está pagando lo platos rotos de la recesión. Si no se pasa de la intención a los hechos tendremos que pensar que esta nueva casta de dirigentes que tenemos únicamente piensa que, mientras el escenario sea el mismo, puede que mañana los beneficiarios de esta nueva forma de delincuencia sean ellos mismos.
martes, 23 de octubre de 2012
Recuperar la calle
Revueltas andas estos días las tropas socialistas tras el nuevo trastazo que han significado este fin de semana las derrotas sin paliativos en Galicia y País Vasco. Hay llanto y crujir de dientes y golpes contritos en el pecho por la debacle y, en casi todos los casos, en los labios una frase repetida: "Hay que recuperar la calle".
Esta forma gráfica de expresar la desafección, cuando no el hartazgo, del electorado hacia lo que hoy es el Partido Socialista Obrero Español define más un sentir interesado que un reconocimiento de los auténticos errores cometidos con reiteración por los dirigentes de esta fuerza política. A fin de cuentas han sido lustros de gobernanza privilegiada, en muchos casos continuada y en otros con 'obligados' paréntesis para la derecha, que han llevado a la llamada clase política de dicho partido a pensar que la casa del pueblo no era solamente la sede correspondiente de la formación, sino también las instituciones, las organizaciones sociales, las asociaciones y, en fin, todo el entramado social que constituye la vida diaria de un país, una comunidad o un ayuntamiento. A costa de, en un despliegue endogámico sin parangón, perpetuarse e intercambiarse puestos, de forma que una casta determinada mantuviera una situación de privilegio económico y social, llegaron a convencerse de que la sociedad era su casa y "en mi casa hago lo que me da la gana", como rezaba un antiguo dicho popular.
Ahora entonan preces por la recuperación del espíritu que les otorgó el poder en diferentes épocas de la etapa democrática, lo que se formula como el objetivo de "recuperar la calle". Sin embargo, no parece que la ciudadanía haya decidido romper con una siglas o con unos principios en abstracto, sino más bien con las personas que, en muchos casos, los han prostituido.
Si de verdad existe en el PSOE voluntad de volver a las bases que los convirtieron en un referente de la izquierda española, en lugar de enfocar el objetivo hacia afuera, sus dirigentes deberían redireccionarlo hacia sí mismos y pensar que el 'tiempo de los chollos' se ha acabado e, igual que hay millones de españoles sin ocupación, podrían pasar a idéntico estatus cientos de camaradas que desde hace años mantienen su coto particular a base de cumplir las reglas de la tribu. No sé si a eso se le podrían llamar recuperar la calle; lo que es seguro es que significaría recuperar la credibilidad.
Esta forma gráfica de expresar la desafección, cuando no el hartazgo, del electorado hacia lo que hoy es el Partido Socialista Obrero Español define más un sentir interesado que un reconocimiento de los auténticos errores cometidos con reiteración por los dirigentes de esta fuerza política. A fin de cuentas han sido lustros de gobernanza privilegiada, en muchos casos continuada y en otros con 'obligados' paréntesis para la derecha, que han llevado a la llamada clase política de dicho partido a pensar que la casa del pueblo no era solamente la sede correspondiente de la formación, sino también las instituciones, las organizaciones sociales, las asociaciones y, en fin, todo el entramado social que constituye la vida diaria de un país, una comunidad o un ayuntamiento. A costa de, en un despliegue endogámico sin parangón, perpetuarse e intercambiarse puestos, de forma que una casta determinada mantuviera una situación de privilegio económico y social, llegaron a convencerse de que la sociedad era su casa y "en mi casa hago lo que me da la gana", como rezaba un antiguo dicho popular.
Ahora entonan preces por la recuperación del espíritu que les otorgó el poder en diferentes épocas de la etapa democrática, lo que se formula como el objetivo de "recuperar la calle". Sin embargo, no parece que la ciudadanía haya decidido romper con una siglas o con unos principios en abstracto, sino más bien con las personas que, en muchos casos, los han prostituido.
Si de verdad existe en el PSOE voluntad de volver a las bases que los convirtieron en un referente de la izquierda española, en lugar de enfocar el objetivo hacia afuera, sus dirigentes deberían redireccionarlo hacia sí mismos y pensar que el 'tiempo de los chollos' se ha acabado e, igual que hay millones de españoles sin ocupación, podrían pasar a idéntico estatus cientos de camaradas que desde hace años mantienen su coto particular a base de cumplir las reglas de la tribu. No sé si a eso se le podrían llamar recuperar la calle; lo que es seguro es que significaría recuperar la credibilidad.
jueves, 18 de octubre de 2012
Si quieres sardinas, ruge
En los tiempos de conflictos sociales que España está viviendo este otoño son numerosas las voces que se alzan clamando por el diálogo y que rechazan la opción de una huelga general como paso inminente en la cronología del descenso a los infiernos. Desde luego que hay razones para apelar a que tal convocatoria acostumbra a traer perjuicios de carácter general para la economía, amplía la mala imagen del país hacia el exterior y casi nunca reporta una compensación efectiva al trabajador; por contra, suele tener repercusión monetaria en su bolsillo. Buena parte de estos argumentos se cimienta sobre algunas de las últimas experiencias vividas en España.
Sin embargo, la opción de renunciar a la protesta bajo el pretexto de que "no se va a conseguir nada" representa una conformidad que únicamente facilita las manos libres al legislador para continuar aplicando de forma implacable esas políticas 'de austeridad' que se vienen demostrando incapaces de revertir la tendencia a la recesión continuada y, sobre todo, crear empleo. Sería algo parecido, en versión más relevante, que aquellas llamadas a la desmovilización porque las protestas y manifestaciones en la calle tampoco suelen tener en su cuenta de resultados una mejora de la situación que denuncian.
Nadie en su sano juicio puede querer una huelga general 'per sé', pero tampoco se puede pretender que las ciudadanos se encierren en la resignación y esperen a ver si dentro de unos años las urnas cambian la tendencia (ya se ha demostrado que no es así; más bien al contrario).
Andrés Rábago, conocido como 'El Roto', que hoy mismo ha recibido con el mayor de los merecimientos el Premio Nacional de Ilustración, en su viñeta de este mismo día en 'El País', ilustra con agudeza e inteligencia la situación a que me refiero. En la imagen aparecen dos gatos, uno de ellos con un pez en la boca, que le dice al otro "Déjate de maullidos; si quieres sardinas ruge". No se puede decir más con menos palabras.
Sin embargo, la opción de renunciar a la protesta bajo el pretexto de que "no se va a conseguir nada" representa una conformidad que únicamente facilita las manos libres al legislador para continuar aplicando de forma implacable esas políticas 'de austeridad' que se vienen demostrando incapaces de revertir la tendencia a la recesión continuada y, sobre todo, crear empleo. Sería algo parecido, en versión más relevante, que aquellas llamadas a la desmovilización porque las protestas y manifestaciones en la calle tampoco suelen tener en su cuenta de resultados una mejora de la situación que denuncian.
Nadie en su sano juicio puede querer una huelga general 'per sé', pero tampoco se puede pretender que las ciudadanos se encierren en la resignación y esperen a ver si dentro de unos años las urnas cambian la tendencia (ya se ha demostrado que no es así; más bien al contrario).
Andrés Rábago, conocido como 'El Roto', que hoy mismo ha recibido con el mayor de los merecimientos el Premio Nacional de Ilustración, en su viñeta de este mismo día en 'El País', ilustra con agudeza e inteligencia la situación a que me refiero. En la imagen aparecen dos gatos, uno de ellos con un pez en la boca, que le dice al otro "Déjate de maullidos; si quieres sardinas ruge". No se puede decir más con menos palabras.
lunes, 15 de octubre de 2012
¿Por qué no aprenden?
Leo en la primera página de la edición de hoy del diario 'El País' que, cuando falta menos de un año para las elecciones federales en Alemania, todas las previsiones apuntan a una coalición de los democristianos y los socialdemócratas. La misma que ambos partidos alcanzaron en 2005 y que rigió el país hasta 2009 como consecuencia de una aritmética representativa que impedía el gobierno estable de uno de esos dos grandes partidos.
Hay que recordar, por si alguno todavía lo desconocía, que la CDU de Angela Merkel es al país teutón lo que el Partido Popular a España, y que el SPD es el equivalente germano del Partido Socialista Obrero Español. Pero, ¿alguien se imagina a los dos principales partidos españoles uniéndose en el Gobierno del Estado para sacar esto adelante? Desde luego que no. Sin embargo, la previsible coalición en el país del Norte de Europa se produciría -de nuevo- como una respuesta a la actual crisis internacional, por los momentos especiales que exigen altura de miras para encontrar salidas razonables a situaciones excepcionales. Si la coalición llegara a concretarse en un país que se presenta como el menos afectado por la recesión de la Unión Europea se convertiría en un ejemplo fehaciente de esa tan recurrida frase de la clase política de anteponer los intereses generales a los del partido, algo que suena mucho pero se practica poco, por no decir nada.
Aquí, en España, aunque los números de ambas fuerzas políticas sean diferentes, el momento es mucho más angustioso. Pese a ello, populares y socialistas, tras unos meses de relativo sosiego después de los comicios de finales del pasado año, han vuelto a cargar las escopetas, quizá por aquello de que en unos días volverán a enfrentarse en las urnas en Galicia y Euskadi. ¿Por qué no aprenderán?
Hay que recordar, por si alguno todavía lo desconocía, que la CDU de Angela Merkel es al país teutón lo que el Partido Popular a España, y que el SPD es el equivalente germano del Partido Socialista Obrero Español. Pero, ¿alguien se imagina a los dos principales partidos españoles uniéndose en el Gobierno del Estado para sacar esto adelante? Desde luego que no. Sin embargo, la previsible coalición en el país del Norte de Europa se produciría -de nuevo- como una respuesta a la actual crisis internacional, por los momentos especiales que exigen altura de miras para encontrar salidas razonables a situaciones excepcionales. Si la coalición llegara a concretarse en un país que se presenta como el menos afectado por la recesión de la Unión Europea se convertiría en un ejemplo fehaciente de esa tan recurrida frase de la clase política de anteponer los intereses generales a los del partido, algo que suena mucho pero se practica poco, por no decir nada.
Aquí, en España, aunque los números de ambas fuerzas políticas sean diferentes, el momento es mucho más angustioso. Pese a ello, populares y socialistas, tras unos meses de relativo sosiego después de los comicios de finales del pasado año, han vuelto a cargar las escopetas, quizá por aquello de que en unos días volverán a enfrentarse en las urnas en Galicia y Euskadi. ¿Por qué no aprenderán?
domingo, 14 de octubre de 2012
Marear la perdiz
A la hora de escribir este comentario no me consta que la Junta Directiva del Sporting haya tomado decisión alguna, ni en sentido positivo ni en el negativo, sobre la continuidad al frente de la dirección técnica de Manolo Sánchez Murias. Ayer, tras la nueva decepción en Barcelona, se anunciaba para hoy una nueva consulta sobre la situación del entrenador rojiblanco, la misma que quince días antes, cuando tras caer derrotados en Girona, fijó el encuentro frente al Villarreal como ultimátum para una posible resolución del contrato con el preparador gijonés.
Me aterra la posibilidad de escuchar de nuevo estas palabras esta misma noche: Citar de nuevo al futuro con el resultado del próximo fin de semana en El Molinón. Y si sale bien, aunque sea sin una mínima imagen de cambio, vuelta a empezar.
Son ya demasiadas -nueve- las jornadas transcurridas de la Liga como para no considerar aventurado que la situación del equipo rojiblanco exige, y ya, un golpe de timón si se aspira a algo más que no sea luchar por la permanencia. Las posibilidades de la plantilla ya se ha visto que no son las que todos esperábamos: las de estar armada para retornar a la categoría de oro del fútbol español. Pese a ello, no me parece excesivamente optimista pensar que el Sporting tiene equipo para algo más que lo que ha venido demostrando desde el inicio de la temporada oficial. Aceptando esto, no es ceguera estimar que la elección del entrenador, por muy de la casa que sea, no ha sido precisamente un acierto de la Junta Directiva del club.
Enfrentarse a los aficionados y a los periodistas, como ya ha reiterado en más de una ocasión Manuel Vega-Arango, responsabilizándolos de una supuesta campaña de acoso y derribo contra el preparador, no viene más que a poner de manifiesto que el presidente de la entidad se siente intrínsecamente implicado en los evidentes errores cometidos. Mirar para otro lado y buscar culpables externos es consustancial a los regímenes totalitarios y poco practicantes de la obligada consideración hacia el cuerpo social que, en definitiva, es el que los mantiene.
Por eso, parece llegada la hora de afrontar la realidad y asumir la peligrosa situación a la que el club se enfrenta. Si a lo que se aspira es a algo más que a transitar tristemente por la Liga Adelante, los plazos para afrontar el giro necesario empiezan a agotarse velozmente. Buscar excusas cada siete días y tratar de ganar tiempo ya se antoja inasumible en estas fechas. Ha llegado la hora de reconocer responsabilidades, buscar soluciones y, sobre todo, dejar de marear la perdiz.
Me aterra la posibilidad de escuchar de nuevo estas palabras esta misma noche: Citar de nuevo al futuro con el resultado del próximo fin de semana en El Molinón. Y si sale bien, aunque sea sin una mínima imagen de cambio, vuelta a empezar.
Son ya demasiadas -nueve- las jornadas transcurridas de la Liga como para no considerar aventurado que la situación del equipo rojiblanco exige, y ya, un golpe de timón si se aspira a algo más que no sea luchar por la permanencia. Las posibilidades de la plantilla ya se ha visto que no son las que todos esperábamos: las de estar armada para retornar a la categoría de oro del fútbol español. Pese a ello, no me parece excesivamente optimista pensar que el Sporting tiene equipo para algo más que lo que ha venido demostrando desde el inicio de la temporada oficial. Aceptando esto, no es ceguera estimar que la elección del entrenador, por muy de la casa que sea, no ha sido precisamente un acierto de la Junta Directiva del club.
Enfrentarse a los aficionados y a los periodistas, como ya ha reiterado en más de una ocasión Manuel Vega-Arango, responsabilizándolos de una supuesta campaña de acoso y derribo contra el preparador, no viene más que a poner de manifiesto que el presidente de la entidad se siente intrínsecamente implicado en los evidentes errores cometidos. Mirar para otro lado y buscar culpables externos es consustancial a los regímenes totalitarios y poco practicantes de la obligada consideración hacia el cuerpo social que, en definitiva, es el que los mantiene.
Por eso, parece llegada la hora de afrontar la realidad y asumir la peligrosa situación a la que el club se enfrenta. Si a lo que se aspira es a algo más que a transitar tristemente por la Liga Adelante, los plazos para afrontar el giro necesario empiezan a agotarse velozmente. Buscar excusas cada siete días y tratar de ganar tiempo ya se antoja inasumible en estas fechas. Ha llegado la hora de reconocer responsabilidades, buscar soluciones y, sobre todo, dejar de marear la perdiz.
jueves, 4 de octubre de 2012
Un "pijo ácrata"
Mal, muy mal, andan las cosas en este país cuando un fallo judicial adverso es recibido desde las más altas instancias con insultos hacia el magistrado correspondiente. Había expectación por conocer cuál iba a ser la resolución del juez Santiago Pedraz sobre los detenidos por la manifestación convocada semanas atrás para expresar el malestar ciudadano hacia la clase política con un 'cerco' al Congreso de los Diputados. Desde el Gobierno y el partido que lo sustenta han aprovechado para calentar el tema en los días sucesivos a los hechos recurriendo a una terminología que ya creíamos olvidada: "golpe de Estado", "terrorismo", "sitio", "excepción"; en fin, un lenguaje más propio de regímenes dictatoriales que de una democracia parlamentaria.
El traslado de la 'patata caliete' entre la Audiencia y un jurado ordinario no hizo más que contribuir a esta ceremonia de la confusión que parecía disimular la negativa al reconocimiento de un derecho fundamental cual es el de la manifestación. Cierto que en una convocatoria tan multitudinaria siempre se esconden algunos de los alborotadores que únicamente en el desorden o el caos encuentran el caldo de cultivo para sus objetivos. Pero esta gente son solamente unos pocos y la inmensa mayoría encuentra en la calle la única oportunidad de expresar en voz alta su indignación y la desafección que les provocan quienes les han conducido a esa situación. La repetición de imágenes nos han permitido comprobar que, frente a esas minorías antisistema, millares de españoles con pinta de cualquier cosa menos de terroristas gritaban su malestar por una situación que se les hace cada día más insoportable.
Ahora, el juez ha emitido su dictamen, ha descartado que los imputados pretendieran asaltar el Congreso de los Diputados y ha archivado la causa. La respuesta inmediata del portavoz del Partido Popular en esa misma Cámara, Rafael Hernándo, ha sido la de tachar al magistrado de "pijo ácrata", además de considerar "indecente" e "inaceptable" la redacción de su fallo. Y todo porque Pedraz ha incluiso en sus consideraciones la "convenida decadencia de la llamada clase política". ¿Acaso el señor Hernando y sus correligionarios no se leen las encuestas que indican que la realidad en la consideración ciudadana mayoritaria va mucho más allá del suave término de "decadencia"?
Mal, muy mal -repito-, están las cosas en España cuando un fallo judicial adverso provoca esa inaceptable terminología de un alto responsable político. Por supuesto que la decisiones judiciales deber poder ser criticables, pero los límites también deben estar claros, salvo que sea esa misma clase política la que esté poniendo en cuestión todo el sistema, el mismo en que se apoyan para salvaguardar su deteriorado papel en la sociedad actual. Apoyar esta peligrosa postura con algo parecido a las amenazas, al responsabilizar al magistrado de hipotéticas agresiones a los parlamentarios, traspasa sin lugar a la duda todas las líneas rojas del andamiaje institucional, algo que el Partido Popular parece menospreciar últimamente, embarcándose en una posible involución orientada hacia los tiempos más oscuros de nuestra historia.
La dimisión del responsable de este nuevo 'matonismo' -como se ha exigido desde la posición de enfrente en otras ocasiones- debería ser automática.
El traslado de la 'patata caliete' entre la Audiencia y un jurado ordinario no hizo más que contribuir a esta ceremonia de la confusión que parecía disimular la negativa al reconocimiento de un derecho fundamental cual es el de la manifestación. Cierto que en una convocatoria tan multitudinaria siempre se esconden algunos de los alborotadores que únicamente en el desorden o el caos encuentran el caldo de cultivo para sus objetivos. Pero esta gente son solamente unos pocos y la inmensa mayoría encuentra en la calle la única oportunidad de expresar en voz alta su indignación y la desafección que les provocan quienes les han conducido a esa situación. La repetición de imágenes nos han permitido comprobar que, frente a esas minorías antisistema, millares de españoles con pinta de cualquier cosa menos de terroristas gritaban su malestar por una situación que se les hace cada día más insoportable.
Ahora, el juez ha emitido su dictamen, ha descartado que los imputados pretendieran asaltar el Congreso de los Diputados y ha archivado la causa. La respuesta inmediata del portavoz del Partido Popular en esa misma Cámara, Rafael Hernándo, ha sido la de tachar al magistrado de "pijo ácrata", además de considerar "indecente" e "inaceptable" la redacción de su fallo. Y todo porque Pedraz ha incluiso en sus consideraciones la "convenida decadencia de la llamada clase política". ¿Acaso el señor Hernando y sus correligionarios no se leen las encuestas que indican que la realidad en la consideración ciudadana mayoritaria va mucho más allá del suave término de "decadencia"?
Mal, muy mal -repito-, están las cosas en España cuando un fallo judicial adverso provoca esa inaceptable terminología de un alto responsable político. Por supuesto que la decisiones judiciales deber poder ser criticables, pero los límites también deben estar claros, salvo que sea esa misma clase política la que esté poniendo en cuestión todo el sistema, el mismo en que se apoyan para salvaguardar su deteriorado papel en la sociedad actual. Apoyar esta peligrosa postura con algo parecido a las amenazas, al responsabilizar al magistrado de hipotéticas agresiones a los parlamentarios, traspasa sin lugar a la duda todas las líneas rojas del andamiaje institucional, algo que el Partido Popular parece menospreciar últimamente, embarcándose en una posible involución orientada hacia los tiempos más oscuros de nuestra historia.
La dimisión del responsable de este nuevo 'matonismo' -como se ha exigido desde la posición de enfrente en otras ocasiones- debería ser automática.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Liquidación
Hace pocas horas que ha finalizado el congreso de la Federación Socialista Asturiana y, como ocurre habitualmente, todos hemos puesto el visor en el nuevo equipo que el renovado líder ha diseñado a su imagen y semejanza para continuar controlando la organización. De ponencias, de ideas, de proyectos, de compromisos, más bien nada de nada. Claro que de ésto somos también algo responsables los medios de comunicación.
Al final, digo, nos quedamos con los nombres de las personas con las que Javier Fernández afronta, desde el partido, una nueva etapa de transición por la difícil época que Asturias, como el resto de España, tiene que transitar.
Parece que la palabra que se impone tras conocer el nuevo equipo es la de renovación, con mucha cara nueva, aunque algunos de los 'veteranos' del nucleo duro continúan o se resitúan. José Luis Gutiérrez, Adriana Lastra, María Luisa Carcedo, Fernando Lastra,... son nombres que justifican la anterior afirmación. Otros, como el de Guillermo Martínez, actual número dos en el Gobierno autónomo, representan el grupo de los valores emergentes con proyección de futuro en responsabilidades superiores. No faltan los históricos, como el veterano dirigente sindical José Ángel Fernández Villa, ahora recompensado con una buena posición tras haber ido perdiendo poder e influencia en el partido desde sus tiempos de gloria, aquéllos en los que no se movía un papel sin su consentimiento. En este mismo grupo hay que reseñar la presencia en la Presidencia de Pablo García, uno de los auténticos veteranos de la organización y habitual senador por Asturias.
En todo caso, seguramente lo más llamativo de la actual renovación viene de la mano de la salida de la comisión ejecutiva del arecismo, empezando por el propio 'Tini' y siguiendo por una de las personas que le acompañaron en sus sucesivos gobiernos en puestos de relevancia, Ana Rosa Migoya.
Esta decisión responde ni más ni menos que a una operación de 'limpieza' que se inició a la hora de elaborar las listas autonómicas con las que el partido concurrió a los comicios regionales adelantados de este mismo año. Entonces, el líder de los socialistas asturiano empezó su tarea de librarse del inconveniente peso de un estilo de gestión imperante durante décadas en el Principado. Los escándalos de la última etapa, con procesos a altos cargos e, incluso, a un consejero, que todavía siguen activos y pendientes de resolución judicial, son una molesta carga de la que Javier fernández se propuso hace mucho desligarse.
El arecismo está ya en franca decadencia dentro de las filas socialistas -como en otros tiempos pudo estarlo el villismo- y sus representantes van siendo arrumbados progresivamente a un ostracismo que, en pocos años, pueda hacerlo olvidar.
Claro que, de momento, el 'liderísimo' de la FSA tiene pendiente el desenlace del 'caso Marea', un desenlace que va a ser difícil que no salpique a su organización por encima de nombres propios. De momento, va soltando lastre en cuanto puede, pero uno de sus grandes compromisos alcanzados para lograr los apoyos que le permitieron ser presidente del Principado, la comisión de investigación sobre esos turbios asuntos, sigue durmiendo el sueño de los justos más allá de la designación de unos nombres, los de las personas que van a integrar dicha comisión.
Al final, digo, nos quedamos con los nombres de las personas con las que Javier Fernández afronta, desde el partido, una nueva etapa de transición por la difícil época que Asturias, como el resto de España, tiene que transitar.
Parece que la palabra que se impone tras conocer el nuevo equipo es la de renovación, con mucha cara nueva, aunque algunos de los 'veteranos' del nucleo duro continúan o se resitúan. José Luis Gutiérrez, Adriana Lastra, María Luisa Carcedo, Fernando Lastra,... son nombres que justifican la anterior afirmación. Otros, como el de Guillermo Martínez, actual número dos en el Gobierno autónomo, representan el grupo de los valores emergentes con proyección de futuro en responsabilidades superiores. No faltan los históricos, como el veterano dirigente sindical José Ángel Fernández Villa, ahora recompensado con una buena posición tras haber ido perdiendo poder e influencia en el partido desde sus tiempos de gloria, aquéllos en los que no se movía un papel sin su consentimiento. En este mismo grupo hay que reseñar la presencia en la Presidencia de Pablo García, uno de los auténticos veteranos de la organización y habitual senador por Asturias.
En todo caso, seguramente lo más llamativo de la actual renovación viene de la mano de la salida de la comisión ejecutiva del arecismo, empezando por el propio 'Tini' y siguiendo por una de las personas que le acompañaron en sus sucesivos gobiernos en puestos de relevancia, Ana Rosa Migoya.
Esta decisión responde ni más ni menos que a una operación de 'limpieza' que se inició a la hora de elaborar las listas autonómicas con las que el partido concurrió a los comicios regionales adelantados de este mismo año. Entonces, el líder de los socialistas asturiano empezó su tarea de librarse del inconveniente peso de un estilo de gestión imperante durante décadas en el Principado. Los escándalos de la última etapa, con procesos a altos cargos e, incluso, a un consejero, que todavía siguen activos y pendientes de resolución judicial, son una molesta carga de la que Javier fernández se propuso hace mucho desligarse.
El arecismo está ya en franca decadencia dentro de las filas socialistas -como en otros tiempos pudo estarlo el villismo- y sus representantes van siendo arrumbados progresivamente a un ostracismo que, en pocos años, pueda hacerlo olvidar.
Claro que, de momento, el 'liderísimo' de la FSA tiene pendiente el desenlace del 'caso Marea', un desenlace que va a ser difícil que no salpique a su organización por encima de nombres propios. De momento, va soltando lastre en cuanto puede, pero uno de sus grandes compromisos alcanzados para lograr los apoyos que le permitieron ser presidente del Principado, la comisión de investigación sobre esos turbios asuntos, sigue durmiendo el sueño de los justos más allá de la designación de unos nombres, los de las personas que van a integrar dicha comisión.
viernes, 21 de septiembre de 2012
Tomando posiciones
Mientras la candidata a repetir en la presidencia del Partido Popular asturiano suma mayoría de apoyos en el camino preparatorio para el congreso del 3 de noviembre, empiezan a apreciarse indicios de lo que puede quedar del pastel para los otros dos aspirantes. Es cierto que las adhesiones inquebrantales a la lista que encabeza Mercedes Fernández corresponden a las cúpulas de los distintos ámbitos organizativos e institucionales de los conservadores, pero también lo es que el sistema partidista español permite que esos mismos cargos controlen, por derivación, las estructuras de la organización hasta el punto de asegurarse en la práctica el seguimiento de sus indicaciones por un amplio segmento de la militancia que controlan.
Para quienes conocemos desde hace años el funcionamiento habitual de dichas organizaciones no resulta atrevido aventurar que el despliegue de 'poderío' mostrado esta misma mañana por 'Cherines' a la hora de presentar su candidatura es un simple 'trailer' de la que puede ser una representación triunfal de la dirigente popular a principios de noviembre.
Que Alejandro Arias, el 'tercer' aspirante, haya ofertado al segundo, Manuel Pecharromán, una alianza para unir sus fuerzas, más que una amenaza para la actual presidenta del PP asturiano, conduce a sospechar que el 'aspirante' de Gabino de Lorenzo no solamente es consciente de su debilidad, sino que podría escudarse en su mano tendida al gijonés para ocultar las dificultades en la carrera por lograr los necesarios avales estatutarios para su candidatura.
En lo que a la opción mayoritaria se refiere, si la ausencia de apoyo a la misma por parte de la junta local de Gijón, la única al parecer -junto a la de San Tirso de Abres- no puede sorprender a nadie, hay que resaltar que Mercedes Fernández haya hecho hincapié en la circunstancia de que cuenta con el aval del secretario general del equipo que preside Pilar Fernández Pardo. Luis Crego se mantiene en el cargo a pesar de que hace tiempo que perdió el apoyo de su jefe de filas en la ciudad, que lo descabalgó en su momento de la lista municipal. Incluso, es más o menos público algún conflicto verbal de puertas adentro entre ambos dirigentes, que han llegado a la amenaza de impedir el acceso a la sede del partido al que se supone es el 'número dos'.
La situación actual, entonces, hay que analizarla en el contexto de un estatutario congreso local que se celebrará semanas después del regional. 'Cherines' ha ido quemando etapas en su vuelta a la primera línea de la política asturiana, desde la cabeza de cartel en Asturias para las legislativas del pasado año hasta el inminente congreso regional, pasando por encabezar la lista de su partido en las autonómicas de este año. El objetivo de la dirigente asturiana, y parece que el de sus mentores de Génova, es el de acumular todo el poder en sus manos y evitar así esos 'guirigays' a los que tanto gusta referirse. Cumplido el inminente objetivo, en esa hoja de ruta figuraría en mayúsculas liquidar políticamente a su enemiga irreconciliable en Gijón.
Son numerosos los militantes del partido que adelantan que la previsible nueva dirección regional va a dirigir entonces toda su cañonería hacia la villa de Jovellanos y que la madre de todas las batallas será el cónclave local, del que podría derivarse la definitiva amortización de 'Pilipardo'.
Sin embargo, Mercedes fernández y su 'aparato' son conscientes de que no cuentan precisamente con una mayoría suficiente en Gijón y que todos estos años de mandato de Fernández Pardo, incluso a pesar de su particular estilo, han configurado una organización a su imagen y semejanza. Por eso resulta tan significativo que personas como Luis Crego empiecen a posicionarse frente a la presidenta local. Con el paso del tiempo, y si se van cumpliendo las previsiones, a nadie le sorprenderá que, poco a poco, ese cruce de aceras se haga habitual. 'Cherines' necesita gente y hay gente que necesita 'puestinos'.
Para quienes conocemos desde hace años el funcionamiento habitual de dichas organizaciones no resulta atrevido aventurar que el despliegue de 'poderío' mostrado esta misma mañana por 'Cherines' a la hora de presentar su candidatura es un simple 'trailer' de la que puede ser una representación triunfal de la dirigente popular a principios de noviembre.
Que Alejandro Arias, el 'tercer' aspirante, haya ofertado al segundo, Manuel Pecharromán, una alianza para unir sus fuerzas, más que una amenaza para la actual presidenta del PP asturiano, conduce a sospechar que el 'aspirante' de Gabino de Lorenzo no solamente es consciente de su debilidad, sino que podría escudarse en su mano tendida al gijonés para ocultar las dificultades en la carrera por lograr los necesarios avales estatutarios para su candidatura.
En lo que a la opción mayoritaria se refiere, si la ausencia de apoyo a la misma por parte de la junta local de Gijón, la única al parecer -junto a la de San Tirso de Abres- no puede sorprender a nadie, hay que resaltar que Mercedes Fernández haya hecho hincapié en la circunstancia de que cuenta con el aval del secretario general del equipo que preside Pilar Fernández Pardo. Luis Crego se mantiene en el cargo a pesar de que hace tiempo que perdió el apoyo de su jefe de filas en la ciudad, que lo descabalgó en su momento de la lista municipal. Incluso, es más o menos público algún conflicto verbal de puertas adentro entre ambos dirigentes, que han llegado a la amenaza de impedir el acceso a la sede del partido al que se supone es el 'número dos'.
La situación actual, entonces, hay que analizarla en el contexto de un estatutario congreso local que se celebrará semanas después del regional. 'Cherines' ha ido quemando etapas en su vuelta a la primera línea de la política asturiana, desde la cabeza de cartel en Asturias para las legislativas del pasado año hasta el inminente congreso regional, pasando por encabezar la lista de su partido en las autonómicas de este año. El objetivo de la dirigente asturiana, y parece que el de sus mentores de Génova, es el de acumular todo el poder en sus manos y evitar así esos 'guirigays' a los que tanto gusta referirse. Cumplido el inminente objetivo, en esa hoja de ruta figuraría en mayúsculas liquidar políticamente a su enemiga irreconciliable en Gijón.
Son numerosos los militantes del partido que adelantan que la previsible nueva dirección regional va a dirigir entonces toda su cañonería hacia la villa de Jovellanos y que la madre de todas las batallas será el cónclave local, del que podría derivarse la definitiva amortización de 'Pilipardo'.
Sin embargo, Mercedes fernández y su 'aparato' son conscientes de que no cuentan precisamente con una mayoría suficiente en Gijón y que todos estos años de mandato de Fernández Pardo, incluso a pesar de su particular estilo, han configurado una organización a su imagen y semejanza. Por eso resulta tan significativo que personas como Luis Crego empiecen a posicionarse frente a la presidenta local. Con el paso del tiempo, y si se van cumpliendo las previsiones, a nadie le sorprenderá que, poco a poco, ese cruce de aceras se haga habitual. 'Cherines' necesita gente y hay gente que necesita 'puestinos'.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
El baile de los tapados
Está claro que el Partido Popular asturiano no gana para sobresaltos. Cuando parecía que la larga mano de Rajoy había logrado imponer el consenso en torno a Mercedes Fernández como plataforma para iniciar la ansiada recuperación, la cruda realidad ha puesto una vez más de manifiesto que los personalismos que durante muchos años han enquistado la vida interna e institucional del que hasta hace algo más de un año ha sido el único partido de la derecha asturiana han vuelto a aflorar con motivo de la cercana celebración de un congreso de la organización.
La primera ¿sorpresa? fue la aparición de una candidatura alternativa a 'Cherines' encabezada por Manuel Pecharromán. El edil gijonés, veterano en la militancia aunque sin un historial de primera fila, parece obvio que es -dicho sea con todo el respeto del mundo- el 'tapado' de la organización que preside Pilar Fernández Pardo. Ésta y su equipo son conscientes desde hace tiempo de que en el PP asturiano ya nadie les va a regalar absolutamente nada, desde aquellos compases previos al anterior cónclave nacional en los que la 'lideresa' local jugó con cartas cambiadas las bazas de Ovidio Sánchez y de Juan Morales. De entonces acá, su caída en desgracia tuvo plasmación directa en su ausencia de las listas populares para las últimas elecciones al Congreso y al Senado. Después, su apoyo a la candidatura de Carmén Moriyón, la candidata de Cascos a la Alcaldía de Gijón, y el posterior apoyo del grupo municipal popular a la gestión de Foro en el mismo, no hicieron más que alejar si cabe las posibilidades de 'recuperación' política de 'Pilipardo'.
No es pues aventurado intuir que el paso al frente dado por Pecharromán es la jugada del equipo de dirección local para tratar de contar con alguna baza, por remota que pueda parecer, con la que negociar la posibilidad de no verse sometido al 'barrido'.
Más sorprendente aún ha sido la aparición de una 'tercera vía' presidida por Alejandro Arias, asociado directamente a la anterior candidata autonómica popular, Isabel Pérez Espinosa, y por tanto al actual delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo.
Tampoco aquí se presenta como una conjetura sin fundamento apostar por que Arias -también con el mismo respeto que el anterior- es el 'tapado' del anterior alcalde de Oviedo, incomodo en su retiro de oro de la plaza de España, incapaz de maniobrar para poner y quitar a su antojo como ha hecho durante tantos años.
Desde esta tribuna ya había apuntado hace algunas semanas que De Lorenzo no se iba a quedar parado ante la cita congresual. Entonces, recogía los crecientes rumores que apuntaban a una apuesta directa por su sustituto en el Consistorio de la capital. Sin embargo, Agustín Iglesias Caunedo se encuentra actualmente muy cómodo en su nueva responsabilidad y su nueva imagen como para batir el cobre con nadie en estos momentos.
El "guirigay", como gusta denominar Mercedes Fernández, se complica todavía más si tenemos en cuenta las posiciones desde las que llegan a esta cita los principales protagonistas de la trama. Fernández Pardo parte en 'fuera de juego' precisamente por haber apoyado al partido de Cascos, quien fue su enemigo irreconciliable durante los años anteriores. 'Su' candidato, Pecharromán, fue considerado durante un tiempo el 'hombre'' de Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo en el grupo municipal gijonés, desde los inicios de la díscola actitud de su jefe de filas local hacia Oviedo, hasta el extremo de crear una cierta angustia el día de la constitución de la Corporación Municipal de la villa de Jovellanos, cuando más de uno aseguró que rompería la disciplina de voto a instancias de las directrices impuestas desde la dirección regional.
No conozco a Alejandro Arias, pero sí a sus mentores. De Lorenzo apostó el pasado año por una persona de su confianza, Isabel Pérez Espinosa, para hacerse con la Presidencia del Principado, justo cuando reapareció en el panorama regional la figura de Cascos. La experiencia, como todo el mundo recuerda, fue un fiasco -a De Lorenzo suelen aparecérsele cuando juega fuerte, y para muestra apelamos a su catastrófico resultada cuando decidió ponerse al frente de la lista de su partido para el Congreso de los Diputados-. Ahora trata de convencer a sus compañeros de que sigue siendo EL y de que quienes le dieran por amortizado están muy equivocados.
Por lo que a 'Cherines' se refiere, podría decirse de alguna manera que también es la 'tapada' -aunque ahora ya no tanto- de la dirección nacional. Fue reclamada por Rajoy para poner freno a Cascos, la misma persona a la que estuvo políticamente ligada durante tantos años y que nunca negó fuera su mentor principal. Lo curioso es que su adversaria en este momento vaya a ser precisamente Fernández Pardo, tradicionalmente enfrentada con el ex vicepresidente del Gobierno. Papeles cambiados. El recurso de Génova a ella como solución para todos los problemas en Asturias empieza a preocupar a algunos de sus compañeros.
En definitiva, que el cierre de heridas que Rajoy parecía haber logrado en su organización en el Principado está lejos de ser realidad. Pese a los deseos de algunos, el "guirigay" está servido.
La primera ¿sorpresa? fue la aparición de una candidatura alternativa a 'Cherines' encabezada por Manuel Pecharromán. El edil gijonés, veterano en la militancia aunque sin un historial de primera fila, parece obvio que es -dicho sea con todo el respeto del mundo- el 'tapado' de la organización que preside Pilar Fernández Pardo. Ésta y su equipo son conscientes desde hace tiempo de que en el PP asturiano ya nadie les va a regalar absolutamente nada, desde aquellos compases previos al anterior cónclave nacional en los que la 'lideresa' local jugó con cartas cambiadas las bazas de Ovidio Sánchez y de Juan Morales. De entonces acá, su caída en desgracia tuvo plasmación directa en su ausencia de las listas populares para las últimas elecciones al Congreso y al Senado. Después, su apoyo a la candidatura de Carmén Moriyón, la candidata de Cascos a la Alcaldía de Gijón, y el posterior apoyo del grupo municipal popular a la gestión de Foro en el mismo, no hicieron más que alejar si cabe las posibilidades de 'recuperación' política de 'Pilipardo'.
No es pues aventurado intuir que el paso al frente dado por Pecharromán es la jugada del equipo de dirección local para tratar de contar con alguna baza, por remota que pueda parecer, con la que negociar la posibilidad de no verse sometido al 'barrido'.
Más sorprendente aún ha sido la aparición de una 'tercera vía' presidida por Alejandro Arias, asociado directamente a la anterior candidata autonómica popular, Isabel Pérez Espinosa, y por tanto al actual delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo.
Tampoco aquí se presenta como una conjetura sin fundamento apostar por que Arias -también con el mismo respeto que el anterior- es el 'tapado' del anterior alcalde de Oviedo, incomodo en su retiro de oro de la plaza de España, incapaz de maniobrar para poner y quitar a su antojo como ha hecho durante tantos años.
Desde esta tribuna ya había apuntado hace algunas semanas que De Lorenzo no se iba a quedar parado ante la cita congresual. Entonces, recogía los crecientes rumores que apuntaban a una apuesta directa por su sustituto en el Consistorio de la capital. Sin embargo, Agustín Iglesias Caunedo se encuentra actualmente muy cómodo en su nueva responsabilidad y su nueva imagen como para batir el cobre con nadie en estos momentos.
El "guirigay", como gusta denominar Mercedes Fernández, se complica todavía más si tenemos en cuenta las posiciones desde las que llegan a esta cita los principales protagonistas de la trama. Fernández Pardo parte en 'fuera de juego' precisamente por haber apoyado al partido de Cascos, quien fue su enemigo irreconciliable durante los años anteriores. 'Su' candidato, Pecharromán, fue considerado durante un tiempo el 'hombre'' de Ovidio Sánchez y Gabino de Lorenzo en el grupo municipal gijonés, desde los inicios de la díscola actitud de su jefe de filas local hacia Oviedo, hasta el extremo de crear una cierta angustia el día de la constitución de la Corporación Municipal de la villa de Jovellanos, cuando más de uno aseguró que rompería la disciplina de voto a instancias de las directrices impuestas desde la dirección regional.
No conozco a Alejandro Arias, pero sí a sus mentores. De Lorenzo apostó el pasado año por una persona de su confianza, Isabel Pérez Espinosa, para hacerse con la Presidencia del Principado, justo cuando reapareció en el panorama regional la figura de Cascos. La experiencia, como todo el mundo recuerda, fue un fiasco -a De Lorenzo suelen aparecérsele cuando juega fuerte, y para muestra apelamos a su catastrófico resultada cuando decidió ponerse al frente de la lista de su partido para el Congreso de los Diputados-. Ahora trata de convencer a sus compañeros de que sigue siendo EL y de que quienes le dieran por amortizado están muy equivocados.
Por lo que a 'Cherines' se refiere, podría decirse de alguna manera que también es la 'tapada' -aunque ahora ya no tanto- de la dirección nacional. Fue reclamada por Rajoy para poner freno a Cascos, la misma persona a la que estuvo políticamente ligada durante tantos años y que nunca negó fuera su mentor principal. Lo curioso es que su adversaria en este momento vaya a ser precisamente Fernández Pardo, tradicionalmente enfrentada con el ex vicepresidente del Gobierno. Papeles cambiados. El recurso de Génova a ella como solución para todos los problemas en Asturias empieza a preocupar a algunos de sus compañeros.
En definitiva, que el cierre de heridas que Rajoy parecía haber logrado en su organización en el Principado está lejos de ser realidad. Pese a los deseos de algunos, el "guirigay" está servido.
martes, 18 de septiembre de 2012
Mezquindad
Adelanté el pasado fin de semana el final de unas tranquilas vacaciones para regresar a Gijón y asistir a la gran cita con el tenis que significó la disputa de la semifinal de la Copa Davis entre los equipos de España y de Estados Unidos. Como aficionado al deporte de la raqueta, la competición representaba un señalamiento de obligado cumplimiento para disfrutar con el juego de algunos de los mejores tenistas del mundo; como asturiano, y como gijonés, ser testigo presencial de una de esos eventos -aquí sí procede el término, y no en tantas referencias como leemos y escuchamos a diario para aludir a cualquier convocatoria- que se presentan probablemente una o dos veces en la vida.
La anomalía vacacional valió, sin duda, la pena. Los partidos disputados tuvieron calidad y emoción; la climatología se sumó con generosidad a la fiesta; la organización -salvo alguna pequeña disfunción- fue modélica y "casi" todo el mundo ha coincidido en que haber contado con esta competición ha sido una bendición para Gijón, no tanto por las cifras exclusivamente económicas -y esas ya se verán- como en la imagen promocional que ha significado para la ciudad en todo el mundo.
Ha sido -como es natural- a toro pasado cuando han sobrevenido las valoraciones y, más allá de las repercusiones directas de éste o aquél que se esperaba un premio de la lotería o el maná por el que la maltrecha situación financiera hace suspirar a la hostelería, el coro de voces ha sido prácticamente unánime al considerar que la apuesta del Ayuntamiento de Gijón -arriesgada apuesta, es verdad- ha tenido su premio.
Decía antes que este éxito de la ciudad -pues como tal hay que considerarlo- ha unido a comerciantes a hosteleros, a restauradores. No ha ocurrido igual en lo que se refiere a la representación política institucional en el municipio. Al margen de la lógica alegría del equipo gobernante, Foro y PP, los que se supone que más alejados están de éstos ideológicamente, o sea la dirección de Izquierda Unida, también han querido adjuntar su beneplácito por los resultados logrados. Los únicos que han preferido desmarcarse con un inaceptable 'aplazamiento' de su opinión a no se sabe muy bien cuándo han sido los socialistas, los mismos que, en sus largos periodos de gestión del Consistorio, tantas veces han apostado por riesgos parecidos o superiores, especialmente con los grandes conciertos, y no siempre con resultados positivos verificables.
No se explica tal actitud nada más que por un irrefrenable sentimiento partidista de no dar ni agua a los adversarios políticos. A mí me hubiera gustado escuchar de boca de Santiago Martínez Argüelles y los suyos cuál hubiera sido su valoración si fueran ellos u otros compañeros de siglas quienes mantuvieran la responsabilidad organizativa de esta gran cita deportiva. Al final, la actitud real mantenida por el PSOE no hace otra cosa que ratificarme en la práctica que habitualmente junta la acción política con la mezquindad.
La anomalía vacacional valió, sin duda, la pena. Los partidos disputados tuvieron calidad y emoción; la climatología se sumó con generosidad a la fiesta; la organización -salvo alguna pequeña disfunción- fue modélica y "casi" todo el mundo ha coincidido en que haber contado con esta competición ha sido una bendición para Gijón, no tanto por las cifras exclusivamente económicas -y esas ya se verán- como en la imagen promocional que ha significado para la ciudad en todo el mundo.
Ha sido -como es natural- a toro pasado cuando han sobrevenido las valoraciones y, más allá de las repercusiones directas de éste o aquél que se esperaba un premio de la lotería o el maná por el que la maltrecha situación financiera hace suspirar a la hostelería, el coro de voces ha sido prácticamente unánime al considerar que la apuesta del Ayuntamiento de Gijón -arriesgada apuesta, es verdad- ha tenido su premio.
Decía antes que este éxito de la ciudad -pues como tal hay que considerarlo- ha unido a comerciantes a hosteleros, a restauradores. No ha ocurrido igual en lo que se refiere a la representación política institucional en el municipio. Al margen de la lógica alegría del equipo gobernante, Foro y PP, los que se supone que más alejados están de éstos ideológicamente, o sea la dirección de Izquierda Unida, también han querido adjuntar su beneplácito por los resultados logrados. Los únicos que han preferido desmarcarse con un inaceptable 'aplazamiento' de su opinión a no se sabe muy bien cuándo han sido los socialistas, los mismos que, en sus largos periodos de gestión del Consistorio, tantas veces han apostado por riesgos parecidos o superiores, especialmente con los grandes conciertos, y no siempre con resultados positivos verificables.
No se explica tal actitud nada más que por un irrefrenable sentimiento partidista de no dar ni agua a los adversarios políticos. A mí me hubiera gustado escuchar de boca de Santiago Martínez Argüelles y los suyos cuál hubiera sido su valoración si fueran ellos u otros compañeros de siglas quienes mantuvieran la responsabilidad organizativa de esta gran cita deportiva. Al final, la actitud real mantenida por el PSOE no hace otra cosa que ratificarme en la práctica que habitualmente junta la acción política con la mezquindad.
sábado, 25 de agosto de 2012
Pirómanos
Desde hace muchos años tengo la sana costumbre de no incluir en mi dieta 'literaria' la lectura de diarios deportivos. Y esta decisión incluye por igual a los catalanes y a los madrileños.
No obstante, algunas veces, entre culín y culín de sidra, las páginas de uno de estos periódicos se ofrecen como una solución aceptable para no comer demasiados pinchos.
Una de esas ocasiones se me presentó hoy mismo y acepté de buen grado hojear el 'Marca'. Craso error. Tras cotejar uno tras otro los escritos de las ocho o diez primeras páginas la cordura me hizo apelar a una sincera contrición y a formular la firme promesa de retirarme de nuevo de vicios perniciosos como el relatado.
El ejemplar del deportivo madrileño -que no nacional, como algunos se empeñan en denominarlo-, ante la falta de mejores informaciones relacionadas con el club de sus amores, dedica toda su artillería, dos días después, al 'atraco' que el árbitro Clos Gómez perpetró a los intereses blancos con esa ya famosa jugada en la que el delantero blaugrana Pedro arranca en posición dudosa antes de marcar el primer gol 'culé'. Ni siquiera tras reiteradas repeticiones de la jugada los comentaristas de TVE se pusieron de acuerdo sobre si la posición de fuera de juego del canario existía o no. Pese a ello, los responsables del diario han encontrado campo para, a través de declaraciones de entrenador, jugadores, árbitros afines, e 'imparciales' y 'asépticos' comentaristas, convertir la polémica jugada en caldo de cultivo para sacar de nuevo a pasear a los fantasmas del desgastado 'villarato'.
Tal parece para los responsables de 'Marca' que los más de noventa minutos de juego en el Camp Nou quedaran resumidos en esas décimas de segundo en las que el juez de línea podría haber levantado el banderín. Del resto, más bien poco o nada.
Uno que ya está bastante curtido en esto del periodismo, y en sus grandezas y miserias, tiene la sensación de que a los deportivos 'multiventas' no les va nada bien el remozado clima de tranquilidad, la ausencia del recurso a la 'bronca' y la tensión desbordada, en los tradicionales enfrentamientos entre Real y Barça de los últimos años. No les conviene que el nuevo entrenador blaugrana huya de la polémica como de la peste; ni siquiera que su colega portugués parezca haber desactivado buena parte de su artillería tras la marcha de su enemigo 'number one'. Que los Barça-Madrid, o Madrid-Barça, discurran por la senda de la tranquilidad vende mal. Y para que las cosas cambien nada mejor que poner en marcha a una selecta brigada de prirómanos.
No obstante, algunas veces, entre culín y culín de sidra, las páginas de uno de estos periódicos se ofrecen como una solución aceptable para no comer demasiados pinchos.
Una de esas ocasiones se me presentó hoy mismo y acepté de buen grado hojear el 'Marca'. Craso error. Tras cotejar uno tras otro los escritos de las ocho o diez primeras páginas la cordura me hizo apelar a una sincera contrición y a formular la firme promesa de retirarme de nuevo de vicios perniciosos como el relatado.
El ejemplar del deportivo madrileño -que no nacional, como algunos se empeñan en denominarlo-, ante la falta de mejores informaciones relacionadas con el club de sus amores, dedica toda su artillería, dos días después, al 'atraco' que el árbitro Clos Gómez perpetró a los intereses blancos con esa ya famosa jugada en la que el delantero blaugrana Pedro arranca en posición dudosa antes de marcar el primer gol 'culé'. Ni siquiera tras reiteradas repeticiones de la jugada los comentaristas de TVE se pusieron de acuerdo sobre si la posición de fuera de juego del canario existía o no. Pese a ello, los responsables del diario han encontrado campo para, a través de declaraciones de entrenador, jugadores, árbitros afines, e 'imparciales' y 'asépticos' comentaristas, convertir la polémica jugada en caldo de cultivo para sacar de nuevo a pasear a los fantasmas del desgastado 'villarato'.
Tal parece para los responsables de 'Marca' que los más de noventa minutos de juego en el Camp Nou quedaran resumidos en esas décimas de segundo en las que el juez de línea podría haber levantado el banderín. Del resto, más bien poco o nada.
Uno que ya está bastante curtido en esto del periodismo, y en sus grandezas y miserias, tiene la sensación de que a los deportivos 'multiventas' no les va nada bien el remozado clima de tranquilidad, la ausencia del recurso a la 'bronca' y la tensión desbordada, en los tradicionales enfrentamientos entre Real y Barça de los últimos años. No les conviene que el nuevo entrenador blaugrana huya de la polémica como de la peste; ni siquiera que su colega portugués parezca haber desactivado buena parte de su artillería tras la marcha de su enemigo 'number one'. Que los Barça-Madrid, o Madrid-Barça, discurran por la senda de la tranquilidad vende mal. Y para que las cosas cambien nada mejor que poner en marcha a una selecta brigada de prirómanos.
viernes, 24 de agosto de 2012
Ojo con Caunedo
Somos legión quienes nos preguntamos qué le ha ocurrido al actual alcalde de Oviedo desde que su hasta entonces jefe de filas, Gabino de Lorenzo, le cedió el bastón de mando en el Consistorio de la capital. Son ya bastantes meses los transcurridos desde entonces y durante ese tiempo José Agustín Iglesias Caunedo no ha dejado de asombrarnos con una imagen de concordia y diálogo muy alejada de su antecesor, más chocante si cabe por la fama de 'broncas' que ha perseguido en su carrera política al vigente regidor ovetense.
Podíamos pensar que la nueva aritmética municipal era argumento más que suficiente para ese giro copernicano de los populares de la capital, pero para ello habría que dejar de lado que con esas mismas cifras De Lorenzo mantuvo su estilo y soberbia por encima de cualquier otra estrategia. Las actitudes y las declaraciones de Caunedo semana tras semana, incluyendo "negar al padre", eran elementos añadidos para apuntar a una 'conversión' del político ovetense.
En ello estábamos cuando desde las 'cuevas' del Partido Popular asturiano suenan insistentes rumores de que el alcalde de la capital se ha embarcado con habilidad en esa campaña de lavado de cara fundamentalmente con un secreto y firme objetivo: ser el próximo líder de los populares en el Principado, disputando el puesto a la actual presidenta, Mercedes Fernández.
De las mismas fuentes se desprende que Caunedo no está solo, ni mucho menos, en la tarea; que cuenta con un importante apoyo de sectores influyentes de Génova y, por supuesto, que también estaría entre sus valedores más próximos el propio De Lorenzo, a quien a estas alturas muchos estamos convencidos de que su 'retiro' a la Delegación de Gobierno y el fulgurante ascenso de 'Cherines' no ha sentado todo lo bien que cabría esperar. La reiterada apuesta de Rajoy por la gijonesa en el último año ha mermado el protagonismo de uno de los políticos asturianos que más lo necesita para seguir siendo él mismo. Y desde su 'reserva' de la plaza de España podría estar cocinando las acciones encaminadas a cortar la carrera de su compañera de partido. No hay que olvidar que ese inmueble siempre ha sido, desde su aparentemente modesta influencia, el marco perfecto para cualquier tipo de 'conspiración' que es o haya sido en este territorio.
La solución, en cualquier caso, está a la vuelta de la esquina, en ese congreso regional previsto para el otoño, aunque todavía sin fecha. Ello si los protagonistas de la 'asonada' interna no logran arañar algo más de tiempo y consiguen aplazar el conclave a fechas posteriores. El tiempo correría a su favor.
Podíamos pensar que la nueva aritmética municipal era argumento más que suficiente para ese giro copernicano de los populares de la capital, pero para ello habría que dejar de lado que con esas mismas cifras De Lorenzo mantuvo su estilo y soberbia por encima de cualquier otra estrategia. Las actitudes y las declaraciones de Caunedo semana tras semana, incluyendo "negar al padre", eran elementos añadidos para apuntar a una 'conversión' del político ovetense.
En ello estábamos cuando desde las 'cuevas' del Partido Popular asturiano suenan insistentes rumores de que el alcalde de la capital se ha embarcado con habilidad en esa campaña de lavado de cara fundamentalmente con un secreto y firme objetivo: ser el próximo líder de los populares en el Principado, disputando el puesto a la actual presidenta, Mercedes Fernández.
De las mismas fuentes se desprende que Caunedo no está solo, ni mucho menos, en la tarea; que cuenta con un importante apoyo de sectores influyentes de Génova y, por supuesto, que también estaría entre sus valedores más próximos el propio De Lorenzo, a quien a estas alturas muchos estamos convencidos de que su 'retiro' a la Delegación de Gobierno y el fulgurante ascenso de 'Cherines' no ha sentado todo lo bien que cabría esperar. La reiterada apuesta de Rajoy por la gijonesa en el último año ha mermado el protagonismo de uno de los políticos asturianos que más lo necesita para seguir siendo él mismo. Y desde su 'reserva' de la plaza de España podría estar cocinando las acciones encaminadas a cortar la carrera de su compañera de partido. No hay que olvidar que ese inmueble siempre ha sido, desde su aparentemente modesta influencia, el marco perfecto para cualquier tipo de 'conspiración' que es o haya sido en este territorio.
La solución, en cualquier caso, está a la vuelta de la esquina, en ese congreso regional previsto para el otoño, aunque todavía sin fecha. Ello si los protagonistas de la 'asonada' interna no logran arañar algo más de tiempo y consiguen aplazar el conclave a fechas posteriores. El tiempo correría a su favor.
miércoles, 22 de agosto de 2012
La confianza tiene un límite
No hace mucho escribí un post bajo el título "Su turno, señor Fernández". El tiempo va transcurriendo aceleradamente y la realidad hace patente que el actual Ejecutivo autonómico empieza a ir desacompasado con las necesidades inherentes de una situación realmente anómala.
Hasta ahora, el presidente del Principado y su equipo han conseguido corregir la sensación de caos que acompañó a toda la etapa política de gobierno de Foro Asturias. En esa tarea no se puede negar que los resultados han sido satisfactorios. La normalidad ha sustituido al espíritu de bronca del último año y medio.
Tampoco le han ido muy mal las cosas a don Javier Fernández en su empeño de desmarcarse de la tónica general de recortes impuesta por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, con la que enmascaró durante semanas, o meses, la toma de tierra del gobierno socialista asturiano. Éste, aun negando la insumisión, fue capaz de transmitir la imagen de que, con él al frente de los destinos del Principado, la deriva en el principado no iba a ir por los senderos marcados desde Bruselas y Madrid tendentes a un permanente asalto al estado del bienestar sin pararse en pelos.
Pero todo tiene su límite y, pasado un tiempo, cada palo debe aguantar por su vela.
Se puede uno presentar ante la socidad asturiana como el regenerador de los despilfarros de los gobiernos anteriores, aunque sean de tu mismo signo, pero una cosa son las palabras y otras los hechos.
Uno de los estandartes del Gobierno de Javier Fernández tras su toma de posesión fue la reordenación del sector público regional. Parecía una tarea urgente y como objetivo inmediato se planteó. Sin embargo, tras los buenos propósitos vino la ralentización aparcando la tarea para el otoño. En esta decisión vimos algunos la negatica a imprimir una marcha más del Ejecutivo socialista a sus obligaciones. Ahora, Mercedes Fernández y el Partido Popular que preside han encontrado en esta paralisis un motivo para empezar a hacer una oposición responsable. Y mordido el hueso no están dispuestos a soltarlo, amparados en una permanente oferta de colaboración.
Todos sabemos que la reducción del sector público regional es una necesidad imperiosa, como también sabemos que implica segar la hierba bajo los pies a cientos de amiguetes que figuran en las sabrosas nóminas de muchos de los peyorativamente llamos 'chiringuitos' socialistas. Alargar la tarea no conduce nada más que a la sensación de que se están habilitando las fórmulas para no arañar excesivamente el clientelismo de nuestros actuales gobernantes.
Mientras en el PP parecen haber encontrado la fórmula para erigirse en partido de la oposición, ayudados por la creciente desaparición en dicho papel del partido de un todavía más desaparecido Francisco Álvarez-Cascos, otros sectores sociales han iniciado también el acoso a un Ejecutivo que, según afirman, no hace otra cosa que seguidismo de la política de tijera de Mariano Rajoy -Comisiones Obreras 'dixit'-, cuando no -más grave si cabe- de estar, dentro de sus modestos límites, ejecutando las mismas políticas que intentó el Gobierno de Foro.
Al margen del argumento de que la oposición, política y social, está para eso, para oponerse, la realidad es que al Ejecutivo socialista asturiano se le está acabando el tiempo para refugiar su inacción en los demás y le ha llegado la hora de empezar a demostrar que sus recetas, aunque limitadas al ámbito competenial, sirven para algo más que para dejarse llevar por la inercia de una crisis sin 'padres'.
Hasta ahora, el presidente del Principado y su equipo han conseguido corregir la sensación de caos que acompañó a toda la etapa política de gobierno de Foro Asturias. En esa tarea no se puede negar que los resultados han sido satisfactorios. La normalidad ha sustituido al espíritu de bronca del último año y medio.
Tampoco le han ido muy mal las cosas a don Javier Fernández en su empeño de desmarcarse de la tónica general de recortes impuesta por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, con la que enmascaró durante semanas, o meses, la toma de tierra del gobierno socialista asturiano. Éste, aun negando la insumisión, fue capaz de transmitir la imagen de que, con él al frente de los destinos del Principado, la deriva en el principado no iba a ir por los senderos marcados desde Bruselas y Madrid tendentes a un permanente asalto al estado del bienestar sin pararse en pelos.
Pero todo tiene su límite y, pasado un tiempo, cada palo debe aguantar por su vela.
Se puede uno presentar ante la socidad asturiana como el regenerador de los despilfarros de los gobiernos anteriores, aunque sean de tu mismo signo, pero una cosa son las palabras y otras los hechos.
Uno de los estandartes del Gobierno de Javier Fernández tras su toma de posesión fue la reordenación del sector público regional. Parecía una tarea urgente y como objetivo inmediato se planteó. Sin embargo, tras los buenos propósitos vino la ralentización aparcando la tarea para el otoño. En esta decisión vimos algunos la negatica a imprimir una marcha más del Ejecutivo socialista a sus obligaciones. Ahora, Mercedes Fernández y el Partido Popular que preside han encontrado en esta paralisis un motivo para empezar a hacer una oposición responsable. Y mordido el hueso no están dispuestos a soltarlo, amparados en una permanente oferta de colaboración.
Todos sabemos que la reducción del sector público regional es una necesidad imperiosa, como también sabemos que implica segar la hierba bajo los pies a cientos de amiguetes que figuran en las sabrosas nóminas de muchos de los peyorativamente llamos 'chiringuitos' socialistas. Alargar la tarea no conduce nada más que a la sensación de que se están habilitando las fórmulas para no arañar excesivamente el clientelismo de nuestros actuales gobernantes.
Mientras en el PP parecen haber encontrado la fórmula para erigirse en partido de la oposición, ayudados por la creciente desaparición en dicho papel del partido de un todavía más desaparecido Francisco Álvarez-Cascos, otros sectores sociales han iniciado también el acoso a un Ejecutivo que, según afirman, no hace otra cosa que seguidismo de la política de tijera de Mariano Rajoy -Comisiones Obreras 'dixit'-, cuando no -más grave si cabe- de estar, dentro de sus modestos límites, ejecutando las mismas políticas que intentó el Gobierno de Foro.
Al margen del argumento de que la oposición, política y social, está para eso, para oponerse, la realidad es que al Ejecutivo socialista asturiano se le está acabando el tiempo para refugiar su inacción en los demás y le ha llegado la hora de empezar a demostrar que sus recetas, aunque limitadas al ámbito competenial, sirven para algo más que para dejarse llevar por la inercia de una crisis sin 'padres'.
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